Cuando los aplausos no bastan: la primera línea en la lucha contra el covid-19 se rebela

El agotamiento tras meses de pandemia, la precariedad de medios y condiciones laborales, los recortes y la falta de recursos terminan con la paciencia de miles de trabajadores sanitarios. En Madrid, este 13 de julio, y en el País Valencià, el 21, los médicos internos residentes (MIR) toman la delantera con dos huelgas indefinidas. Las protestas se extienden a todo el Estado español.
Esto ya está sucediendo o va comenzar a suceder en todas partes. Es hora que los trabajadores de salud se vayan incorporando a las actividades barriales y contribuyan a fortalecer las formas propias de administración vecinal de barrios y poblaciones.



  Cuando los aplausos no bastan: la primera línea en la lucha contra el covid-19 se rebela


El agotamiento tras meses de pandemia, la precariedad de medios y condiciones laborales, los recortes y la falta de recursos terminan con la paciencia de miles de trabajadores sanitarios. En Madrid, este 13 de julio, y en el País Valencià, el 21, los médicos internos residentes (MIR) toman la delantera con dos huelgas indefinidas. Las protestas se extienden a todo el Estado español.


El Salto

13 jul 2020 06:00

Los trabajadores de Urgencias en La Rioja, de las ambulancias en Cantabria, los desbordados médicos en los rebrotes de A Mariña y Lleida, el personal de enfermería marginado por la Junta de Andalucía, los malpagados médicos MIR de la Comunidad de Madrid, Catalunya o del País Valencià, los trabajadores sanitarios catalanes en lucha contra los recortes, los profesionales vascos hartos de “cargas de trabajo inaceptables y recortes de derechos laborales”… Casi cuatro meses después del inicio de la pandemia, los aplausos, los descuentos en grandes superficies y los homenajes no bastan.

Sindicatos, plataformas y asambleas de personal sanitario de todo el Estado reclaman una mayor inversión en la sanidad pública, más plantilla y mejores salarios, una mejora de las condiciones laborales y una apuesta decidida por la atención primaria. En Madrid, este 13 de julio comienza la primera huelga sanitaria tras el inicio de la pandemia. Y le sigue de cerca el personal médico interno residente del País Valencià, que inicia una huelga indefinida el 21 de julio. Si sus demandas no son escuchadas el personal sanitario promete huelgas en Catalunya, País Vasco y Andalucía. 

“Hasta aquí hemos llegado”: la primera línea sanitaria en la lucha contra el covid-19 pierde la paciencia y se planta ante la falta de derechos, la precariedad laboral, la falta de plantilla y el desmantelamiento de la sanidad pública

El agotamiento tras meses de lucha contra el covid-19 y la constatación, con más de 73 rebrotes activos, que el fin de la pandemia no está cerca, han multiplicado las demandas del personal sanitario en casi todas las comunidades autónomas.

 

Madrid: “Nos revientan la huelga”

Los médicos y médicas residentes MIR de Madrid han cogido la delantera a la hora de declarar la primera huelga indefinida de personal sanitario de la nueva normalidad. Son jóvenes en formación, que han accedido a sus plazas a través del examen MIR y que, pese a su limitada experiencia, han liderado las urgencias, han faenado en las Unidades de Cuidados Intensivos mano a mano con personal senior y han dado el callo en el hospital de campaña del Ifema. Son mileuristas y llegan a empalmar más de 30 horas seguidas de trabajo. 

Han preparado un convenio para mejorar sus condiciones laborales pero la Consejería de Sanidad, a través de la dirección general del Servicio Madrileño de Salud (Sermas), aún no han aceptado el documento. Y este lunes comienzan un paro focalizado en los servicios de urgencias, que es donde su presencia se convierte en esencial dadas las exiguas plantillas de personal sanitario en los hospitales de Madrid.

 

Un paro que se ha enfrentado a amenazas de suspender vacaciones o posibles contrataciones futuras y a unas exigencias de servicios mínimos abusivas del 100%, según denuncia el comité de huelga. Diego Boianelli, presidente del comité de huelga, afirma que han recurrido esta decisión en los tribunales. “Hemos pedido que se impongan medidas cautelares para que un juez lo desestime. Pero en caso de que no lo haga, nos revientan la huelga”, asegura.

“En vez de citarnos para negociar, nos citaron para imponernos servicios mínimos. Somos personal no estructural, el hospital debería funcionar sin nosotros. Debería sobrevivir sin residentes“

“En vez de citarnos para negociar, nos citaron para imponernos servicios mínimos. Somos personal no estructural, el hospital debería funcionar sin nosotros. Debería sobrevivir sin residentes. Y esto es lo que exigimos con el convenio. La Comunidad de Madrid depende de residentes que es mano de obra barata en vez de contratar más médicos adjuntos — personal senior— como debiera. No somos personal imprescindible para tener un convenio propio pero sí para hacer servicios mínimos. Se están contradiciendo”, denuncia Boianelli.

Este residente asegura que en ninguna de las huelgas precedentes de residentes se han impuesto servicios mínimos y que todas las sentencias que ha habido al respecto han fallado a favor de los médicos MIR. “No debemos hacer servicios mínimos, no formamos parte de las plantillas. Pretenden reventar la huelga”, sentencia.

Antes de ellos, el personal de limpieza del Hospital Gregorio Marañón vivía dos jornadas de paro el 29 y el 30 de junio, después de que el SERMAS sacara una licitación para privatizar parte de su servicio. Estas trabajadoras y trabajadores, de los pocos que aún pertenecen a la Comunidad de Madrid sin contratos externalizados en este área, temen por sus condiciones futuras y por posibles recortes de personal. 

Catalunya: “Pasan de nosotros”

Desde los inicios de la crisis del covid-19, especialmente a partir de abril, se han sucedido las protestas en los centros de salud catalanes. Diversos sindicatos, la Marea Blanca y la Plataforma Sanitaries en Lluita mantienen movilizaciones periódicas en decenas de hospitales: “Es la hora de pasar de los balcones a las calles para defender los derechos de las trabajadoras y las usuarias de la sanidad en Catalunya”, decían en un comunicado.

De las calles pretendieron entrar en los despachos, en un intento de negociación con la Generalitat, pero no dio resultados. La Consejera de Salud, Alba Vergés, les contestó que no podía hacerle un hueco “en su apretada agenda”. Decidieron volver a las calles.

“Si la Consejera no va los trabajadores, los trabajadores van a la Consejera”, dijeron entonces desde Sanitaries en Lluita. El 8 de julio, centenares de profesionales de la sanidad se concentraban frente frente a la sede del Departamentos de Salud y sus delegaciones de todo el territorio catalán. Una mayor inversión, la desprivatización de servicios esenciales, como las ambulancias o el 061, o una sanidad 100% pública son algunas de las principales demandas del personal sanitario catalán. También exigen que la Generalitat revierta los recortes que desde hace años sufre el sector y recuperar el 5% del sueldo que les quitaron en 2010.

Si la Generalitat se niega a escuchar las reivindicaciones del personal sanitario, advierten, esta plataforma avanzará junto con los sindicatos una propuesta de huelga para la segunda quincena de septiembre

“Llevamos dos meses concentrándonos en las puertas de los hospitales. Hemos presentado unas propuestas a la conselleria, pero pasan de nosotros. Deben estar muy ocupados”, explicaba la portavoz de la plataforma en Tarragona, Marisa Cañón, en el Diari de Tarragona.

Las movilizaciones hacen especial hincapié en la importancia de la atención primaria y en la necesidad de reforzarla para hacer frente a posibles rebrotes. “Durante la crisis sanitaria, la atención primaria se ha puesto al límite de sus posibilidades. Desgraciadamente, se ha hecho evidente esta década de recortes en recursos y en personal, y la persistencia de políticas de gestión sanitaria hechas desde una visión centrada en el hospital y el beneficio económico”, denunciaban trabajadores de la atención primaria en un manifiesto publicado en Rebelión Primaria. 

La situación en Lleida, donde se vive el principal rebrote de covid-19 del Estado español, es especialmente delicada. “Estamos agotados y muy preocupados, y sufrimos por la falta de personal”, explica Mireia Martínez, enfermera de UCI del Hospital Arnau de Vilanova, el principal de la comarca. 

Este 13 de julio a las 10:30h, Marea Blanca de Cataluña, el Foro Catalán de Atención Primaria, La Cabecera y Rebelión Atención Primaria han convocado una concentración frente al Departamento de Salud, en Barcelona, para denunciar la precariedad en los consultorios y centros de salud. “Estos últimos meses, la sanidad pública ha hecho un esfuerzo que le ha llevado al límite: personal agotado, centros de salud cerrados o reducidos a la mínima expresión. Si antes de la pandemia su tarea ya era difícil, hoy en día resulta imposible”, señalan.


 

País Vasco: “Una plantilla exhausta”

El 9 de julio, centenares de trabajadores del Servicio Vasco de Salud (Osakidetza), convocados por los sindicatos ELA, Satse, LAB, SME, CCOO, UGT y ESK reclamaron en las tres capitales vascas más presupuesto para la sanidad pública y un aumento de plantilla. Los sindicatos exigen al Gobierno de Íñigo Urkullu que cambie “de raíz y de manera urgente” sus políticas sanitarias para dejar atrás “la grave situación que se vive” en la sanidad pública vasca. Si sus demandas no son oídas, dicen, intensificarán las protestas y no descartan ir a la huelga.

La crisis del coronavirus, señalan los convocantes, “ha puesto en evidencia la importancia“ de los servicios y la sanidad pública. Una relevancia que no concuerda con “el debilitamiento” del sistema público experimentado en los últimos años, una degradación “cuyas consecuencias han sido patentes” en la actual crisis sanitaria. De no ser, señalan los sindicatos, por el “esfuerzo e implicación” de la plantilla que “ha conseguido paliar las carencias de nuestro sistema sanitario” el impacto del covid-19 hubiera sido mucho mayor. La sanidad pública vasca, denuncian, tuvo que desenvolverse en “unas condiciones absolutamente excepcionales, con cargas de trabajo inaceptables y una falta alarmante de medidas de protección“.

El resultado: una “plantilla exhausta, física y psicológicamente”, con más de 2.000 profesionales contagiados “por falta de protección” y una sanitaria fallecida. Según cifras de los sindicatos, el personal de Osakidetza contagiado es del 18% y en algunos centros, del 20%. A la hora de encontrar culpables, señalan a los recortes del Gobierno vasco, al que acusan de ”partidas presupuestarias por debajo de la media de la UE, destrucción de empleo, plantilla estructural muy escasa, uso abusivo y fraudulento de la contratación, recortes de derechos laborales, privatizaciones y cargas de trabajo inaceptables“.

Andalucía: “Necesidad imperiosa de huelga”

Los sindicatos CCOO, CSIF y UGT han anunciado nuevas movilizaciones en julio contra la política del Servicio Andaluz de Salud y “su negativa a acordar mejoras” para el personal de la sanidad pública andaluza “en unos momentos tan delicados como los que estamos viviendo y pueden acontecer en el próximo otoño”.

“No vamos a tolerar un nuevo intento de ‘engaño’ a los/as profesionales del Servicio Andaluz de Salud (SAS). No vamos a permitir, ni una vez más, que se menoscabe la labor realizada por el personal de las instituciones sanitarias y la necesidad de fortalecer nuestro sistema sanitario público”, decían en un comunicado en referencia a las negociaciones en curso en la mesa sectorial.

Con una “desconfianza” manifiesta en los resultados de las conversaciones con la Junta, los sindicatos han convocado concentraciones en todos los centros sanitarios de Andalucía a partir de esta semana para exigir un acuerdo de “mejora de las condiciones laborales, retributivas y asistenciales”. Las movilizaciones concluirán con una concentración a finales de julio frente a los Servicios Centrales del SAS.

Por su parte, el Sindicato de Enfermería Satse criticó duramente la “perversa maniobra” del Gobierno andaluz, que pretende “subir 850 euros a miles de médicos del SAS que tienen dos trabajos”, uno en la pública y otro en la privada, mientras que “los enfermeros y fisioterapeutas andaluces tienen los salarios más bajos de todo el país, unos 1.300 euros al mes”. Este sindicato califica de “esperpento” esta subida, mientras que los enfermeros verán crecer su salario en 70 euros solo en el caso de trabajar en noches, domingos, festivos y en turno rotatorio, algo que Satse se niega a “consentir pasivamente”.

El personal de enfermería acusa a la Junta de mantener en el “ostracismo laboral y retributivo a miles de enfermeros y fisioterapeutas que se juegan su salud cada día para recuperar la de los demás, como ha quedado acreditado en esta crisis sanitaria”

El personal de enfermería acusa a la Consejería de Salud y Familias de la Junta de mantener en el “ostracismo laboral y retributivo a miles de enfermeros y fisioterapeutas que se juegan su salud cada día para recuperar la de los demás, como ha quedado acreditado en esta crisis sanitaria”. Según recuerdan desde este sindicato, estos profesionales “son los únicos que prestan atención sanitaria y cuidados de manera ininterrumpida a los pacientes, por ejemplo en nuestros hospitales, las 24 horas del día y durante todo el año”.

Según este sindicato, se va dibujando “la necesidad imperiosa de convocar una huelga a la vuelta del verano en los centros sanitarios de Andalucía”. 

País Valencià: “Hasta aquí hemos llegado”

Al igual que en la Comunidad de Madrid, los médicos y médicas en formación en el País Valencià se han declarado en huelga indefinida a partir del 21 de junio en todos los servicios públicos sanitarios, una medida de fuerza que durará hasta hasta que “la Conselleria atienda a sus reivindicaciones”, según dice el colectivo de médicos internos residentes, organizado en el Sindicato Médico de la Comunitat Valenciana (CESM-CV). 

“Hasta aquí hemos llegado”, señalaban desde el Sindicato Médico. Los servicios prestados por este colectivo, dicen, son “esenciales al sistema sanitario, especialmente dada la carencia de recursos humanos que viene padeciendo la sanidad valenciana y con mayor incidencia en los recursos de personal médico”. 

La convocatoria de huelga llega después de que la Consejera de Sanidad, la socialista Ana Barceló, desoyera las reivindicaciones de los médicos MIR. Los intentos de negociar con el Gobierno valenciano han sido “infructuosas, no obteniéndose respuesta alguna, salvo desacertadas manifestaciones públicas en los medios de comunicación”, dicen desde este sindicato sanitario.

Los médicos internos residentes reclaman la equiparación de la jornada de trabajo y descanso con la de un médico adjunto y exigen periodos de descansos de 36 horas después de hacer guardias de 24 horas ininterrumpidas, tal como exige la normativa europea. También piden una jornada laboral de un máximo de 37,5 horas semanales “distribuidas en un máximo de 35 horas de prestación laboral y un mínimo de 2,5 horas formativas” y cotización de las horas de guardia. Entre una larga lista de reivindicaciones laborales, las diferencias salariales con respecto a otras comunidades autónomas es otro de los motivos que han llevado a este colectivo de médicos y médicas en formación a la huelga.