Carta abierta a Europa Press en relación al Partido de los Trabajadores de Kurdistán (PKK)

Un grupo de organizaciones y medios de comunicación difundieron una carta dirigida a la agencia de noticias Europa Press, en donde critican su tratamiento informativo referido a los hechos relacionados al Partido de los Trabajadores de Kurdistán (PKK).



Carta abierta a Europa Press en relación al Partido de los Trabajadores de Kurdistán (PKK)

 

Un grupo de organizaciones y medios de comunicación difundieron una carta dirigida a la agencia de noticias Europa Press, en donde critican su tratamiento informativo referido a los hechos relacionados al Partido de los Trabajadores de Kurdistán (PKK).

A continuación publicamos la carta completa:

Madrid, 13 de julio de 2020

Estimado Sr. Director,

Desde hace tiempo venimos observando que en todas las noticias relacionadas con el PKK (Partido de los Trabajadores del Kurdistán) se viene aplicando como coletilla el siguiente ‘corta y pega’: “Más de 40.000 personas, en su mayoría kurdos, han muerto desde que el PKK se alzó en armas contra las fuerzas gubernamentales en 1984. El grupo está considerado terrorista por Turquía, la UE y los Estados Unidos.”

La cual, pensamos, no hace justicia a la verdad. Si bien es cierto que actualmente Turquía, la UE y EE.UU. incluyen al PKK en tales controvertidas listas, queremos aclarar que en enero de 2020 el Tribunal de Apelación de Bélgica se pronunció a favor de 42 personas y 2 empresas acusadas de militancia, difundir propaganda y recaudar fondos. La sentencia se fundamenta en el Artículo 146 (bis) del Código Penal belga, que deriva del Derecho Internacional Humanitario y del marco legislativo antiterrorista europeo, haciendo en ella referencia explícita a que no se puede considerar a una organización como terrorista en el ámbito de una guerra en curso.

Así mismo, en noviembre de 2018, el Tribunal Superior de Justicia de la Unión Europea (TSJUE) acordó que el Consejo de Europa debía anular la inclusión del PKK en las listas mencionadas, basándose en el largo tiempo que había transcurrido desde que los principales promotores (Reino Unido y Francia) realizasen sendas demandas contra el PKK en sus respectivas jurisprudencias nacionales, ya que fue en 2001 cuando Reino Unido incluyó al PKK en su fichero FTO (Foreign Terrorist Organizations) y no es hasta 2014 cuando la UE decide incluirlos en las listas comunes. El Ministerio del Interior de Reino Unido recurrió alegando que en esos 13 años se habían cometido 69 actos violentos en territorio turco, si bien el TSJUE no ve suficientes motivos para vincular estos actos al PKK, que se desmarcaba de ellos, habiendo sido la mayoría reivindicados por agrupaciones distintas como puede ser el TAK (Jóvenes Halcones). No obstante, como cada seis meses se revisan dichas listas, se volvió a incluir al PKK en las mismas.

Actualmente, la Comisión Europea para el Derecho del Estado o Comisión de Venecia (órgano consultivo formado por expertos independientes del campo del derecho constitucional) está estudiando la posibilidad de sancionar o expulsar a Turquía del mismo por su política de detención de alcaldes electos y su sustitución por fiduciarios afines al régimen. Ya son 45 los municipios expropiados políticamente.

También queremos señalar que la mayor parte de las víctimas están en el bando del PKK, que ha sufrido numerosas persecuciones, bombardeos y hostigamiento por parte del Estado turco, la guerrilla paramilitar, ultranacionalistas turcos como los “Lobos Grises” y grupos yihadistas.

Para comprender mejor el contexto de la lucha entre el movimiento kurdo y el Estado turco debemos remontarnos a 1973, cuando la semilla del PKK era tan sólo una organización cultural que luchaba contra la idea excluyente de ‘una nación, un Estado, una bandera, una lengua’. En 1977, Hakki Karer fue asesinado por los servicios de inteligencia turcos (MIT) y ese mismo año se publica “El camino para la emancipación kurda”.

Es en 1978 cuando se funda oficialmente el PKK. En 1980 se produce un golpe de estado militar en Turquía y la represión ya existente se intensifica sobre los cuadros y bases del PKK. Tras agotar todas las vías legales que buscaban garantizar los derechos del pueblo kurdo, comienza la lucha armada en 1984.

En 1991, tras la primera guerra del golfo, el PKK sitúa bases militares en el norte de Irak y, en el periodo 1992-1993, el ejército turco comienza una dura ofensiva de tierra quemada en Bakur (Kurdistán del norte, Turquía) provocando tres millones de desplazados. Un año después, Turquía invade el norte de Irak. Tanto en 1993 como en 1995, Abdullah Öcalan emite sendos alto el fuego unilaterales, pero las fuerzas armadas turcas no los aceptan, continuando sus ataques contra las bases del PKK en Bashur (Kurdistán del sur, Irak), desplegando 35.000 soldados en la región kurda de Turquía y destruyendo miles de aldeas.

En 1998, el PKK vuelve a dar otro paso conciliador, reconociendo la integridad territorial de Turquía y su soberanía. No obstante, en ese mismo año Öcalan es expulsado de Siria para ser capturado en Kenia y encarcelado en la isla prisión de Imrali, dónde permanece desde entonces. Como reacción, en 2003 el PKK reanuda sus actividades armadas.

En 2007, el Partido de la Sociedad Democrática (DTP), heredero de varios partidos kurdos ilegalizados, entra por primera vez en el Parlamento turco con 21 escaños, pero es ilegalizado en 2009 por supuestos vínculos con el PKK.

Como nuevo gesto de acercamiento a finales de 2009, 19 guerrilleros se entregan. No obstante, el Estado turco genera un relato de victoria y rendición y, al ser recibidos como héroes a su llegada a Turquía, se bloquean las negociaciones, recrudeciéndose el conflicto hasta 2011.

En 2012, se inicia una nueva etapa de acercamientos que se mantiene hasta 2014. Se autoriza el uso de la lengua kurda en la enseñanza primaria y en la administración de justicia y dos diputados visitan a Öcalan en Imrali, quien permanecía completamente aislado. El líder kurdo hace un llamamiento para el cese de la violencia y el comienzo de un nuevo proceso político, anunciando la retirada de todos los efectivos del PKK en Irak. Pero las conversaciones fracasan y el KNK (Congreso Nacional del Kurdistán, en el que se incluye el PKK) anuncia el fin del alto el fuego en julio de 2015. Ese mismo mes, un atentado yihadista mata a 32 jóvenes en Suruç (Bakur) y los combates entre yihadistas y la izquierda turca se intensifican.

Tras el golpe de Estado de 2016, Turquía lanza una dura campaña represiva en la que más de 60.000 personas son detenidas y encarceladas. Comienza así la deriva más autoritaria de Erdogan, encarcelando a los co-alcaldes electos con afinidad kurda y a multitud de periodistas, profesores, abogados… que simpatizan con el movimiento kurdo.

Entre 2018 y 2019, Turquía ha invadido y ocupado diversas regiones en Siria que estaban bajo control de la AANES (Administración Autónoma del Norte y Este de Siria), formada por una coalición que salvaguarda la multietnicidad y la libertad religiosa y que lucha activamente contra Daesh (Estado Islámico).

Es importante señalar que el gobierno turco de coalición AKP-MHP, con el presidente Erdogan al frente, se muestra cada vez más autoritario, llenando las cárceles de representantes de la oposición -en especial del HDP, de mayoría kurda-, legítimamente elegidos, pero también intelectuales, periodistas y funcionarios no afines al gobierno. Muchos medios de comunicación han sido clausurados, se reprimen las libertades de expresión y manifestación y se arenga a las masas desde las mezquitas promoviendo el ultranacionalismo turco.

Además, Turquía busca ampliar su influencia en el Mediterráneo aumentando su intervención o creando conflictos en la región, como el apoyo al gobierno de Libia mediante el envío de combatientes yihadistas, o invadiendo las fronteras marítimas chipriotas, lo que ha provocado una fuerte reacción de Francia, Grecia y Chipre.

Por todo ello, creemos que la inclusión del PKK en las listas, controvertidas, de organizaciones terroristas responde a un claro intento del gobierno turco de destruir todo rastro de disidencia, ya sea étnica, religiosa o política. Así mismo consideramos que las políticas represivas y expansionistas de Erdogan son un motivo más que suficiente para considerar al PKK como parte involucrada en un conflicto interno y no como organización terrorista, como así lo han puesto de manifiesto el TSJUE y el más alto tribunal de Bélgica. De ahí que solicitemos a Europa Press la revisión de la frase, indicada al principio de esta carta, con la que finaliza las noticias en las que se incluye mención al PKK.

La presente carta es abierta, por lo que se hará pública en diferentes medios.

Quedamos a su disposición en el correo electrónico rojavaazadimadrid@riseup.net.

Agradeciendo su interés, reciba un cordial saludo.

Firmas:

Rojava Azadi Madrid / Taggayt – Fraternidad Tuareg Canaria / Kurdistán América Latina / Comité de Solidaridá con América Llatina (COSAL) de Asturias / Women Defend Rojava, Asturias / “El montón de KROPOTKIN” Colectivo EMK / Plataforma Azadi de solidaritat amb el poble kurd / CGT Catalunya / Ensorrem fronteres / Mujeres Libres Madrid / Steilas / Women Defend Rojava Bizkaia / BEA, Asamblea de Mujeres Bizkaia Feministalde / Auzoetatik Piztu Bilbo / BDS / Kurdistanekin Elkartasuna ekimena / CNT – Comarcal Sur Madrid / CNT – AIT Tarragona / Solidaridad Obrera / Women Defend Rojava Madrid / Comité Solidaridad Kurdistán (Ciudad de México) / Lobas VK / Apoyo Mutuo Madrid