Rojava: una economía en tiempos de guerra

La Administración Autónoma del Norte y el Este de Siria (AANES), que reúne a siete regiones autónomas por fuera del régimen de Bashar Al Assad, se enfrenta actualmente a una crisis económica sin precedentes. Damasco y los ataques turcos ponen en peligro su sistema político basado, por un lado, en los municipios y las organizaciones de la sociedad civil, y por otro en representantes de los partidos políticos. Sufriendo una devaluación de su moneda, una crisis del agua y varios años de guerra, la administración autónoma ha tomado iniciativas para mejorar las condiciones de vida de su población. Al mismo tiempo, las cooperativas ofrecen la posibilidad de combatir la pobreza



Rojava: una economía en tiempos de guerra

 

La Administración Autónoma del Norte y el Este de Siria (AANES), que reúne a siete regiones autónomas por fuera del régimen de Bashar Al Assad, se enfrenta actualmente a una crisis económica sin precedentes. Damasco y los ataques turcos ponen en peligro su sistema político basado, por un lado, en los municipios y las organizaciones de la sociedad civil, y por otro en representantes de los partidos políticos. Sufriendo una devaluación de su moneda, una crisis del agua y varios años de guerra, la administración autónoma ha tomado iniciativas para mejorar las condiciones de vida de su población. Al mismo tiempo, las cooperativas ofrecen la posibilidad de combatir la pobreza, pero estas acciones y proyectos resultan ineficaces sin ayuda internacional, lo que garantizaría el desarrollo económico de estas regiones en una perspectiva a largo plazo.

Este artículo se basa en entrevistas con Selman Barûdo, corresponsable de la economía de las regiones del noreste de Siria; Leîla Qamîşlo, responsable de las cooperativas en el cantón de Qamishlo, y Mahmoud Mohammed, corresponsable de la economía de la región de Cezîre. Las discusiones se centraron en la situación económica de la administración autónoma después de estos nueve años de guerra, en la reciente crisis financiera en el Líbano, en las medidas adoptadas para contrarrestar la llegada del Covid-19, así como en las sanciones de los Estados Unidos dirigidas al gobierno sirio.

Reparaciones de posguerra

“Tan pronto como las Fuerzas Democráticas de Siria (FDS) destruyeron la última base del Estado Islámico, comenzamos un proceso de reconstrucción de nuestra economía”, subraya Selman Barûdo. Ya se trate de infraestructura como centrales eléctricas, puentes o guarderías, la mayoría fueron completamente destruidas durante los combates. Aunque la economía en la que se basa la administración autónoma es principalmente agraria y, por lo tanto, así evita las hambrunas, las tierras agrícolas se han visto gravemente dañadas y la cantidad de ganado también se vio afectada.

Para apoyar al sector agrícola, la administración autónoma compró 55.000 toneladas de trigo a un precio favorable, en 2019, a los agricultores locales. Se reparó la infraestructura de almacenamiento de algodón, así como las fábricas de secado de semillas para la industria del algodón y el maíz. “También hemos invertido en nuevos negocios dirigidos por ex desplazados”, dice Barûdo.

Cooperativas: iniciativas económicas democráticas

“Las cooperativas son la participación de la sociedad en la economía”, agrega Barûdo. Las cooperativas coordinan, por un lado, con los municipios, y por otro lado con las regiones a través del consejo (desteya) de economía. Cada cooperativa tiene un representante que participa en reuniones entre los demás representantes de cooperativas. Si el número de cooperativa continúa en aumento se deberá crear un consejo de cooperativas. “Nuestro objetivo es servir”, explica Leîla Qamîşlo, responsable de las cooperativas del cantón de Qamishlo. “Las cooperativas ayudan a combatir la pobreza. Nuestro próximo objetivo es aumentar el número de cooperativas en torno al cultivo de hortalizas. Estos son proyectos beneficiosos para personas en situaciones precarias, pero el otro efecto es reducir las importaciones. Este es uno de nuestros objetivos para el próximo año”, afirma

Las cooperativas se crearon en 2014, mientras que los sindicatos relacionados con ellas se formaron en 2017. El objetivo de estos últimos, establecidos localmente, era proporcionar información sobre el funcionamiento de las cooperativas. Desde entonces, el número de sindicatos se ha reducido para centralizar la capacitación, según Qamîşlo, porque ya no es necesaria la presencia de un sindicato por distrito.

Las cooperativas pueden obtener ayuda en forma de crédito en el primer año, que cubre hasta el 50% de sus necesidades. De hecho, cada año, el 5% de los productos de las cooperativas más antiguas se centralizan en la Unión de Cooperativas del cantón, que reinyecta la suma dentro de las nuevas cooperativas.

Veinte cooperativas que reúnen a unas 150 personas están presentes en el cantón de Qamishlo. Entre estas, se encuentran las cooperativas en torno a generadores, cultivo de hortalizas o cría de ganado. Una estación de lavado de autos y las panaderías son otros ejemplos de cooperativas presentes dentro del cantón. La mayoría de las cooperativas se crean por iniciativa de la Dirección de la Asociación, pero también pueden ser creadas por los municipios, que tienen un comité específico. A modo de ilustración, se crearon dos tiendas, una para ropa y otra para productos de limpieza.

Impactos económicos de los ataques turcos

La invasión de Afrîn en marzo de 2018 y a Serekaniye en octubre de 2019 por parte del Estado turco, tuvo dramáticas consecuencias humanas y materiales. Más allá de las vidas martirizadas para la protección de los territorios, los civiles asesinados, las personas desplazadas y otras consecuencias desastrosas de la opresión turca, es el desgaste causado por los repetidos ataques lo más devastador. Por ejemplo, muchos civiles me han contado su desilusión con sus objetivos de vida: “Cada vez que intentamos crear un proyecto o construir un nuevo edificio, el Estado turco lo destruye. Toda nuestra energía se centra en la guerra y es imposible para nosotros pensar en una perspectiva a largo plazo”, me informa Ahmed, un joven de unos veinte años que vive en Qamishlo.

Los ataques turcos han generado, entre otras cosas, movimientos de población dentro de la frontera y la creación de campos de refugiados, apoyados por la administración autónoma. “Así que tuvimos que tener en cuenta en nuestra economía el cuidado y la provisión de estas personas desplazadas. Esto tiene un impacto en los precios, que tienden a dispararse”. Sin mencionar que en Serekaniye se robaron 35.000 toneladas de trigo y 45.000 toneladas de semillas, además de fertilizantes (fosfato), de hogares, negocios y campos. Al mismo tiempo, el trigo sembrado por los agricultores de Serekaniye antes de la invasión turca no puede cosecharse, ya que los cultivos ahora son parte de los territorios invadidos. En cuanto a la ocupación de Afrin, desde marzo de 2018, es otro desastre humanitario y económico. Por ejemplo, se destruyó la infraestructura específica para refinar aceite de oliva y se perdieron 1.440.000 hectáreas del territorio de la administración autónoma.

La administración también garantizó la gestión de la situación del agua en las regiones que rodean a Tal Tamar y Hassake. De hecho, este último sufrió graves cortes de agua debido a la incautación de las milicias apoyadas por Turquía en la estación de distribución de agua de Allouk. El agua tenía que ser traída urgentemente en camiones para abastecer a las poblaciones. El regreso al servicio de la estación fue finalmente intercambiado por la donación de la administración autónoma de 10 a 15 MW. Al mismo tiempo, la densidad de los ríos Éufrates y Tigris, que dependen del Estado turco, se ha reducido. Esto impactó directamente la producción de electricidad de la administración autónoma.

Incendios provocados amenazan los cultivos

Los incendios provocados también son una de las preocupaciones compartidas por Selman Barûdo, en vista de los eventos del año pasado: “Algunos de estos incendios fueron criminales. De hecho, Daesh ha pedido que se quemen los campos, porque creen que los infieles se lo comen. Como resultado, se quemaron 435.000 hectáreas, lo que equivale a 90 millones de libras sirias. Por lo tanto, hemos tomado precauciones, por un lado con el estacionamiento de camionetas de bomberos en lugares estratégicos y el establecimiento de equipos de emergencia, por otro con la educación de los agricultores en el monitoreo de sus tierra. Sin embargo, necesitamos una mayor cantidad de camiones de bomberos porque nuestro equipo es claramente insuficiente”.

Desde finales de mayo, las tropas de HPC y HPC Jin (Hêzen Parastina Cîvakî – Fuerzas de Defensa Civil), unidades de defensa populares organizadas a nivel local y de forma voluntaria, fueron llamadas como refuerzos. Se las puede ver a lo largo de los caminos y en los bordes de los campos para proteger los lugares contra futuros incendios provocados.

Administración autónoma ante una crisis económica sin precedentes

La crisis de liquidez en el Líbano, la falta de reconocimiento de la administración autónoma por parte de la comunidad internacional, y la pandemia de coronavirus han provocado una grave devaluación de la libra siria. Aunque el valor de la libra siria ha tendido a disminuir durante varios meses, ahora está en caída libre. Más aún porque la Ley César, redactada por los Estados Unidos contra el Estado sirio, acentúa las dificultades económicas experimentadas por las poblaciones de la administración autónoma. Las fuertes sanciones económicas previstas por la Ley César se han aplicado desde el 17 de junio de 2020 y deterioran las condiciones de vida, que ya son muy precarias.

Al cerrarse la frontera sirio-iraquí, y las carreteras entre los territorios de la administración autónoma y el régimen sirio, la importación de material se hace más difícil. Además, “el precio del petróleo ha caído y los contrabandistas están tratando de aprovechar la situación”, dijo Mahmoud Ardînî Mohammed, corresponsable del consejo de economía del cantón de Cezîre. Y agrega: “Con la guerra, nuestra infraestructura sufrió y es débil. El cierre de las fronteras luego de la pandemia del Covid-19 ha empeorado la situación. Obtener medicinas y equipo médico, como máscaras, se vuelve difícil. No tenemos sitios de producción farmacéutica porque bajo el régimen de Bashar Al Assad, las fábricas fueron prohibidas en la región de Cezîre. Además, los traficantes han ocultado existencias de equipos médicos para inflar los precios. Saben muy bien que estos son productos que se van a comprar”.

Mohammed luego se refiere sobre la crisis financiera en el Líbano: “Nos estamos basando en un sistema de exportación que depende del Líbano. Una crisis en el Líbano inevitablemente desencadena una crisis en Siria”.

“Estamos utilizando la libra siria ya que no somos independientes del Estado sirio. Nuestro trigo se vende a Irán y Líbano en libras sirias, lo que agrega valor a nuestra moneda. Pero el dólar tiene un gran impacto en nuestra economía. El régimen está tratando de eliminar el dólar de los territorios de la administración autónoma para aumentar la demanda. Conseguir dólares se vuelve así difícil. En un intento por contrarrestar los crecientes precios, la administración autónoma ha prohibido la canalización de dólares a áreas controladas por Damasco”.

“Se sacrificarán todos los acuerdos con el gobierno sirio”

Según Mahmoud Mohammed, las relaciones de poder entre el régimen de Bashar Al Assad y la administración autónoma se ven fuertemente afectadas por esta situación. El cese de las importaciones de materiales del régimen, como resultado de la pandemia, ha hecho que la administración autónoma dependa de las importaciones que llegan desde Faysh-Khabur, el puesto fronterizo iraquí-sirio. Por lo tanto, los bienes se compran en dólares en el extranjero y luego se venden en libras. “En resumen, estamos desperdiciando dinero”, dice Mahmoud Mohammed.

A modo de ilustración, el petróleo procedente de los territorios de la administración autónoma se procesa parcialmente en los territorios del régimen de Bashar Al Assad, o en Bashur -Kurdistán iraquí-, por falta de refinerías de calidad. El petróleo refinado es luego recomprado por la administración autónoma. Al mismo tiempo, la administración autónoma no es miembro de la OPEP, ya que no es reconocida por la comunidad internacional. Por lo tanto, vende su petróleo a actores no oficiales a precios que no son los del mercado.

Por eso, según Mahmoud Mohammed, “la Ley César no solo afecta al gobierno sirio, sino también a la administración autónoma en general. Todos los acuerdos que hemos logrado hacer con el gobierno sirio ahora serán sacrificados. Nuestra gente se volverá cada vez más dependiente de ella. Quizás el régimen preveía que surgiría una cuasi-independencia de las regiones del noreste de Siria y que la falta de medios debido a las numerosas prohibiciones impuestas a lo largo de los años, los debilitaría”.

Aumento de salarios y control de precios: útil pero insuficiente

Bajo el régimen de Bashar Al Assad, los salarios eran extremadamente bajos y no correspondían al costo de vida. Después del establecimiento de la administración autónoma, los salarios de los empleados se incrementaron en 20.000 libras. En 2019, los salarios por debajo de 80.000 libras se incrementaron en un 35%, para aquellos entre 80.000 y 100,000 en un 25% y para los que pasaran más de 100.000 libras en un 15%. Según Selman Barûdo, “estas acciones han permitido ayudar a la población, incluso si sabemos que esto no es suficiente”.

Ante la fuerte devaluación de la libra siria, el copresidente del consejo ejecutivo de la administración autónoma, Bêrîvan Khalid, decidió aumentar los salarios de los empleados en un 150%. Tuiteó el 21 de junio de 2020: “Somos plenamente conscientes del alcance del sufrimiento vivido por los ciudadanos como resultado de la actual crisis económica. Hemos superado todas las dificultades juntos, y también superaremos esta crisis juntos. Confía en tu administración autónoma”.

La administración autónoma exporta principalmente forraje. También exporta trigo, petróleo, algodón, semillas y ganado cuando tiene excedentes.

La crisis económica que afecta a las regiones del noreste de Siria ha llevado a la administración autónoma a controlar los precios de los alimentos básicos (azúcar, pan, trigo), disponibles en tiendas, y ciertos materiales de construcción. Los panes subsidiados por la administración están disponibles por 100 libras sirias por paquete de ocho unidades.

A corto plazo, la administración autónoma puede contar con sus reservas, pero los sectores de la agricultura y la industria deben ser apoyados para poder lograr la independencia económica de Damasco a largo plazo. “Necesitamos ayuda internacional para nuestra agricultura. Necesitamos laboratorios que nos permitan examinar las semillas para evitar enfermedades de plantas y humanos relacionadas con ellas”, dice Selman Barûdo. Mahmoud Mohammed también pide a la coalición internacional en Irak y Siria que apoye la construcción de refinerías y fábricas en las regiones del noreste de Siria. Según Mohammed, la coalición internacional ha hecho una promesa de ayuda, pero todavía no se ha materializado nada.

A pesar de su drástica falta de medios infraestructurales y financieros, la administración autónoma del noreste de Siria está luchando para proporcionar a su población una calidad de vida decente. Todavía no se ha puesto en marcha la ayuda internacional para aliviar la dramática situación causada por la crisis económica, incluso si esto permitiera ofrecer perspectivas a la generación joven para el futuro en los territorios de la administración autónoma.

FUENTE: India Ledeganck / Mouvements / Kaos en la Red / Edición: Kurdistán América Latina