- DISCUSIÓN DEL PLEBISCITO: LA CONSTITUCIÓN ORDENA NUESTRAS VIDAS DESDE ARRIBA O NUESTRA FORMA DE VIDA PUEDE ESCRIBIR UNA NUEVA CONSTITUCIÓN DESDE ABAJO
Jaime Yovanovic (Profesor J), abogado constitucionalista
Los estrategas del poder (militares, partidos políticos, empresarios e iglesias) ordenan el funcionamiento de la sociedad y de la economía desde sus propiedades y de sus cargos, lo que misteriosamente no se va a tocar en la discusión de las nuevas reglas del juego que llamamos “constitución”, como no se tocaron en el cambio del mando desde la dictadura militar a la “democracia” que resultó en el aumento de la desigualdad, las grandes propiedades, la destrucción de la madre tierra, el crecimiento de la pobreza, la marginalidad de las poblaciones populares, etc. que llegó a un estado de inconformidad tan grande que la población estalló y permanece hasta hoy en estado de estallido.
Los partidos políticos legales e ilegales, que se organizan y reclutan gente para acceder a los cargos de dirección del poder del estado nos engañan, todos ellos, afirmando que los de arriba tienen o se adjudican privilegios y nos llevan al ring a pelear contra esos privilegiados que tienen todo y nosotros no tenemos nada, salvo la basura, o sea nos hacen luchar entre ellos y nosotros, entre los buenos y los malos, pero nada dicen del árbitro de la pelea, el que decide, el que corta el queso, el que nos mantiene de manos atadas y sienta a los privilegiados en la mesa.
Así quien define las cosas es el poder y los instrumentos del poder, que se colocan en primer lugar en la constitución sin preguntar a nadie y luego, en segundo plano constitucional van los derechos pueblo y ahí todos pisan el palito haciendo creer que basta poner por escrito en la constitución esos y otros cientos de nuevos derechos para imaginar que han llegado los cambios.
Para ser más claros el debate constitucional se centra en la parte de los derechos, cuyo diseño puede ser fantástico y hacer creer que hay una verdadera revolución. Pero la parte del poder y sus instrumentos queda aparte, nadie puede discutirla, o sea hacemos el diseño de la casa muy bonito y original, pero escondemos a la gente que en vez de puertas y ventanas tiene barrotes y en cada pasillo hay unos perros guardianes que no te dejan pasar para ese lado.
PRIMERA CONCLUSIÓN: LA CONSTITUCIÓN TIENE DOS PARTES: EL PODER Y LOS DERECHOS
El pueblo soberano sólo participa con delegados en la elaboración de los derechos y puede elegir a quienes se hacen cargo de la función ejecutiva y de la función legislativa y allí se van a amontonar los partidos de derecha, izquierda, centro y extremos en lo que se llama circo parlamentario o reunión de negocios donde corren los lobbies, las coimas, el dinero sucio, los chantajes, los chanchullos, contubernios y los arreglines, o dicho con cinismo los pactos, las alianzas y los acuerdos,
Mientras en el circo democrático se produce la impresión que allí se juegan los destinos del país, los que cortan el queso del poder real usan uniforme o cuello, corbata, toga y todos andan de tontos graves como en un funeral, haciendo ver que el poder es inamovible y no podrán nunca ser tocado por los que ellos llaman de “histeria democrática” o “lamento del payaso moribundo”.
SEGUNDA CONCLUSIÓN: LOS PERSONAJES E INSTRUMENTOS DEL PODER
Los militares:
Esta institución es vertical, tan vertical que si miras hacia abajo te da vértigo, mareo y te caes. Tiene en su cúpula a los oficiales, elegidos con pinzas entre ellos mismos de entre familias pudientes y apellidos ojala europeos y ojala de elevada estatura para mirarte de arriba abajo y con voz que compita con sirena de barco, balazo de cañón o rugido de avión. En cambio los soldados y suboficiales deben ser del pueblo, ojala campesinos sin cultura urbana o gente de la pobla que sean dóciles y energúmenos buenos pa’l combo y las patadas a los que se educa como Rambos idiotas seducidos por el billete y el copete. Son preparados para defender a la patria matando a todo el que se les pone por delante sin mirar a quien al sólo mando de la oficialidad que repite la suboficialidad y sus principales enemigos no vienen del extranjero, sino del pueblo oprimido o los pueblos ocupados, su terror son los comunistas, no por ser comunistas, que eso es bueno, sino por ser de partido que entienden lo que es el poder y desean sentarse el trono, o sea, les disputan de verdad.
Los militares son de derecha o de izquierda, dependiendo de quién controla el resto de los instrumentos del poder, como en Nicaragua y Venezuela, que son dictaduras capitalistas de izquierda, o como en la Unión Soviética que buena parte de los oficiales del zar se pasaron al partido comunista y se transformaron en cámaras por la buena paga.
El verdadero miedo de los milicos es que los soldados vean en los barrios a sus familiares participando en las ollas comunes y las huertas comunitarias, o sea, otro modo de vivir. Por ese motivo los llevan a otras regiones para que no tengan que disparar contra su gente
Una verdadera constitución debería decidir abiertamente si queremos o no queremos tener fuerzas armadas profesionales centralizadas y verticales, o si queremos que las armas estén en manos de milicias y guardias comunitarios descentralizados y dependientes del comité de autodefensa y seguridad pública de la asamblea del municipio autónomo. Eso significa en el fondo cambiar el poder centralizado por la democracia comunal, en el fondo se trata del principio de la comuna de París de que la comuna sustituye al estado, lo que es lo mismo que las comunidades autónomas zapatistas de México o el confederalismo democrático del Kurdistán o el Pulof Mapu Xawün, la Alianza Territorial Mapuche, que rescata la organización de ese pueblo en el año 1881 en plena resistencia contra la invasión del ejército del estado chileno.
Los jueces:
Los jueces interpretan y aplican la constitución y las leyes, o sea que le dan sentido a una norma que puede interpretarse de diversos modos. Se eligen entre ellos mismos para ir escalando posiciones en los juzgados de menor cuantía, los medianos, hasta llegar a las cortes de apelaciones y corte suprema donde se eligen los candidatos que son presentados al jefe del ejecutivo (el presidente) que obviamente escoge uno de su línea.
Tampoco pueden abrir este aparato a la democracia, con el pretexto de que hay que conocer de leyes y etcétera, transformando así el derecho en una asociación criptica, secreta y enigmática lejos del alcance del vulgo
Carabineros, policía de investigaciones, registro de propiedad, contraloría, iglesias, consejo de defensa del estado, notarías, etc. son parte de las decenas de instrumentos-instituciones del poder que defienden la estructura enmarañada de la propiedad de las tierras y empresas que mantienen y reproducen las condiciones de la desigualdad, injusticia y marginalidad en que nos tienen y que por mucho que se maquillen, se camuflen o se decoren de democráticas o participativas, quedan sujetas a las decisiones de los árbitros del poder que en general son inamovibles porque necesitan mantener la eterna propiedad de las tierras y las empresas que deciden sobre la vida y la muerte, la alimentación o la miseria de la población atada a la camisa de fuerza de la propiedad y el mercado donde se han instalado en redes todas las necesidades y superficialidades de la vida en la maraña capitalista que partiendo de la propiedad lanza a la venta los bienes que podrán ser adquiridos si nos metemos de cabeza en esa red capitalista persiguiendo el dinero con el que nos vamos a endeudar, entregarnos a la voracidad de los bancos, pagar los servicios y adquirir los alimentos.
Mirando bien, con plebiscito o sin plebiscito todo seguirá igual, por lo que hay que entender que se trata de una medida urgente del poder para detener, retrasar u obstaculizar nuestro camino desde el estallido, que salió del centro de las ciudades para instalarse en los barrios donde se organizan asambleas vecinales y formas de administrar las necesidades y potencia de la población en barrios y poblaciones aprendiendo a producir por su cuenta los alimentos en huertas comunitarias y alimentarse en conjunto en las ollas comunes, que son una buena forma de empezar a liberarse de la maraña del mercado y el comienzo del cambio desde abajo hacia una nueva forma de vivir, desde la cual podremos ir dibujando pasito a pasito la nueva sociedad y que se escriba sobre ella, y ese escrito será nuestra nueva constitución, que reflejará de hecho lo que hacemos y no la promesa de lo que se puede hacer.
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