La República, el Estado Plurinacional y la invención del «otro»
Por: Juana Roca Sánchez*
Pukara
Reflexiones sobre un proceso con una CPE no acatada
Detrás de la defensa de la ́república ́ y del ́estado pluri-nacional ́ existen dos grandes narrativas que se repiten históri-camente desde hace más de cien años, no solamente en Bolivia sino en la tradición occidental. Se trata de un debata entre lo uni-versal o moderno y lo plural que nunca terminan de solucionarse. Por ejemplo en tiempos del dar-winismo social en boga en Euro-pa y en América Latina a fines del siglo XIX y a comienzos del XX, se discutía entre la consolidación de un estado boliviano reciente-mente formado como república, pero a la vez se hablaba de seres humanos inferiores y superiores que ameritaban tener sistemas legales diferenciados. Se trata-ba de visiones retrogradas, pero de alguna manera pluralistas so-bre las ́razas ́. Dentro de ese contexto, había por ejemplo un resabio que continúa hasta hoy, que era considerar a los llamados ́selvícolas ́, como seres inferiores a los aymaras y quechuas, y a es-tos y a los mestizos también se los situaba por debajo de los lla-mados ́blancos ́. Era la forma en que las ciencias sociales eti-quetaban ́al otro ́, destacando sus diferencias, materializadas en sistemas de justicia y de ciu-dadanía diverso.Este orden de cosas terminó en el mundo al final de la Segun-da Guerra Mudial después de la catástrofe del holocausto, y en Bolivia con la Revolución Nacion-al. Fue así que a partir de 1952, los llamados ́sujetos racializa-dos ́ dejaron de ser considerados ́indios ́, ́selvícolas ́ ́bár-baros ́o ́salvajes ́. En un inten-to de ́desracializarlos ́, dejaron de ser llamados ́indios ́, y se los bautizó como ́campesinos ́. Bajo el paraguas de la Declaración Universal de Derechos Humanos de la ONU de 1948, el mundo ya no estaba dividido en razas, aunque si en ideologías. Desa-parecieron los regímes raciales oficiales de segregación en la mayor parte de los países, con la excepción de Sud Africa y el sur de los Estados Unidos 1, donde las poblaciones negras no tenían los mismos derechos que el res-to de las personas. Si bien estas medidas de ninguna manera ex-tinguieron el racismo en las so-ciedades, al menos eliminaron los sistemas racistas legales.Con las llamadas políticas de asimilación o de integración pro-movidas en diferentes partes del planeta, incluyendo las repúblicas latinoamericanas y la República de Bolivia, los estados intentaron homogeneizar a la población creando un proyecto de ciudada-nía resaltando el mestizaje como rasgo unificador de la población, y poniendo en segundo plano las diferencias raciales y culturales, llamando hacia una igualdad ante la ley. Este modelo coincidió con un auge desarrollista y marxista, que veía a las sociedades dividi-das en clases sociales, pero no en razas ni en culturas.A fines de los años 60 este or-den se comenzó a cuestionar, y se acusaron a estas políticas de ́etnocidas ́ en Europa y en varios países de America del sur, puesto que se denunciaba que 1 Ver Fredrickson, George M. 2002. Racism. A Short History. Princeton: Oxford University Press.en la medida de que el estado proponía la homogeneización, se estaba intencionalmente ha-ciendo desaparecer a las ́cultu-ras ́. Una nueva generación de intelectuales de fines de los años 60, acusaba al capitalismo, al desarrollismo y al ́colonialismo interno ́, de no haber superado las diferencias entre las perso-nas, sino que había promovido el racismo y la negación de los ́pueblos indios ́.El concepto de colonialismo in-terno con sus diferentes matices e interpretaciones entre diver-sos movimientos nacionales y transnacionales de liberación, no solamente se acuñó y discutió en America Latina, sino en Afri-ca, entre los políticos negros en Estados Unidos y en México con pensadores como Pablo Gonza-les Casanova. 2 El antropólogo Guillermo Bonfil, quien estuvo un tiempo vinculado con el indianis-mo boliviano3, también era uno de los portavoces del término, junto con el concepto de ́plu-ralismo cultural ́, planteado y desarrollado en las reuniones de Barbados en 1971 y en 1977, entre antropólogos y líderes indí-genas para discutir la ́liberación del indio ́, y la formación del indi-anismo en America Latina. 4En las esferas intelectuales de occidente y especialmente de Francia, comenzó en los años 70 a surgir la corriente amplia iden-tificada como ́postmodernismo ́5, anunciando entre las ciencias 2 Sobre las diferentes con-cepciones de colonialismo interno y los debates en torno al origen del terminó, ver por ejemplo: Iborra-Ma-llenet y Montañez-Pico 2020. ́Los orígenes de la idea del «colonia-lismo interno» en el pensamiento crítico del comunista afroamerica-no Harry Haywood: crónica de una conversación con Gwendolyn Midlo HallUnidos ́ en Tabula Rasa, vol. 35 (https://www.redalyc.org/jatsRe-po/396/39663638004/movil/index.html).3 Sobre las relaciones del mexicano Guillermo Bonfil con el indianismo bolviano, ver Escárce-ga 2014. Correspondencia Reina-ga-Carnero-Bonfil. México: Centro de Estudios Andino y Mesoamerica.4 En la reunión de Barbados de 1971, no hubo ningún indígena presente (ver: Dostal, Walter (ed.). 1972. The Situation of the Indian in South America. Contributions to the study of inter-ethnic conflict in the non-Andean regions of South Ameri-ca. Geneva: World Council of Chur-ches.).5 No hay consenso sobre el origen no concepto exacto del * Juana Roca Sánchez es Candidata a PhD en ciencias sociales de la Universidad de Ámsterdam, tiene estudios de maestría en Antropología y Desarrollo del London School of Economics, Investigadora del CIDES-UMSA. Ha trabajado varios años en políticas públicas para pueblos indígenas en el Estado y ONGs. El multiculturalismo surgido en occidente influyó en las políticas de la diferencia aplicadas en Estados latinoamericanos como Bolivia. Éstas visiones influyeron en la constitución del Estado Plurinacional.Fuente: https://wsimag.com/es/economia-y-politica/14631-multiculturalidad-ilusion-o-realidad
La Paz, octubre de 20206La Paz, octubre de 20207que este personaje tenga piernas desproporcionalmente cortas, con muslos reducidos para el ta-maño de su cuerpo, ni estuviera arrodillado; sus demás caracte-rísticas muestran las funciones de criador que cumple, con su cayado y su honda.Explicación que contrastada con otras interpretaciones que se han dado, sin utilizar la lógicacom-plementaria, demuestra que no son integralmente consistentes. Como la del arquitecto Carlos Milla, que interpreta el persona-je como un observador astronó-mico (¿de la Cruz del Sur?) que está portando instrumentos de observación; y que está de ro-dillas, para usarlos, pero sin una suficiente explicación sobre los demás elementos e iconografías del lugar.Finalmente, descartando la abun-dante explicación teísta, que no se distingue mucho de la mágica, sólo quedarían las interpretacio-nes de un acucioso astrónomo, que no logramos saber que ob-servó y la de un criador de llamas y alpacas, que sólo ahora y con los últimos conocimientos de la ciencia “occidental” descubrimos que fue el artífice de la creación de dos nuevas especies, median-te manejos genéticos, que les permitió que se reprodujeran en cautiverio.La creación genética de las llamas y alpacas es uno de los más gran-des hitos de las transformaciones en el proceso social andino, que merecidamente está grabado en piedra y en nada menos que en Tiwanaku, o Taypikala, que por su trascendencia significa en ay-mara piedra central.Viene de la página 5…sociales, el final del estructuralis-mo y el funcionalismo y de teorías lineales sobre el progreso, propo-niendo más bien a posiciones que planteaban formas plurales de ver el mundo. Entre éstas, se propu-so una nueva mirada de lo étni-co rechazando las concepciones universalistas de las sociedades. Parte del rechazo a la llamada modernidad, fue la negación a aceptar sus productos: uno de el-los es precisamente la república, como concepto homogeneizador e universal que ignora la diversi-dad cultural de los pueblos. Una vez que comenzó la era democrática en América Latina y en Bolivia, y terminó la Guerra Fría, las ideas relacionadas al pluralis-mo cultural y post-modernas en boga de las décadas anteriores y de los años 90, lograron pene-trar las agencias de cooperación internacional y las ONGs a través del movimiento indígena global6, junto con cientistas sociales ac-tivistas y militantes de aquellas tendencias que trabajaron en aquellos organismos, con dis-cursos que favorecían la diver-sidad étnica. El resultado fue el llamado constitucionalismo multicultural cuya materialización es el Convenio 169 de la OIT para Pueblos Indígenas y Tribales, aprobado en 1989, homologado y vigente en Bolivia en la actual Constitución, junto con la Declaración Universal para los Pueblos indígenas de la ONU. En este contexto, las ideas plu-ri-multi de los 90 y las de pluri-nacionalidad de la era del MAS, se cobijan bajo el mismo marco jurídico internacional. De ahí que cuando Pedro Portugal afirma que los discursos del llamado multiculturalismo y plurinacio-nalismo boliviano provienen del postmodernismo europeo, todo indica que acierta. Esto impli-ca que tanto la construcción de la república como la del estado postmodernismo. Acá se plantea en términos muy generales, sujetos a discusiones que no son el objeto de este breve artículo.6 Sobre el movimiento in-dígena global y su relación con los movimientos indígenas contemporá-neos en Bolvia, ver Roca Sánchez, Juana. 2020.. ́El surgimiento, cús-pide y ocaso del paradigma de la indigenización de las identidades en Bolivia ‘ en Seoane, Alfredo y Cla-ros, Luis (coords.). Bolivia en el siglo XXI: Transformaciones y Desafíos. La Paz: CIDES-UMSA. (http://www.cides.edu.bo/webcides2/index.php/component/jdownloads/send/31-coleccion-35-anos/225-01-col-35-anios-bolivia-en-el-siglo-xxi).plurinacional provienen de tradi-ciones occidentales, incluyendo las legítimas luchas de liberación y descolonización de los años 60s y 70s que se dieron en diferentes regiones del mundo. Dentro de esas corrientes, también la construcción de ́el otro ́, por lo tanto se trata de artificios prove-nientes ante todo del hemisferio norte, incluyendo aquellas pos-tuladas por los indígenas nor-teamericanos de Canadá y Esta-dos Unidos, que lideraron y aún lideran el movimiento indígena global, cuya sede es el Foro para Pueblos Indígenas de la ONU con sede en Nueva York.Sobre la base de lo expuesto, entonces ante la pregunta con respecto a qué es lo que hay detrás de la defensa del Estado Plurinacional y el discurso de re-torno a la república, la respuesta es que en el momento de aplicar cualquiera de los dos modelos de Estado, lo que ha fallado no son los planteamientos que favorecen a la república o al Estado plurina-cional, puesto que ambos tienen sus aciertos y sus limitaciones. El conflicto surge cuando en el mo-mento de aplicar algún modelo de Estado, aparece una nueva dicotomía que se puede plantear como autoritarismo, versus de-mocracia, entendida en este con-texto como el respeto al estado de derecho y a la Constitución. Tanto en el modelo republicano, como en el plurinacional ambos han sido irrespetados de diver-sas maneras y durante diferentes momentos históricos. Quizás entonces sea óptimo si antes de proponer nuevos modelos estatales y de continuar etiquetándonos a nosotros mismos y a los otros, veamos si como bolivianos estamos dispuestos a acatar lo que dicen tanto la constitución ́republicana ́, o la ́plurinacional ́, puesto que ambas tienen más elementos en común que diferencias, como por ejemplo la rotación del poder presidencial y el respeto a la Constitución sobre las demás leyes