INFORME ESPECIAL
RELACIÓN BILATERALRUSIA-VENEZUELA EN EL PROCESO BOLIVARIANO: Armas, hidrocarburos y geopolítica latinoamericana
ÍNDICE
Introducción
Antecedentes históricos en la relación bilateral Rusia-Venezuela Nelly Prigorian
La relación estratégica entre Rusia y Venezuela en el proceso Bolivariano Nelly Prigorian
La relación económica de Venezuela con Rusia, en un contexto de hiperinflación, crisis y sanciones económicas Manuel Sutherland
RESUMEN
Por mucho tiempo, la relación entre Venezuela y Rusia ha sido históricamente de lejanía, escaso intercambio comercial y cooperación bilateral y en general poca relevancia política y geopolítica. Sin embargo, esto comienza a cambiar en el siglo XXI, con la emergencia del Gobierno de Hugo Chávez y la llamada ‘Revolución Bolivariana’. La Rusia de Putin y la Venezuela bolivariana van a configurar una alianza de importancia para los intereses nacionales de ambos países, influyendo en un grado u otro en las dinámicas socio-políticas y económicas de la nación caribeña, mientras expresaba los reacomodos geopolíticos que en América Latina se desarrollan en este siglo XXI, en las que destaca el desplazamiento de los Estados Unidos de mercados y esferas de poder. El presente informe aborda críticamente el devenir de la relación ruso-venezolana en el período bolivariano, ofreciendo un balance que en su conjunto revela la trascendencia de la compra de armas rusas por parte del Gobierno bolivariano, la relevancia del sector de hidrocarburos en la penetración rusa; la muy desigual balanza comercial entre los países (desfavorable a Venezuela); el significado de una articulación geopolítica conflictiva en América Latina; y el especial rol de Rusia como uno de los salvavidas para el Gobierno de Maduro. El informe evidencia cómo la relación con Venezuela le permitió a Rusia posicionarse y reposicionarse con mayor eficiencia en el continente latinoamericano, valiéndose de las propias necesidades del país caribeño y a través de sus cartas más fuertes: la industria militar y la petrolera. Por último, se resalta también la intensificación del rol del país euroasiático en Venezuela en el período de crisis presente, determinado por el colapso económico y las sanciones estadounidenses, otorgándole un rol fundamentalmente petrolero a la relación bilateral, y evidenciando un determinado apoyo de la Federación de Rusia al Gobierno de Nicolás Maduro, incluso más fervoroso que el brindado por China o Cuba.
INTRODUCCIÓN
Por mucho tiempo, la relación entre Venezuela y Rusia ha sido históricamente de lejanía, escaso intercambio comercial y cooperación bilateral, bajo rendimiento y teniendo en general poca relevancia política y geopolítica. Sin embargo, esto comienza a cambiar en el siglo XXI, con la emergencia del Gobierno de Hugo Chávez y la llamada ‘Revolución Bolivariana’, así como una serie de condiciones que van a propiciar un mayor y significativo acercamiento entre estos dos países. La Rusia de Putin y la Venezuela bolivariana van a configurar una alianza de importancia para los intereses nacionales de ambos países, influyendo en un grado u otro en las dinámicas socio-políticas y económicas de la nación caribeña, mientras expresaba los reacomodos geopolíticos que en América Latina se desarrollan en este siglo XXI.No es posible comprender el cambio cualitativo de esta relación bilateral sin advertir las determinantes transformaciones en los contrapesos geopolíticos en la región. El desplazamiento de los Estados Unidos en mercados y espacios de poder explican parte de la dinámica presencia rusa en Venezuela (y otros países latinoamericanos), y viceversa. Es en este sentido que Venezuela se convertiría en el espacio por excelencia desde el cual Rusia emprendería el esfuerzo de trazar una nueva demarcación geopolítica en América Latina y el Caribe. Los significados de estos procesos son de gran peso y hacen parte de un período crítico en el país suramericano y la región en su conjunto, y de complejas disputas internacionales que aún están en desarrollo al terminar la década de 2010.El presente informe “Relación bilateral Rusia-Venezuela en el proceso bolivariano: armas, hidrocarburos y geopolítica latinoamericana”, que hace parte de la trilogía «Geopolítica del extractivismo en la Venezuela bolivariana: incidencia e impactos de EEUU, China y Rusia a la luz de una profunda crisis» producida por el Observatorio de Ecología Política de Venezuela, aborda críticamente el devenir de la relación ruso-venezolana en el período bolivariano. En el mismo se evaluarán, en primera instancia, los antecedentes históricos de la relación, para posteriormente poner la mirada en la evolución que tuvo ésta desde la llegada de Hugo Chávez a la Presidencia de la República, en 1999.Se analizarán los primeros acercamientos bilaterales y sus circunstancias, para luego examinar los rasgos de los nuevos acuerdos y
esquemas comerciales, intercambios militares, y en general la expansión de la relación, que va a intensificarse justo en el peor momento de la crisis económica venezolana. El apoyo de la Federación de Rusia al Gobierno de Nicolás Maduro, en estos últimos años de la crisis, ha sido muy determinado, a pesar de que la mayor parte de la comunidad de naciones latinoamericanas ha desconocido la legitimidad del Presidente, e incluso, el apoyo ha sido más fervoroso que el brindado por China o Cuba.Consideramos que el debate político y geopolítico que gira en torno a Venezuela ha sido muy simplificado, instrumentalizado y mediatizado, lo que ofrece generalmente visiones superficiales y estereotipadas de la temática internacional venezolana. Las disputas geopolíticas en torno al país caribeño han contribuido al empobrecimiento de estos abordajes y discusiones. Por otro lado, existen enormes vacíos documentales y de información, tanto histórica como recientemente, en lo que respecta a la relación entre Rusia y Venezuela. Durante el proceso bolivariano, la data disponible ha sido muy escasa y casi la totalidad de los acuerdos firmados entre las partes es totalmente confidencial, situación que se empeora en el período de crisis reciente. En este sentido, el presente informe intenta dar cuenta de manera crítica y argumentada de la deriva de estas relaciones bilaterales. Una de las principales conclusiones que se puede establecer de la lectura de los textos tiene que ver con una relación instrumental que establecen los dos gobiernos al configurar sus vínculos bilaterales, que va a funcionar primordialmente apalancada por el auge de los precios del petróleo y la proyección regional de Hugo Chávez, así como por el interés de entrada y posicionamiento ruso en la región, en su disputa vital contra los Estados Unidos. Sin embargo, las condiciones y perspectivas van a modificarse a partir del surgimiento de la crisis económica venezolana, lo que va a dejar a Venezuela en una situación muy desfavorable y permisiva. En todo caso, en ambos períodos la relación de subordinación y dependencia de Venezuela no fue trascendida, lo que se evidenció con más claridad con el colapso del país. En la elaboración del presente informe han participado dos autores, la investigadora en ciencias sociales Nelly Prigorian y el economista Manuel Sutherland, quienes ofrecen un balance que en su conjunto revela la trascendencia de la compra de armas rusas por parte del Gobierno bolivariano, la relevancia del sector de hidrocarburos en la penetración rusa; la muy desigual balanza comercial entre los países (desfavorable a Venezuela); el significado de una articulación geopolítica conflictiva en América Latina; y el especial rol de Rusia como uno de los salvavidas para el Gobierno de Maduro.En el primer capítulo, Prigorian ofrece una mirada general sobre los antecedentes de la relación ruso-venezolana con la intención de identificar y exponer las claves que posibilitaron, ya en el siglo XXI, el desarrollo de las intensas relaciones bilaterales: desde Francisco de Miranda, pasando por la formación de la República, el surgimiento de la URSS y sus relaciones con partidos como el PCV, hasta llegar a los períodos de crisis que vivirán los dos países en la década de los 90. La autora también resalta que, en cada período del proceso histórico, Rusia fue dejando una huella en la política, en la cultura y en la percepción del venezolano de lo que llaman el Mundo ruso.
En el segundo capítulo, la misma autora evalúa el desarrollo de la relación bilateral en el proceso bolivariano. Prigorian expone como la relación con Venezuela le permitió a Rusia posicionarse y reposicionarse con mayor eficiencia en el continente latinoamericano, valiéndose de las propias necesidades de ese país caribeño y a través de sus cartas más fuertes: la industria militar y la petrolera. Venezuela no sólo se terminaría estableciendo como el principal comprador de equipos y armamento militar ruso en América Latina, sino también fue el primer país del continente que estimuló la entrada de las empresas energéticas rusas e hizo puente para el establecimiento de vínculos entre Rusia y otros países dela región como Brasil, Argentina, Bolivia y Ecuador. La autora también señala la intensificación del rol del país euroasiático en Venezuela en el período de crisis, y su importante papel en las dinámicas de política interna y disputas internacionales.En el último capítulo de este informe, Sutherland ofrece un análisis económico de la relación bilateral, también en el proceso bolivariano. El economista expone que, aunque la balanza comercial de ambos países experimenta un extraordinario incremento en el Gobierno chavista, esta básicamente consiste en las exportaciones de Rusia a Venezuela y termina siendo abiertamente deficitaria –Venezuela compra armas rusas y algunos elementos tecnológicos para el área petrolera y no les vende casi nada al país euroasiático. A su vez, resalta el alto nivel de endeudamiento del país caribeño con Rusia y la forma cómo Rosneft ha sido un importante prestamista e inversor en el sector petrolero de Venezuela. Resalta el hecho que la crisis y las sanciones estadounidenses han determinado fuertemente la relación fundamentalmente petrolera que se ha configurado entre ambas naciones, y cómo empresas como Rosneft y Gazprom han venido a sustituir como socias comerciales a las compañías estadounidenses.Hemos querido con este esfuerzo ofrecer mayores y más sustentados insumos de la relación bilateral, sobre la cual aún existe poca literatura que desarrolle análisis extensos y detallados. Quedamos con la aspiración de que este informe aporte algunos elementos que puedan contribuir al esfuerzo general de comprensión de la situación venezolana actual, el rol de Rusia en el país y el desarrollo de su crisis, en su papel en el juego de actores geopolíticos que inciden en la política doméstica, y quizás, en el develamiento de claves que sean capaces de orientar caminos alternos al orden capitalista extractivista-rentista.
7 I. IntroducciónLas crónicas diplomáticas no siempre revelan toda la historia de las relaciones entre los países, ni las intenciones que, por una u otra razón, no lograron cristalizarse, pero que condicionaron el desenvolvimiento y las actuaciones de un país respecto al otro. En este sentido, los antecedentes de las relaciones bilaterales entre la Rusia Federativa y la Venezuela Bolivariana no sólo son más intensas de lo que la historia protocolar expone, sino que podrían ofrecer ciertas explicaciones del por qué Venezuela, y no otro país latinoamericano, se convirtió en el siglo XXI en la puerta grande para la entrada de Rusia al continente, para extender sus relaciones políticas y comerciales, y la facilidad con que logró convertir a la República bolivariana en punta de lanza para el despliegue de sus intereses geopolíticos y económicos en la región latinoamericana y caribeña.En este capítulo expondremos de forma cronológica varias etapas del proceso histórico de establecimiento y el desarrollo de las relaciones formales e informales entre Rusia y Venezuela, con miras de captar las intenciones del Imperio ruso-soviético para con el país sudamericano, dentro de su juego geopolítico global. Cada una de esas etapas dejó su particular huella en la política, en la cultura de Venezuela y en la percepción del venezolano de lo que llaman el Mundo ruso. Como se verá, estas huellas dependían más de los personajes implicados, fuerzas sociopolíticas involucradas, las circunstancias y las condiciones prevalecientes en cada momento histórico expuesto, que por las relaciones bilaterales entre los Estados, sean políticas o comerciales, porque, al fin de cuentas, éstas siempre se quedaban en intenciones y propuestas sin concretar.En este sentido, el primer apartado abarca el periodo desde la pre-independencia hasta los comienzos del siglo XX, desde el primer contacto entre los dos países hasta el estallido de la Revolución Rusa de octubre de 1917 y el surgimiento de la Unión Soviética. En el segundo, se detallan las influencias de la Rusia socialista y el partido comunista de la Unión Soviética sobre la vida política venezolana a través de las agrupaciones políticas, y más concretamente del Partido Comunista de Venezuela (PCV). Se destacan la apertura de la Embajada de la URSS en Caracas en el contexto de la Guerra Fría, y el cambio de estrategia soviética en cuanto su política exterior. El tercero apartado expone el breve periodo entre los finales de la Perestroika y la primera década de la recién conformada
la Federación de Rusia, momento en el cual las dos naciones atravesaban una profunda crisis, tanto política como económica. Finalmente se ofrecen algunas conclusiones, con la intención de identificar y exponer las claves que posibilitaron, ya en el siglo XXI, el desarrollo de las intensas relaciones bilaterales entre la Rusia Federativa y la Venezuela Bolivariana, relaciones que fueron calificadas por ambos naciones como estratégicas.
Antecedentes históricos en la relación bilateral Rusia- Nelly Prigorian
- Desde Francisco de Miranda hasta la Revolución bolchevique: 1786-1917Para comprender todos los alcances de la etapa en la cual se da el primer encuentro entre Rusia y Venezuela, habría que esbozar a grandes rasgos los contextos históricos en los cuales se encontraba cada país. Hacia los finales del siglo XVIII, Rusia es un Imperio preocupado por expandir su territorio más allá de los límites de Eurasia. La estabilidad política y la prosperidad económica, logradas bajo el reinado de la Emperatriz Catalina II, la Grande, permitían trazar planes que incluían seguir con las incursiones hacia adentro del continente Americano, desplazándose cada vez más hacia el sur, a lo que hoy conocemos como América Latina. La intuición geopolítica de la zarina le permitía visualizar la relevancia de establecer una presencia permanente en tierras americanas. Para 1784 ya se habían establecidos los primeros asentamientos en Alaska y, para atender eficazmente todo lo relacionado con esta parte del mundo y para dar continuidad a los planes de la Emperatriz, se forma en 1799 la Compañía Ruso-Americana (Rusko-Amerikanskaya Kompania: RAK) (Haluani, 2013), que jugaría un importante papel en las aspiraciones del Imperio ruso. RAK, una entidad semi-privada, se encargaba de propulsar el comercio y, a través de él, las relaciones entre Rusia y el “Nuevo Mundo”. De esta manera, la Rusia del siglo XVIII logró posesionarse, aunque temporalmente, en el territorio ubicado a lo largo de la costa del Pacífico, perteneciente hoy a Canadá y al Estado de California de EE.UU. Estas ocupaciones formaban parte de la propuesta que más temprano, en 1736, fue presentada ante la corte imperial de Pedro I, el Grande, para establecer la colonia en el delta del río Orinoco, planes que nunca pudieron realizarse por los gobiernos rusos (Romero, 1992: 25-26), por lo menos hasta ahora. Por su parte, Venezuela para el momento histórico es una Capitanía General, una colonia española, que entra en crisis por el quiebre del arreglo previo entre las élites. Además, surge una nueva élite, la económica, élite que se forma a base de los ricos comerciantes criollos, que también demandaban su espacio, no sólo en la vida social, sino también política. Son décadas de grandes tensiones sociales, que en el paso del tiempo, devienen en políticas, con demandas de mayores libertades y derechos para los blancos criollos en el manejo de los asuntos de la Capitanía. Se producen los primeros movimientos independentistas, que toman formas diversas, desde los levantamientos de los pardos hasta las conspiraciones de los mantuanos, que preludian la emancipación de la colonia a comienzos del siglo XIX. Es el periodo cuando por primera vez Venezuela intenta a definir su identidad nacional, haciendo frente a su calificación de “españoles de segunda”.La expansión rusa en las Américas y el Plan Miranda En este escenario histórico, en 1786 se da el primer contacto de la Rusia Imperial con el continente Suramericano, a través del encuentro entre la emperatriz Catalina II y el Precursor de la gesta de Independencia
Antecedentes históricos en la relación bilateral Rusia-VenezuelaNelly Prigorian9venezolana, Sebastián Francisco de Miranda, durante su viaje al lejano país euroasiático. La memoria histórica del venezolano registra este hecho sólo desde dos perspectivas: la del posible amorío entre los dos personajes y el mito sobre la creación del tricolor nacional inspirado en la bandera del Imperio Ruso. Sin embargo, ese encuentro tuvo alcances mucho más relevantes. Se discutieron planes en los cuales los intereses geopolíticos de la Rusia zarista en los continentes americanos se conjugaban con las aspiraciones políticas del joven venezolano….Miranda y Catalina II discutieron planes para una invasión militar rusa de Hispanoamérica, a fin de liberar a esta de los españoles, pero también para asegurar una presencia de la Rusia imperial en el sur español de las Américas con fines comerciales (Barragy citado por Haluani, 2013: 91). Para la época, los intereses de Rusia y España chocaban en la costa del océano Pacífico y también en Europa. Y “en 1787, Rusia tuvo el propósito de enviar a Miranda, con una expedición, a la región norte del Pacífico. De modo que, con base en Kamchatka, Miranda hubiera podido emprender la lucha para liberar a las colonias españolas” (Grigulievich, Lavretski, 1974: 72). Para este fin, Miranda solicitó a la zarina 20.000 rublos, como el aporte ruso para financiar su plan de liberación militar de Suramérica. Las propias notas de Miranda revelan el mutuo interés para emprender una acción de la cual se beneficiarían las dos partes. Sin embargo, los múltiples frentes abiertos que tenía para el momento la Rusia de Catalina II en el oeste europeo (Suecia y el Imperio Austriaco-húngaro) y en el sur de sus fronteras (el Imperio Otomano) no le permitieron involucrarse en una aventura a largo plazo como el “Plan Miranda” (Haluani, 2013: 92). Esto no impidió la entrega de cartas de recomendación para los representantes diplomáticos rusos en las cuales en nombre de Catalina II, se les ordenaba prestar toda clase de apoyo y ayuda al conde Francisco de Miranda. En otras palabras, en este primer encuentro, que ocupa un lugar inviolable en la memoria histórica venezolana en relación a Rusia, ese país privilegió sus intereses más pragmáticos, atendiendo las necesidades geopolíticas más locales. Sin embargo, el caso con Miranda revela dos elementos importantes. Rusia, como todo imperio, siempre estaba en procura de la expansión de su territorio y sus dominios más allá del continente Euroasiático, y América Latina y el Caribe estaban en la mira imperial desde el siglo XVIII. Y segundo, aunque a Miranda le fue negada ayuda efectiva en el momento, la entrega de cartas de recomendación con la exigencia de apoyar al joven latinoamericano, revela que el Imperio Ruso no descartaba realizar sus planes en el futuro.La independencia y el siglo XIXDurante las gestas de independencia, que comenzaron darse en el continente Latinoamericano en las primeras décadas del siglo XIX, la actitud de los gobiernos de Rusia siempre fue cautelosa y de prudente neutralidad frente a los acontecimientos en el continente latinoamericano, evitando involucrarse directamente en la disputa entre España y sus colonias. Esta prudencia fue dictada por la reciente alianza que celebraron Rusia y España frente a los avances bélicos de Napoleón en Europa. Sin embargo, “en 1811 el Ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Nikolay Rumiántsev, instruyó al embajador ruso en Washington, Fiodor Polenov, para que asegurase a los representantes de las rebeldes colonias españolas que el gobierno ruso reconocería su nuevo estado político, es decir, su independencia”
Antecedentes históricos en la relación bilateral Rusia-VenezuelaNelly Prigorian10(Sizonenko, 2010: sp). En realidad Rusia estaba jugando en dos tableros. Desde luego, las propuestas que dos veces (en 1811 y en 1812) fueron enviadas desde Caracas sobre las posibilidades comerciales y tratados económicos entre la Venezuela independiente y la Rusia imperial, lucían sumamente atractivas, pero la relación con España en ese momento era de mayor importancia estratégica. Tanto así que en 1817, Rusia decidió abiertamente apoyar a España en su reconquista de los territorios en sus colonias (Romero, 1992: 26). Sin embargo, la presencia de, por lo menos, tres militares rusos en el ejército de Simón Bolívar, durante la lucha por la independencia de Venezuela, Colombia y Ecuador, deja duda si su participación era de unos voluntarios, que quién sabe cómo llegaron hasta estas tierras, o fueron enviados especiales del gobierno ruso, en su juego geopolítico en varios tableros a la vez. Por tratarse de militares y con rangos en el ejército ruso, la presunción de la segunda posibilidad cobra más fuerza, además, el antecedente de doble juego en el caso del Plan Miranda, refuerza esta hipótesis. Ese intercambio de propuestas entre el gobierno ruso y un grupo de venezolanos, que todavía no había llegado al poder, revela la disposición de Rusia de estar abierta a todas las posibilidades para con Venezuela, bajo ciertas condiciones. Por otro lado, no será la única vez cuando el Estado ruso se relacionara con un grupo particular en Venezuela para alcanzar sus determinados fines geopolíticos. La historia se repetiría en el siglo XX, pero con mucho mayor alcance. El reconocimiento y el inicio de relaciones diplomáticas Venezuela fue una de las primeras naciones latinoamericanas reconocidas 1 José Tadeo Monagas Burgos - presidente de la república en dos períodos entre 1847 y 1851, entre 1855 y 1858, y gobernó indirectamente durante el periodo entre 1858 y 1864. Fue miembro del Partido Liberal, y dirigió la Revolución Azul.por Rusia como país soberano e independiente. En 1857 el Zar Alexander II, dando respuesta a la solicitud hecha en 1856 por el Presidente de la República de Venezuela, general José Tadeo Monagas1, instruye a comenzar relaciones formales con la nación suramericana. En la carta enviada al gobierno ruso, Monagas expresó su confianza en que el zar aceptaría abrir el comercio y las relaciones amistosas entre los Estados para el mutuo provecho. En efecto, se procura el inicio del intercambio diplomático entre las dos naciones, que fue acompañado por unas actividades comerciales bastante moderadas. Hay que destacar que el principal promotor de esta primera relación formal entre los Estados fue el gran diplomático ruso, el príncipe Alexander Gorchakov. Con gran habilidad Gorchakov compaginó las necesidades de los dos países, la de Venezuela para ser reconocida como nación independiente y comenzar los tratados comerciales con otros países, y la de Rusia, para tratar de expandir sus influencias geopolíticas, como forma de tapar la vergonzosa derrota en la guerra de Crimea (1853-1856) que sufrió Rusia frente al Imperio Otomano, Gran Bretaña, Francia y el Reino de Piamonte y Cerdeña, durante el primer año del reinado de Alexander II. Habría que señalar que el reinado de Alexander II se enfocó en implementar reformas internas (por ejemplo, la abolición del régimen de la servidumbre en 1857), que permitiesen avanzar al país, estancado por casi un siglo, colocando toda su atención hacia adentro de la nación y sus problemáticas. La política exterior del Imperio quedó en manos del príncipe Gorchakov, quién veía en el continente latinoamericano un gran potencial económico y comercial. Por su labor diplomática en la región,
Antecedentes históricos en la relación bilateral Rusia-VenezuelaNelly Prigorian11dedicada a establecer relaciones bilaterales entre la nación euroasiática y los países latinoamericanos, en 1879 le fue concedida la Medalla Simón Bolívar, por el decreto del Presidente venezolano Antonio Guzmán Blanco2. Pareciera que los planes de Pedro I y los de Catalina II finalmente pudieran realizarse y afianzarse la posición de la Rusia imperial en el continente suramericano. Sin embargo, la venta de Alaska (1867) a EE.UU., el cese de todas las actividades de la Compañía Ruso-Americana (RAK) (1881), el principal promotor del comercio bilateral, y el poco interés por parte de Alexander II en esa parte del mundo, limitaron las ambiciones geopolíticas del Imperio Ruso de posicionarse en las Américas, confinando su actividad a un comercio bastante marginal de lana, azúcar, café, cacao, trigo, y a unos intercambios científicos (Romero, 1992: 26). Casi finalizando el siglo XIX, las actuaciones de otro personaje de origen ruso, Fiodor Martens, dejaron una profunda huella en Venezuela y el trazo fronterizo en sus límites orientales, asunto que no termina de ser resuelto hasta nuestros días. En octubre del año 1899 se dio un proceso de arbitraje internacional que trató la disputa sobre la frontera al oeste de la colonia británica, hoy República de Guyana, y el este de la independiente Venezuela, como mecanismo de solución amistosa al diferendo territorial. Martens fue invitado como árbitro imparcial del proceso que entró en la historia como el Laudo arbitral de París del 3 de octubre de 1899. Fue el primer presidente del Tribunal arbitral internacional que logró una sentencia unánime de todos los jueces, nombrados por las partes en disputa. El dictamen perjudicó fuertemente a Venezuela, despojando a 2 Presidente de Venezuela en tres ocasiones (1870-1877, 1879-1884, y 1886-1888)la República de un importante territorio a favor de la colonia inglesa. Casi medio siglo después se dio a conocer un documento que revelaría el irregular proceder del jurista ruso durante las reuniones oficiales y extraoficiales del tribunal arbitral. A todas luces, se trataba de un laudo amañado e improcedente, bajo los principios del derecho internacional y de lo estipulado en el Tratado Arbitral de Washington de 1897, que reglamentaban el mecanismo del arbitraje (Boersner, 2007). Existen varias conjeturas sobre las razones que llevaron a Martens actuar de manera que riñe con la ética de un jurista. Una de ellas es su particular visión “civilizatoria” y la misión que atribuía, tanto al Reino Unido como a la Rusia Imperial, frente a los “barbaros” en tierras lejanas.Es posible, aunque Fiodor Martens no estaba en el Laudo en representación de la Rusia zarista, pero sí integraba el cuerpo diplomático de esta nación, que su ideario de alguna forma reflejase la visión del gobierno del zar Nicolás II, en cuanto a la región latinoamericana y particularmente hacia Venezuela. Esto explicaría, en parte, porque durante las siguientes casi dos décadas las relaciones bilaterales entre los dos países prácticamente fueron llevadas a un punto muerto. Por otro lado, durante este período Rusia se encontraba en permanente turbulencia política y social: la Revolución de 1905, los asesinatos políticos, aparición del Parlamento (Duma), la Primera Guerra Mundial, las revoluciones de febrero y de octubre de 1917. A esto se podría agregar la poca visión y casi inexistente ambición geopolítica del zar Nicolás II. Todo eso en conjunto se reflejó en la política exterior rusa, que por completo abandonó el continente latinoamericano.
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Venezuela, por su lado, a partir de las últimas décadas del siglo XIX estrechaba cada vez más los lazos comerciales con los EE.UU. La proximidad geográfica con la nación Norteamericana, su interés económico, inicialmente, en el potencial agrícola venezolano, y después, en el de los hidrocarburos, fueron razones suficientes para no seguir insistiendo en relaciones con Rusia. Por otro lado, en 1908 se produce el golpe de Estado contra el Presidente Cipriano Castro y en el país se instaura la dictadura del caudillo Juan Vicente Gómez. Se presume que las permanentes disputas entre el gobierno de Cipriano Castro y las compañías estadounidenses establecidas en el país desembocaron en el derrocamiento del Presidente y la instauración del dictador. Gómez, como parte de su política exterior, intensifica el otorgamiento de distintas concesiones para las compañías extranjeras, beneficiando en su mayoría a las empresas de origen Británico y Norteamericano.Para resumir, esta etapa que comprende el período desde el primer contacto entre el Imperio ruso y Venezuela en 1787 hasta la primera década del siglo XX, se caracterizaba de mucha inestabilidad en las relaciones bilaterales, que dependían más del juego geopolítico global de Rusia, que del establecimiento de fuertes nexos comerciales y políticos con la nación caribeña. Después del cese de las actividades de la RAK (1881), las posibilidades reales de instaurar un comercio bilateral más o menos fuerte y con él, unas relaciones políticas estables con posibilidades de crecimiento y fortalecimiento, desaparecieron también. Venezuela, al igual que el resto del continente latinoamericano, no estaba dentro de las prioridades de la Rusia imperial y cualquier inicio de relaciones, podría ser sacrificado en función de los intereses geopolíticos más importantes. Por otro lado, la necesidad de expandirse, característica principal de cualquier imperio, obligaba a Rusia de vez en cuando a volver a estudiar las posibilidades de posicionarse en la región y en Venezuela particularmente, acudiendo a distintos mecanismos más allá de los diplomáticos. Venezuela por su parte, también denotaba el interés en relacionarse con el país euroasiático, pero al no concretar ninguna relación bilateral más o menos fuerte, dispuso a establecer los lazos con otras naciones, como EE.UU. y la Gran Bretaña.III. Desde la Gran Revolución hasta el gran derrumbe Desde el estallido de la Gran Revolución Rusa en octubre de 1917 y la posterior formación de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas en 1920 –hasta su desaparición en 1991–, hubo poco cambio en las relaciones bilaterales entre los dos países, aunque fueron abiertas las embajadas y designados los embajadores. Pero, al igual que en el período anterior, detrás de las relaciones formales, o en su ausencia, se desarrollaban actividades que incidían no sólo en la política, en este caso de Venezuela, sino que prepararon el terreno para un cambio radical en la calidad e intensidad de las relaciones bilaterales en el siglo XXI.El año 1917 tuvo varios impactos en la vida social, cultural y política venezolana, que tenían que ver tanto con Rusia como con sus nacionales. En marzo de ese año en Venezuela aparece Nikolay Ferdinandov, que atrae como imán al círculo artístico venezolano, por sus ideas nuevas y tan extrañas para las tierras caribeñas, como la doctrina de su compatriota León Tolstoi de la vida sencilla, de trabajo y de auto-perfeccionamiento. Un aventurero que desafió y quebrantó muchas reglas y
Antecedentes históricos en la relación bilateral Rusia-VenezuelaNelly Prigorian13convenciones de su tiempo, dejó una huella indeleble en el insigne pintor venezolano Armando Reverón y en la sociedad más culta del país (El Nacional, septiembre 8, 2018). Su impacto resultó ser tan grande en los círculos intelectuales venezolanos que Rómulo Gallegos, el célebre escritor y el primer Presidente de la República electo por un sufragio universal (1948), lo inmortalizó en su cuento El forastero (1942). En noviembre de ese mismo año tuvo lugar otro acontecimiento. El 11 de noviembre, el periódico El Universal publicaba en primera plana el anuncio de la llegada a Caracas de la máxima estrella del ballet ruso, proveniente de los Ballets Imperiales del Teatro Mariinsky de San Petersburgo y los Ballets Rusos de Sergei Diaghilev, la rusa Ana Pavlova. Esta visita alteró la rutinaria cotidianidad venezolana del momento, pero también tuvo percusiones a más largo plazo. A pocos años en Venezuela comenzaron a proliferar escuelas de ballet clásico. La mayoría de estas escuelas fueron fundadas por las bailarinas rusas, quienes en diferentes décadas del siglo pasado se establecieron en Venezuela. La primera escuela fue abierta ya en 1930, por Gally de Mamay, formada en los Ballets Rusos de Sergei Diaghilev. A ella le siguieron Nina Nikanorova, Irene Levandovsky, Natalia Stavrovich, entre otras (Historia del ballet en Venezuela, julio 21, 2018). Junto con las clases de ballet, las instructoras rusas transmitían, no sólo la sensibilidad estética y la técnica de movimiento dancístico, sino también el amor por la cultura rusa, el conocimiento de las obras de los grandes maestros rusos de música, literatura y las artes escénicas. Por lo menos cuatro generaciones de niñas venezolanas de clase media y media alta fueron alimentadas con el amor a la cultura de las lejanas tierras rusas. Estos dos acontecimientos, a primera vista, pertenecientes más bien al mundo artístico-cultural y de poca relevancia para el de la política, abrieron una senda que con el paso del tiempo devino en una fascinación por la cultura rusa y por el propio país euroasiático. Ese encantamiento atravesó las capas intelectuales y los extractos de las clases medias y media altas de la sociedad venezolana. La penetración de Rusia en Venezuela comenzó precisamente a través de estos personajes apolíticos, por la vía, que seis décadas después el Estado soviético adoptaría como el principal medio para la conquista ideológica de las sociedades fuera de su territorio. Se trata de la doctrina de aplicación de la “fuerza suave”, a través de la difusión y propagación de la cultura rusa, sus expresiones artísticas, literarias, escénicas. En Venezuela, como veremos más adelante, esta tecnología política dio frutos extraordinarios.El tercer acontecimiento de ese año fue la propia Revolución bolchevique. Mientras las primeras páginas de los periódicos venezolanos dedicaban los grandes titulares a la llegada de Ana Pavlova, las internas escribían: “Moscú en manos de Lenin. Proposiciones de paz. Los soldados apoyan a Kerensky. Actitud de los aliados respecto a Rusia” (El Nacional, septiembre 8, 2018).La Rusia bolchevique si bien, en primera instancia, se enfocó en trazar y formalizar relaciones diplomáticas en su entorno geográfico inmediato, no pretendía dejar por fuera de su alcance el subcontinente Latinoamericano, como lo hizo el Imperio Ruso en las últimas décadas. “América Latina y el Caribe tomaron un significado distinto para la ahora Unión de Repúblicas Soviéticas, a pesar de la ausencia de un pasado ruso, la poca preocupación
Antecedentes históricos en la relación bilateral Rusia-VenezuelaNelly Prigorian14de Marx y Engels por la región, y la presión anglonorteamericana sobre los gobiernos latinoamericanos y caribeños de realizar cualquier contacto con la Rusia bolchevique” (Romero, 1992:26). Desde luego, que Venezuela no escapaba de esas coacciones, más aún, con tantos intereses comerciales y económicos que las compañías inglesas y norteamericanas tenían en el país. A través de su brazo ideológico, Komintern3, la URSS supo estimular y promover la creación de partidos comunistas en lo largo de la región: México (1919), Chile (1922), Brasil (1922), Cuba (1925); además de fundarse el Partido Comunista de Centroamérica (1922). En paralelo se establecieron relaciones diplomáticas y comerciales con México (1924), con Uruguay (1926) y con Argentina (1927) (Romero, 1994: 27). En este mismo periodo, comentan Lázaro y Víctor Jeifets (2009), en el movimiento de izquierda de Latinoamérica se consideraba la idea de creación del Partido Comunista Unido de los Países Bolivarianos (Colombia, Venezuela, Ecuador y Bolivia). Se trataba de una especie de mini-Komintern regional, como etapa que daría paso a la creación de la federación continental (2009: 201). La iniciativa no prosperó, pero las inquietudes revolucionarias llevaron a explorar otros caminos para una Venezuela sumida bajo la dictadura del general Juan Vicente Gómez4.Los venezolanos Salvador de la Plaza y los hermanos Gustavo y Eduardo 3 La Internacional Comunista, también conocida como la III Internacional, así como por su abreviatura en ruso Komintern (Коминтерн, abreviatura de Коммунистическийинтернационал, transliterado como Kommunistícheskiy Internatsional) o Comintern (abreviatura del inglés: Communist International), fue una organización comunista internacional, fundada en Moscú en marzo de 1919, por iniciativa de Lenin y el Partido Comunista de Rusia (bolchevique), que agrupaba a los partidos comunistas de distintos países, y cuyo objetivo era luchar por la supresión del sistema capitalista, el establecimiento de la dictadura del proletariado y de la República Internacional de los Soviets.4 Juan Vicente Gómez Chacón (Hacienda La Mulera, estado Táchira, Venezuela; 24 de julio de 1857-Maracay, Aragua, 17 de diciembre de 1935) - dictador, hacendado y general venezolano que gobernó de manera autoritaria desde 1908 hasta su muerte en 1935.Machado, apasionados por la idea de una revolución proletaria continental, consideraban que las condiciones de Venezuela permitían el surgimiento de una revuelta armada que, a su vez, podría contagiar a todo el continente latinoamericano. Con este propósito [en 1926] fue fundado el Partido Revolucionario Venezolano, cuyo objetivo era la unificación de toda la oposición a Gómez, tanto en el extranjero como dentro del país, para derrocar al dictador. El PRV se presentó como defensor de la “fundación en Venezuela del gobierno de principios y no del gobierno de un solo líder”, de un gobierno capaz de “poner fin a la hegemonía de los individuos y reemplazarla por el predominio de las ideas”. El PRV, como el “partido de la nueva Venezuela”, manifestó que está luchando no por el poder de un solo hombre o del grupo de individuos, sino por el progreso y la mejoría de la situación en Venezuela y por la paz mundial. (Programa del Partido Revolucionario Venezolano, 31 de mayo de 1927, citado por Jeifets y Jeifets, 2009: 207). Gustavo Machado viaja a Moscú para solicitar ayuda en dinero y un barco para trasladar las armas de México a Venezuela, exponiendo el planteamiento ante el Komintern y el Comisariado del Pueblo para los Asuntos Exteriores (NKID) de la naciente URSS. Esta fue la segunda vez, después de Miranda, que un venezolano se dirigía a Rusia con la solicitud de apoyo para la organización de acciones directas y armadas en Venezuela. Como en la primera oportunidad, Moscú negó la ayuda, considerando que el país carecía de una
Antecedentes históricos en la relación bilateral Rusia-VenezuelaNelly Prigorian15base social para desplegar una acción estilo Garibaldi. En cambio, recomendó crear el partido comunista, antes de organizar cualquier intervención armada anti-dictatorial. Sólo se puede especular sobre las razones de esa negación de apoyo, sin embargo, una de las hipótesis es lo heterogéneo del Partido Revolucionario Venezolano, en el cual los marxistas-comunistas eran sólo una vertiente entre tantas otras (Jeifets y Jeifets, 2015: 23). Desde luego que todas las vertientes eran proclamadamente anti-gomecistas y anti-imperialistas, pero para los soviéticos esto no era lo suficiente y representaba un inconveniente importante. Los bolcheviques necesitaban un partido de nuevo tipo, homogéneo, centralizado y vertical, que respondiese a sus directivas y dictámenes sin debates con otras corrientes en su seno. Curiosamente, en paralelo, el Atamán Mijaíl Grabbe, la máxima autoridad de los cosacos del Don, comunidad organizada proveniente del sur del Imperio Ruso –históricamente muy leales a la monarquía zarista–, exiliada en Francia después de fracasar la Guardia Blanca contra la Guardia Roja en la guerra civil rusa (1918-1920), contacta al gobierno del caudillo Gómez, a través del encargado de negocios en París, Simón Barceló, con una propuesta. Así escribe Barceló:De varios proyectos que me han sido presentados aquí, paso a darle cuenta de uno que creo pueda interesarle: hablando con el conde Miguel Grabbé, antiguo Atamán o sea Jefe Supremo de los Cosacos del Don, me ha contado que gran número de familias de esa raza, irreconciliables con la anarquía que reina en Rusia, han emigrado a los países vecinos donde viven miserablemente pues faltan tierras y sobran braceros. Los cosacos son gentes 5 Presidente de la República desde 1941 hasta 1945. No terminó su mandato presidencial, ya que fue derrocado por un golpe de Estado perpetrado. Fue un modernizador del Estado, introduciendo audaces reformas, las que convirtieron a Venezuela en una república moderna y plenamente integrada al siglo XXblancas; pero están acostumbrados a la dura vida de los llanos que en Rusia llaman estepas y a las faenas de cría. Montados en sus caballitos medio cerreros, han sido siempre la vanguardia del ejército ruso y aun cuando al parecer desordenados, se han distinguido por su ciega obediencia al superior y su adhesión al Gobierno. El gran Duque Boris, que me ha recomendado mucho al general Grabbé, cree que el país ideal para un ensayo de colonización de estas gentes sería el nuestro, a orillas de nuestros grandes ríos, donde la agricultura y la cría, sus trabajos preferidos tendrían amplio campo. El general Grabbé es un hombre modesto e inteligente, a la par que enérgico y desea mucho conocer a usted y a Venezuela. Si usted lo autoriza, irá allá a conocer el país y a estudiar un ensayo de colonización con sus antiguos soldados (citado por Rey, 2011: 110).La desconfianza se impuso en los dos casos –en el primero por parte de Moscú hacia la organización política venezolana, en el segundo por la de Caracas hacia la organización étnica rusa en el exilio—y ninguna de las dos propuestas hechas se resolvió a favor de los solicitantes.Sin embargo, en 1931 el Partido Comunista de Venezuela (PCV) sí fue constituido, pero “ya se basaba principalmente sobre las directivas expedidas por los dirigentes de la III Internacional y la cúpula de sus líderes era visiblemente diferente de los cuadros comunistas de la década anterior” (Jeifets y Jeifets, 2015: 24). Por casi 15 años la organización estaba proscrita y actuaba en la clandestinidad, manteniendo una permanente comunicación con Moscú y la dirigencia del Politburó soviético, estableciendo una relación de subalternidad, que perdurará hasta el derrumbe de la Unión Soviética. En octubre de 1945, durante la presidencia del general Isaías Medina Angarita5, el PCV es legalizado y sale de la clandestinidad. En general, durante el mandato de este presidente, el ambiente político venezolano cambia: es el tiempo cuando en Venezuela se procuran libertades ideológicas e independencia de criterio frente al resto del mundo, más concretamente frente a los EE.UU. Así, en marzo de ese año, Venezuela y la URSS establecen relaciones diplomáticas y en Caracas por primera vez se abren las puertas de la Embajada soviética. Sin embargo, estas se mantienen abiertas sólo por unos años, porque en 1952 los dos países rompen relaciones. La Unión Soviética retira su personal diplomático en el país, aludiendo “la falta de condiciones en Venezuela para la actividad normal de los representantes soviéticos” (Reseña de relaciones Rusia-Venezuela, sf, sp.). Unos años antes, en 1948, se había producido un golpe militar contra el gobierno del recién elegido Presidente de Venezuela, Rómulo Gallegos, quedando en el poder una junta de Gobierno. Para 1952 se impuso en la presidencia el general Marco Pérez Jiménez6, quien instauró una dictadura militar, con claros visos nacionalistas, anti-izquierda, decididamente anticomunista y el aliado incondicional de EE.UU., lo que llevaría a los dos países romper sus relaciones. Sin embargo, los lazos del PCV y la Unión Soviética se estrecharon aún más. Fueron los años del comienzo de la Guerra fría y la URSS procuraba fortalecer su dominio en la región a través de los partidos comunistas en el continente. Otro acontecimiento que merece ser resaltado se refiere a la recepción de los refugiados, provenientes de Europa después de la Segunda Guerra Mundial, en el territorio latinoamericano. Venezuela fue una de las pocas naciones del continente (Argentina y Brasil, fueron las otras dos) que aceptó recibir tres barcos con familias 6 Fue designado presidente de facto de Venezuela en calidad provisional por la «Junta de Gobierno». En enero de 1958 huye del país después de masivas manifestaciones contra el fraude perpetrado en las elecciones.refugiadas de origen ruso/soviético. Durante 1947, a Venezuela habían arribado más de 3 mil personas, quienes al insertarse en la vida nacional y dispersarse por todo el país, se convirtieron en trasmisores de la cultura rusa, del idioma, del conocimiento científico y las artes. Sin darse cuenta, esos emigrantes comenzaron ya a mayor escala a ejecutar la política de “fuerza suave”, expandiéndola entre las clases media, media baja y los extractos populares. El Pacto de Punto Fijo, la Guerra Fría y los colapsos En la década de los 60, en Europa, tanto oriental como occidental, y en la propia URSS tienen lugar ciertos acontecimientos, que llevan a la dirigencia de la Unión Soviética a revisar y replantearse sus posturas frente al resto del mundo y, desde luego, frente al continente latinoamericano y caribeño. La táctica de la fuerza bruta que había fracasado, fue reemplazada por la de la “fuerza suave”, que podría sustentar con mayor eficacia la estrategia que el país desplegaba en, el así llamado, “Tercer Mundo”. En términos generales esta nueva política se planteaba ganar simpatías hacia el país comunista por medio de la diseminación de los valores y de la cultura rusa a través de las grandes obras literarias, musicales, cinematográficas y de las artes plásticas. Por un lado, este territorio fue visto como el espacio más fértil para la lucha ideológica, que produciría el apoyo a la URSS en los escenarios como, por ejemplo, la ONU; y por el otro, “todo el territorio de América Latina era considerado (…) como un campo de cacería de oportunidades para el trabajo que debíamos realizar contra Estados Unidos” (Leonov, 2017: 131), que incluía espionaje político, pero, también, científico y tecnológico, como lo revela el ex-vicedirector del Comité de Seguridad del Estado (KGB), Nikolai Leonov, en sus memorias. En otras palabras, el Continente y sus países fueron vistos y manejados como el medio para alcanzar un fin concreto: hacer el mayor daño posible a Estados Unidos y a su dominio en Latinoamérica y el Caribe. Venezuela, desde luego, no era la excepción. Por su parte, el país, recién librado de la dictadura militar de Pérez Jiménez, adelanta dos eventos políticos de suma importancia. Previas conversaciones en el exilio entre Rómulo Betancourt (Acción democrática), Rafael Caldera (COPEI) y Jóvito Villalba (URD), el 31 de octubre de 1958 se suscribe en Caracas un importante pacto político, que entró en la historia venezolana como el “Pacto de Punto Fijo” (por el nombre de la quinta en donde fue firmado), que buscaría garantizar la gobernabilidad en Venezuela, a través del compromiso entre los tres principales partidos políticos del país. El Partido Comunista fue excluido del pacto, lo que tuvo percusiones sumamente importantes para el país y su estabilidad política.Un segundo evento es la celebración de las elecciones (diciembre de 1958) y el inicio de la era de la democracia representativa en Venezuela, que entró en la historia nacional como la “Cuarta República”. Venezuela rompe con su pasado de dictaduras militares, se posiciona como una de las democracias más sólidas del continente y la nación más prospera de la región, gracias a yacimientos petrolíferos y su más o menos intensa explotación. Sin embargo, lo que permaneció invariable es su relación con los EE.UU., tanto en términos del intercambio comercial, como de tratados políticos bilaterales. Formalmente, Venezuela se declaraba de tendencia no alineada, sin embargo, los nexos y la influencia de la geopolítica norteamericana subyacían en sus actuaciones en las arenas internacionales y en la política interna del país.La pobreza y desigualdades sociales, y la inconformidad con el rumbo que estaba tomando Venezuela, desataron la vía armada como instrumento principal de lucha política, encabezada por un ala del PCV. “Esta política tuvo un respaldo muy firme de la URSS entre 1961-1965, apoyando la creación de frentes de liberación internacionales, conducidos por la clase obrera representada por los partidos comunistas locales” (Romero, 1992: 43). El PCV, junto con otras fuerzas de izquierda, forma el Frente de Liberación Nacional y las Fuerzas Armadas de Liberación Nacional. Según Carlos Romero, el mismo Nikita Khruschev –Primer secretario del PCSU y Presidente del Consejo de Ministros Soviético– apoyó personalmente la lucha por la liberación nacional y en varias ocasiones reafirmó la solidaridad del partido con los revolucionarios venezolanos (ídem).El gobierno respondió con la implacable persecución, que obligó a algunos militantes a exiliarse “por conmutación de pena por extrañamiento del país”, otros a escapar del acoso y terceros, y/o viajar para recibir adiestramiento político-ideológico o militar en el lejano país comunista. Una parte de esta militancia, o sus hijos, décadas después terminaron teniendo altos cargos en el gobierno de Hugo Chávez Frías y Nicolás Maduro.A finales de la década de los 70 se produce un cambio político en la Rusia soviética, tanto hacia adentro, como hacia afuera del país. Estos fueron auspiciados, por un lado, por el cambio
Antecedentes históricos en la relación bilateral Rusia-VenezuelaNelly Prigorian18del mandato y el posicionamiento de Leonid Brezhnev (1964-1982), como el Primer Secretario del PCSU y jefe de Estado. Y por el otro, por la necesidad de suavizar la imagen de la Unión Soviética después de la invasión e intromisión en los asuntos internos del gobierno Checo, en los eventos conocidos como la “Primavera de Praga”, en el año 1968. Este último evento tuvo hondas repercusiones en la vida política venezolana, además de condicionar de manera importante el desarrollo de la izquierda en todo el mundo. Después de las discusiones internas en el PCV sobre la actuación de la URSS en Checoslovaquia, la tolda roja se dividió, dando paso a la creación de un nuevo partido político, el Movimiento al Socialismo (MAS), agrupación que se deslinda inequívocamente de la línea y de la rectoría del Partido Comunista soviético. Uno de los líderes del movimiento, Teodoro Petkoff, escribe el libro Checoslovaquia: el Socialismo como problema (1968) que sacudió las bases de apoyo a la URSS, convirtiendo a su autor en un importante referente político de izquierda de su tiempo. La imagen de la URSS se vió seriamente afectada y, por primera vez el Partido Comunista soviético fue duramente criticado desde la propia izquierda. La intelectualidad mundial y, desde luego, latinoamericana colocaron signos de interrogación sobre su relación con la Unión Soviética y sus prácticas políticas. Un grueso de la militancia de izquierda de la región dirigió la mirada hacia sus propias tierras y asumió un nuevo referente político, la Cuba socialista, pasando por alto que ese país respondía a los mandatos de la URSS. La Unión Soviética asentó la crisis de la misma manera que lo hacía el Imperio Ruso, buscando y estableciendo nuevas relaciones bilaterales en el mundo para expandir su dominio hacia otros territorios. Así, en 1970, después de reestablecerse las relaciones diplomáticas entre los dos países, nuevamente se abre la Embajada de la Unión Soviética en Caracas. A partir de este año, los países entablaron una cordial comunicación, traducida en el intercambio de delegaciones de distintos niveles:El Presidente Carlos Andrés Pérez fue el primer líder de Venezuela que visitó la Unión Soviética con una visita oficial (1976). En el mismo año visitó Moscú la delegación venezolana encabezada por el Presidente del Congreso Nacional Gonzalo Barrios. Asimismo, una delegación soviética encabezada por el Vicepresidente del Soviet Supremo de la URSS, K. Khalilov realizó una visita de respuesta a Venezuela. En 1983, Venezuela recibió la visita de la delegación soviética encabezada por el Vicepresidente del Soviet Supremo de la URSS S. Imashev (Reseña de las relaciones Rusia-Venezuela, s.f, s.p.). Sin embargo, en esta oportunidad, paralelamente a la apertura de la Embajada, se estrenó La casa de la amistad, un centro cultural soviético que tenía por misión la promoción y difusión del idioma ruso y la cultura ruso/soviética, a través de variadas actividades culturales, charlas, cine-foros, conciertos, celebraciones de las fechas patrias soviéticas, colocando a la disposición del público los libros en español de autores soviéticos, las revistas como Sputnik, entre otras. Fue esta entidad del Estado soviético la que producía más dividendos políticos que la propia embajada. La llamada “fuerza suave” de la Casa de la amistad vino a reforzar la fascinación y la curiosidad por la cultura rusa y todo aquello ligado a ese lejano país, que comenzó con Francisco de Miranda, Ferdinandov, Anna Pavlova, los emigrantes de los
Antecedentes históricos en la relación bilateral Rusia-VenezuelaNelly Prigorian19años 50 y los guerrilleros de los años 60 y 70. Por otro lado, a través del convenio bilateral con la Coordinación de la Planificación Nacional (Cordiplan), el gobierno soviético comenzó a becar a los jóvenes venezolanos en las Universidades de Moscú, Leningrado, Kiev, Jarkov, entre otras. La década de los ochenta fue signada por la Perestroika y la presidencia de Mijaíl Gorbachov, quien había roto con la imagen de los líderes decrépitos en el poder soviético y el dogma político-económico, que mantenía a la URSS en un estancamiento por más de veinte años. El joven Presidente sorprendió al mundo con sus inesperadas y radicales actuaciones: sacó al ejército soviético de Afganistán, que durante diez años (1979-1989) se desplegaba en una guerra en ese país asiático; modificó el sistema electoral, dando paso a la elección de candidatos independientes sin el carné del Partido Comunista; y, tal vez lo más importante de su actuación geopolítica, la no intromisión en los países del bloque soviético y no impedir los procesos políticos de deponer los regímenes impuestos por la URSS en décadas anteriores. Al mismo tiempo, se produce un acercamiento muy importante entre la URSS y los EE.UU., el primero después de la Segunda Guerra Mundial, lo que pone fin a la llamada Guerra Fría. Sin embargo, en lo económico no se logró hacer el mismo giro. El burocratismo, el estancamiento tecnológico, la desidia, la corrupción, la falta de iniciativa, aunados a la baja en los precios de petróleo, llevaron al país al profundo foso económico, del cual no logró salir, aun con el giro político que había dado el país.Más o menos la misma situación estaba enfrentando Venezuela. El sistema de la democracia representativa entró en una importante crisis. La aparición de partidos menores, producto de las divisiones de los principales partidos AD y COPEI, y el surgimiento de pequeños partidos regionales, toldas que ya no pertenecían al Pacto de Punto Fijo, demandaban sus propios espacios políticos y la participación en las decisiones concernientes al manejo de los asuntos del país. Por otro lado, la enorme deuda externa, la caída de los precios del petróleo, el bajo nivel de reservas internacionales, la brutal devaluación –llamada “el Viernes Negro” (1983)–, llevó al país al borde del colapso, que se pronunció con el estallido social en la capital venezolana, y que entró en la historia como el “Caracazo” (1989). A pesar de las turbulencias políticas, sociales y económicas los dos países mantuvieron ciertas relaciones bilaterales, pero bastante esporádicas y sin lograr algún intercambio comercial significativo.De golpe en golpe La crisis de la década anterior, se pronunció a comienzos de los años noventa en ambos países, con intentos de golpes de Estado: en la URSS en agosto de 1991 y en Venezuela, en febrero y noviembre de 1992. Ninguno de los golpes alcanzó sus objetivos, sin embargo, las consecuencias para las dos naciones fueron determinantes. A pocos meses, en diciembre de 1991, la URSS dejó de existir, con la salida de la Unión y la declaración de independencia de Rusia, Ucrania, Bielorrusia y Kazajstán, dando paso al surgimiento de la Federación de Rusia. En Venezuela, a la palestra pública sale un teniente coronel del ejército, uno de los líderes de las asonadas militares en 1992, quien en unos pocos años se convertirá en el primer presidente de la Venezuela Bolivariana, Hugo Chávez Frías.
Antecedentes históricos en la relación bilateral Rusia-VenezuelaNelly Prigorian20Contradictoriamente, en la etapa más crítica y compleja, los dos países aumentaron sus intercambios bilaterales:Una importante contribución al establecimiento de la cooperación de beneficio mutuo entre los dos países significaron las visitas a Rusia del Presidente del Congreso Nacional y el Senado E. Gómez Tamayo, en 1995, y del Presidente de la Cámara de Diputados del Congreso Nacional R. Aveledo, en 1997. Los líderes rusos que visitaron Venezuela fueron el Vicepresidente A. Rutskoy (1992), el Presidente del Consejo de Federación de la Asamblea Federal V. Shumeyko (1994), el Presidente de la Duma Estatal G. Seleznyov (1996), el Primer vicepresidente del Gobierno de Rusia B. Nemtsov (1997) (Reseña de las relaciones Rusia-Venezuela, s.f. s.p.).Vale destacar que la Federación de Rusia se erigió como la heredera directa de la Unión Soviética, tomando sus posiciones no sólo dentro de su territorio, como armamento nuclear y las Fuerzas Armadas, amén de los recursos naturales y el potencial energético, sino fuera de las fronteras, como las sedes de las embajadas y, lo más relevante, el puesto en el Consejo de seguridad de la ONU. Por otro lado, se han producido cambios radicales en la política y en la economía del país, sin embargo, lo que comprendía la política exterior hacia el continente latinoamericano siguió el rumbo fijado en la década anterior, es decir, mantener una intensa y sostenida relación con los países de la región. La visita del primer ministro ruso, Yevgeny Primakov, a Argentina, Brasil, Colombia y Costa Rica en 1997, inequívocamente significó que Rusia pretendía mantener relaciones con todos los continentes, y América Latina formaba parte de las prioridades mundiales del país euroasiático (Haluani, 2015: 98). Venezuela, al igual que el resto del mundo, observaba con interés los cambios que se producían en la nueva Rusia, pero la política exterior de los últimos dos gobiernos venezolanos del siglo XX, no se caracterizaba por su vitalidad. Además, la situación de inestabilidad política, con permanentes amenazas de nuevos golpes de Estado y la muy deprimida economía nacional, con riesgos de nuevos estallidos sociales, fueron importantes limitantes para impulsar una relación económica y comercial con la Rusia capitalista.IV. Conclusiones Hasta el siglo XXI, después de casi 150 años de haber establecido Venezuela y Rusia relaciones diplomáticas (1857), los resultados para ambas naciones de manera general podrían ser caracterizados como de muy bajo rendimiento y de acercamientos esporádicos y poco consecuentes. La cooperación entre los Estados, salvo en casos muy puntuales, no tuvo mayor relevancia y las relaciones políticas no pasaban más allá de las formalidades de alto protocolo. Ni la apertura de las respectivas Embajadas logró impulsar de forma sustantiva el intercambio económico o comercial entre ambas naciones. Se podrían aludir razones múltiples de esa relación poco fructífera, comenzando por la lejanía geográfica, intereses geopolíticos distintos y, finalmente, las diferencias ideológicas, que no ayudaron a estrechar los lazos bilaterales. Desde luego que la cercanía de Venezuela con los EE.UU. tanto geográfica, como político-ideológica y comercial, incidieron de manera importante en la relación con Rusia, sobretodo en la segunda mitad del siglo XX, durante la Guerra Fría. Sin embargo, aun después de la caída del Muro de Berlín, si bien se intensificó la agenda protocolar con los intercambios de
Antecedentes históricos en la relación bilateral Rusia-VenezuelaNelly Prigorian21delegaciones de alto nivel, eso tampoco desembocó en algo tangible en materia económica o comercial. Por otro lado, la intervención de personalidades particulares, como Francisco de Miranda, Fiodor Martens, Gustavo Machado, Teodoro Petkoff, entre otros, si bien no forman parte de las relaciones bilaterales entre Estados en el sentido estricto del concepto, sus actuaciones políticas en relación a Rusia han sido lo suficientemente relevantes para incidir en el desarrollo histórico de Venezuela y también del país euroasiático. Aún los esporádicos contactos formales entre los dos países, revelan que, tanto Venezuela como Rusia, estaban abiertas a las posibilidades de cooperación, pero que por una u otra razón, no se había logrado concretar una interacción de mayor envergadura. No menos cierto es que Rusia en sus estrategias geopolíticas, en ocasiones jugaba en varios tableros a la vez, y el de Venezuela era el de menor relevancia. En lo que sí prosperó Rusia en Venezuela de manera importante es en la táctica soviética de la “fuerza suave”, la penetración cultural, y con ella la ideológica, que en el siglo XXI rindió frutos de enorme alcance, tanto en el plano económico y comercial, como en el político y el geopolítico. La Venezuela de comienzos del siglo XXI es un país fascinado por el Mundo ruso, comenzando por el mito de Miranda y Catalina, la Grande; por los alcances de la revolución bolchevique; pasando por el amor al arte y la literatura rusa, facilitados por los emigrantes de origen ruso después de la Segunda Guerra Mundial y, desde luego, por la labor de la Casa de la amistad. Por el otro lado, estaba el adoctrinamiento ideológico, mediado por los cuadros políticos de los partidos de izquierda, que de una u otra forma, respondían a los mandatos del Partido Comunista soviético. También la curiosidad por la Perestroika de Gorbachov y después por la Federación de Rusia, una nación que se levantaba de sus cenizas para ocupar el lugar de la URSS, jugó un importante papel en crear un imaginario en el cual Rusia se presentaba como algo fascinante y atrayente, al igual que su cultura. Hugo Chávez Frías, sus colaboradores más cercanos y sus seguidores más leales, fueron influidos por esa fascinación de lo ruso, por la ideología de una potencia que fue capaz de oponerse a Estados Unidos. En su imaginario la URSS nunca desapareció. En nuestra consideración esta es una de las claves más importante que explicaría porque en el siglo XXI la relación bilateral entre Rusia y Venezuela se ha desplegado con semejante fuerza. Además de la voluntad política y el interés geoestratégico y económico del Estado venezolano y el gobierno de Chávez y Maduro, que acompañaron esta relación bilateral, la propia sociedad venezolana, incluyendo la oposición política, resultaron ser un terreno muy fértil para aceptar sin mayores inconvenientes y acríticamente la relación con la Rusia de Putin. Ni los sucesos de 2008, cuando Rusia invadió militarmente a Georgia y le quitó el territorio de Abjasia y de Osetia, ni los del 2014, cuando se anexó la península de Crimea, parte del territorio ucraniano, tuvieron alguna percusión en la sociedad venezolana. El fascinante imaginario de lo ruso en Venezuela seguía intacto.
Antecedentes históricos en la relación bilateral Rusia-VenezuelaNelly Prigorian22V. Referencias bibliográficasBoersner, A, & Haluani, M. (2013). Convergencias y divergencias en la asociación estratégica ruso-venezolana y sus implicaciones hemisféricas. Cuadernos del Cendes, 30(82), 67-107. Disponible en http://ve.scielo.org/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1012-25082013000100005&lng=es&tlng=es.Boersner, D. (2007) Relaciones Internacionales de América Latina. Sexta edición. Edit. Random House Mondadori, Caracas.El Nacional (noviembre 15, 2017) Pavlova, Gómez y bolcheviques. Portal web El nacional.Disponible en https://www.elnacional.com/opinion/columnista/pavlova-gomez-bolcheviques_211610/ El Nacional (septiembre 8, 2018) Nicolás Ferdinandov. El forastero ruso. Portal web El Nacional. Disponible en línea en https://www.elnacional.com/papel-literario/nicolas-ferdinandov-forastero-ruso_250704/Grigulievich Lavretski, I. (1974) Miranda: la vida ilustre del precursor de la independencia de América Latina, Caracas: Ediciones de la Contraloría. Haluani, Makram (2013). Rusia en América Latina: variables, implicaciones y perspectivas de su presencia en el hemisferio occidental. Politeia, 36(51),83-124.[fecha de Consulta 30 de Junio de 2020]. ISSN: 0303-9757. Disponible en: https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=1700/170035854004Historia de ballet en Venezuela (julio, 21 de 2018) Portal web Sansha. Disponible en https://www.sansha.com.ve/historia-del-ballet-en-venezuela/Jeifets, L., y Jeifets, V. (2009). El giro a la izquierda en América Latina y el nacimiento del “nuevo bolivarianismo: las tradiciones de Komintern y la actualidad. Revista CS, (4), 195-212. https://doi.org/10.18046/recs.i4.441Jeifets, V. y Jeifets, L. (2015). La inserción internacional de la izquierda comunista anti-gomecista en el exilio venezolano, primeros años. Revista Izquierdas. 25. 01-28. DOI 10.4067/S0718-50492015000400001Leonov, N. (2017) “La inteligencia soviética en América Latina durante la Guerra Fría” en Pensamiento social ruso sobre América Latinade (comps) Soledad Jiménez Tovar y Andrés Kozel. Buenos Aires: CLACSO. Disponible en línea en https://www.clacso.org.ar/antologias/detalle.php?id_libro=1278 Reseña de relaciones Rusia-Venezuela (s.f) Portal web de la Embajada de la Federación Rusa en Venezuela. Disponible en https://venezuela.mid.ru/es/resena-de-relaciones-ruso-venezolanas Rey, J.C. (2011) Huella de la inmigración en Venezuela. Caracas: Editorial Fundación Empresas Polar. Disponible en https://www.guao.org/biblioteca/huellas_de_la_inmigracion_en_venezuelaRomero, C. (1992) Las relaciones entre Venezuela y la URSS: Diplomacia o Revolución.Caracas: UCV, Consejo de desarrollo científico y humanístico.Sizonenko, A. (2010) Posición de Rusia y Voluntarios Rusos en el Movimiento Libertador de los pueblos de América Latina. Portal web Redial – Ceisal. Disponible en línea en http://www.red-redial.net/bicentenario-memoria-68.html
La relación estratégica entre Rusia y Venezuela en el proceso Bolivariano Nelly Prigorian
I.- Introducción
Comenzando el siglo XXI las relaciones entre Rusia y Venezuela habían cambiado no sólo de forma, sino también de fondo. Dos países de poca historia común, distantes tanto geográficamente como ideológicamente y de relaciones bilaterales de muy poca envergadura, hoy se consideran aliados estratégicos y en los espacios internacionales tienen prioridad en sus respectivas agendas. Para enero de 2020, la Federación de Rusia es uno de los pocos Estados en el mundo que todavía respalda y apoya al actual gobierno de Venezuela y su jefe, Nicolás Maduro Moros. Rusia –a diferencia de la República Popular China, otro aliado de peso— en los últimos tres años no escatimó esfuerzos en discursos para defender el gobierno venezolano en las reuniones de organismos internacionales, ni en declaraciones a los medios de comunicación, con denuncias de atropellos que se cometen en contra de Venezuela por parte de los países occidentales, encabezados por los Estados Unidos de Norteamérica. Todos estos pronunciamientos se dan en el momento cuando la mayor parte de la comunidad de la región latinoamericana y caribeña desconoce la legitimidad de Maduro Moros como Presidente de la nación venezolana, y cuestiona con dureza las actuaciones de su gobierno.Esta nueva realidad en las relaciones entre Rusia y Venezuela suscita una serie de interrogantes: ¿qué cambios acontecieron, tanto en Rusia como en Venezuela, para que sus relaciones diesen un giro hacia un compromiso tan radical? ¿Qué intereses acercaron a los dos países para trazar una alianza tan estrecha? ¿En qué se fundamenta la declarada alianza estratégica? ¿Qué beneficios obtiene o persigue cada Estado en el marco de esta alianza? ¿Qué tanto coinciden en sus políticas Rusia y Venezuela, tanto en el plano ideológico como económico? Y finalmente ¿Qué intereses persigue cada país en esta relación? Lo que sigue es, en primera instancia, una tentativa de comprender la nueva realidad de relaciones bilaterales entre las dos naciones a partir de sus necesidades políticas internas y externas, para después, probar dar respuestas a las preguntas planteadas en un intento de mirar el posible futuro de esta alianza.
La relación estratégica entre Rusia y Venezuela en el proceso BolivarianoNelly Prigorian24II. Rusia-Venezuela, siglo XXI: relación de nuevo tipoNuevo siglo, nuevas relaciones: la política exterior rusa en América Latina y VenezuelaLa desintegración de la Unión Soviética en la última década del siglo XX modificó el mapa político mundial. Sin este jugador fuerte en los escenarios internacionales, la bipolaridad, característica principal durante lo que se denomina ‘Guerra Fría’, devino en la unipolaridad. Los Estados Unidos se convirtieron en el único polo de poder dentro del sistema internacional, tanto por su poderío militar como económico, y con una ideología, que para el momento, lucía victoriosa. En este contexto, tanto Venezuela como Rusia, atraviesan el umbral del siglo XXI con unas propuestas políticas, radicalmente distintas a las de las últimas décadas de sus respectivas naciones, en el intento de disminuir las turbulencias político-sociales que agobiaban a los dos países. La desaparición de la URSS dio pasó a la constitución de un nuevo país, la Federación de Rusia, con nuevas reglas económicas, el libre mercado, y dentro de una nueva concepción de Estado, el Estado democrático liberal. Boris Yeltsin, el primer Presidente de la Federación de Rusia (1990-1999), por razones de salud había renunciado en 1999, dejando a cargo de la presidencia a Vladimir Putin, para el momento director del Servicio Federal de Seguridad (FBC, por sus siglas en ruso), la sucesora directa de la KGB. En el año 2000 se celebran elecciones presidenciales, y Vladimir Putin, con amplia ventaja frente a otros candidatos, gana los comicios y se convierte en nuevo Presidente de la Federación. A partir de este momento la política exterior rusa fija un nuevo rumbo: la recuperación del rol que en el pasado desempeñaba la URSS en los escenarios internacionales.Venezuela, por su parte, comienza el nuevo siglo con la recién aprobada nueva Constitución, dando pasó al nacimiento de la denominada ‘V República’. El ideólogo y el principal promotor de la nueva Constitución era el Presidente Hugo Chávez Frías, teniente coronel en retiro, quien había salido a la palestra política del país en 1992, después del fracasado golpe de Estado contra el Presidente Carlos Andrés Pérez (1989-1993). Con la nueva Carta Magna y con una nueva visión del país y de su rol en el continente, Venezuela comienza abrirse paso en los escenarios internacionales de manera distinta a como lo había ejercido históricamente. Dos características fundamentales signan las relaciones exteriores de la nueva República: por un lado se enarbola la tesis de la “Patria grande”, que tiene por finalidad la unión de las naciones suramericanas y caribeñas en un bloque político regional fuerte frente al mundo, pero sobre todo, frente a los Estados Unidos de Norteamérica. Y precisamente la relación o, más bien, el cambio de la relación con los EE.UU, es la segunda característica que resalta en el manejo de los asuntos internacionales de la nueva República. Venezuela históricamente se asumía como aliada de EE.UU. en la región, no sólo porque a los dos países los unían los lazos económicos y comerciales de importancia, sino porque, a partir de la década de los 40, Venezuela se pliega a la doctrina del Buen vecino y su política de cooperación político-militar con la nación del norte. Con la llegada de Hugo Chávez Frías a la presidencia de Venezuela, se interrumpe esta cooperación, pero dejando sin variación
La relación estratégica entre Rusia y Venezuela en el proceso BolivarianoNelly Prigorian25las relaciones económico-comerciales1. Sin embargo, la postura de Venezuela frente a los EE.UU tomó un giro de franca confrontación, apoyada por el verbo encendido tanto en los escenarios nacionales como en los internacionales. Esta confrontación se fundamentaba no sólo en la idea del bolivarianismo, sino también en el abierto apoyo estadounidense a la oposición venezolana, que en abril de 2002 intentó un golpe de Estado y a los finales de ese mismo año, provocó el paro petrolero y una huelga nacional que se prolongaron hasta febrero del año 2003. En estos escenarios se inicia una nueva, cualitativamente distinta, relación entre la Venezuela bolivariana y la Rusia federativa. El primer paso fue dado en un encuentro no oficial en la Asamblea General de la ONU en el año 2000, cuando Hugo Chávez intercambia unas palabras con Vladimir Putin. Chávez afirmó sobre aquel encuentro con el primer mandatario ruso: “Conocí al presidente Putin, allá en Nueva York. Me causó una muy grata impresión su juventud, su dinamismo y sus ganas de venir por aquí y sus ganas de que Venezuela y Rusia profundicen las relaciones comerciales, económicas, políticas, etc.” (Chávez, 2000). Aunque el presidente Putin, hasta la fecha, nunca había pisado el suelo de Venezuela como Presidente de Rusia –pero sí lo hizo Dimitri Medvedev en noviembre de 2008, cuando ocupaba la máxima jefatura de la Federación de Rusia— Chávez pasó por Moscú en tres ocasiones con visitas oficiales: en mayo 1 Véase el Informe Especial “Aproximación crítica a la relación EE.UU. – Venezuela: Geopolítica, petróleo, derechos humanos e impactos ambientales”, también producido por el Observatorio de Ecología Política de Venezuela, que hace parte de la serie «Geopolítica del extractivismo en la Venezuela bolivariana: incidencia e impactos de EEUU, China y Rusia a la luz de una profunda crisis». Disponible en: https://www.ecopoliticavenezuela.org/2020/06/16/informe-especial-aproximacion-critica-a-la-relacion-ee-uu-venezuela-geopolitica-petroleo-derechos-humanos-e-impactos-ambientales/de 2001, noviembre de 2004 y octubre de 2010; y con visitas de trabajo en seis ocasiones: en octubre de 2001, julio de 2006, junio de 2007, julio y septiembre de 2008 y septiembre de 2009. A estos encuentros de alto nivel habría que agregar los múltiples viajes de Nicolás Maduro, como canciller del gobierno de Hugo Chávez, y desde 2013 como Presidente de la República. “Estos eventos dieron un nuevo impulso a la asociación estratégica de nuestros países en las esferas política, económico-comercial, energética, financiera, científica, técnico-militar y otras, enriqueciendo, además, la base jurídica bilateral”, se comenta en el portal de la Embajada rusa en Caracas (Reseña de relaciones ruso-venezolanas s.f: sp.).El análisis de los dos documentos denominados Concepción de la política exterior de la Federación Rusa de 2000 y de 2001, que fijaban las prioridades de la política exterior de este país euroasiático, revela que los principales objetivos del país se encontraban distantes no sólo de Venezuela, sino en general de América Latina y el Caribe, salvo Brasil, como integrante del grupo BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) (Rodríguez Hernández, 2019: 117). En este tiempo, la prioridad se centraba en el entorno geográfico inmediato y en el más cercano, es decir, en los países que integraban la ex URSS y en Europa. Esto puede explicar porque las declaraciones de Chávez y sus frecuentes visitas al Kremlin se traducían sólo en promesas de posibilidades de proyectos futuros, pero sin ninguna
La relación estratégica entre Rusia y Venezuela en el proceso BolivarianoNelly Prigorian26concertación fáctica. Sin embargo, en la medida que Rusia comenzó a desplegar su influencia en los organismos internacionales, principalmente en la ONU, el continente latinoamericano comenzó a ser percibido como una fuerza importante, que podría servir de apoyo en su estrategia de accionar global. Para ello había que nuevamente entablar relaciones bilaterales y multilaterales con los países de América Latina y el Caribe, prácticamente abandonadas por casi dos décadas. Y mientras Rusia reconsideraba sus relaciones con la región, los EE.UU., país de decisiva influencia en continente desde la doctrina Monroe y la del Buen Vecino, más bien desviaba su mirada para centrarse en el Medio Oriente, sobre todo después de la tragedia del 11 de septiembre de 2001, comenzando su “guerra contra el terrorismo”. En esta coyuntura la región fue desplazada a los segundos y terceros planos en la prioridad de los Estados Unidos, dejando un vacío, que no tardó en ser aprovechado por Rusia. Por otro lado, Rusia, que en ese momento también sufría de ataques terroristas en su territorio, en este caso de insurgentes chechenos, se había acercado a su contrincante histórico, EE.UU. Los medios de comunicación globales transmitían no sólo actos protocolares entre los dos jefes de Estado, Vladimir Putin y George Bush-hijo, sino también sus paseos informales por la orilla de la playa con los comentarios del presidente norteamericano sobre la cálida y sincera mirada que poseía el Presidente ruso (Univisión, 2017). El idilio no duró mucho. La insistencia de Rusia en volver a ser tomada en cuenta como superpotencia en los escenarios globales, si bien no económica, pero sí bélica, por un lado y, por el otro, la postura “de promotor del orden multipolar; del derecho a un nuevo orden económico; y en su afirmación que existe una lógica política distinta de la noratlántica y estadounidense en el mundo árabe, en China o en el bolivarianismo latinoamericano” (Garay Vera, 2010: 144), empezó a generar grietas en las relaciones Rusia-Estados Unidos, y los dos actores rápidamente se ubicaron en la habitual confrontación, muy parecida a la de la Guerra Fría, pero sin su intensidad.En la medida que la relación Rusia-Occidente se deterioraba y se le aplicaba mayor grado de aislamiento internacional, sobre todo después de la guerra contra Georgia y la creación del Estado de Abjasia en 2008 y, posteriormente, la anexión de Crimea a expensas del territorio Ucraniano en 2014, más interés mostraba Rusia en relacionarse con el Continente latinoamericano, ya no sólo desde la perspectiva meramente de política en los escenarios globales, sino, también, económica y comercial. En otras palabras, Latinoamérica y el Caribe se convirtieron para Rusia en objetivo geoestratégico, en el cual se combinaban intereses económicos, políticos y de seguridad. A partir de la reorientación de su política exterior, el gobierno Putin-Medvedev “firmó nuevos tratados marcos sobre las bases y principios de la relación bilateral con 15 países; en actividades de promoción comercial y económica con 16 países; en la cooperación cultural con 15; en la cooperación científica y tecnológica con 11; sobre el combate al narcotráfico con 10 y sobre el fomento y protección de inversiones y cooperación en el espacio ultraterrestre con 3 países de la región latinoamericana y caribeña” (Boersner y Haluani, 2013: 76). En este sentido, habría que subrayar que una de las características de la Federación de Rusia es la muy pragmática visión sobre sus relaciones y actuaciones en el mundo, lo que la hace esencialmente diferente a la extinta URSS, que se guiaba más por razones ideológico-políticas, aun en detrimento de sus intereses económicos. El nuevo Kremlin con éxito combina los intereses económicos con las necesidades políticas. Más aun, la política exterior comenzó a trazarse en función de la política interior y viceversa. De esta manera, a la humillante frase en el escenario internacional “Rusia no está en posición de exigir nada” se contrapuso el gallardo lema “No estaremos más de rodillas”, en los escenarios nacionales, o “Podemos repetir”, referido al desenlace victorioso de la Guerra Patria en 1945, lanzado tanto hacia dentro del país como hacia el mundo exterior. En otras palabras, los asuntos internacionales devinieron en asuntos nacionales. Probablemente, es el único rasgo que la Rusia federativa había resucitado de la política de Estado de la URSS. Y en este sentido, la expansión y las inversiones en América Latina y en el Caribe de las estatales Rostneft, Gasprom, TNK-BP, Surgutneftegaz, Rosoboronexport y las privadas Lukoil y Rusoro forman parte de una estrategia geopolítica, tanto económica y política como de seguridad. […] [P]ara Rusia América Latina se repone como parte del tablero global y es componente del reposicionamiento de esa nación en el emergente sistema multipolar. (…) Respecto del modo como se posiciona Rusia en este reacomodo, (…) obedece al enfoque realista de Rusia primariamente estatocéntrico, es decir, centrado en la seguridad del Estado y, en consecuencia, bien sintonizado con las concepciones de poder duro y el fortalecimiento de su aparato militar y diplomático (Garay Vera, 2010: 165-166).La bonanza petrolera permitió a la Federación de Rusia reconstruir su industria militar y comenzar su propio rearme, para después, colocar en el mercado mundial sus innovaciones bélicas, convirtiéndose en el segundo proveedor de armas en el mundo, después de EE.UU, según el Instituto Internacional de Estudios para la Paz de Estocolmo, que revela que para el período 2001-2018 EE.UU. obtuvo el 31% del mercado de armas convencionales; Rusia el 25%, Alemania el 10%, Francia el 9% y Gran Bretaña el 4%. El negocio en este periodo produjo a Rusia ganancia por casi 111 millardos de dólares americanos (ver Cuadro I).Este escenario permitió a Rusia a posicionarse en Latinoamérica y el Caribe por las tres principales vías, fuertemente entrelazadas entre sí: comercial, estratégico-militar y política. En primer término, Rusia se estableció como Estado-promotor de su industria militar, proveedor de armamento bélico y, en el marco de la cooperación técnica y militar, de asistencia, asesoramiento y suministro de repuestos para los equipos recibidos por las naciones latinoamericanas y caribeñas. Salvo algunas excepciones, casi todos los países de la región, en mayor o menor medida, han adquirido equipamiento militar ruso, desde los fusiles Kalashnikov 47 y 103 hasta los sistemas de defensa antiaéreas TOR de corto, mediano y largo alcance, pasando por vehículos de exploración blindados Vodnik, helicópteros MI-17 y 26, aviones de carga Iliashev y aviones caza Sukhoi-30. México, Perú, Uruguay, Ecuador, Brasil, Argentina, Nicaragua, Colombia y, desde luego, Venezuela, que se convierte en el cliente de la industria militar rusa más importante de la región (ver Cuadro III. Sig. Pag.), con compras mil millonarias, lo que se traduce en respetables ganancias del comercio ruso en la región. Por otro lado, estas compras significan relaciones de largo plazo, en función de prestación de servicios técnicos y repuestos.Para atender todo este importante parque militar, Rusia se propuso establecer un complejo de servicio técnico-militar en el territorio de Bolivia. Además de abrir una línea de crédito a este país en 2009, para las compras militares y la construcción de un aeropuerto, por más de 1.500 millones de dólares, le ofrece una inversión de 5.000 millones para la construcción de ese complejo. Un año más tarde, la oferta fue ampliada aún más, con la posibilidad de: “el desarrollo de energía nuclear y dadas sus condiciones geográficas instalar una estación espacial para el lanzamiento de satélites. Según el embajador, Bolivia es “una punta de lanza” para que su país aumente su influencia en la región al margen de lo que opine Estados Unidos y dado que el [para el momento] Presidente Medveded apoya el proceso de reformas en Bolivia” (Garay Vera, 2010: 163).Por otro lado, en 2008, como respuesta a la presencia de asesores militares de los EE.UU. en Georgia durante el conflicto bélico con Rusia, ésta última realiza un sobrevuelo de patrullaje con el bombardero TU-160 de seis horas a lo largo de la costa suramericana. El avión despegó en la base aérea militar Libertador en Venezuela y se dirigió hacia Brasil, sobrevolando toda su costa, para después regresar a Venezuela. Este vuelo no sólo significó el regreso, después de más de 15 años, de los patrullajes de bombarderos rusos de largo alcance en la región, sino también un desafío simbólico a los EE.UU. en su territorio de influencia. El Presidente Chávez no tardó en ofrecer una isla completa, La Orchila, con aeródromo como base temporal para las naves estratégicas rusas, que podría sumarse a las cuatro-cinco bases ubicadas en Cuba, según las declaraciones del Jefe de Estado mayor ruso, general Zhikhdrev (Zhdannikov, 2009). De esta manera, el continente ya no sólo se asumía como una cantidad importante de votos en la ONU y un cliente comercial más o menos relevante, sino que devenía en un elemento importante en la estrategia militar y de seguridad rusa, donde el principal objetivo eran/son los EE.UU.Por lo tanto, el interés en la región como apoyo numérico traducido en votos dentro del sistema internacional y
La relación estratégica entre Rusia y Venezuela en el proceso BolivarianoNelly Prigorian29sus organismos, que demostraba Rusia en los primeros años del siglo XXI, se transformó en prioridad estratégica; y en la medida que su confrontación con los EE.UU y la Unión Europea escalaban en intensidad, en esta misma medida se elevaba la importancia de sus relaciones con los países del continente. Bases de interés mutuo y coyuntura de la relación bilateral en el gobierno de Chávez En este contexto, Venezuela, la nación que nunca tuvo lazos muy estrechos con la Rusia ni zarista ni soviética, a diferencia de países como México, Nicaragua, Perú, Argentina, Chile, Brasil o Cuba, se convirtió en el espacio desde donde el país euroasiático emprendió el esfuerzo de trazar una nueva demarcación geopolítica en América Latina y el Caribe. Venezuela no sólo se estableció como el comprador más grande de equipos y armamento militar ruso, no sólo dispuso su territorio para los vuelos de los bombarderos estratégicos de esa nación, no sólo fue el primer Estado del continente que estimuló la entrada en el país de las empresas energéticas rusas como Rosneft y Gazprom, sino que también sirvió de puente y de plataforma a la Rusia Federativa para establecerse y relacionarse con otros Estados de la región, como Brasil, Argentina, Bolivia, Ecuador, y reestablecer las relaciones con Cuba y Nicaragua, después de 18 años de hiato. Venezuela en el siglo XXI se convirtió en “la puerta grande” para la entrada de Rusia Federativa en América Latina y el Caribe (Rosental, 2018: 50). Esto fue posible, en primera instancia, por la propia posición de Venezuela en el continente para ese momento. Presidida por Hugo Chávez Frías, la 2 Ver la estadísticas de la OPEP en https://es.statista.com/estadisticas/635114/precio-medio-del-crudo-fijado-por-la-opep/nación adquirió un enorme peso político y económico en la región, sobre todo a partir del año 2004. Además, no hay que descartar las considerables influencias personales que ejercía el carismático Presidente de Venezuela sobre los líderes políticos y sociales de los países latinoamericanos y caribeños. Para esta fecha, Hugo Chávez logró superar el intento de golpe y el paro petrolero; también, había ganado el referéndum revocatorio de su mandato, el 15 de agosto de 2004, con casi 60% a su favor. Esto permitió a Chávez no sólo cementar su posición política dentro del país y ganarse a la gran mayoría de la población como sus adeptos ideológicos, sino que inició el proceso para descabezar a la “vieja” PDVSA, colocando en la nómina mayor de la empresa a las personas leales a su mandato político. De esta manera, la estatal petrolera se convirtió en herramienta bajo su dominio, que no dudó en usar en función de sus estrategias tanto dentro del país como en el continente latinoamericano y caribeño, e incluso, más allá de éste, como veremos más adelante.PDVSA, la quinta empresa petrolera en el ranking mundial, con la producción de más de tres millones de barriles diarios para entonces, se consideraba como el principal motor económico nacional, pero que siempre mantenía cierta autonomía y la independencia de criterios a la hora de trazar sus planes de negocio. Con el cambio producido en la gerencia de la empresa y el alza de los precios del petróleo en el mercado mundial –de 22 $ por barril en 2001 a casi 50$ en 20042— le dio al gobierno una holgura financiera, comparada sólo con la bonanza petrolera de la década de los setenta del siglo pasado. A esto habría que agregar un
La relación estratégica entre Rusia y Venezuela en el proceso BolivarianoNelly Prigorian30factor fundamental: el hecho de que el esquema de negocios planteado por el gobierno de Chávez para PDVSA propusiera considerables aumentos en la participación en las ganancias (regalías) y en los impuestos (sobre la renta), haciendo que la captación de renta fuese mucho mayor que en los tiempos de reforma neoliberal de los años 90.Esto coincide con la llegada a la presidencia de algunos países de la región de líderes de izquierda, con la clara vocación social y antiimperialista que compartían las posturas políticas regionales de Hugo Chávez Frías: Néstor Kirchner, en 2003 en Argentina; Ignacio “Lula” da Silva, en el mismo año, en Brasil; Lionel Fernández en 2004, en República Dominicana; y en el mismo año, Martín Torrijos en Panamá. Después vendrán las presidencias de Evo Morales (2006) en Bolivia, Michel Bachelet (2006) en Chile, Rafael Correa (2007) en Ecuador, Fernando Lugo (2008) en Paraguay, José “Pepe” Mujica (2010) en Uruguay. La visión política compartida de resistencia a la intromisión histórica de EE.UU. en Latinoamérica y el Caribe y el apoyo financiero, económico y energético, brindados por Venezuela –producto de los dividendos que le proporcionaba al gobierno venezolano la estatal PDVSA— no tardaron en articularse en la conformación y constitución de varias organizaciones regionales, de las cuales fueron excluidos tanto Estados Unidos como Canadá.De esta manera, bajo el auspicio y financiamiento venezolano, en 2004 nace la Alianza Bolivariana, ALBA3, como 3 Documentos institucionales de la organización http://www.portalalba.org/index.php/alba/documentos4 Más información en http://mppre.gob.ve/2019/07/09/petrocaribe-14-anos-de-contribucion-al-desarrollo-de-los-pueblos/5 Información disponible sólo en archivo web en https://web.archive.org/web/20160125011614/http://www.unasur.int/6 Información institucional http://www.parlatino.org/es/proyecto-de-la-celac.html o https://web.archive.org/web/20141016060605/http://www.parlatino.org/es/proyecto-de-la-celac.htmlalternativa al Área de Libre comercio de las Américas, ALCA, promovida por los EE.UU, y en 2005 Petrocaribe4, que ofrece el petróleo venezolano, financiado a crédito a largo plazo, a los países del Caribe. Al mismo tiempo surgía la Unión de países suramericanos, UNASUR5, una coalición política, a semejanza de la Unión Europea; y en 2010 la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, CELAC6, que a diferencia de la OEA, incluye a Cuba como Estado miembro y excluye a EE.UU. y Canadá.Los nuevos organismos regionales, constituidos en la primera década del siglo XXI, se trazaron objetivos mucho más ambiciosos que los de las décadas anteriores, que implicaban no sólo la cooperación económica entre sus miembros, sino también la militar, la constitución del parlamento legislativo, la emisión de moneda única, el Sucre, etc. Es decir, los objetivos estratégicos rebasaron con creces los objetivos y las aspiraciones de las alianzas antecesoras. La política exterior venezolana fue incluida como parte fundamental dentro de los dos Planes de la Nación (2001-2007, 2007-2013). De esta manera las relaciones del país con el resto del mundo y con la región se convirtieron en propósito tanto del Estado como del gobierno, esto es, la política exterior comenzó a formar parte de la política interna de la nación, entrelazándolas en una relación de interdependencia, en la cual la del exterior tenía supremacía jerárquica. El comercio es, tal vez, el ejemplo más claro de esta supremacía. El discurso nacionalista
La relación estratégica entre Rusia y Venezuela en el proceso BolivarianoNelly Prigorian31e implementación de determinados proyectos para estimular la producción nacional a pequeña y mediana escala, se combinaba con acciones que privilegiaban la compra de los rubros agroalimentarios, de manufactura y textiles en los países aliados, en franco decremento del desarrollo de la producción nacional, apelando, en ocasiones, a trueques, por ejemplo, por petróleo en el marco de Petrocaribe. También, la contratación de empresas foráneas, pertenecientes a los países de interés estratégico para las relaciones internacionales del Estado venezolano, tenían la prioridad frente a las empresas nacionales para ejecutar determinadas obras o prestar determinados servicios. Con esta estrategia el gobierno bolivariano se beneficiaba por partida doble: por un lado debilitaba a la burguesía nacional tradicional, que en su mayoría no compartía las inclinaciones ideológicas del Presidente Chávez; y por otro lado, alimentaba la popularidad de los mandatarios de izquierda en la región a través de las grandes compras de productos a los empresarios de sus respectivos países, creando nuevos puestos de trabajo, inyectando flujo de dinero en sus economías y, en ocasiones rescatando empresas en dificultades económicas. Créditos, financiamiento a muy bajo interés a largo plazo, colocación de bonos, rescate de las deudas, construcción de vías de comunicación, hospitales, escuelas, despachos de gasolina subsidiada y un largo etc., fueron unas de las herramientas de solidaridad para con las naciones, presidentes u autoridades de las cuales compartían la visión del Hugo Chávez. Tal vez el caso más grotesco 7 País que es reconocido como independiente solo por Rusia, Venezuela, Siria, Nicaragua, Cuba y Nauru. Se considera territorio georgiano que con el apoyo de Federación de Rusia se declaró independiente en 2008 después de la guerra entre Rusia y Georgia. era el del subsidio de gasolina para los habitantes de Londres, porque su alcalde era simpatizante del presidente venezolano (Chávez lleva su petróleo barato a los londinenses, 2007). Desde luego, la popularidad del mandatario venezolano se volvió tan grande que era capaz de llenar estadios completos en cualquier país latinoamericano, al mejor estilo de un rock star. Por otro lado, habría que destacar la manera de relacionarse o hacer diplomacia del propio Hugo Chávez Frías. Todo asunto de Estado venezolano devenía en un asunto personal del Presidente de la República y recibía el tratamiento como tal; y todo interés ideológico-personal de Hugo Chávez se transformaba en asunto de Estado. Las reuniones de alto nivel entre los mandatarios del bloque parecían más a una reunión de buenos amigos o hermanos, como le gustaba destacar al propio Presidente. En cierto modo, la influencia personal de Hugo Chávez Frías y esta manera de abordar las relaciones, sobre todo regionales, adquirían un fuerte matiz clientelar, y devenían en un condicionante importante, a la hora de la toma de decisiones para los determinados países. El reconocimiento de Abjasia7, como país soberano e independiente, por Nicaragua y Cuba o la pretendida alianza espacial entre Bolivia y la Federación de Rusia, tal vez, son los ejemplos más claros del grado de influencia que ejercía Chávez Frías sobre sus aliados regionales.Ahora bien, si Rusia hubiese buscado un aliado en la región para impulsar su estrategia de acercamiento al continente, no encontraría mejor opción que Venezuela. Desde luego que el liderazgo
La relación estratégica entre Rusia y Venezuela en el proceso BolivarianoNelly Prigorian32de Hugo Chávez Frías y su importante influencia, tanto personal como política, en la región podrían ser considerados como una fuerte ventaja. Pero, además, el Presidente de Venezuela de antemano estaba ganado para establecer relaciones estratégicas con la nación rusa, cuando en el temprano 2000 comenzó a recalcar en su retórica las grandes posibilidades que traería la alianza entre los dos países (Chávez citado por Herrera, 2015). En otras palabras, la voluntad política de aliarse con el Estado ruso fue expresada, probablemente, mucho antes de que la Federación de Rusia la tomase como su propia necesidad.El acercamiento y, más tarde, la alianza estratégica entre la Rusia federativa y la Venezuela bolivariana tenían mucho más fundamentos que sólo la voluntad política de Hugo Chávez; qué duda cabe, era necesaria mas no suficiente. Venezuela, a pesar de la lejanía geográfica e historia diplomática de poca relevancia, reunía factores indispensables para que las relaciones entre los dos países se trazaran y se entrelazaran con tanta fuerza. Uno de ellos es la semejanza de estructuras de poder de los dos Estados y las formas de ejercicio de poder de los dos gobiernos. Sobre esto afirman Boersner y Haluani:La actuación externa tanto de Rusia como de Venezuela nace precisamente en el seno del privilegiado Poder Ejecutivo de cada una de estas dos naciones, el cual opera con el mínimo o hasta inexistente insumo parlamentario o societal, es decir de la opinión pública y de grupos no gubernamentales, entre otros factores relevantes en la formación e implementación de toda política exterior nacional. Ambos sistemas de gobierno se distinguen por ser «democracias dirigidas» y por un alto grado de autoritarismo y preeminencia del Poder Ejecutivo sobre el parlamentario y el Judicial. Ya la similitud en los modo operandi prácticos de tolda autocrática del sistema político ruso y venezolano, específicamente la toma y ejecución de decisiones con proyección internacional, les permite coordinar y efectuar más eficazmente sus respectivos planes, uno en función del otro (2013: 78). Para finales de 2019, según el portal del Ministerio de Relaciones Exteriores de Venezuela (2019), se suscribieron más de 264 acuerdos en 20 áreas estratégicas. La concertación de acuerdos de tan amplia cooperación, que abarca desde grandes proyectos petro-gasíferos hasta la construcción de viviendas en el territorio venezolano, pasando por convenios educativos y de protección del medioambiente, se explicaría no sólo por los intereses geo-políticos o de orden económico, sino, también, por la posibilidad política de firmarlos en tan relativamente corto plazo.A los dos países los unía la postura en los escenarios globales frente a los Estados Unidos de Norteamérica. Las intervenciones de los jefes de los dos Estados, de sus cancilleres y del personal diplomático de alto rango se fundamentaban sobre un tema en común: la necesidad de articulación de un mundo multipolar y el fin de la primacía de EE.UU. como actor omnipotente y omnipresente, de su intromisión en asuntos internos de otros países y de su tendencia a soluciones bélicas en los conflictos. En la práctica, el reclamo de un mundo multipolar devenía en la conformación de un mundo bipolar, es decir, la histórica división entre Rusia y sus aliados, frente a EE.UU. y sus aliados. Desde luego que la Venezuela del siglo XXI, rompiendo con su tradición histórica, se adhiere a la Federación de Rusia como aliado. Rusia supo apreciar el gesto de Venezuela y en 2001, durante la primera visita de Chávez Frías a Moscú, Vladimir Putin expresó: “Consideramos a Venezuela como un Estado influyente y de mucha
La relación estratégica entre Rusia y Venezuela en el proceso BolivarianoNelly Prigorian33autoridad en América Latina, y un serio actor en el grupo de las potencias petrolíferas. Consideramos que nuestra cooperación es un elemento esencial en la interacción con América Latina en su conjunto” (citado por Jeifets y Rosental, 2015: 148). Los estrechos vínculos ruso-venezolanos desde el más alto nivel y en diversos ámbitos no representan una fase pasajera en la política exterior venezolana, sino un instrumento estratégico y de riesgo calculado en pro de mayor vigencia internacional. Lo mismo no puede afirmarse en cuanto a Rusia, puesto que esta no necesita a Venezuela para incrementar su influencia geopolítica mundial tanto como Venezuela necesita a Rusia para ese mismo fin (Boersner y Haluani, 2013: 83).Sin embargo, la relación con Venezuela le permitió a Rusia posicionarse y reposicionarse con mayor eficiencia en el continente latinoamericano, valiéndose de las propias necesidades de ese país caribeño y a través de sus “cartas” más fuertes, la industria militar y la petrolera. III. La centralidad de la relación militar y petrolera entre Rusia y Venezuela: evolución en los gobiernos de Chávez y MaduroComo se ha expuesto anteriormente, Venezuela y Rusia tienden a asumir la política exterior como parte inseparable de los planes nacionales de gobiernos, y se valen de la política interna para impulsar la externa y viceversa. Sin embargo, si en el caso de Venezuela en la política exterior y las relaciones internacionales priva el interés político, incluso en decremento del económico, Rusia, con su visión pragmática, hábilmente entrelaza los intereses políticos, económicos, militares y de seguridad. Esto explica porque la gran parte de tratados y convenios suscritos entre Rusia y Venezuela se refieren a dos áreas estratégicas rusas: la energética y la militar. Veamos. El comercio de armas y la cooperación técnico-militar Resulta simbólico que en 2004, cuando empezaron a concretarse las relaciones bilaterales entre los dos países con la compra de armamento por el monto de 3 mil millones de dólares americanos, Putin entregara a Chávez un fusil Kalashnikov de edición especial con inscripción dedicatoria como gesto de cortesía, pero también, como símbolo del comienzo de las fructíferas relaciones entre las dos naciones (Sapozhnikov, 2011). En esta visita se firma un acuerdo de construcción de una fábrica de fusiles Kalashnikov en Venezuela y hasta la fecha la compra del equipamiento bélico y la cooperación técnica-militar no cesan.El alza de los precios de los hidrocarburos estimuló la reestructuración y le dio el nuevo impulso a la industria militar rusa, y la misma alza permitió a Venezuela renovar y rearmar sus Fuerzas Armadas. Nunca en la historia de la República se había hecho un gasto con desembolsos anuales de tanta relevancia y tan sostenido en el tiempo, casi por once años (ver CuadroII). Como revela Stockholm Internatinal Peace Recherch Institut (SIPRI) el mayor proveedor de armamento en los últimos 12 años para Venezuela ha sido Rusia, seguida por China y España, desplazando por completo a Estados Unidos del mercado venezolano.Las compras militares eran proporcionales al precio del barril de petróleo. A la medida que este subía, en la misma medida subía el gasto militar, como se puede apreciar en el
La relación estratégica entre Rusia y Venezuela en el proceso BolivarianoNelly Prigorian34Gráfico 1 (Sig. Pag.), que fue elaborado a partir de los datos disponibles en la página del SIPRI y en la página oficial de la OPEP. Se puede observar claramente como la dinámica del gasto militar repite la curva ascendente del promedio anual del precio del barril de petróleo, revelando una relación directa entre las dos líneas. Mientras el precio del hidrocarburo oscilaba en unos 30 dólares por barril, los gastos militares no pasaban más allá dos mil millones de dólares. Apenas comenzaron crecer los precios del petróleo, inmediatamente aumenta el gasto militar, llegando a un récord histórico del país en 2008, hasta 5,66 mil millones de dólares. La relativa baja de los precios entre 2008 y 2009 se refleja en la disminución del gasto para el armamento. Sin embargo, el alza del 2010-2011, impulsa al nuevo record del gasto militar venezolano en 2013, llegando a una cifra de 6,2 mil millones de dólares.De esta manera, el alza de los precios del principal producto de exportación venezolano, combinado con el distanciamiento/enfriamiento de las relaciones con los EE.UU., el tradicional proveedor de armamento para las Fuerzas Armadas de Venezuela, y la necesidad de buscar alianzas estratégicas más allá Cuadro IIVentas de armas a Venezuela por países 1998-2018(en millones US$)AÑO199819992000200120022003200420052006200720082009201020112012201320142015201620172018TOTALFuente: SIPRI Arms Transfers Database (http://www.sipri.org/databases/armstransfers/sources-and-methods/). Enero 2020PAÍSAustria1111159China5441271489851977410076629Francia55292968Alemania888328468Irán011Israel5592544Italia33103111332Holanda1361220232513752110218Polonia112811050Rusia35674769725257266516881793850España8242418855297Suecia161632Suiza4416428Ucrania112814145661184EE.UU1511520657TOTAL15501031088581671371819936875962083587377743802195616GranBretania44Coreadel Sur4545
La relación estratégica entre Rusia y Venezuela en el proceso BolivarianoNelly Prigorian35de la región latinoamericana, fueron aprovechados por Rusia, atendiendo, a la vez, sus propias necesidades internas (económicas) y externas (geopolítica y reposicionamiento en el Continente). Para asegurar esta alianza, más allá de unas compras puntuales, Rusia abrió una línea de crédito a Venezuela, lo que se tradujo en una relación comercial estable (compra de insumos y repuestos), por un lado; y por el otro, en una cooperación técnica-militar a largo plazo (servicio técnico, supervisión y asesoramiento). Como ejemplos de esto último podemos citar: Convenio sobre Cooperación Técnico-Militar entre el Gobierno de la República Bolivariana de Venezuela y el Gobierno de la Federación de Rusia (2001), Estatuto de la Comisión Intergubernamental Ruso-Venezolana para la Cooperación Técnico-Militar entre el Gobierno de la República Bolivariana de Venezuela y el Gobierno de la Federación Rusia (2009), Convenio entre el Gobierno de la República Bolivariana de Venezuela y la Federación de Rusia sobre la Protección Mutua de la Propiedad Intelectual durante la Cooperación Técnico Militar Bilateral (2009), y Convenio entre el Gobierno de la República Bolivariana de Venezuela y la Federación de Rusia sobre Cooperación para el Desarrollo de Proyectos Estratégicos conjuntos (2009) (Boersner y Haluani, 2013). Rusia en muy corto plazo acaparó dos tercios del mercado militar venezolano. El Cuadro III ofrece el listado de las compras realizadas por los países latinoamericanos de los Gráfico IRelación entre el gasto militar del Gobierno de Venezuela yel precio del barril de petróleo, cesta OPEP19981999200020012002200320042005200620072008200920102011201220132014201520162017AÑO$1000*20406080100120$2000*$3000*$4000*$5000*$6000*$7000*Gasto militar enmillones de dóleresPrecio por barril depetróleo, cesta OPEP*Millones de dóleresFuente: Alekseeva y Goreslavsky (2018)
La relación estratégica entre Rusia y Venezuela en el proceso BolivarianoNelly Prigorian36Cuadro IIICompras de equipos militares de producción rusa porpaíses latinoamericanos entre 2001-2016RECEPTOR / PROVEEDOR (S)UNIDADESREQUERIDASARMAMENTODESIGNADODESCRIPCIÓNDEL ARMAMENTOAÑO DELA ORDENAÑO DELA ENTREGAArgentinaS: Rusia2· Mi-8MT/Mi-17· Transport helicopter20102011BrasilS: Rusia(150)12(300)(130)· 9M114 Shturm/AT-6· Mi-35M· Igla-S/SA-24· Igla-S/SA-24· Anti-tank missile · Combat helicopter· Portable SAM· Portable SAM(2008) 2009(2010)(2014)2011ColombiaS: Rusia6(4)5· Mi-8MT/Mi-17· Mi-8MT/Mi-17· Mi-8MT/Mi-17· Transport helicopter· Transport helicopter· Transport helicopter2001(2006)2008200220072009EcuadorS: Rusia502· Igla/SA-18 · Mi-8MT/Mi-17· Portable SAM · Transport helicopter200820092008-2009MexicoS: Rusia30513· Igla/SA-18 · Mi-8MT/Mi-17· Mi-8MT/Mi-17· Mi-8MT/Mi-17· Portable SAM · Transport helicopter· Transport helicopter· Transport helicopter2002(2004)200920112002200620102012NicaraguaS: Rusia(43)(43)502· BMP-1· BTR-70· T-72B· An-26· IFV· APC· Tank· Transport aircraft(2013)(2013)201520172014-20152014-201520162017PeruS: Rusia628826· Il-103 · Kornet/AT-14· Mi-24P/Mi-35P· Mi-8MT/Mi-17· Light aircraft· Anti-tank missile · Combat helicopter· Transport helicopter20002008201020102001200920112011UruguayS: Rusia2448· Mi-8MT/Mi-17· GAZ-3937 Vodnik· Transport helicopter· APC201320052014-20162006VenezuelaS: Rusia135(6)(200)(50)(50)(50)22(14)(18)(100)(150)24(2000)(11)(550)(48)(13)(1000)(300)(40)(150)24(12)(123)(5)(114)(3)(3)9224(2000)· Mi-26· Mi-35M· Mi-35M· Mi-8MT/Mi-17· KAB-500/1500· Kh-29/AS-14 Kedge· Kh-31A1/AS-17· Kh-59ME Ovod/AS-18· Mi-26· Mi-35M· Mi-8MT/Mi-17· Mi-8MT/Mi-17· R-27/AA-10· R-73/AA-11· Su-30MK· Igla-S/SA-24· S-125 Pechora-2M· V-601/SA-3B· 2S19 MSTA-S 152mm· 2S23 Nona-SVK· 9M117 Bastion/AT-10· 9M317/SA-17 Grizzly· 9M82M/SA-23A· 9M82M/SA-23B· BM-21 Grad 122mm· BM-9A52 Smerch· BMP-3· BREM-1· BTR-80A· Buk-M2/SA-17· S-300VM/SA-23· T-72M1· 2B11 120mm· Igla-S/SA-24· Transport helicopter· Combat helicopter· Combat helicopter· Transport helicopter· Guided Bomb· ASM· Anti-ship missile/ARM· ASM· Transport helicopter· Combat helicopter· Transport helicopter· Transport helicopter· BVRAAM · SRAAM· FGA aircraft· Portable SAM· SAM system· SAM· Self-propelled gun· Self-propelled mortar· Anti-tank missile· SAM· SAM· SAM· Self-propelled MRL· Self-propelled MRL· IFV· ARV· IFV· SAM system· SAM system· Tank· Mortar· Portable SAM2005200520052005(2006)2006(2006)2006200620062006(2006)2006200620062008(2008)200820092009(2009)(2009)20092009(2009)(2009)200920092009(2009)(2009)2009(2010)(2011)20072006200620062007-20082008200820082007-200820082008-20092009-20102007-20082006-20082006-20082009-20102011-20142011-20142011-201320112011-2013201320132013201120132011-20132011-20132011-2014201320132011-20132011-20122012Fuente: SIPRI Arms Transfers Database (http://www.sipri.org/databases/armstransfers/sources-and-methods/). Enero 2020
La relación estratégica entre Rusia y Venezuela en el proceso BolivarianoNelly Prigorian37artículos militares rusos entre 2001 y 2015, especificando las características y la cantidad en unidades bélicas efectivamente entregadas. Se puede observar que Venezuela destaca por la magnitud de compras realizadas, en comparación con otras naciones de la región.Ahora bien, si se hace un análisis conjunto de los CUADROS (I, II, y III) hasta ahora presentados, se puede sacar algunas conclusiones sobre las dimensiones del comercio militar entre Rusia y Venezuela que se ha dado durante las últimas dos décadas. En primer lugar, Venezuela no sólo es el primer comprador del armamento ruso, sino que es el principal, dejando muy atrás cualquier otro país de la región. En segundo lugar, el monto invertido por Venezuela para las adquisiciones bélicas es de 5.616 millones de dólares, de los cuales 3.850 millones se destinaron para la compra de las armas rusas, lo que representa el 68,55%, dejando muy atrás a China (11.2%) y a España (5,28%). Entre 2009 y 2013, Venezuela se convirtió en el quinto comprador de armas rusas en el mundo (Jeifets y Rosental, 2015: 153). Nunca antes en su historia Venezuela dependía tanto de un sólo proveedor en materia militar. El análisis de compras militares realizados por país entre 1950 y 1998 revela que existía un cierto equilibrio entre los montos desembolsados y cierta diversidad entre los países proveedores del equipamiento bélico. Así, Italia recibió 32% del monto total, EE.UU. 26%, Gran Bretaña 13%, Francia 7% y otros 9% distribuidos entre varios países (ver Gráfico II. Sig. Pag.).Los investigadores rusos en la materia, Alekseeva y Goreslavsky, acotan que la amistad personal entre Hugo Chávez Frías y Vladimir Putin incidió en el rápido avance en las negociaciones, venciendo las trabas y obstáculos burocráticos de sus respectivos países (2018: 504). En otras palabras, por lo menos esta área de cooperación entre Rusia y Venezuela, tiene visos de una relación clientelar. En las confidencias que hizo José “Pepe” Mujica, expresidente de Uruguay, en su libro Una oveja negra en el poder, relata:[…] a los periodistas que Vladimir Putin se ofreció ayudar a Hugo Chávez en una eventual guerra entre Colombia y Venezuela, en una época en la que ambos países enfrentaban una de las peores crisis bilaterales de su historia reciente [2008]. “Cuente con mi asesoramiento para lo que necesite”, le habría dicho Putin a Chávez. Luego, el ruso le recomendó ciertas “adquisiciones” para este posible enfrentamiento (CNN en español, 2015). Con la llegada a la Presidencia de Nicolás Maduro Moros, en la relación técnico-militar ruso-venezolano cambió una de las variantes. En 2015, los precios del petróleo se habían desplomado de manera abrupta, llegando a casi 30$ USA por barril. Además, la propia producción de la estatal PDVSA mostraba una sostenida reducción de explotación petrolera, bajando de casi 3 millones de b/d a escasos 800 mil para los comienzos de 2020, según datos OPEP, con la capacidad de colocar en el mercado internacional sólo unos 450 mil b/d (BBC Mundo, 2019). Esto coincide con los vencimientos de los varios bonos de la deuda pública venezolana y la paupérrima situación de la producción agrícola nacional, producto de las políticas del gobierno de Hugo Chávez Frías en privilegiar la importación de los rubros alimentarios desde los países de la región (López Maya, 2016: 168), articulando sistemas estatales como, por ejemplo, PDVAL, y más tarde con Maduro, los Comité Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP). En otras palabras, el mermado ingreso petrolero tenía que ser destinado a palear la crítica situación social del país, sin darse abasto.Sin embargo, los medios de comunicación nacionales e internacionales y la información emanada del propio gobierno de Maduro Moros señalaban que los contratos con Rusia en materia técnico-militar seguían celebrándose. Se presume que estas compras se han realizado a crédito, sin que ninguna de las dos partes revele en qué condiciones se otorgan ni qué garantías ofreció Venezuela para cumplir con los acuerdos. Los detalles de la cooperación técnico-militar ruso-venezolana hasta el momento no están claros. No se sabe de qué forma se realizará el pago de las entregas de armas rusas. El tradicionalmente cerrado Rosoboronexport [compañía rusa dedicada a la exportación de armamento bélico] no revelará cómo Caracas planea pagar por los equipos recibidos. Y si al principio de la cooperación técnica su, entonces, jefe S. Chemezov declaró que el pago de los suministros rusos se realizaba con “dinero real”, ahora funcionarios responsables del comercio de productos de defensa, según el crítico de la revista “The New Times” V. Voronov, tratan de evitar este tema (Jeifets y Rosental, 2015: 150).Como lo destacan Alekseeva y Goreslavsky, la más reciente cooperación técnica-militar con Venezuela ha sido posible, o bien proporcionándole préstamos blandos a largo plazo, con el riesgo extremadamente alto de no retorno, o bien como parte de la asistencia militar directa, es decir, sin remuneración (2018: 511). En estos términos la cooperación carece de beneficios comerciales y sólo podría ser entendida como parte de la geopolítica de Rusia, atendiendo los motivos político-militares de esa nación en la región. Esta misma posición la había sostenido el diputado de la Duma por el partido de gobierno Rusia Unida, Mijaíl Emeliyanov subrayando que “No fueron acuerdos comerciales, sino un cálculo geopolítico. Por eso no tiene sentido cifrar las pérdidas” (El País, 2019).Hidrocarburos y energía: Rosneft y PDVSALa poca transparencia que han exhibido las dos partes en la materia, los constantes anuncios oficiales de firmas de nuevos acuerdos de cooperación técnico-militar entre ambos, la paupérrima situación económico-social que atraviesa Venezuela desde mediados de la década de 2010 (López Maya, 2016), son terreno fértil para las presunciones y suposiciones sobre las maneras de retorno de las inversiones rusas. La pregunta que surge es ¿qué estaría dispuesto a ceder el gobierno de Nicolás Maduro Moros por estos contratos, tomando en cuenta la visión pragmática rusa en sus relaciones con Venezuela? Los medios de comunicación, los analistas políticos, los expertos en negociaciones, los especialistas en la materia militar, los observadores en área ecológica, insisten en la tesis del trueque que subyace en esta nueva etapa de alianza técnico-militar, que implica la entrega a Rusia de un importante territorio en el Arco minero del Orinoco, rico en oro, diamantes y coltán8. La nota de prensa titulada “Diamantes, oro y petróleo: la cooperación minera entre 8 El Arco Minero del Orinoco (AMO), creado oficialmente el 24 de febrero de 2016 como Zona de Desarrollo Estratégico Nacional Arco Minero del Orinoco, es un área rica en recursos minerales que la República de Venezuela explota desde 2017; ocupa mayoritariamente el norte del estado Bolívar y en menor proporción el noreste del estado Amazonas y parte del estado Delta Amacuro. Cuenta con 7000 toneladas de reservas de oro, cobre, diamante, coltán, hierro, bauxita y otros minerales. Entre los objetivos del Arco Minero del Orinoco están la diversificación de la economía, así como obtener más ingresos estatales para destinarse a la inversión social, de acuerdo los objetivos establecidos en el Plan de la Patria 2013-2019 (Plan de Desarrollo Económico y Social de la República Bolivariana de Venezuela). Para mayor información https://es.wikipedia.org/wiki/Arco_Minero_del_OrinocoRusia y Venezuela” de la agencia rusa de noticias Sputnik (2019) de alguna manera confirma estas suposiciones, pero, nuevamente, sin revelar ningún detalle concreto, dejando a la libre interpretación el trasfondo de los convenios firmados y si estos implican pagos “no tradicionales”, como lo llama Voronov, el columnista de la revista rusa The New Times.Y si los convenios que aluden la minería de oro, diamantes y de otros minerales son relativamente de reciente data, los que se han celebrado en función de la explotación de petróleo, el gas y los servicios asociados a estos, se remontan al año 2010, cuando se firma el primer contrato entre la estatal PDVSA y la rusa Rosneft. Si bien su participación era como parte de un consorcio ruso que había adquirido una porción del 40 por ciento en el campo petrolero Junín-6 en la Faja Petrolífera del Orinoco, fue el primer paso para colocar esta empresa, en la cual el Estado ruso tiene la mayoría accionaria, en el mapa mundial de los productores petroleros. En otras palabras, con este contrato la Rosneft rusa se convirtió en una empresa trasnacional. No en vano Igor Sechin, el presidente del consorcio, pronunció en septiembre de 2012, levantando el frasco con el petróleo venezolano en el sitio de la primera perforación en la cuenca del Orinoco: “¡Hoy es un día histórico! Las compañías rusas han demostrado su derecho a estar entre los líderes del sector petrolero mundial” (citado por Reuters, 2019).
La relación estratégica entre Rusia y Venezuela en el proceso BolivarianoNelly Prigorian40Mientras las grandes transnacionales, la mayoría de origen norteamericana, se retiraban del país, la rusa Rosneft aumentaba su participaciones en distintos campos y bloques petrolíferos venezolanos. Según el reporte de Reuters (2019), desde 2010 la estatal rusa invirtió en sus participaciones alrededor de 9 mil millones de dólares americanos, sin embargo, el retorno no resultó ser el esperado. En otros campos, de menor envergadura que el Junin-6, la situación no parecía mucho mejor. Los informes de Rosneft de 2015 concluyeron que las tasas de flujo de crudo previstas en el contrato para los campos de Carabobo “no eran alcanzables”. En la empresa mixta Petromonagas, el trabajo de mala calidad causó retrasos en la perforación. En Petroperijá, la producción estaba cayendo y la empresa conjunta no tenía dinero para comprar equipos de bombeo esenciales; mientras que en el campo de Boquerón, un compresor roto –un dispositivo para elevar la presión del gas– no se pudo reparar porque la cuenta bancaria de la empresa conjunta no tenía fondos (Reuters, 2019).El desordenado manejo gerencial de PDVSA, la socia mayoritaria en los convenios y la que ejercía el control, y su poca capacidad de honrar los compromisos logísticos y financieros, no sólo no permitía que el socio ruso obtuviese los dividendos, sino que ni siquiera lograba equilibrar sus cuentas. Ante esta situación, la casa matriz en Moscú demandó tomar las correcciones necesarias, mientras el portavoz de la Presidencia de la Federación de Rusia, Dimitri Pescov, expreso: “Rosneft99 Para el momento de publicación, Rosneft vendió su participación en los proyectos en Venezuela al Estado de la Federación de Rusia por el 10% de acciones de la empresa. De esta manera, el Estado ruso ahora es el accionista mayoritario (con 60%) de Rostneft, y el socio directo del Estado venezolano en todos los proyectos en los cuales estaba involucrada la empresa petrolera rusa.trabaja como una empresa comercial en todos los rincones del mundo y trabaja para obtener ganancias. Por lo tanto, esto es lo que hace en Venezuela” (Reuters, 2019). Al parecer, los correctivos se centraron en aumentar la participación accionaria de Rosneft en las empresas mixtas y firmar nuevos acuerdos, como ocurrió con la petrolera rusa en 2017, ampliándose sus operaciones y proyectos gasíferos en la Península de Paria, en el estado Sucre, concretamente en los campos Patao y Mejillones, pertenecientes al Proyecto Mariscal Sucre, uno de los más ambiciosos en materia gasífera que desarrolla Venezuela (TeleSur, 2018).Sin embargo, según la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela y la Ley Orgánica de Hidrocarburos, todo acuerdo de esta naturaleza necesariamente tiene que ser aprobada por la Asamblea Nacional (AN). Si hasta 2015 esto no representaba el mayor problema para la celebración de los convenios internacionales por parte del gobierno nacional, en vista que la AN estaba en manos del PSUV, el partido del gobierno, después de esta fecha la situación cambió radicalmente. La gran mayoría del cuerpo legislativo quedó conformada por el bloque de partidos de la oposición. El primer inconveniente se presentó a principios de 2016, cuando Rosneft trató de aumentar su participación de 16,7% a 40% en la empresa conjunta con PDVSA Petromonagas. “El acuerdo desató las protestas de la Asamblea Nacional, controlada por la oposición, que dijo que la compra era ilegal porque no fue aprobada en el hemiciclo” (Reuters,
La relación estratégica entre Rusia y Venezuela en el proceso BolivarianoNelly Prigorian412017). El día 16 de marzo de 2017, vuelve la controversia, cuando la estatal PDVSA trató de vender 10% de sus acciones a la misma Rosneft, pero de la empresa mixta Petropiar, con el alegato de que “todo acuerdo de interés nacional debe ser aprobado por la Asamblea Nacional”, y desde la comisión de finanzas de la misma subrayaron “Si PDVSA vende 10 por ciento de Petropiar a Rosneft, esa venta será nula” (Reuters, 2017). Ahora bien, lo que sigue puede o no estar ligado directamente a los percances que ha tenido el Ejecutivo Nacional con la aprobación de los convenios en materia de hidrocarburos con el Poder Legislativo, representado por la oposición venezolana. Sin embargo, la proximidad de las fechas y los alcances de los hechos pueden indicar que por lo menos tienen alguna relación. El día 22 de marzo de 2017, a menos de una semana de la negación de la AN de avalar los convenios PDVSA-Rosneft, en el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) fue introducido un escrito de recurso de nulidad, de un acto de la AN por el diputado de PSUV, Héctor Rodríguez Castro. La Sala Constitucional del TSJ se pronunció en menos de una semana, el 28 del mismo mes, y su decisión se extendió mucho más allá del caso planteado, declarando el estado de excepción en el país, y otorgando al Presidente de la República la potestad de tomar “las medidas civiles, económicas, militares, penales, administrativas, políticas, jurídicas y sociales que estime pertinentes y necesarias para evitar un estado de conmoción; y en el marco del Estado de Excepción y ante el desacato y omisión legislativa continuada por parte de la Asamblea Nacional, revisar excepcionalmente la legislación sustantiva y adjetiva” (Sala Constitucional-TSJ, sentencia 155-2017). Este mismo día, el 28 de marzo, los apoderados judiciales de la estatal PDVSA introducen recurso de interpretación sobre el contenido y alcance de la disposición del artículo 187, numeral 24, de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, en concatenación con el artículo 33 de la Ley Orgánica de Hidrocarburos, ambos referidos a la aprobación previa de la AN de los tratados, convenios, contratos que tienen que ver con los recursos naturales y de la constitución de las empresas mixtas en el país. Además, “la Asamblea Nacional podrá modificar las condiciones propuestas o establecer las que considere convenientes. Cualquier modificación posterior de dichas condiciones deberá también ser aprobada por la Asamblea Nacional” (Ley Orgánica de Hidrocarburos, Artículo 33). La pregunta fundamental que plantearon los representantes de PDVSA es si dentro del estado de excepción tiene la incidencia y se deben seguir las normas reflejadas en la Constitución y en la Ley que rigen la constitución y las modificaciones de las empresas mixtas (citado en la Sentencia 156-2017). La Sala Constitucional publicó su sentencia al día siguiente, el 29 de marzo de 2017, en la cual de facto disolvió a la AN, declarando que el poder legislativo está en desacato y todos sus actos son nulos, y dictaminando que “las competencias parlamentarias sean ejercidas directamente por ésta [sala] o por el órgano que ella disponga”. Y “sobre la base del Estado de Excepción, el Jefe de Estado podrá modificar, mediante reforma, la norma objeto de interpretación” (Sala Constitucional-TSJ, sentencia 156-2017). En otras palabras, el Poder Judicial absorbió las competencias del Poder Legislativo y las transfirió al Poder Ejecutivo. El Presidente de la
La relación estratégica entre Rusia y Venezuela en el proceso BolivarianoNelly Prigorian42República estaba autorizado en el marco del estado de excepción a constituir, modificar y resolver todo lo pertinente a las empresas mixtas y, desde luego, celebrar nuevos convenios y tratados, sin que estos sean aprobados por la AN.Es difícil asegurar cuál de las reacciones, la nacional o la internacional, hizo que el TSJ derogara sus propias decisiones, pero el 1 de abril por medio de las Sentencias 157 y 158 de la misma Sala, las dos polémicas Sentencias fueron enmendadas, dejando sin efecto los controversiales puntos. Sin embargo, el afán de hacerse del control del Poder Ejecutivo sobre el Legislativo no sólo persistió, sino que escaló a otros niveles. Así, el 1 de mayo de ese mismo año fue lanzada la convocatoria a una Asamblea Nacional Constituyente, por el decreto presidencial N° 2.83010, órgano supraconstitucional que pretendía escribir una nueva Constitución, además de legislar sobre cualquier materia que estime conveniente. La reacción nacional e internacional no se hizo esperar. Las protestas dentro del país se desataron por meses, más de 50 países cuestionaron de forma y de fondo la instalación de la Asamblea Nacional Constituyente. Rusia fue uno de los seis países –estos son: Bolivia, Cuba, El Salvador, Nicaragua y Siria— que tácitamente reconoció la legitimidad del ente, señalando que “[e]s necesario crear condiciones normales, incluidas externas, para que la Asamblea Constituyente pueda sentar las bases para una solución pacífica de las divergencias en la sociedad venezolana, conseguir la concordancia nacional, ejecutar reformas para el desarrollo y 10 Para mayores detalles sobre el tema, consultar: Comentarios sobre la convocatoria de una supuesta Asamblea Nacional Constituyente contenida en el Decreto N° 2.830, del 1 de mayo de 2017 de Jesús M. Casal, disponible en http://www.estudiosconstitucionales.com/REDIAJ/REDIAJ-11.pdf11 Más información sobre el diputado Parra y denuncias sobre sus presuntos actos de corrupción https://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-51002426la prosperidad del Estado (venezolano) y el bienestar de todos sus ciudadanos (Comunicado Cancillería de Rusia, 2017).El respaldo de Rusia a Venezuela en el período de crisis Ciertamente, desde la llegada en 2013 a la Presidencia de la República de Nicolás Maduro Moros, el país está convulsionando tanto política como social y económicamente, con unos indicadores que se asemejan a los de un país en guerra, acompañados por el éxodo masivo de la población. Pero no es menos cierto que durante este período se intensifica la presencia de Rusia en Venezuela. Y si hasta 2017 los pronunciamientos políticos de parte de ese país eran bastante escasos, a partir de la instalación de la Asamblea Nacional Constituyente, las declaraciones en apoyo al gobierno venezolano comenzaron a pronunciarse con creciente frecuencia, tanto en los escenarios globales de los organismos internacionales, como en los reportes de los voceros del Kremlin en los espacios nacionales rusos. Ni China, otro socio de relevancia de Venezuela, ni siquiera Cuba que tanto interés tiene en la política interna venezolana, se exponen de tal manera como lo hace la Federación de Rusia, quedándose prácticamente en solitario en el mundo en su defensa del gobierno de Maduro. Revelador, en este sentido, es el reconocimiento inmediato de Luis Parra11, diputado de la tolda opositora Primero Justicia, acusado e investigado por recibir sobornos del gobierno de Nicolás Maduro, como Presidente de la Asamblea Nacional en una sesión
La relación estratégica entre Rusia y Venezuela en el proceso BolivarianoNelly Prigorian43sin quorum del 5 de enero de 2020. Todavía ni el Presidente Maduro, ni el TSJ, brazo jurídico del gobierno, ni la Asamblea Nacional Constituyente se habían pronunciado sobre la legalidad de esta sesión, cuando el 6 de enero el Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia emitió el siguiente comunicado: “Consideramos la elección de una nueva dirección del Parlamento como el resultado de un proceso democrático legítimo, que propicia el retorno de la lucha política venezolana a la constitucionalidad” (El Nacional, 2020). Y si hasta este momento el ímpetu del gobierno nacional de hacerse del control sobre el órgano legislativo, cometiendo errores políticos graves que devinieron en olas de protestas en 2017 con saldos de 163 muertos y centenares de encarcelados con imputaciones de traición a la Patria (Lista de presos Políticos, s.f), además de condenas de prácticamente todos los países de la región y de una buena parte del mundo, podría ser visto y explicado como torpes intentos de doblegar el único espacio político en donde la oposición controla formalmente el poder; a raíz de esta declaración los acentos se trasladan a otras necesidades, a las necesidades de la propia Rusia. La declaración de José Toro Hardy, experto en materia petrolera y ex directivo de la estatal petrolera, lo expresa más allá de cualquier ambigüedad: “Rusia luce interesada en contratos con Pdvsa bajo condiciones que requieren autorización de la Asamblea Nacional. Quizá de mayor participación accionaria o quizá de créditos a la República que requieren de autorización legislativa. De allí su apuro en reconocer las barbaridades del 5 de enero” (El Nacional, 2020). Investigadores rusos ya en 2015 recogían dudas de los expertos y de las personalidades del gobierno de Vladimir Putin sobre el destino de los contratos entre los dos países y la seguridad de las inversiones rusas si al poder en Venezuela llegase la oposición (Jeifets y Rosental, 2015). Ciertamente, las inversiones son cuantiosas. Algunas fuentes calculan que llegan a unos 9 mil millones, sin contar los préstamos que se facilitaron a la estatal PDVSA, que en total podría ascender a más de 11 mil millones de dólares (Rosental, 2018). La opacidad sobre la materia no permite discernir qué parte de estas cantidades fueron producto de contratos que cuentan con la debida aprobación de la AN, y qué parte el gobierno bolivariano, ávido de liquidez monetaria, lo recibió sin procurar cumplir con lo establecido por la Constitución y las leyes nacionales. Desde luego que la Federación de Rusia tiene muchas razones porque preocuparse. La cuestión es si estas preocupaciones devinieron en condicionante para que el gobierno de Maduro tomara decisiones y accionara en contra de la Asamblea Nacional –que a la larga resultaron perjudiciales tanto para el país como para el propio gobierno— o no. IV. ConclusionesLa Venezuela de finales de la segunda década del siglo XXI es un país radicalmente distinto a lo que fue en la primera década, cuando se perfilaba como el líder de la región con capacidad de motorizar ideas y proyectos concerniente a todo el continente, de influencia en una buena parte de los países latinoamericanos y caribeños y poder para concretar estrategias para consolidar bloques políticos y económicos regionales frente al resto del mundo. Rusia supo apalancarse de
La relación estratégica entre Rusia y Venezuela en el proceso BolivarianoNelly Prigorian44Venezuela para nuevamente entrar a América Latina y el Caribe, estableciendo y reestableciendo sus relaciones en esta parte del mundo, obteniendo beneficios tanto económicos como políticos. Hoy Venezuela es tan sólo la sombra del país que fue: arruinada económicamente, con graves problemas sociales, con un considerable caos institucional, con fuertes turbulencias políticas, cuestionado en su proceder democrático por casi 60 países, y enfrentando sanciones políticas y económicas por parte de EE.UU. y la Unión Europea. En este escenario tan devastador el único aliado que decididamente sigue apoyando al gobierno de Maduro Moros, en todos los escenarios, incluso prestando asistencia logística para la comercialización de la escasa producción petrolera, es Rusia. Y como si fuera poco, sigue celebrando con Venezuela convenios de asistencia y cooperación militar. El más reciente tiene fecha de 5 de octubre de 2019, como se indicó más arriba. ¿Qué subyace a este irrestricto respaldo? Tal vez parte de la respuesta está en la siguiente cita: […] política de apoyo a países con baja solvencia, como Venezuela no trajo ganancias inmediatas, pero abrió la posibilidad para que en el futuro próximo se instalen radares y bases militares muy cerca de los Estados Unidos. Además, países sin suficientes fondos practican la emisión de licencias para exploración geológica, producción y exportación de hidrocarburos de su territorio. Así fue en el caso de Venezuela, 15 de diciembre de 2017 el Director General de Rosneft, I. Sechin, se reunió con el Presidente N. Maduro. El resultado de la reunión fue el otorgamiento de la licencias para la explotación de los campos 12 Rusia se anexó la península de Crimea, territorio de la actual Urania, después de que en 2014 allí se celebró el referéndum consultivo para ser parte de la Federación de Rusia. La acción es considerada ilegal por parte de Estados Unidos y de la Unión Europea, y causó la peor crisis en las relaciones entre Rusia y Estados Unidos desde el final de la Guerra Fría. La Asamblea General de las Naciones Unidas también declaró como «inválida» la secesión de Crimea y Sebastopol de Ucrania, reafirmando la resolución 68/262 sobre la «integridad territorial ucraniana».Patao y Mejillones para los siguientes 30 años. Grupo Rosneft será el operador de desarrollo y podrá exportar todo el volumen producido, incluso en forma de gas licuado (Maloshenko, 2019: 141).En otras palabras, el pragmatismo que caracteriza a la política exterior rusa desde los comienzos de este siglo, lejos de fallar en el caso de Venezuela, se reafirma. Pero, además la refuerza con la visión geoestratégica propia de la Guerra Fría y la idea de antaño que el equilibrio en el mundo puede lograrse a través de la acumulación bélica (Maloshenko, 2019: 143). En otras palabras, Venezuela devino en un espacio en donde la Federación de Rusia decidió medir fuerzas con su contrincante principal de la época de la Unión Soviética, los Estados Unidos de Norteamérica, pero a diferencia de la URSS, saca en esa contienda grandes beneficios económicos. EE.UU. bajo la presidencia de Donald Trump tampoco le rehúye al enfrentamiento con el gobierno de Vladimir Putin, tanto en dar el respaldo a la oposición venezolana, encabezada por Juan Guaidó, como en imponer sanciones severas al país y al gobierno de Maduro. Sin contar que EE.UU. apoya irrestrictamente a Ucrania, país que mantiene relaciones de enfrentamiento con Rusia desde 201412. El más reciente pulseo entre los países se produjo durante la primera semana del mes de febrero de 2020. Así lo reseña New York Times: “No es casualidad que el canciller ruso, Serguéi Lavrov, viaje a Venezuela el 7 de febrero. El viaje no sólo llega después del discurso del Estado de la Unión de Trump, sino que se produce una semana
La relación estratégica entre Rusia y Venezuela en el proceso BolivarianoNelly Prigorian45después de la visita del secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo, a Ucrania y a otras exrepúblicas soviéticas” (2020).De la misma serie sería la amenaza del representante especial de Estados Unidos para Venezuela, Elliott Abrams, dirigida al gobierno de Rusia por mantener su apoyo al régimen de Nicolás Maduro, mientras el canciller ruso Serguei Lavrov estrechaba la mano al venezolano en Caracas: “los rusos pronto descubrirán que su continuo apoyo a Nicolás Maduro ya no será gratuito […] otros funcionarios del gobierno y yo estamos estudiando el rol de Rosneft, que ha crecido bastante el año pasado” (en Diario de las Américas,2020). Mientras el gobierno de Maduro se aferra a Rusia y la oposición a EE.UU, el país no termina de resolver sus necesidades más básicas, hundiéndose cada vez más bajo el peso de las necesidades y los intereses de los terceros. Por otro lado, […] independientemente de cuales fuerzas políticas estarían al mando en Venezuela y cuáles serían sus posibilidades económicas, la realidad objetiva consiste en que durante el periodo 2005-2013 las necesidades de las Fuerzas Armadas, lo que respecta a la Aviación y el Ejército, al igual que en sistemas de defensa antiaérea, fueron satisfechas. En cierto modo, la excepción, en este sentido, sería sólo la Marina (Alekseeva y Goreslavsky, 2018: 512). Esto indica que, aun si la oposición llegara al poder en Venezuela, la relación con Rusia en materia de cooperación técnico-militar va a proseguir por muchos años, para poder dar el mantenimiento y el servicio técnico a las unidades compradas, y procurarles los repuestos e insumos, en vista que dos tercios del armamento y de los equipos militares son de fabricación rusa.Este es el escenario, que se configuró después de casi vente años de relación bilateral entre Rusia y Venezuela, auspiciado por los cambios internos que tuvieron las dos naciones a los comienzos del nuevo siglo. El acercamiento y la estrecha relación que se desarrolló a lo largo de estos años, respondió a las necesidades que cada país trataba de satisfacer, valiéndose del alza de los precios del petróleo, Rusia para reestructurar y levantar su industria militar, colocando su producción en el mercado mundial, y Venezuela para renovar el obsoleto equipamiento de sus Fuerzas Armadas. Sin embargo, Venezuela se convirtió en un espacio estratégico para Rusia, ya no sólo por convertirse en el quinto comprador en el mundo de su tecnología militar, sino también porque la posición política del país caribeño permitió a Rusia penetrar el mercado armamentista de otros países de la región. Esta alianza se cementó aún más después del 2008, porque apareció otro factor que los unía: el enfrentamiento a los Estados Unidos. En este sentido, los dos países se valían políticamente uno del otro en los espacios globales. Sin parecerse en sus visiones ideológicas y prácticas económicas hacia dentro de sus naciones, en la política exterior compartirían la idea de un mundo multipolar, que a la larga devino en un mundo bipolar, semejante al de la segunda mitad del siglo pasado. Y en esta realidad, Venezuela terminó siendo el espacio en donde las dos potencias bélicas históricamente enfrentadas, dirimen sus intereses y marcan los territorios de sus influencias, tanto políticos como económicos. Sin embargo, habría que mencionar a un tercer actor fuerte, igualmente interesado en posicionarse en América
La relación estratégica entre Rusia y Venezuela en el proceso BolivarianoNelly Prigorian46Latina y, desde luego, en Venezuela, que disputa el liderazgo a Rusia y a EE.UU. en la región. Se trata de China13. Cualquiera que fuera el futuro político de Venezuela, este difícilmente puede ser pensado sin la presencia de Rusia, por dos razones objetivas: Venezuela invirtió mucho dinero en su armamento de origen ruso y debe darle adecuado mantenimiento; y Rusia, además de estar obligada de prestarlo, tiene cuantiosas inversiones en los campos de la Faja Petrolífera de Orinoco, además de las concesiones de explotación en el Arco minero de Orinoco. Finalmente, Rusia, fiel al pragmatismo, ya está en la búsqueda de un nuevo aliado en América Latina, que podría satisfacer sus necesidades económicas, militares y de seguridad. La visita en febrero de 2020 de Serguei Lavrov, el canciller ruso, a México, podría ser el comienzo de una nueva etapa de Rusia en la región.Por último, el 28 de marzo de 2020 se dio a conocer la noticia que Rostneft había vendido toda sus participaciones en empresas mixtas con PDVSA al gobierno de Putin, sin ofrecer mayores detalles sobre la transacción, ni el nombre de la empresa rusa que asumiría el control. “El portavoz de Rosneft, Mikhail Leontiyev, dijo a Reuters que la decisión de cesar sus operaciones en Venezuela está destinada a proteger a los socios de la compañía” (Reuters, marzo 28, 2020), frente a las nuevas sanciones que el gobierno de Trump impuso al gobierno de Maduro. Ciertamente, Rosneft siempre se percibía como una empresa del Estado ruso, sin embargo, la petrolera es una compañía privada, con capital mixto 13 Véase el Informe Especial “Relación China Venezuela en cuestión: colapso económico, extractivismo y derechos humanos”, también producido por el Observatorio de Ecología Política de Venezuela, que hace parte de la serie «Geopolítica del extractivismo en la Venezuela bolivariana: incidencia e impactos de EEUU, China y Rusia a la luz de una profunda crisis». Disponible en: https://www.ecopoliticavenezuela.org/2019/11/07/informe-especial-relacion-china-venezuela-cuestion-colapso-economico-extractivismo-derechos-humanos/internacional en el cual participan, además de Rusia, Inglaterra, a través de British Petroleum, y la estatal petrolera de Qatar. La Federación de Rusia tenía el paquete de 50% de la empresa, pero la venta de las participaciones de Rostneft en Venezuela al gobierno ruso, por el valor de 9.6% de sus acciones, convierte al Estado ruso en el accionista mayoritario de la petrolera. “Esta operación, a juicio del experto petrolero y profesor universitario, Rafael Quiroz, más que una venta parece representar una “nacionalización encubierta” de los activos que poseía Rosneft en Venezuela” (El país, 2 de abril, 2020). Por el otro lado, la noticia de la venta de los activos, en primer momento, levantó una ola de rumores que Rusia cedió frente a EE.UU y decidió retirarse de Venezuela. Pero el embajador ruso, Serguei Melik-Bagdasarov, desmintió las suposiciones en su twitter, escribiendo “¡No se preocupen! Se trata del traspaso de los activos de Rosneft al gobierno de Rusia directamente. Seguimos juntos en adelante”. Esta última frase es lo que mejor caracteriza el sentido de la transacción sucedida. Ahora los activos en cuestión los posee el Estado ruso y no una compañía privada de capital mixto internacional. Lejos de apartarse, la Rusia federativa estrechó aún más sus lazos con Venezuela, señal inequívoca del respaldo que el gobierno ruso da al gobierno de Nicolás Maduro. En adelante todos los acuerdos firmados entre Rosneft y Venezuela adquieren carácter bilateral entre los dos países y no de contratos firmados con una compañía privada. En palabras de Quiroz,
La relación estratégica entre Rusia y Venezuela en el proceso BolivarianoNelly Prigorian47[a]hora los acuerdos petroleros van a ser tratados de Estado a Estado, esto es un reacomodo en términos de geopolítica petrolera. Quien va a manejar de ahora en adelante todas las inversiones petroleras en el país va a ser Vladímir Putin (El País, 4 de abril 2020). Sin embargo, queda una importante interrogante ¿qué tan legal, según las normas y leyes venezolanas, es esta transacción sin la aprobación de la Asamblea Nacional?, si tomamos en cuenta los acontecimientos suscitados en 201714, que tenían como trasfondo los acuerdos entre Rosneft y el gobierno venezolano, lo que desembocó en una ola de protestas, la instauración de la Asamblea Nacional Constituyente y el posterior desconocimiento de Nicolás Maduro como presidente del país por una parte de la comunidad internacional. La oposición venezolana en la AN guarda silencio sobre la cuestión, mientras el gobierno se prepara para las elecciones de 6 de diciembre de 2020 de una nueva Asamblea, en las cuales el grueso de la oposición decidió no participar.14 Revisar el apartado Hidrocarburos y energía: Rosneft y PDVSA
La relación estratégica entre Rusia y Venezuela en el proceso BolivarianoNelly Prigorian48V. Referencias bibliográficasAlekseeva T.A., Goreslavsky S.S. (2018). Política de Venezuela para aumentar la defensa: complejo técnico militar, factor de petróleo y dividendos geopolíticos. Revista Vestnik RUDN, 18 (3), 497—516, DOI: 10.22363/2313-0660-2018-18-3-497-516Boersner, A y Haluani, M. (2013). Convergencias y divergencias en la asociación estratégica ruso-venezolana y sus implicaciones hemisféricas, Revista Cuadernos del CENDES, AÑO 30. N° 82, enero-abril, pp 67-107. Caracas: UCV. Disponible en http://ve.scielo.org/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1012-25082013000100005&lng=es&tlng=es.Cancillería de la Federación de Rusia (julio 31, 2017). Rusia llama a respetar resultado de la ANC. Telesur. Disponible en https://www.telesurtv.net/news/Rusia-llama-a-respetar-resultado-de-la-ANC-en-Venezuela-20170731-0032.htmlChávez lleva su petróleo barato a los londinenses (Febrero 21, 2007) Disponible en https://www.portafolio.co/economia/finanzas/chavez-lleva-petroleo-barato-londinenses-171290CNN (julio 2, 2015). Putin ofreció ayuda a Chávez en una eventual guerra con Colombia, según Mujica, Portal web CNN en español. Disponible en https://cnnespanol.cnn.com/2015/07/02/putin-ofrecio-ayuda-a-chavez-en-una-eventual-guerra-con-colombia-segun-mujica/ Diario Las Américas (febrero 7, 2020). Elliott Abrams lanza advertencia a Rusia por el apoyo a Maduro. Diario de las Américas. Disponible en https://www.diariolasamericas.com/eeuu/elliott-abrams-lanza-advertencia-rusia-el-apoyo-maduro-n4192624 El Nacional (enero 5, 2020). Rusia reconoce a Luis Parra como presidente de la Asamblea Nacional #6Dic. El Nacional. Disponible en https://www.elimpulso.com/2020/01/06/rusia-reconoce-a-luis-parra-como-presidente-de-la-asamblea-nacional-6dic/El Nacional (enero 9, 2020) Toro Hardy: Rusia reconoce a Luis Parra porque quiere contratos que deben pasar por la AN, Portal web El Nacional.Disponible en https://www.elnacional.com/venezuela/toro-hardy-rusia-respalda-asalto-a-la-an-porque-quiere-hacer-contratos-que-requieren-aprobacion-legislativa/ El País (enero 30, 2019) Petróleo, armas y geopolítica: la apuesta de Rusia por la Venezuela de Maduro. Portal web El país. Disponible en https://elpais.com/internacional/2019/01/28/actualidad/1548664994_490380.html El País (abril 2, 2020) ¿Qué hay detrás de la venta de activos de Rosneft en Venezuela?. Portal web El país. Disponible en https://eldiario.com/2020/04/02/que-hay-detras-de-la-venta-de-activos-de-rosneft-en-venezuela/ Garay Vera, C. (2010) La reemergencia de Rusia en el mundo y América Latina, Revista Política y Estrategia N ̊ 116, pp. 144-168. Santiago de Chile: Academia Nacional de Estudios Políticos y Estratégicos – Ministerio de Defensa Nacional.Herrera, C. (ed.) (2015) El legado: frases y pensamientos de Hugo Chávez. Editorial: Primicia24.Jeifets L.C. Rosental, D. M. (2015) Créditos sobre la confianza: reflexiones sobre la política venezolana de Moscú. Boletín de la Universidad de San Petersburgo. Ciencia política. Relaciones internacionales, (3), 147-158. Linares, R. (2010). La estrategia multipolar de la política exterior venezolana. Revista Aldea Mundo, 15(30), pp 51-62 Disponible en: https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=543/54322875006Lista de presos Políticos (s.f). Disponible en http://www.venezuelaawareness.com/lista-de-presos-politicos/ López Maya, M. (2016) La crisis del chavismo en la Venezuela actual. Estudios latinoamericanos, Nueva época, núm. 38, julio-diciembre, 2016, PP. 159-185Maloshenko, T.I. (2019). La cooperación técnico-militar de Rusia en América Latina: Venezuela. Revista Investigaciones económicas, sociológicas y humanísticas (3 (23)), 136-144. doi: 10.24151/2409-1073-2019-3-136-144Ministerio de Relaciones Exteriores de Venezuela (octubre 5, 2019) Rusia y Venezuela suscriben nuevos convenios en materia energética, tecnológica, económica, agrícola y militar. Noticias, portal web, disponible en http://mppre.gob.ve/2019/10/05/rusia-venezuela-suscriben-nuevos-acuerdos-diversas-areas/
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La relación económica de Venezuela con Rusia (1999-2019): hiperinflación, crisis y sanciones económicas
Manuel Sutherland
- Introducción
La realización de un trabajo que englobe el complicado asunto relativo a la relación económica entre Rusia y Venezuela es una tarea harto compleja. Va desde la dotación armamentística hasta la mar de convenios relativos al área energética. Desgraciadamente la información es muy escasa y la cuasi totalidad de los acuerdos firmados entre las partes es totalmente confidencial. Por ende, un velo de hierro se erige en una relación que debería ser completamente traslúcida, ya que en ella se negocian elementos trascendentales para millones de personas. La fuerte implicación geopolítica de esta relación bilateral, dificulta aún más el acceso a información sobre este importante vínculo.Buena parte de la data conseguida no está actualizada a 2019. El gobierno de Nicolás Maduro ha venido sistemáticamente rezagándose en la publicación de la información estadística más elemental. Apenas a mediados del segundo trimestre del 2019, el gobierno publicó datos relativos al PIB, la inflación y otros de extrema importancia, que desde 2015 no se emitían. Datos importantísimos del comercio exterior de Venezuela, no se han publicado desde 2014. O, si se han actualizado, no se han hecho los desgloses habituales. Desde hace un buen tiempo, las instituciones han perdido toda autonomía y dependen en buena medida de la venia del Poder Ejecutivo. Por ello acatan las órdenes de publicar o no, los resultados estadísticos primordiales. Los resultados completos de la muy informativa ‘Encuesta Nacional de Presupuesto Familiar’ (ENPF), fueron ocultados desde hace once años. La data del desempleo sólo está disponible (noviembre de 2019) hasta el año 2015. Podríamos llenar un folleto de todos los problemas asociados a este flagelo. En este brevísimo ensayo se tratará de buscar en todas las fuentes posibles, el devenir de una relación binacional que se desarrolla desde la entrada de Hugo Chávez a la Presidencia de la República (1999) y que se expande, en el peor momento de la crisis económica venezolana. Es decir, una relación que florece en el medio de la hiperinflación y de una feroz imposición de sanciones
La relación económica de Venezuela con Rusia (1999-2019): hiperinflación, crisis y sanciones económicasManuel Sutherland51económicas del gobierno de EEUU, cuyo corazón evidencia que las sanciones son un duro revés económico que empeora la situación social y empuja a Venezuela hacia Rusia y China1 en peores condiciones de negociación.La dramática situación de crisis social venezolana, que incluye un éxodo que amenaza con alcanzar al 20% de la población total del país, es un fiero condicionante que por entero determina la forma y el contenido de la relación bilateral en cuestión. Las sanciones financieras que desde 2017 se desarrollan contra la nación, también son pieza clave para entender el por qué esta relación de esta manera específica. Es menester dedicar algunas líneas a los tópicos: Crisis, el ámbito petrolero (principal espacio de alianza comercial entre Rusia y Venezuela) y las Sanciones, para entender el contexto específico que toma la vinculación entre las naciones que investigamos.II. Preliminares: breves aspectos descriptivos de la crisis venezolana (2014-2020)a. Por quinto año consecutivo el país exhibió la inflación más alta del mundo estimada según la Asamblea Nacional (AN) en 1.698.488,2% para el año 2018 (El Universal, 2019). Aunque considero que la estimación de la AN es exagerada, la estimación oficial de la inflación que ofrece el Banco Central de Venezuela (BCV) –130.060,01%– parece quedarse muy corta, debido a que la metodología empleada subestima los precios de muchos bienes al tomar sólo las versiones “reguladas” por el gobierno nacional (BCV, s.f.).1 Sobre la paralela relación de Venezuela con China, publicamos un completo dossier que trata de abordar los detalles de ese maridaje. Véase (Sutherland.a, 2019)b. Según la Comisión de Finanzas de la AN, la economía se ha contraído en un impresionante 50,61 % en el breve período que va desde el 2013 al 2018, una destrucción económica nunca antes vista en América (El Nacional, 2018). La estimación oficial del BCV no se queda muy lejos de esa cifra y ubica la contracción en un impresionante 47,7 % (BCV, s.f.). c. En el año 2019 se ha notado una desaceleración de la inflación en Venezuela. Para el año 2019 la inflación anual, según la comisión de finanzas de la AN, fue de: 7.374,4 % (Ramos, 2020), y la inflación alcanzada en diciembre de 2019 fue de: 33,1 %. El número es escandalosamente elevado y por muy lejos es el peor resultado del planeta, la inflación mundial del año 2019 fue de apenas 3,48 % (Statista,s.f.).d. El colapso es innegable. El primer trimestre de 2019 el PIB cayó, según el BCV, en 29 % con respecto al trimestre pasado –fue quizás el peor trimestre en la historia económica de la nación. A la inercia natural de la destrucción económica que se arrastra desde 2014, se le unión una crisis política profunda (con la auto proclamación de Juan Guaidó como Presidente “encargado” de la República) y un caos en el servicio eléctrico, de proporciones antediluvianas, que sumergió al país en la total oscuridad por muchos días (Sutherland.b, 2019). Ese nefando coctel derivó ese descenso de casi un tercio de la economía, en apenas un año.e. El aproximado de la deuda total de Venezuela es bastante difícil de estimar. Hay poca información formal
La relación económica de Venezuela con Rusia (1999-2019): hiperinflación, crisis y sanciones económicasManuel Sutherland52y muy dispersa. Según Sergei Lanau, economista jefe de FMI, la deuda externa de Venezuela se ha más que duplicado en la última década, de aproximadamente 60 mil millones de dólares en 2007 a aproximadamente 160 mil millones de dólares en 2018 (Smith, 2019). En ese cálculo se estiman un montón de pagarés, demandas y laudos arbitrales, aunque no se consideran enormes deudas de proveedores que aún no han llegado a litigio. La deuda con China y Rusia es bastante significativa en esta cifra. f. Venezuela posee además un déficit fiscal de dos dígitos (al menos por sexto año consecutivo), el riesgo país más alto del mundo (más de 6.000 PB en el EMBI+ de JP Morgan), las reservas internacionales más bajas de los últimos 20 años (menos de 8.000 millones de US$) y una fuerte escasez de bienes y servicios esenciales (alimentos y medicinas), que se ha visto parcialmente paleada con un aluvión de importación de mercadería que es vendida en dólares2 con elevados precios por su baja escala. Con estos datos, más las sanciones financieras de EEUU-UE, es imposible solicitar financiamiento externo en los mercados tradicionales.g. El valor del dólar paralelo (que sirve para fijar casi todos los precios de la economía) se incrementó en más de 88.000 % a lo largo del año 2018, lo cual ha desintegrado por completo el poder adquisitivo (BCV, s.f.). Ello ha sido impulsado 2 Siempre que se hable de “dólares”, se va a referir a dólares estadounidenses. Lo mismo aplica en las gráficas y tablas estadísticas.3 La gasolina fue aumentada, en mayo de 2020, en dos escalas: el primer precio es llamado “internacional”, equivale a 0,5 US$ por litro, cobrado a todos sin restricción de venta. El segundo precio se llama “subsidiado”: Bs. 5.000 equivale a 0,02 US$ por litro, a un tipo de cambio promedio ponderado de las mesas de intercambio de divisas que del mes de junio: Bs. 255.000,00. Histórico de cotizaciones disponible en: (BCV).por un vertiginoso incremento de la liquidez monetaria en un 68 mil por ciento (2018). Para el 2019 la ampliación de la liquidez monetaria ha sido mucho menor, 2600% hasta octubre, pero insólitamente elevada para las necesidades de estabilidad económica mínima (BCV, s.f.). h. El salario real para el período 2013-2018 descendió en 95 %. Aunque en octubre de 2019, el salario más el bono de alimentación se han elevado a un equivalente de 9 dólares, medidos al tipo de cambio oficial, ello no deja de ser un ingreso extremadamente precario, por más que muchos servicios públicos tengan precios microscópicos, como por ejemplo: gasolina3, agua y luz eléctrica. i. PDVSA sufre desde noviembre de 2018 un fuerte bloqueo a casi todas sus operaciones, lo que la arroja a una situación de crisis tremenda. Varios barcos de cabotaje se han convertido en almacenamiento flotante. A su vez, la petrolera estatal tiene un cuello de botella, no logra vender con rapidez el petróleo que extrae. Técnicos de PDVSA nos han comentado, extraoficialmente y con suma discreción, calculan que tiene llenos los almacenamientos de petróleo. Si no, tendría que proceder a cierres de pozos improvisados, lo que redundaría en su cuasi destrucción.j. El profundo colapso económico en que está sumido el país no tiene nada que ver con las sanciones. Las sanciones financieras fueron
La relación económica de Venezuela con Rusia (1999-2019): hiperinflación, crisis y sanciones económicasManuel Sutherland53impuestas (agosto 2017) cuando ya la economía venezolana atravesaba el punto más bajo de su historia. De 2013 a 2016 la economía había caído ya en casi 25 % (Salas, 2017), y por primeras vez en su historia registraba una caída sostenida de 12 trimestres. En los primeros 2 trimestres de ese año 2017 la economía había disminuido en alrededor de 8 %, por ende, la economía ya había caído en al menos 32 %, una de las peores caídas del PIB en la historia de América.III. Venezuela y Rusia en el siglo XXI: una relación lejana que se fue estrechando cada vez másPor cuestiones geográficas, Venezuela y Rusia han tenido poca relación entre ambos. Situados en polos opuestos del globo, su relación comercial había sido bastante escasa. Más distante aún fue la relación a inicios de siglo, luego de la Revolución de octubre de 1917. El país caribeño estuvo generalmente alienado a las directrices geopolíticas de EEUU y por ende bastante lejano a establecer vínculos con el país más grande del mundo en extensión. Haciendo un poco de historia, es menester recordar que la relación diplomática con la URSS fue establecida apenas en 1945, interrumpida en 1952 y retomada en 1970. A pesar de lo anterior, el avance de la internacionalización petrolera llevada a cabo en los años 80 por parte de PDVSA, fomentó un muy interesante intercambio comercial entre los dos países. Teniendo PDVSA refinerías en Alemania y otras partes de Europa, se acordó con la URSS intercambiar petróleo, es decir, que la URSS vendiese petróleo a las refinerías de PDVSA en Europa y que PDVSA envíe a Cuba petróleo en magnitudes semejantes. Así, ambos se ahorrarían importantes gastos de transportes. Años después PDVSA vendería varias de esas refinerías y esos intercambios cesarían.Hacia fines de la década del 2010 ambos países sostienen importantes acuerdos en el área energética (gas y petróleo), pero la información detallada de los mismos, son de imposible acceso. La información relativa a la enorme cantidad de armas vendidas por Rusia y los convenios militares entre ambas naciones, son tratados como “secretos de Estado”, y son sólo aprehensibles a través de publicaciones de fuentes secundarias, mayoritariamente rusas. La relación económica entre ambas naciones es sumamente importante, y se tratará de explicar en el marco de la crisis venezolana, las sanciones y las trabas comerciales actuales.El advenimiento del chavismo y el despertar de una sustancial relación El ascenso del fenómeno político bolivariano fue explosivo. Aunque Chávez toma la presidencia en el año 1999, las intenciones “socialistas” apenas se empiezan a ventilarse a partir del año 2005 en el afamado Foro Mundial de Sao Paulho (Sutherland, 2018). Como veremos más adelante, las relaciones comerciales venezolanas siguieron la línea tradicional pro estadounidense hasta mediados de los años 2000. Ahí, con el crecimiento del precio de los hidrocarburos, surgió una especie de petrodiplomacia que impulsó un cambio severo en las orientaciones comerciales de la nación, y que tendrían un fuerte tinte político. Lo anteriormente comentado entroncó con un fuerte interés geopolítico del gobierno de Vladimir Putin –que se inicia formalmente en 2000–, en aras de incrementar su presencia en América Latina y su fuerza internacional. La constante crítica y el apoyo frontal de los gobiernos de EEUU
La relación económica de Venezuela con Rusia (1999-2019): hiperinflación, crisis y sanciones económicasManuel Sutherland54a la oposición más agresiva al chavismo, fue empujando poco a poco al gobierno venezolano a una relación más íntima con los contrapesos internacionales al poder estadounidense: China y Rusia. La forma que tomaba este vínculo, se basa en cuatro aspectos muy sencillos:1. El gobierno bolivariano sentía como amenaza creíble una posible invasión militar estadounidense. O al menos, creían en una especie de “operación quirúrgica” de extracción de su máximo líder. Ello les impelía a formar lazos diplomáticos y comerciales con las únicas naciones que podrían, de algún modo, discutir con EEUU desde una postura de poderío bélico.2. Aunque un acuerdo de defensa, similar a lo firmado en 1962 con Cuba, era francamente imposible, había una muy buena posibilidad de permitir la entrada de empresas rusas al territorio nacional e instalar grandes bases de operación de fundamento extractivo petrolero. La apertura de las enormes reservas de hidrocarburos en la Faja del Orinoco a las transnacionales de diversos países, se corresponde con esa necesidad. Empresas rusas y chinas entraron con grandes inversiones que las harían tener (quizás) un mayor compromiso defensivo (sobre todo a nivel diplomático) con el gobierno que le había ofrecido condiciones de inversión muy ventajosas. 3. El hecho de que Rusia es miembro permanente del Consejo de Seguridad de la ONU y pudiera ejercer su derecho de veto es de vital importancia. Siempre pensando en una posible agresión bélica y teniendo en la memoria el protagonismo del gobierno estadounidense en el golpe de estado de abril de 2002 y en el lockout que detuvo a la economía dramáticamente (2002-2003), el chavismo buscaba aliarse a Rusia en el plano militar. Así las cosas, hubo un exponencial aumento de las armas rusas en el parque armamentístico nacional. El sistema misilístico S-300 se compró específicamente para disuadir de cualquier posible amenaza área a un potencial agresor norteño. En esa especie de blasón tiene depositada la confianza defensiva del gobierno. 4. En tiempos recientes, diríase, 2017-2019, el gobierno de Nicolás Maduro ha tenido serias dificultades para articular las más sencillas operaciones de exportación e importación de mercancías. Ni hablar de conseguir empréstitos y hacer gestiones financieras con sus activos en el extranjero. El estallar súbito pero en constante incremento de las sanciones económicas internacionales contra el gobierno venezolano (que ya hemos explicado) lo ha ahorcado administrativamente. En ese panorama, Rusia y sus empresas han servido como válvula de escape para sortear las sanciones. A través de ellas se han estado realizando pagos, comercializaciones y triangulaciones gerenciales para mitigar el peso sancionatorio. Bases generales de los acuerdos y el intercambio comercial bilateralEn el año 2008, donde el precio del petróleo se disparó hasta ser (por unos meses) más de diez veces más alto que en el año 1999, recordaremos que el presidente Chávez y el para entonces primer ministro Dmitry Medvedev firmaron 46 proyectos de cooperación conjunta. Por ese entonces se planteó abrir una ruta área directa entre ambas capitales (cosa que no se hizo), construir un planta de extracción de aluminio, abrir una plataforma de gas costa afuera, compra de aviones y
La relación económica de Venezuela con Rusia (1999-2019): hiperinflación, crisis y sanciones económicasManuel Sutherland55barcos rusos, y hasta desarrollar energía nuclear para uso pacífico (Mingxin, 2008). El otrora ministro de minería, Rodolfo Sanz, le abrió a la empresa RUSORO la posibilidad de explotación bajo concesión de la enorme reserva de oro ubicada en las minas Las Cristinas y Las Brisas, al sur del país. Este último intento fue previo a la instauración del oprobioso proyecto del ‘Arco Minero del Orinoco’, una forma de destrucción ecológica realmente intensiva y tremendamente dañosa al medio ambiente. Es de destacar que la empresa RUSORO abandonó el país en 2012, ya que según ella, perdió todos sus activos invertidos en el país; ello le llevó a presentar una demanda contra el gobierno venezolano ante el CIADI, tribunal del Banco Mundial para exigir una indemnización (Yashina, 2013). También se firmaron convenios para que empresas rusas construyeran viviendas en Venezuela, inicialmente unas 10 mil (Yashina, 2013), otro hito en la historia de la importación rentística de mercancías que bien pudieran hacer en el país sin inconveniente alguno. El proyecto de planificación urbanística principal (erigido en el Fuerte Tiuna) fue desarrollado por Vneshstroyproekt CJSC y por empresas chinas que actuaron en otro sector del mismo. El lado venezolano pagará 4.200 millones de dólares a los constructores rusos por la construcción de este complejo (Yashina, 2013). El proyecto incluye estadios, instituciones culturales, escuelas y miles de apartamentos. De nuevo, cuestiones que fácilmente hacen empresas nacionales, estatales o privadas, a un costo muchísimo menor y pagadero en bolívares.En 2010, Rusia y Venezuela firmaron un contrato para el suministro de 2.225 automóviles Lada, solamente tres modelos: Priora, Kalina y Niva. El costo de cada automóvil en ese momento era de entre ocho y nueve mil dólares por unidad. El primer lote de 450 autos fue entregado a Venezuela en marzo de 2013 (Yashina, 2013). Como dijo el jefe del departamento de actividad económica extranjera de Russian Technologies: Sergey Goreslavsky (y el principal accionista de Avto VAZ: Lada), estos autos no se venden realmente, son parte de un programa de asistencia social. Rusia, según Goreslavsky, ya recibió dinero para este lote de automóviles (Notiactual, 2010). La inefable importadora estatal SUVINCA, gestionó la distribución de esos autos destinados a la “ayuda social”. El asunto central y recurrente, es que no hay ningún elemento probatorio de la distribución de los mismos. No hay página web alguna que refleje cómo y en razón de qué, fueron repartidos y si en verdad llegó el resto del pedido. Obviamente la asociación nacional de ensambladora de autos se quejó de esta importación, alegando que habían eliminado las barreras arancelarias que frenaban (por un asunto de altos tributos) la importación de autos que acá se ensamblaban, lo que golpeaba aún más a las empresas nacionales del rubro (Guía Venezuela, 2010). Es de destacar, que según esta asociación, la caída en la venta total de vehículos en Venezuela, entre 2007 y 2016, fue de 99 % (FAVEMPA, Boletín Estadístico FAVEMPA Resumen de Ventas de Vehículos, 2016). Las inversiones rusas en el sector hidrocarburos en VenezuelaLas empresas rusas participan en cinco proyectos de producción petrolera venezolana. El más grande de estos es el desarrollo del bloque Junin-6 en la Faja Petrolífera del Orinoco. En la empresa mixta Petrovictoria, creada
La relación económica de Venezuela con Rusia (1999-2019): hiperinflación, crisis y sanciones económicasManuel Sutherland56para desarrollar el bloque Carabobo, ROSNEFT poseía el 40% y PDVSA el 60% restante de las acciones. Para unirse al proyecto, ROSNEFT pagó 1.2 mil millones de dólares, más un préstamo de PDVSA de 1 mil millones de dólares (Yashina, 2013). Dicha modalidad de “préstamo para inversión conjunta”, se debe a la dramática estrechez de capital de PDVSA. Por ello, ROSNEFT solía adelantar la participación propia y la de PDVSA, esperando que ésta le pueda pagar en petróleo, luego de que el proyecto esté en marcha. A través de esta participación en la propiedad del yacimiento, como de alguna manera se desprende de su asociación en las empresas mixtas, ROSNEFT en el papel “poseía” miles de millones de barriles en reservas probadas de hidrocarburos (Rouvinski, 2019). Esa posición le ayuda bastante en la cotización bursátil e incrementa el valor de la compañía.A pesar del evidente esfuerzo por mostrar una relación armoniosa, ésta no ha dejado de tener polémica. Hace poco se ha conocido de un informe de ROSNEFT sobre las operaciones en Junin-6 en 2012, donde se encontró que presuntamente PDVSA había tomado 12 millones del presupuesto asignado a este proyecto, sin el acuerdo de la empresa rusa, para “gastos sociales” en la población local. Solo 350 personas vivían en el área entregada por la concesión, unos 447 kilómetros cuadrados de matorral montañoso en la orilla norte del río Orinoco (Sagdiev & Lowe, 2019). Los gerentes de ROSNEFT ordenaron a los propios auditores de la compañía que investigaran los presuntos flujos de dinero entre PDVSA y las empresas conjuntas Petromonagas, Petroperija y Boqueron, según muestran documentos internos relacionados con la auditoría. La evaluación concluyó que PDVSA había subestimado las ganancias de las ventas de petróleo de Petromonagas en unos 700 millones de dólares. PDVSA cuestionó esta cifra y fue revisada a 500 millones de dólares (Sagdiev & Lowe, 2019). Lo que parece un “normal” y presunto, desvío de fondos de PDVSA, ha causado severas molestias. La enorme discrecionalidad y masiva corrupción de la estatal venezolana, aunado a su burocratismo, ha sido un “cuello de botella” que ha frenado la dinámica productiva de manera importante. Ni hablar que la crisis por la que atraviesa le ha hecho imposible honrar los compromisos de inversión que por contrato tenía convenido.El desembarco petrolero más importante, como inversión extranjera directa, fue realizado en 2010, con la creación de la empresa mixta PetroMiranda. El 60% es propiedad de PDVSA, el 40% es propiedad del Consorcio Nacional de Petróleo de Rusia (NOC), que Inicialmente incluía a ROSNEFT, LUKoil, GAZPROM Neft, TNK-BP y Surgutneftegaz. Cada compañía poseía el 20% del 40 % correspondiente a la NOC. Más tarde, ROSNEFT compró las acciones de Surgutneftegaz y TNK-BP, por lo que en ese momento la participación de ROSNEFT en el NOC era del 60% (Yashina, 2013). GAZPROM es la segunda empresa rusa que más ha invertido en el área petrolera en Venezuela. La relación entre ambas empieza a gestarse en 2005 a través de la firma con PDVSA de un “Memorándum de Entendimiento”. En septiembre de 2005, GAZPROM participó y ganó el concurso público para explorar y explotar el gas natural de los bloques Urumaco 1 y Urumaco 2 ubicados en el Golfo de Venezuela (Proyecto Rafael Urdaneta), que poseen alrededor de
La relación económica de Venezuela con Rusia (1999-2019): hiperinflación, crisis y sanciones económicasManuel Sutherland57100.000 millones de metros cúbicos de gas natural en reserva (Gazprom, s.f.). Durante 2010 se realizaron los proyectos «Jusepín-120» (suministro e instalación de cuatro compresores de gas) y «Santa Rosa-18» (suministro, instalación y puesta en marcha de dos compresores). En 2013 se terminó el proyecto San Joaquín (realización de un conjunto de estudios geológicos). Una nueva página en la cooperación con Venezuela fue el Acuerdo de colaboración en materia tecnológica firmado en julio de 2013 entre GAZPROM International e INTEVEP (el instituto científico de investigación y planificación de PDVSA) (Gazprom).Según una declaración que el ex ministro venezolano de Petróleo Rafael Ramírez ofreció a medios de comunicación de ambos países, la inversión conjunta en proyectos ruso-venezolanos tenía un horizonte de 46,9 mil millones de dólares, a finalizarse aproximadamente en 2019, unos diez años después de haber alcanzado los principales acuerdos. De esta cifra, 17,6 mil millones de dólares recaerían en la parte rusa. Para 2021, sólo la producción conjunta ruso-venezolana alcanzaría los 1,123 millones de barriles por día (Yashina, 2013). A finales del 2019, vemos que estas expectativas fueron completamente erróneas. Nada de ello se llevó a cabo en plenitud y la producción de petróleo total cayó a 650 mil barriles diarios (octubre), su ritmo de extracción más bajo en 75 años (OPEC,2019).La venta de armas rusas a Venezuela, el corazón de esta relaciónLa venta de armas ha constituido un eje central de las exportaciones no petroleras ni gasíferas rusas. Latinoamérica es un mercado pequeño para dicho negocio, pero es un ámbito en el que los rusos han tratado de entrar con bastante fuerza. Según las profundas investigaciones del Stockholm International Peace Research Institute (s.f.), Venezuela es el principal comprador de armas rusas en América Latina en los últimos años, con un fulgurante 73 %, del total. En el Gráfico 1 (sig. pag.), se denota este impresionante guarismo.Entre 2006 y 2014, Venezuela importó armas de Rusia por un importe de 3.850 millones dólares. Esta copiosa vinculación tuvo su clímax en septiembre de 2008, año en el que Rusia envió bombarderos Tupolev Tu-160 a Venezuela para realizar vuelos de entrenamiento y formación (BBC, 2008). En noviembre de 2008, ambos países realizaron un ejercicio naval conjunto en el Caribe y diseñaron las bases de un posible plan de defensa nacional basada en la misilística rusa. Entre 2015 y 2018 no aparecen nuevos registros oficiales de compras de armas, pero se sabe que esta relación no se ha desvanecido, aunque producto de la extremadamente severa crisis, se ha dado un importante rezago en los pagos de Venezuela. Ello ha causado una especie de freno a las compras que se venían desarrollando. En el Gráfico 2 (sig. pag.) , se ven los principales países que venden armas a Venezuela.También se puede apreciar, en términos porcentuales, la relación antes descrita. Ahí se podría ver que el 70 % de las importaciones de armas que realiza el gobierno venezolano provienen de Rusia (2000-2016). En segundo lugar, China tiene un 11 % de ese mercado. Entre una de las tantas compras venezolanas, se destaca la adquisición en 2005 de 100.000 rifles de asalto (AK-103) para reemplazar los fusiles anticuados de su ejército (Maíz
La relación económica de Venezuela con Rusia (1999-2019): hiperinflación, crisis y sanciones económicasManuel Sutherland58Gráfico IVentas de armas rusas a países de América Latina 2006-2014 (en %)VenezuelaBrasilMéxicoPerúColombiaOtros3%3%4%73%9%8%Fuente: Stockholm International Peace Research Institute (Gráfico de Elaboración propia) Gráfico II Origen y valor de las importaciones de armas de Venezuela 2000-2016 (en US$)Fuente: Stockholm International Peace Research Institute (Gráfico de Elaboración propia) 050010001500200025003000350040004500CHINAHOLANDARUSIACOREADEL SURESPAÑAUCRANIAOtros629193385045290184333
La relación económica de Venezuela con Rusia (1999-2019): hiperinflación, crisis y sanciones económicasManuel Sutherland59Sanz, 2018). Esta compra fue vista como “esencial” ya que se preveía, de alguna forma, que EEUU no vendería más armas al gobierno nacional, lo que se concretó con una prohibición formal en 2006. La articulación armamentística con Rusia llegó al punto de elaborar un proyecto para establecer una fábrica de fusiles Kalashnikovs en Venezuela, con una capacidad de producción anual de fabricación de 25 mil unidades. De esa fábrica nada se sabe en la actualidad (Maíz Sanz, 2018).Con diversas empresas rusas se ha completado, en 2012, un contrato para suministrar a Venezuela 24 cazas multi-rol Su-30MK2, 34 helicópteros Mi-17V-5, diez helicópteros Mi-35M y tres helicópteros Mi-26T. En 2012, se completó la entrega de 92 tanques de batalla T-72B1V, un lote de sistemas de cohetes de lanzamiento múltiple Smerch, sistemas de misiles costeros Bal-E y sistemas de defensa aérea portátiles (Yashina, 2013). En enero de 2013, cinco buques de carga llegaron a Venezuela con un lote de obuses autopropulsados Msta-S y los nuevos sistemas de misiles antiaéreos Pechora-M2. Además, Venezuela recibió el último sistema ruso de defensa aérea de largo alcance S-300 VM Antei-2500, por lo que para fines de 2013 el país latino contaba con un sistema de defensa aérea de capas amplias y de largo alcance (Yashina, 2013). En el Gráfico 3 se denota estehecho.III. Balance económico de la relación bilateral”El mundo unipolar está colapsando y terminando en todos los aspectos, y la alianza con Rusia es parte de ese esfuerzo para construir un mundo multipolar (…) desarrollarán todo lo que tiene que ver con la tecnología y los satélites en el espacio, mientras continúan trabajando en el uso de la energía nuclear con medios pacíficos para generar energía alternativa”.Nicolás Maduro, Ministro de Relaciones Exteriores de Venezuela (2008)Una extraña balanza comercial que no refleja la realidad de la relación bilateralComo era de esperarse, la balanza comercial entre Venezuela y Rusia era extremadamente pequeña antes de la llegada del chavismo al poder. Con el gobierno bolivariano, la situación comercial da un giro de 180 grados, como lo muestra el Gráfico 4. El incremento neto en la balanza comercial de ambos países, para el período 1998-2013 fue de 4.399 %. El pico máximo de la relación, según el Atlas Económico (s.f.) se alcanzó en el año 2013, con la nada despreciable suma de 2.434 millones de dólares. Aunque es menos del 1 % del PIB, refleja un crecimiento fuerte en la vinculación entre ambas naciones. Para el período 2013-2016, la balanza comercial disminuyó en un preocupante: 86 %, esto fruto de la caída vertiginosa de la economía venezolana (antes comentada), que contrajo las importaciones severamente (Atlas Económico). La balanza comercial binacional es prácticamente las exportaciones de Rusia a Venezuela. En los tres años de esplendor comercial (2011-2013) las exportaciones de Rusia a Venezuela fueron 6.010 millones de dólares. Lo que Rusia compró a Venezuela, en ese mismo lapso, apenas rozó los 5,4 millones de dólares (Atlas Económico, s.f.). Entonces, el 99,91 % del comercio bilateral fueron exportaciones rusas al país caribeño. Por ende, graficar también las exportaciones a Venezuela, no tiene sentido, ya que el gráfico sería exactamente igual al anterior. Lo que, si valdría la pena graficar, serían las exportaciones venezolanas, que lamentablemente se desvanecieron con extrema rapidez (Gráfico 5). De haber estado bordeando los 50 millones de dólares anuales (2000-2006), simplemente desaparecieron precisamente en el período de radicalización del chavismo, donde las relaciones entre ambas naciones se hicieron primordiales (2006-2011) por los factores antes mencionados. Luego de 2012 las exportaciones no volvieron a recuperarse jamás. Veamos.Colocando todo en un gráfico, podríamos decir que la relación comercial es abiertamente deficitaria para Venezuela (Gráfico 6, Sig. Pag.). Consiste básicamente en comprar a los rusos armas y algunos elementos tecnológicos para el área petrolera y no venderles casi nada. Por ello, el comercio entrambos fue una explosión pasajera que debía extinguirse apenas disminuyera sensiblemente la renta petrolera. Tristemente la débil exportación de minería a Rusia se desvaneció en poco tiempo y lo desfavorable de la canasta se hizo insostenible.Aunque Venezuela pudiese exportar una buena cantidad de productos agrícolas de índole tropical o incentivar el turismo de playa para sus aliados rusos, la situación de destrucción productiva y social es tan severa que es prácticamente imposible exportar asiduamente cualquier producto que no sea petróleo (Sutherland, 2016). Esta penosa situación implica que en casi ningún producto se pueda satisfacer la demanda interna. Demás está decir que las empresas de exportación venezolana de flores y frutas tropicales no se desarrollaron. La empresa ruso-venezolana: Orquidea, S.A. (Gaceta Oficial número 39.864), que inicialmente tuvo una inversión de 42 millones de dólares, y que era punta Gráfico VExportaciones de Venezuela hacia Rusia 1998-2016 (en millones US$)Fuente: The Observatory of Economic Complexit (Gráfico de Elaboración propia) 01020304050601998199920002001200220032004200520062007200820092010201120122013201420152016
La relación económica de Venezuela con Rusia (1999-2019): hiperinflación, crisis y sanciones económicasManuel Sutherland62del proyecto binacional, tampoco se ejecutó como se tenía previsto (Yashina, 2013). Los tres vuelos con 35 toneladas de flores de Venezuela a Rusia jamás se establecieron. Poco tiempo después, a través de la Gaceta Oficial número 41.111, del martes 14 de marzo de 2017, se ordenó la supresión y liquidación de la empresa (García, 2017). Con el Decreto número 2.740, simplemente se declaró la bancarrota de una empresa binacional que en su devenir causó daños patrimoniales a la nación. Hasta el presente, no hay ningún responsable o explicación de ello. Las exportaciones de Venezuela a Rusia, como dijimos anteriormente, son realmente diminutas. Comparadas con las exportaciones petroleras totales, las exportaciones hacia Rusia no fueron significativas, ni en su mejor año: 2005, ni en el último año disponible: 2018, donde éstas ya habían caído a menos de un millón de dólares (Atlas of Economic complexity, 2020). La caída de un 98 % en las exportaciones venezolanas a Rusia se debe principalmente a la desaparición de la exportación de óxido de aluminio, mayoritariamente procesado desde el Complejo Siderúrgico de Guayana, al sur del país. Ello fundamentalmente se debe al feroz proceso de desindustrialización que desmanteló casi por completo, toda la producción siderúrgica (Sutherland.B,2016).Default a la vista: banca y finanzas en decliveSe ha mencionado anteriormente que la deuda total de Venezuela podría estar rondando los 160 millones de dólares, y que la deuda que el país tiene con China y Rusia es bastante significativa en esta cifra. Es de recordar, que en el ahora Gráfico VIDéficit comercial entre Venezuela y Rusia 1998-2016 (en millones US$)Fuente: The Observatory of Economic Complexit (Gráfico de Elaboración propia) -2500-2000-1500-1000-50005001998199920002001200220032004200520062007200820092010201120122013201420152016-2425,9
La relación económica de Venezuela con Rusia (1999-2019): hiperinflación, crisis y sanciones económicasManuel Sutherland63lejano 2009, se aprobó un proyecto para crear un banco ruso-venezolano para financiar proyectos conjuntos. En 2011, en una reunión en Caracas entre Hugo Chávez y el director general de Rosneft, Igor Sechin, se firmó un acuerdo para aumentar el capital social del banco con una participación venezolana de 4 mil millones de dólares. Gazprombank y VTB Group poseen el 25% (más uno) de las acciones del banco y el 50% (menos 2 acciones), propiedad del Fondo de Desarrollo Nacional de Venezuela (FONDEN). En junio de 2012, los dividendos del banco ruso-venezolano, según el gobierno nacional, alcanzaron los 5 millones de dólares (Yashina, 2013). Años después, se ha sabido muy poco de este banco, salvo que ayuda a eludir las sanciones financieras a PDVSA. La deuda total que tiene el país con el gigante eslavo, es muy difícil de entrever. Según Alexander Gabuev, especialista del Financial Times, el gobierno venezolano ha adquirido más de 17 mil millones de dólares en deudas desde 2006. Varios analistas coinciden en que para el primer trimestre de 2019, lo adeudado era alrededor de 10 mil millones de dólares según Bloomberg: (Meyer & Arkhipov, 2019) y según el investigador Kike Briega, especialista en el área (Briega, 2019). Para Gabuev, el gobierno nacional lucha para pagar más de 6 mil millones de dólares aún pendientes. La mitad se le debería al Estado ruso. PDVSA le debía en febrero de 2019 la otra mitad a ROSNEFT. La transnacional rusa ha sido un importante prestamista e inversor en el sector petrolero de Venezuela. Caracas ha estado pagando los préstamos a un ritmo acelerado este año y la empresa rusa ha dicho que la deuda pendiente de PDVSA había caído a 800 millones de dólares al final del tercer trimestre TABLA 6Exportaciones de Venezuela a Rusia (2005 y 2018) (en US$)Fuente: (Atlas of Economic complexity, 2020)EXPORTACIONES DEVENEZUELA A RUSIA2005En total ($)En porcentaje(%)2018En total ($)En porcentaje(%)Bebidas alcohólicasGranos de cacaoPiel curtida de bovinosContenedores de uso múltipleOtros artículos de hierro o aceroAparatos eléctricos de bajo voltajeCaucho vulcanizadoTornillos tuercas en hierro o aceroÓxido de aluminioAceite de soyaPienso para animalesZapatos de cuero$$$$$$$$$$$$$0,03%0%0%0%0%0%0%0%99,72%0,07%0,07%0,01%74,0%14,0%10,4%9,7%1,9%1,8%1,4%1,1%0%0%0%0%10.900,00—————————-42.500.000,0028.400,0028.300,003.300,0042.600.000,00$$$$$$$$$$$$$720.000,00135.000,00102.000,009.460,001.840,001.750,001.320,001.070,00—————-972.000,00
La relación económica de Venezuela con Rusia (1999-2019): hiperinflación, crisis y sanciones económicasManuel Sutherland64de 2019, frente a los 1.100 millones de dólares que adeudaba a mediados de año. En octubre de 2019 no estaba claro cuánto más está dispuesta a invertir ROSNEFT, que ya ha destinado alrededor de 9.000 millones de dólares en proyectos en el país desde 2010, aunque aún no ha alcanzado el punto de equilibrio, según cálculos de los investigadores de Reuters (Cohen & Armas, 2019).IV. Rusia y la crisis venezolana¿Existen vínculos entre la relación Rusia-Venezuela y la emergencia de la crisis económica en el país?El papel de Rusia ante la crisis venezolana es absolutamente nulo. Bajo ninguna circunstancia en mi investigación he hallado algún indicio de responsabilidad rusa en la crisis de Venezuela. La relación comercial completamente desigual, en la cual Rusia no compra productos venezolanos y Venezuela importa cantidades importantes de productos rusos, no es la causa de la crisis, ni puede ser usado para creer que Rusia de alguna manera ha perjudicado a Venezuela. La responsabilidad de la crisis es enteramente achacable a las formas “rentísticas” mediante las cuales la economía se condujo. El híper rentismo bolivariano, que nada tiene que ver con las sanciones ni con la relación comercial con Rusia, estalla justo cuando la renta se encuentra en pleno apogeo, es, diríase, un problema de sobre abundancia de ingresos que devienen de un incremento de precios que no pasa por un aumento en la cantidad de productos elaborados y vendidos. Por ello, se lo considera como una especie de provento, un ingreso adicional a la economía que es generado en otras latitudes, centros industriales, y que es transferido a los capitales que trabajan en condiciones naturales ventajosas, donde el trabajo se hace más productivo sólo por un aumento vertiginoso del precio y una demanda que debe comprar esa mercancía, en las tierras menos “rendidoras”, donde el trabajo es mucho menos eficiente (Marx, 1970). El proceso descrito crea una renta diferencial tipo 1 que puede llegar a tener una magnitud realmente colosal. Cuando es monumental el ingreso en divisas, no puede ser absorbido por la economía, no de manera orgánica; el “problema de la absorción” (Baptista, 1997) radica en los daños a la economía que se generan por la entrada masiva de dichos capitales. Ese fenómeno se ha estudiado y ha derivado en teorías como: enfermedad holandesa, la maldición de los recursos y el capitalismo rentístico. Desgraciadamente, el chavismo se hundió en la ciénaga del rentismo, lo hipertrofió con políticas que fungieron como efectivos esteroides. Cuando cayera el precio del petróleo, o disminuyera la extracción de crudo, iba a venir la debacle, era completamente inevitable si los recursos no se ahorraban escrupulosamente. La sobrevaluación del tipo de cambio crea un país ficticio en el que la economía luce mucho más fuerte de lo que en verdad es, al equiparar la productividad del sector petrolero con otros fragmentos de capital mucho menos eficientes. Ello ofrece un poder de compra mucho más grande que el agregado que devendría de la productividad de cada factor económico no petrolero. Ello deriva en una baratura artificial de las mercancías importadas y en el ineludible destruir de la frágil competitividad de las empresas locales.
La relación económica de Venezuela con Rusia (1999-2019): hiperinflación, crisis y sanciones económicasManuel Sutherland65Cuando la renta cae estrepitosamente, no hay divisas para importar y se sobreviene un fuerte ajuste cambiario que trae inflación y una maciza fuga de capitales que agudizan el ciclo recesivo de la economía. Eso trae consigo el agravante, que la producción interna ha sido devastada por la inserción rentística del provento petrolero, por ello los problemas recesivos de la crisis se multiplican. La gestión bolivariana de la renta agudizó todos los procesos anteriormente descritos y que ya habían sucedido en nuestro país. La nefanda sobrevaluación extrema fue impulsada por la tríada: control cambiario con asignación de divisas a discreción, congelamiento de tasas de interés y emisión de dinero suplementaria excesiva. Todo ello aunado a una hipertrofia estatal que elevó a las importaciones públicas en más de mil por ciento (2003-2012) y que tejió una pavorosa red clientelar de corrupción sin límites que literalmente lumpenizó a la economía. Todo ello tenía que terminar muy mal, el colapso debía acaecer en proporción a los horrores económicos acometidos. El estallido de la crisis fue, y debía darse con o sin sanciones, era absolutamente inevitable. Rusia como salida a las sancionesLa crisis y las sanciones determinan (en la actualidad) fuertemente la relación fundamentalmente petrolera entre ambas naciones. Las empresas rusas ROSNEFT (antes de vender sus acciones en Venezuela a: Roszarubezhneft) y GAZPROM han venido a sustituir como socias comerciales a las estadounidenses en una importante medida, aunque estas empresas de Norteamérica aún cuenten con licencias y exenciones para seguir extrayendo petróleo. Más aún, ROSNEFT era propietaria del 49 % de las acciones CITGO, gracias a que ésta empresa fue puesta en garantía (como colateral), debido a una serie de deudas que tiene la nación con las petroleras rusas. Hasta inicios de 2020, ROSNEFT mantenía participación como socio en las empresas mixtas: PetroMonagas, PetroPerija, PetroVictoria y Boquerón, así como tenía una participación conjunta frente a PetroMiranda por medio del NOC (Petroguía). Igualmente era propietaria de la Empresa Precision Drilling y participaba con PDVSA en la Empresa mixta Perforosven. ROSNEFT, antes de su partida del país, visualizaba en Venezuela nuevos retos de interés como iban a ser los Proyectos de Costa Afuera, entre otras actividades para servicios petroleros (Petroguía). Más aún, el 29 de octubre de 2019, se modificaron diversas clausulas en los acuerdos de cooperación con Rusia, que ofrecen incentivos aún más atractivos para las empresas extractivas. Los estímulos incluyen una exención del impuesto al valor agregado e impuestos a la importación, para el desarrollo de ROSNEFT de los campos: Patao y Mejillones, ubicados en el oriente del país. Todo esto según declaraciones de Jesús Farías, miembro de la Asamblea Nacional Constituyente (Cohen & Armas, 2019), y hermano del embajador de Venezuela en Rusia: Carlos Farías. Esta generosa flexibilización está también relacionada a la iliquidez de PDVSA y a la presión de las sanciones que empujan a la estatal, a buscar alternativas que de alguna forma le reporten ingresos. Sin duda alguna, ROSNEFT era la principal socia de PDVSA, lo cual significaba que estaba metida en el corazón económico del rentismo petrolero venezolano. Era la principal
La relación económica de Venezuela con Rusia (1999-2019): hiperinflación, crisis y sanciones económicasManuel Sutherland66aliada del gobierno bolivariano y sostén central de todos los intentos por sostener las exportaciones de la nación, que son fundamentalmente petróleo. En octubre de 2019, según Cohen y Armas (2019), ROSNEFT había absorbido el 62% de las exportaciones totales de petróleo de Venezuela, de 812.775 barriles por día, en ese entonces revendía la mayor parte del petróleo venezolano a refinerías en India y China, que de alguna manera esquivan con triangulaciones el bloqueo general de las sanciones. ROSNEFT, que produce cerca de un 5% del petróleo del mundo, se estaba ocupando de las operaciones de envío y marketing de la mayor parte de las exportaciones de crudo de Venezuela, garantizando que PDVSA siguiera abasteciendo (de forma indirecta o con triangulaciones) a sus compradores (Diario Panorama, 2019). La comercialización de petróleo le está sirviendo a PDVSA para evadir sanciones y salir de grandes inventarios acumulados, y a su vez, le servía a ROSNEFT para ir progresivamente cobrando la deuda que Venezuela le debe. Con este mecanismo, ROSNEFT, antes de salir del país, redujo su deuda en 76 % en poco más de dos años (Informe 21, 2019). La salida de Rosneft, realizada un 28 de marzo de 2020, tomó al gobierno venezolano por sorpresa, más aún el traspaso de todas las acciones a una compañía perteneciente al Gobierno de la Federación Rusa: Roszarubezhneft (DW, 2020). Con esta lacónica declaración: “La compañía ha terminado todas sus actividades en Venezuela”, explicó el presidente de Rosneft, Ígor Sechin, que la compañía había vendido todas sus participaciones en Petromonagas, Petroperija, Boquerón, Petromiranda y Petrovictoria, así como sus servicios petroleros (Kozlovsky & Kozlov, 2020). El nuevo propietario de los activos en Venezuela seguirá en todos los casos ondeando la bandera rusa en un país estratégico para los intereses geopolíticos de Putin, continuando con todas las actividades que otrora hacía Rosneft. Con esta medida Rusia ha encontrado una manera de permanecer en Venezuela y proteger a los accionistas de Rosneft al mismo tiempo. Si tenemos en cuenta el costo de las acciones de una empresa estatal en la Bolsa de Moscú el 27 de marzo, se podría estimar que Rosneft recibió unos 308.000 millones de rublos (US$ 3.900 millones) por sus activos en Venezuela (Kozlovsky & Kozlov, 2020). Esta venta más bien afianza la relación entre ambos países, es evidente que se hizo con la intención de esquivar las sanciones de EEUU contra Venezuela y todas las empresas que de algún modo establezcan relaciones comerciales con el gobierno de Nicolás Maduro. V. ConclusionesLa relación entre Rusia y Venezuela ha estado signada, desde un principio, por el interés geopolítico de ambos países. Al inicio de esta relación: 2001, como en su período de esplendor: 2004 a 2012, el interés de Venezuela ha sido principalmente buscar un sólido soporte diplomático internacional y sustituir su aparato militar de defensa, otrora estadounidense, por arsenal bélico ruso. Otro interés importante fue la adquisición de tecnología relativa al ámbito petrolero, e insertar a Rusia de lleno en la Faja Petrolífera del Orinoco. La idea de esta última inserción se relaciona con el hecho de tratar de que Rusia realice grandes inversiones de capital con la intención de comprometer a ese país en la defensa de los
La relación económica de Venezuela con Rusia (1999-2019): hiperinflación, crisis y sanciones económicasManuel Sutherland67intereses de Venezuela en caso de una agresión política o bélica, por parte del gobierno estadounidense de turno. La intención de la Federación Rusa ha sido colocar una cabeza de playa en un país tradicionalmente muy alineado a los intereses políticos de EEUU. Ello también implicaba la posibilidad de ventas importantes de armas y poder afianzar la internacionalización de sus empresas hidrocarburíferas. Su intención de exportar muchas mercancías a Venezuela se desarrolló justo cuando la renta petrolera que manejaba el gobierno bolivariano era bastante amplia, cuando ésta disminuyó y entró el país en la larga recesión, que aún arrastra, la situación cambió. De manera apretada, se pudiese concluir que la actual relación entre Rusia y Venezuela está determinada por la espeluznante crisis económica que azota al país caribeño y por los anhelos de posicionamiento geopolítico del gigante eslavo. Dicha codependencia es lamentablemente muy oscura. La transparencia es prácticamente nula y la información es muy escasa. El gobierno bolivariano le da el mote de “confidencialidad” a muchos de los acuerdos que firma. Por ende, fiscalizaciones y auditorías de los ingentes recursos ahí destinados, son casi imposibles. Lo poco que se conoce son anuncios gubernamentales y reseñas bañadas en loas a la cooperación binacional. La extrema importancia de estos asuntos requiere una sólida organización para exigir conocer el 100 % de los acuerdos firmados y propuestos. La transparencia y la auditabilidad son bases democráticas que acá son olímpicamente desechadas.La relación binacional de la que hemos hablado, tiene un muy alto componente bélico. La importación de armas rusas es prácticamente lo único que se realiza. El gobierno venezolano ha confiado por completo su sistema de defensa en el poderío ruso. La “amenaza creíble” de la invasión de EEUU, su abierto apoyo a golpes de estado en el país, su financiación a la desestabilización al aupar a los grupos opositores más violentos, sólo trae consigo un estímulo a la compra de armas a sus contrapesos geopolíticos: Rusia y China. Esta micro “carrera armamentista” perjudica más a la joven nación de América del Sur, ya que destina ingentes cantidades de recursos en mercancías indiscutiblemente improductivas que en nada impulsan su desarrollo industrial, agrícola o cultural. El proceso de paz y estabilización política debería estar enmarcado en una fuerte reducción del presupuesto castrense, y su redirección a áreas como la salud, alimentación y educación, que en estos momentos están en una crisis de proporciones inimaginables. La deuda de Venezuela con Rusia ha disminuido notablemente. Desde hace años, al igual que China, este gigante ha dejado de prestar, financiar e invertir divisas en proyectos que tengan que ver con Venezuela. La era de los refinanciamientos y extensiones crediticias parece haber desfallecido. En los últimos años las transnacionales han cobrado con gran efectividad buena parte de lo adeudado. Las sanciones han empujado al país a tener que ceder más espacios de producción y comercialización a empresas rusas. Como forma de elusión de este “bloqueo”, las empresas rusas han tomado espacios donde resuelven “cuellos de botella” de la nación. Dichas operaciones les permiten tener mayor control de las gestiones de PDVSA y cobrar fácilmente sus acreencias. Esa “suplantación” le resta recursos importantes a la nación,
La relación económica de Venezuela con Rusia (1999-2019): hiperinflación, crisis y sanciones económicasManuel Sutherland68capitales necesarios para suplir la emergencia humanitaria. En el caso de la deuda venezolana, la reestructuración de la misma con un plan que aminore sus cargas, que la audite y que extienda los pagos en el tiempo, es esencial. Venezuela no debería pagar deudas como si nada estuviese sucediendo.Aunque hay signos de recuperación económica, leves, pero existentes, la situación social es de extrema gravedad. Lamentablemente los bandos políticos en disputa de la renta del suelo minera e hidrocarburífera, parecen tomar a los venezolanos como un “daño colateral”. Los que promueven más sanciones y castigos internacionales a la economía, creen que el mayor sufrimiento empujará a la población a las calles e impulsará una revuelta por hambre en contra del gobierno. Los que detentan el poder se niegan a dialogar con una mínima sinceridad y a ofrecer rectificaciones estructurales de los múltiples errores que han cometido, y que han derivado en la destrucción de PDVSA y del 60 % del PIB en seis años. Una crisis antediluviana que está expulsando a alrededor de 5 millones de personas del país, casi un sexto de la población. En ese contexto, la crisis no parece cejar y las negociaciones con países “aliados”, como Rusia y China, se tornarán más leoninas y desventajosas, ya que el gobierno irá a negociar en condiciones de desesperación aún más fuertes. Ello sólo contribuirá al incremento de costos, de corrupción y del malestar social. Eso sí, promete jugosos márgenes de beneficio a las empresas, rusas o de cualquier país “aliado”, que, invirtiendo cantidades modestas y con subsidiarias, “rescaten” las operaciones que normalmente deberían hacer las empresas locales.
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