Bolivia: Necesidad y actualidad de la crítica antipachamamista

El mensaje, en particular, debería asumirlo David Choquehuanca. Él, es ahora, el representante del sustrato popular indígena en el poder y en el actual contexto constitucional tiene un rol determinante en su condición de vicepresidente, por lo mismo, no puede resignarse a un papel meramente simbólico -importante en el plano emocional pero poco relevante al momento de la practicidad política- el ex canciller debe cerrar el deplorable capítulo llamado “evismo”, un término que hoy en día hace referencia a un caudillismo soberbio y sordo ante las demandas populares, para dar un salto a la dimensión ética de la política, ¿aceptará el reto? ¿Se nutrirá de esta crítica para construirse un papel relevante y útil para lo indígena? El tiempo lo dirá.



Necesidad y actualidad de la crítica antipachamamista

Gustavo Adolfo Calle

https://jichha.blogspot.com/2020/11/necesidad-y-actualidad-de-la-critica.html?fbclid=IwAR0U4AtElJqlFq2JsimSyrfQbo4Ff-gXvN2VjvI20X8u-D20pMmmFhqQ8Ws

 

La posesión de Arce y Choquehuanca en Tiwanaku casi ha pasado desapercibida. Si no fuera por algunos avezados y clásicos comentarios antipachamamistas no lo hubieramos notado.

¿Es relevante en el actual contexto la crítica antipachamamista? Pienso que sí.

Los antipachamamistas, han agarrado su vieja artillería y la han usado para hacer crítica de la ritualidad en torno a la posesión del nuevo gobierno. La acides de sus dardos discursivos a dañado algunas sensibilidades que antes que ver el fondo de dicha crítica se ha quedado en la forma y la indignación. 

Lo de los antipachamamistas respecto a Tiwanaku es más profundo de lo que aparenta.  Se trata de un ejercicio crítico para recordarle al poder, ahora nuevamente en manos del MAS, que, como antes, se estará alerta ante cualquier intento de reducción de lo indígena a lo meramente simbólico. Qué en el nuevo contexto político, el sujeto indígena debe estar con sus pares no indígenas en igualdad de condiciones, ya no relegados a funciones meramente ornamentales. Sí, si se mira más hondo, se verá que la crítica va enfocada a alertar a las organizaciones del MAS sobre el viejo entorno político que hoy merodea a ese partido. Entorno que se sirvió, durante el “evismo”, de lo simbólico para enquistarse en el poder.

La colusión de un indígena con cierta élite criolla-mestiza, durante el último gobierno azul, permitió que un círculo cerrado de poder pervirtiera la política pensada desde cierta “cosmovisión indígena”; con toda la “romantización” que en ella se viera, existieron intentos que inspiraron un modo de hacer política –por ejemplo en torno a la idea del “vivir bien”- que lamentablemente no se tomó enserio; sirvió para el discurso, pero no para la práctica institucional, se trató de un discurso en un “Estado Plurinacional aparente”, tomando las palabras de Teófilo Choque. 

En ese sentido ¿Es una crítica necesaria la del antipachamamismo?, por supuesto. Más aún cuando los sustratos populares indígenas y obreros han recuperado cierta centralidad en el escenario político. Es más, este tipo de reflexiones debería irradiarse a lo largo de las organizaciones de base del MAS para que estas estén más alertas que nunca sobre un posible arrincono. 

Acá, el mensaje, en particular, debería asumirlo David Choquehuanca. Él, es ahora, el representante del sustrato popular indígena en el poder y en el actual contexto constitucional tiene un rol determinante en su condición de vicepresidente, por lo mismo, no puede resignarse a un papel meramente simbólico -importante en el plano emocional pero poco relevante al momento de la practicidad política- el ex canciller debe cerrar el deplorable capítulo llamado “evismo”, un término que hoy en día hace referencia a un caudillismo soberbio y sordo ante las demandas populares, para dar un salto a la dimensión ética de la política, ¿aceptará el reto? ¿Se nutrirá de esta crítica para construirse un papel relevante y útil para lo indígena? El tiempo lo dirá.