Hoy, parten los talleres y conversaciones virtuales con Jaime Yovanovic (Profesor J)

Primera Parte - Hoy:

cómo vamos a trabajar, con cuál paradigma o metodología de interpretación para leer la historia, la vida y la ciencia, y por qué no usaremos algunos. Ideología religiosa, cómo y por qué nace y cómo la meten en la gente. Las cosmovisiones originarias que resistieron a las ideologías religiosas durante miles de años. La filosofía que nace en el patriarcado esclavista para justificarlo ante las insuficiencias de las religiones. La filosofía de China e India, del budismo y el taoísmo, que nacen con el patriarcado pero que no llegan a ser religiones porque recogen tradiciones comunitarias.

 

El desarrollo de los sistemas de producción o modos de producción y los cambios en los modos de interpretar el mundo:

los grandes cismas religiosos y la pugna mortal entre religiosos y ateos “científicos” que nacen con el capitalismo y se organizan en la masonería para disputar el poder a los dogmas y organizaciones que se quedan en la oligarquía feudal hasta llegar a la unión de oligarquía y burguesía que constituye los aparatos de poder del estado y sus constituciones, igualito que la firma del pacto de la partidocracia chilena que respondió al estallido social convocando a moros y cristianos a un debate constitucional restringido con una ley que no permite pasar de cierto límite.

 

Después de ello viene una multiplicidad de teorías y paradigmas contestatarios que proponen que ese capitalismo sea dirigido por los obreros y llegan revoluciones donde el partido se convierte en burocracia acabando con la autonomía de las asambleas vecinales que se llamaban consejos o soviets, que fueron subordinadas al soviet supremo, y se siguió aplicando la economía capitalista usando como pretexto que lo había dicho Marx, cosa que efectivamente lo dijo ese autor en la segunda etapa de la evolución de su pensamiento, pero la cambió en su tercera etapa donde descarta el estado diciendo que la comuna cumple sus funciones, lo que significa que no era necesario aquel soviet supremo por encima de las asambleas, consejos o soviets.

 

Por ese problema y por disputas y asesinatos entre esos burócratas y que duran hasta hoy, se van produciendo sucesivas divisiones, corrientes, clubes y ghetos como verdaderos racimos de uva como los leninistas, estalinistas, trotskistas, maoístas, polpotistas, mariateguistas, gramscianos, castristas, guevaristas, luxemburguistas y muchos más, con subdivisiones dentro de cada grupo. Siendo los más interesantes los luxemburguistas que rechazando el capitalismo de estado de los leninistas se oponen al soviet supremo y preconizan todo el poder a las asambleas o consejos, y también la variante no estatista de los guevaristas como los zapatistas de México o los grupos disidentes de las guerrillas. Todo ello va al encuentro de las cosmovisiones y experiencias de las comunidades, pueblos y formas de vida de las primeras naciones o pueblos precolombinos que han resistido más de 500 años de colonización europea y de los estados construidos por las oligarquías locales, también al encuentro de corrientes anarquistas comunitarias, que se diferencias fuertemente de las corrientes anarquistas nihilistas, intelectualistas, violentas e individualistas, contribuyendo dicho encuentro a la construcción de formas autónomas de autogestión de alimentos, por ejemplo en las huertas comunitarias donde se encuentran con corrientes provenientes del ecologismo, de los hippies, feminismo y otras, preparación y distribución comunitaria de esos alimentos, como en las ollas comunes, y diversas iniciativas populares tendientes a aprender y practicar entre vecinos formas de administración propia de los barrios y poblaciones.

 

Chile, Perú, Ecuador y Colombia son los países de mayores movilizaciones sociales desde el año pasado, y esas movilizaciones dejaron fuera a los partidos políticos abriendo el camino para el despliegue del protagonismo social. Por eso estos talleres y conversaciones no van dirigidos a intelectuales ni a partidos políticos, sino a la población, y no dicen a nadie lo que hay que hacer, sino que vamos a conversar sobre la vida, la sociedad y la relación con la naturaleza, de allí que no nos interesan las ideologías ni los partidos o iglesias.

 

Las metodologías de conocimiento, investigación e interpretación que han evolucionado del positivismo, fenomenología o descriptivismo, han llegado a elevados niveles de complejidad como la teoría de los sistemas, el materialismo dialéctico, la teoría del kaos y la física cuántica, pero ha tenido que ser la teoría de la complejidad de Edgard Morin la que englobe y supere a todas ellas, pues considera el estudio y comprensión integral de manera tal de incorporar la mirada evolutiva, progresiva o diacrónica, histórica de las cosas en su situación (de allí la importancia del situacionismo de Guy Debord y su obra “La sociedad del espectáculo”), y la mirada simultánea, relacional, horizontal, holística o sincrónica de los otros factores, elementos, personas o cosas que le influyen o son influidos, es decir su interacción, por ejemplo no sacamos nada con estudiar el cuerpo y la salud sin considerar los alimentos que produce la madre tierra y el clima que lo permite, lo que comprende también a la influencia del sol, la luna, las estrellas y astros en general, cosa que los pueblos originarios estudiaron más que nosotros y que produce una sonrisa prepotente en el médico formado en nuestras universidades “científicas”, que parecen saber mucho del cuerpo, pero fueron arrasados por un pequeño virus.

 

Eso vamos a conversar hoy día para adentrarnos el jueves 19 en el tema del origen de las especies de Darwin, para comprender como nace y de donde viene este cuerpo que nos ha tocado cargar, sufrir y disfrutar junto a los otros cuerpos que juntos somos vida y somos autopiesis, o sea la condición de la vida de producirse y reproducirse a sí misma y que en nosotros sólo es posible en medio del afecto compartido sin permitir el predominio de la racionalidad instrumental de que nos juntamos para reproducirnos, pues no es para ello que nos juntamos. No es posible juntarse “para” reproducirse, pues ello nos alejaría de nosotros mismos, del amor y del placer de compartir y compartirnos libremente entre todos los cuerpos. Es al revés, nosotros nos reproducimos “por” estar juntos, y así todo contacto es válido y algunos de ellos resultarán en la reproducción. ¿Complejo? Claro que sí. Conversemos.

 

 

unlibre@gmail.com