Una reciente investigación realizada por la Fundación Arias para la Paz y el Progreso Humano dejó en evidencia la existencia de 51 puntos ciegos a lo largo de la frontera norte, bajo la supuesta complicidad de oficiales nicaragüenses y nacionales.

El estudio denominado, Las Caras del Exilio Nicaragüense: Expulsados y Vulnerabilizados, se llevó a cabo de marzo a agosto de este año y tenía como objetivo conocer la situación de huida que han vivido los exiliados nicaragüenses en Costa Rica y las formas empleadas en el cruce de fronteras de Upala, La Cruz y Los Chiles, a partir de abril 2018 a febrero del 2020.

La investigación revela que los traficantes de migrantes trabajan aliados con algunos militares de Nicaragua y ciertos policías de Costa Rica, para compartir información.  

 “Policías de ambos países ya conocen las placas de los carros y no los paran y los coyotes ya conocen los horarios en que estos funcionarios se encuentran en su puesto, para pasar en ese momento”, dijo uno de los informantes durante la etapa de investigación.

Asimismo, debido al control sanitario producto de la pandemina, el modus operandi cambió más recientemente. Ahora el coyote o el traficante, no va siempre con las personas, sino que coordinan por teléfono y los van guiando vía telefónica, esto complica un poco más la investigación, complica más la detección de tráfico

Hay miles de casos de solicitantes de protección de Nicaragua, actualmente las cifras han aumentado, según datos de la Dirección General de Migración y Extranjería para el 11 de septiembre del 2019 hay 31,624 nuevas solicitudes de refugio, y en 2018 el total fue de 23,138 y en 2020 a Julio 8,343 y sumando a esto las cifras acumuladas, son alrededor de 80 mil solicitudes de refugio ya formalizadas.