Venezuela: respetar al arbitro sí, pero…

02.Mar.04    Análisis y Noticias

por contrapoder • Monday March 01, 2004 at 10:15 AM
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No hay árbitro. El CNE no lo es. Y no lo hay porque no lo podía haber. Ante su designación lo que se dio fue la farsa a cuatro manos de por una parte la mal disimilada certeza de triunfo del chavismo que lo impuso y de otra su relativa aceptación vía aparente presunción de buena fe del antichavismo al que aquel se lo impuso, aunque negociadamente con parte de él.

RESPETAR AL ARBITRO, SI; SOLAMENTE QUE NO LO HAY

No hay árbitro. El CNE no lo es. Y no lo hay porque no lo podía haber. Ante su designación lo que se dio fue la farsa a cuatro manos de por una parte la mal disimilada certeza de triunfo del chavismo que lo impuso y de otra su relativa aceptación vía aparente presunción de buena fe del antichavismo al que aquel se lo impuso, aunque negociadamente con parte de él.
Arbitrar no es dispensar equilibradamente ni partir por mitad ni mantener equidistancia. Arbitrar es, sin predeterminación, decidir a favor, y, en contra, en cada circunstancia, en la que precisamente no es posible el equilibrio ni el mitad y mitad ni la igual distancia; es, condicionadamente sin predeterminación, decidir a quien le corresponde todo y a quién nada.
Tampoco la paridad, dos-dos o dos-uno-dos por ejemplos, en la composición de un organismo ni siquiera siendo verdadera permite ni menos garantiza la condición arbitral. La decisión de una mayoría ni siquiera cuando verdaderamente lo es no es necesariamente ni justa ni acertada; menos cuando resulta de la coincidencia o la negociación de varias minorías, de sus designados se entiende. De hecho y en general las decisiones de las mayorías, realmente, impuestas a las minorías, no han sido ni justas ni acertadas.
En concreto aquí, a la hora de la verdad que es ésta, y ya abiertamente, la mayoría de tres rectores electorales chavistas cumplen la misión que se les encomendó y para lo que están ahí: garantizar que el revocatorio no afecte a Chávez. No hay sorpresas. Todo está siendo de acuerdo a lo previsto. Lo sorprendente es que se llegara a pensar seriamente que podía ser diferente.
Y no es que está sucediendo algo inédito o que no hubiera sucedido antes. Lo que está haciendo el CNE hoy controlado por chavistas es lo mismo aunque al revés que estaría haciendo si estuviera controlado por adecos y copeyanos y masistas; con variantes lo que siempre hicieron, pagarse y darse el vuelto electoral; lo mismo que intentó hacer el CNE anterior presidido por Abella y controlado por puntofijistas. ¿Y qué está haciendo?. Simular que arbitra sin ser árbitro. Realmente hace trampa, aunque legal. Manipulaciones técnico-operativas. Intepretaciones sesgadas y de ocasión de normas y reglamentos incluso propios, para que el resultado sea el que se ha pre-decidido. Cierto. Pero es que nunca ha sido diferente. Ni lo será mientras la dinámica política venezolana no cambie realmente; que en nada ha cambiado.
Como siempre antes, ahora también todo está predeterminado. Y no puede ser de otra forma. Todo ejercicio de poder es sesgado, está predeterminado. Esencial y fácticamente el Poder no arbitra, se ejerce. Y en una circunstancia como la nuestra, extremada y absolutamente sin institucionalidad sin opinión pública sin estructuras de beligerancia ciudadana, sin una verdadera ciudadanía, tal ejercicio se hace es perverso al extremo; y en necesasitándolo, cual es el caso, responde incluso todo lo grotescamente que se requiera, a lo intereses y dictámenes de la minoría que lo ejerce.
Por lo demás en nuestra realidad concreta verdaderamente no existe razón alguna para pretender que una minoría que está en el Poder se deje ensartar ni siquiera con sus propias espuelas, las del revocatorio, ni entrampar en su propia trampa, las normativas aprobadas para impedir el referendo, por otra minoría tan minoría y en tal caso tan ilegítima como ella. Así, tampoco aquí y ahora hay nada nuevo bajo el sol. De tal manera que ni hablar de la crisis de fondo que vivimos ni la del modelo político sino que ni siquiera la confrontación por el Poder entre las cúpulas chavista y antichavista ambas minoritarias, por la polarización a que han llevado al país, ni siquiera, realmente menos, esa confrontación cupular que es solo de ellos y nada tiene que ver con la inmensa mayoría de los venezolanos, va a tener salida; por que ninguna de esas dos cúpulas minoritarias puede aceptar resultados a favor de la otra porque es su liquidación.

MEGAFRAUDE SEMBRADO

La secuencia de actuaciones de Chávez y el chavismo en relación al supuesto mega-fraude aparte de desembozada, quizás no había otra forma, es indicativa del resultado buscado y de la forma de buscarlo.
Todavía a la mitad de la recolección de firmas Chávez denuncia el megafraude; inmediatamente algunos de sus tramoyeros mayores repiten la denuncia pero con cantidades porcentajes generales y hasta localizaciones. Luego de algún tiempo la cuantificación se precisa y detalla en términos de cantidades y porcientos de firmas planillas y centros de recolección. Chávez y sus tramoyeros declaran que tienen pruebas y hasta muestran al boleo algunas de las que dicen que son tales supuestas pruebas; y en un momento determinado el Comando Ayacucho inicia en la prensa la publicación de reproducciones de pares de planillas diferentes, numeradas secuencialmente, en las que aparecen asentados exactamente los mismos números de cédulas de firmantes. Tascón abanderado de la detección del supuesto fraude, repetitivamente maneja listados hasta que finalmente pone en su Web largas listas de crecientes decenas de miles de números de cédulas de firmantes, supuestamente fraudulentas, para que sus titulares, supuestamente estafados, las denuncien. Mientras, en el CNE, el chavismo comete la pifia, exabrupto estadístico, de cuadruplicar o quintuplicar el porcentaje de planillas en observación de los últimos diez u once estados revisados, con respecto a los porcentajes de los primeros diez. Finalmente el CNE, grotescamente, no quedándole opción, enmienda su propia plana, o sea, “se deja de pendejadas” y decide re-revisar las planillas, obviamente del primer grupo de estados, para emparejarlo porcentualmente al segundo grupo de mayor porcentaje; obviamente ni podía ser al revés ni tampoco una revisión general.
Lo que es claro en tal secuencia es que Chávez y su chavismo sabían qué iba, realmente qué tenía que resultar al final de la revisión de las firmas; sabían porque así lo había decidido Chávez, que al final iba a “demostrarse” la existencia de una determinada cantidad amplia y suficiente de vicios que le permitirían a la mayoría chavista del CNE imponer el desconocimiento de suficientes firmas para que no haya referendo presidencial.
Jorge Rodríguez se rasga las vestiduras y declara que los “pillos alteraron la voluntad de los firmantes”. Cierto que puede ser y que seguramente fue así. Pero los pillos bien pudieran ser chavistas; ¿por qué no?; o aliados del chavismo dentro de la oposición; ¿por qué no?; o ambas cosas; ¿por qué no?. Parece evidente que en los varios pares de planillas reproducidos en la prensa, indicativamente con numeración secuencial, la caligrafía es la misma, inexplicablemente la misma si es que se quería falsificar. Pero, la conclusión lógica, contraria a la oficial, mas parece ser que esa caligrafía utilizada para tan burda y notoriamente duplicar las mismas decenas de números de cédulas en las diferentes dupletas de planillas, indicativamente ni tripletas ni cuadrupletas, fue parte de un acto cumplido precisamente para que hubiera y pudiera “detectarse” el fraude; acto obviamente programado previamente y monitoriados números de planillas de cédulas y centro de recolección para mediante determinadas “muestras” demostrar el “megafraude” pre-denunciado por Chávez. Propiamente y hablando en términos policiales, el Comando Ayacucho del chavismo le sembró en el Reafirmazo a la oposición el fraude diseñado y montado por sus laboratorios de guerra sucia
Por cierto y para la propia experiencia de cada quién puede ser útil que se revisen en el largo listado de Tascón de cédulas supuestamente fraudulentas algunos números de conocidos que hayan firmado. A ver si aparecen como estafados.