Venezuela Después de las elecciones parlamentarias, tanto quienes votaron como los que no, se preguntan: ¿y ahora qué?
El acto de no votar no es sólo desgano o desinterés; es también rebeldía, antagonismo. Este 70% de abstención también dice con mucha claridad ‘Ustedes, todos ustedes, no nos representan’. Deja muy nítido el extraordinario vacío de legitimidad de este sistema de poder dominante en Venezuela
Después de las elecciones parlamentarias, tanto quienes votaron como los que no, se preguntan: ¿y ahora qué?
Comparto cuatro ideas sobre el resultado de las elecciones:
1. La abstención no fue culpa del “extremismo opositor”, o de los que ‘hicieron campaña por no votar’. La abstención fue principalmente la expresión del total descrédito político-institucional que han promovido tanto los sectores afines al Gobierno como a los partidos tradicionales de la oposición.
2. El acto de no votar no es sólo desgano o desinterés; es también rebeldía, antagonismo. Este 70% de abstención también dice con mucha claridad ‘Ustedes, todos ustedes, no nos representan’. Deja muy nítido el extraordinario vacío de legitimidad de este sistema de poder dominante en Venezuela. Uno sin precedentes, y eso tiene sus límites.
3. El trasfondo de estas elecciones parlamentarias no son sólo “las luchas por el poder del Estado”, en abstracto, sino principalmente seguir construyendo una base institucional para las reformas neoliberales que pretenden seguir su curso en 2021 (Ley AntiBloqueo de por medio).
4. Mañana es otro día. Cada lucha cuenta. No sólo porque son voces y fuerzas populares que se niegan a la precarización del salario, a que siga aumentando el despojo de tierras, a la violencia de Estado, a la destrucción de los servicios públicos en las comunidades, etc; sino también a este programa neoliberal en desarrollo en el país; y sobre todo, son el sustrato real, orgánico, de otra política en Venezuela, sin la cual este país marcha al abismo.
La abstención no es ninguna rebeldía si no se acompaña de movilizaciones concretas y con un propósito. Tu post es el ideal soñado de lo que podría ser la abstención en Venezuela. Lo que se concretó en la realidad es la apatía que no le hace bien al país pero si mucho bien a la élite política (gobierno y oposición) que seguirán tomando las decisiones con libertad y a sus anchas. Basta hablar con la juventud que no milita en Venezuela para darse cuenta nisiquiera les interesa tomarse el tiempo para pensar que candidatos hubieran sido una opción.
Jorcelys Margarita
creo varias cosas. Una, no es cierto que en Venezuela no haya movilizaciones, muy al contrario, existen protestas en todo el país. Algunas remiten únicamente a una reivindicación puntual, otras tienen sus propósitos más amplios, algunas suman ambas cuestiones. TODAS son políticas. Entonces para mi queda claro que hay una relación directa entre las movilizaciones y como se expresó la abstención. Dos, podría ser un poco pretencioso si condenamos movilizaciones porque en su forma no tienen explícitamente la forma que deseamos (discurso abiertamente anti-capitalista, socialista, ecologista, o cual sea el gran proyecto que reivindiquemos). Hay mucha más complejidad en esto. La explosión chilena mostró como emergió de manera masiva algo que antes era inasible para los ojos políticos que buscan siempre leer el descontento popular todo en clave de ‘grandes ideologías’. Hay cierta mirada con desdén a la micro-política de la cual me distancio. Y lo tercero, por lo que digo, pienso que esta mirada que estas planteando no ve otras cosas que están pasando, me parece que está sumergida en absolutos, pesimistas por cierto. En mi particular opinión. La política está en permanente movimiento, producción. Incluso estas pequeñas cosas que se discuten tienen efectos. Si no, apague y vámonos.