MOMENTOS DE REFLEXIÓN: UN BARRIO
El oikos llamado en Grecia casa en el sentido de la casa de todos los que tienen algo en común, era el núcleo básico que al entrar en contradicción con el gobierno de la ciudad-estado, la polis, da origen a la tragedia Griega que trabajan varios autores. La política no era el debate y pugna entre quienes querían dirigir la polis, el aparato del poder central, sino la cascada del flujo de tensiones, controversias y contradicciones entre la Polis y el Oikos, entre el poder y la comunidad. En esta reflexión no vamos a conversar sobre esas contradicciones, sino de uno de los sujetos o polos del sistema complejo de ese circuito: el sujeto oikos, en este caso el sujeto barrio.
Oikos es el equivalente al término “casa” en la Grecia Antigua, es el conjunto de bienes y personas que constituía la unidad básica de la sociedad en la mayoría de las ciudades-estado (polis), e incluía a la cabeza del oikos (el telestai, generalmente el varón de mayor edad -el equivalente romano era el paterfamilias-), su familia extendida (varias generaciones además de la familia nuclear -esposa e hijos-), y esclavos, que vivían juntos en un marco doméstico. Los grandes oikos incluían extensas explotaciones agropecuarias trabajadas generalmente por los esclavos, las cuales eran también la unidad básica de la economía antigua.
El oikos funcionaba como una unidad económica y social autárquica, «era el centro a cuyo alrededor estaba organizada la vida», a partir del cual no solo se satisfacían las necesidades materiales, incluyendo la seguridad, sino también las normas y los valores éticos, los deberes, obligaciones y responsabilidades, las relaciones sociales y las relaciones con los dioses. Autarquía es una sociedad capacitada para auto sostener sus necesidades sin la presencia de una estructura de Estado o entidad de regulación para los individuos. Se diferencia de la autonomía en que la autarquía tiende a aislarse de los demás y la autonomía siendo la capacidad propia de producir y reproducir vida (autopoiesis), sabe, puede y consigue una relación de interactividad con los demás. Así la diferencia entre ambos es relacional, pues la autarquía se basa en el individualismo y la autonomía en el común.
Aristóteles describe el oikos como una «comunidad constituida naturalmente para la satisfacción de las necesidades cotidianas»,7 cuyos miembros se definen como aquellos que han sido criados con un mismo alimento.8
El oikos era la piedra angular de esta sociedad antigua. Sin embargo, en el siglo V a. C., antiguos autores griegos opusieron la naturaleza del oikos con la de la polis; el conflicto entre ambas fue tratada en el teatro trágico griego.12
Lo propiamente político de la tragedia no es el conflicto entre las polis o el conflicto de poderes dentro de la polis… sino el conflicto entre la polis y el oikos, ese fundamento arcaico que excede a la Ley y no puede nunca ser completamente sometido a ella. El oikos, lo familiar (también “siniestro”), que es también -significativamente- el radical etimológico de la palabra “economía”. … Pero al mismo tiempo, ya en la Tragedia se hace sentir la necesidad de esa renegación del oikos, del fundamento arcaico y singular, y la necesidad de generalización de un orden exclusivameente “político” en el sentido más o menos moderno: de un Logos “consciente” y activamente humano, que ofrece una eficaz represión de aquel fundamento, de aquel “afuera” del discurso.13
Según María Dolores Mirón Pérez el oikos se configura como una unidad de producción y reproducción. De producción como lugar de trabajo, identificando estancias para este fin como son la cocina, las despensas, los almacenes o los talleres.
Es muy significativo que los autores sostengan que el oikos es un fundamento arcaico, o sea, anterior a la formación de la polis y su producción normativa, la ley, que aspita a que todos se enrolen tras de ella, lo que iba en cionytra de la libertad de las autarquías, las autonomías y la diversidad.
Más interesante es cuando constatamos que allí se percibe la contradicción entre el mundo natural, la oiko-logía, la actual ecología, con la oiko-nomía, la economía, que se refiere a normativizar la naturaleza y sus frutos, medirlos, pesarlos y otorgarles valor de cambio mercantil.
Así con la reflexión de hoy vemos que hay conceptos y situaciones que aún no se han aclarado y que tarde o temprano tendrán que aclararse, pues si somos vida y parte del mundo natural, ¿en qué medida nos valoran o nos valoramos del punto de vista económico o comercial y en qué medida eso choca con la ética del ser, al igual que la economía con la ecología? No se trata de tomar partido y entrar en guerra unos contra otros, sino de reflexionar e intercambiar ideas al respecto pensando más en la relación con el otro que lee esto y habita nuestro barrio, antes que en la “verdad” de un argumento que demostrará que estoy bien ubicado.
Conversemos y recuperemos la autonomía del oikos, la autonomía y autogobierno de llos barrios.