Ecuador: Las cuatro fuerzas políticas en pugna por el poder y el protagonismo popular
Jaime Yovanovic (Profesor J), UnLibre
La segunda vuelta tendrá que decidir entre las tres fuerzas partidarias que los votos han colocado en lisa, la de la dictadura correista, la del conservador Lasso y la del burócrata Pérez encumbrado gracias la fuerza y prestigio del movimiento indígena, mientras en cuarto lugar les siguen pisándoles los talones la socialdemocracia que sorprendió alcanzando el 16% de los votos, muy junto a la derecha y la burocracia que se denomina indigenista que disputan el segundo lugar con 17 a 20% cada uno.
La máquina va a jugar para que sea Lasso quien compita la segunda vuelta con los partidarios de la dictadura de izquierda, con la ilusión de que el resto de las fuerzas políticas prefiera un derechista que respete las reglas del juego democrático del poder antes de un izquierdista que no las respeta. Fuera de eso no tienen como atraer los votos de las burocracias de la socialdemocracia y de los “indigenistas”, pues eso ya sucedió cuando Pérez apoyó a la derecha contra el correismo y esperan que hoy haga lo mismo, en tanto la socialdemocracia se quebraría en la votación debido a que prefiere compartir el poder con la derecha antes que perderlo todo en dictadura.
Partimos de la base de que el correismo ya es bastante conocido y son extensas las capas sociales que han sufrido el proyecto progresista que compite abiertamente con la derecha en la destrucción de la madre tierra mediante el extractivismo casi el más agresivo del continente.
Si Araúz debe enfrentar a Pérez, la máquina, las empresas y las fuerzas militares lo apoyarán por temor a que Pérez no pueda contener la insurgencia del protagonismo social, a diferencia del correismo que se echó encima a los movimientos sociales pero mantuvo buena relación con las empresas y los milicos y con ello mantuvo a raya al movimiento indígena y al sindicalismo en sus dos versiones principales, la izquierda de abajo (troskistas, maoístas y otros) y la autonomía.
En este caso las ventajas de Araúz estarán en que la mayor parte, si no toda la derecha lo apoyará aunque habría una considerable abstención que favorecería el voto de Pérez, lo que transformará las calles en verdaderos campos de batalla debido a que es realmente peligroso que asuma Pérez y todos lo saben.
¿Por qué es peligroso para el sistema que asuma Pérez?
Sería lo mismo que el gobierno de Allende, no lo dejarían gobernar y desde el principio prepararían el golpe, y además que a diferencia de los partidos de la Unidad Popular que se lanzaron firmemente a la represión contra el pueblo, en este caso el partido de Pérez, el Pachakutik, no tendría como someter el protagonismo, la autonomía, las asambleas y los autogobiernos del movimiento indígena, que fue el factor y actor más destacado del estallido ecuatoriano.
De forma que cualquiera sea el presidente de estas tres fuerzas políticas, el determinante es el movimiento indígena y su alianza con el sindicalismo de abajo y es allí donde habrá que prestar atención y los apoyos necesarios, pues el crecimiento de las asambleas y parlamentos regionales son un paso fundamental para el despliegue del protagonismo desde abajo mediante la multiplicación de la autonomía, de la autogestión y los autogobiernos locales
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