Opinion
Las nueve sorpresas de la elección en Ecuador
Elección bajo pandemia: no es la única singularidad. Esta elección será recordada por otras características que la vuelven sui generis. Estas son 9 de las más destacables:
- La renovación de figuras: no es coincidencia que los ganadores sean políticos recientes. Rafael Correa no se equivocó al ubicar como su delfín a Andrés Arauz. Los electores aman, al parecer, rostros nuevos. Lo son Xavier Hervas y Yaku Pérez que, si bien fue Prefecto por Azuay durante un año, no tenía figuración nacional alguna en su itinerario político. Los tres acumulan 68% del total de votos válidos.
- Renovación con estructura: no solamente son jóvenes o caras nuevas: tienen infraestructura. Arauz las conexiones creadas por Correa durante una década. Yaku Pérez la logística de la Conaie, de Unidad Popular (ex MPD) y de colectivos que lo apoyan. Y Hervas, las viejas redes de la Izquierda Democrática o su militancia que, por haber sido la más ideológica de su momento, no se sentía representada.
- Agendas nuevas: ecología, defensa del agua, temas de género, derechos de minorías, nuevos estilos de vida, lenguaje menos convencional y uso de nuevos lenguajes en internet… Esas agendas fueron ventiladas sobre todo por Pérez y Arauz. Y esto, que fue su materia prima, fue los que más faltó en la campaña de Guillermo Lasso.
- La aparición de un centro: las elecciones marcan la aparición de un centro político fijado por los electores; no forzosamente por los actores políticos. En ese punto, aún no se sabe si hay parecidos, y de qué tipo, entre los electores de Pérez y de Hervas. Pérez luce de centro pero es, en realidad de izquierda y, en ciertos planos, de la izquierda radical. Hervas es de centro, por la naturaleza de la Izquierda Democrática. Pero él, en lo personal, fue muy cercano de Rafael Correa. ¿Dónde se ubica políticamente? Yaku Pérez ha hablado de la tercera vía y Hervas no ha definido la dinámica política de la cual hace parte. Se puede colegir, entonces, que hay un espacio político cansado de la polarización, pero cuyos contornos políticos no están claros. Y ese espacio suma más de un tercio del electorado.
- El correísmo gana pero pierde: desesperado es un adjetivo que usa corrientemente Rafael Correa. Quizá porque así lucía antes de la elección, durante la jornada electoral y también ahora. Correa y su aparato quiso anclar la idea de que su delfín lograría ganar en la primera vuelta. Hay audios suyos en los cuales evoca que están a centésimas del 40% y en los cuales dice que el gobierno de Arauz debía comenzar este 8 de febrero. El objetivo era ganar en la primera vuelta. 32% es un buen porcentaje pero el objetivo era obtener más de 40%. Ahora, puesto a escoger entre Yaku Pérez y Lasso, Correa clama porque sea Lasso.
- Yaku Pérez hace historia: la proeza es digna de ser señalada. El movimiento obtiene el 20% del electorado en una elección presidencial. Y la posibilidad de disputar la segunda vuelta y ganarla. Esto tiene consecuencias dentro y fuera del movimiento indígena. Dentro: Pérez gana la mano política a Leonidas Iza y Jaime Vargas que lo ningunearon, desconocieron su designación y trataron de sabotear su candidatura. Fuera: Pérez resucita la alianza con sectores urbanos que estuvo al origen de la fundación de Pachakutik. Restituye la prelación política que tiene Pachakutik sobre la Conaie y que Leonidas Iza quiso desconocer. Doble triunfo, pero doble reto tendría en caso de que fuera él el finalista.
- El fenómeno Hervas: Xavier Hervas es el otro cohete de esta elección: pasó de nada a 16% de votos del electorado. Un hecho que podría cambiar su biografía y sus lealtades. Amigo de Correa y de sus guitarreadas, Hervas se topa de golpe y porrazo con un destino político que, por ahora, lo erige en gran elector. Si ayuda a Andrés Arauz, estaría matando su futuro. Por una razón: Arauz de ganar intentará limpiar como sea la hoja judicial de Correa, lo traerá y lo introducirá de nuevo en el juego electoral, minando así las posibilidades de Hervas para 2025. Construir su ruta le implicará traicionar sus viejas lealtades.
- Lasso muy mal asesorado: Lasso logra su peor resultado electoral porque la mayoría de los 16 candidatos le hicieron cargamontón. Porque Álvaro Noboa, Fabricio Correa y otros jugaron a subir los votos nulos y el ausentismo para favorecer, en los hechos, a Andrés Arauz. Pero el equipo de Lasso cometió graves errores. El primero creer en encuestas que siempre le dijeron que estaba adelante. Resultado: no cambió de estrategia y su campaña no solo no innovó políticamente sino que desconoció los temas contemporáneos que sí explotaron Arauz y sobre todo Pérez y Hervas. Esa falta de apertura y su alianza con el PSC le dieron un perfil duro, poco amigable con causas y electores forjados al calor de las redes sociales. Su binomio no le aportó y la fidelidad al Opus Dei hizo el resto.
- 16 candidatos, 12 de más… La atomización, tan promocionada por sus autores como una señal de buena salud de la democracia, mostró en los hechos, como si hiciera falta, que es una estulticia. De los 16 candidatos, 12 obtuvieron, entre todos, 12,38% de votos. Con entierro de primera para políticos como, por ejemplo, Paúl Carrasco, Gustavo Larrea, Guillermo Celi y César Montúfar. Pero en 4 años, ellos u otros volverán a decir que entre más candidatos, mejor democracia…
*Este artículo se publicó originalmente en 4pelagatos.