El Foro de Debate propone un Consejo social plural para construir Euskal Herria
·Plantea la puesta en marcha de una mesa de diálogo para la resolución del conflicto
El grupo promotor del Foro de Debate Nacional hizo públicos ayer los dos documentos encaminados, respectivamente, a desarrollar la construcción nacional de Euskal Herria y a resolver el conflicto político. En el primer aspecto, la propuesta se centra en la creación de un Consejo Nacional que impulse y proteja las iniciativas encaminadas en ese sentido. En cuanto al segundo, apuesta por una mesa de diálogo conformada por todos los agentes.
Imanol INZIARTE
DONOSTIA
La segunda fase del proceso puesto en marcha por el Foro de Debate Nacional está a punto de finalizar. Tal y como explicaron ayer en Donostia cinco representantes del denominado grupo promotor, el trabajo no se ha interrumpido durante la campaña. «Con discreción y al margen de las disputas partidistas», señaló Teresa Toda.
Fruto de esta labor son los dos documentos base presentados ayer. El primero de ellos hace referencia a la construcción nacional de Euskal Herria. Este texto fue presentado por Tasio Erkizia, quien destacó la labor realizada anteriormente. No obstante, señaló que también se observan «problemas, deficiencias y carencias» en este sentido. Así, se refirió a «la debilidad para hacer frente a los ataques externos, la falta de instituciones nacionales, la vigente organización político-administrativa, la dispersión de fuerzas, la dependencia ideológica y la falta reconocimiento internacional».
En el documento se resalta que existen numerosas iniciativas dirigidas a trabajar en pro de la construcción nacional, lo que lleva «a la competencia entre proyectos y prioridades, a cálculos a corto plazo y a egoísmos interesados». El grupo promotor, a fin de «dar cuerpo y gestionar todas estas tareas», propone la creación de un Consejo Nacional de Euskal Herria.
En palabras de Tasio Erkizia, este organismo tendría un carácter «social y plural», dando cabida en el mismo «a todos los que reconocen a Euskal Herria, tanto agentes políticos como sindicales y sociales».
Dentro de este Consejo se incluiría una Comisión de Emergencias. Su objetivo prioritario sería «la defensa y amparo de las personas que trabajan en la construcción nacional». Para esta labor, la Comisión deberá contar con «la adhesión de Euskal Herria».
La segunda tarea del Consejo Nacional se refiere a la institucionalización. En este capítulo se incluye «recuperar y dinamizar la organización amplia de Udalbiltza, impulsar la estructuración institucional de La- purdi, Nafarroa Beherea y Zuberoa y situar las actuales instituciones en la perspectiva de la construcción nacional, así como crear una Asamblea Nacional que realice un diagnóstico anual de la situación del país».
El tercer reto es la puesta en marcha de una Programación Nacional, constituida por todos los agentes que participan en la construcción nacional y cuyo fin será «superar la dispersión de fuerzas y medios existentes». En este foro se abordarían temas como el concepto de ciudadanía vasca, la estructura política, la relación con el espacio geográfico y la cultura.
El grupo promotor de este Foro de Debate Nacional ha detectado también la «falta de discurso ideológico propio» por lo que propone la puesta en marcha de una Red Vasca de Reflexión destinada a ser un lugar de relación y debate entre diferentes ámbitos.
El segundo de los documentos presentados se titula «Propuesta para la resolución del conflicto». Josu Erkiaga, que fue el encargado de sintetizarlo, subrayó que «la base del conficto es la negación de los derechos de Euskal Herria por parte de los estados español y francés». Esto ha traído una serie de consecuencias, según dijo, «que desembocan una y otra vez en expresiones violentas: la violencia practicada por los estados, la practicada por todos los cuerpos policiales y la practicada por las organizaciones armadas. Existe una flagrante vulneración de derechos individuales y colectivos. Todos los movimientos políticos y toda la ciudadanía estamos involucrados en dicha vulneración, de una u otra forma, en mayor o menor medida».
Frente a esta situación, el documento resalta una serie de «factores positivos» como son que «la mayoría de los ciudadanos y ciudadanas de de Euskal Herria cree en el diálogo como vía de resolución del conflicto, considera que éste es de índole netamente política, demuestra poseer una voluntad firme hacia la superación definitiva y permanente del mismo, se manifiesta a favor del respeto de todos los derechos individuales y colectivos, y considera que la facultad de decidir sobre los problemas de Euskal Herria compete a quienes viven en el su territorio y que cualquier propuesta debe ser refrendada por aprobación popular».
En la búsqueda de ese diálogo, el grupo promotor aboga por la creación de una Mesa, cuya «responsabilidad máxima corresponda a los partidos políticos que deseen la resolución del conflicto y tengan arraigo en Euskal Herria». Dicho foro contaría con la participación de «los sindicatos y agentes sociales» y con la presencia de agentes internacionales.
Josu Erkiaga hizo hincapié en la importancia de que la Mesa tenga una duración determinada, a fin de que los participantes se vean obligados a adoptar compromisos. También subrayó que «no se pondrá ninguna condición previa para sentarse a la Mesa, para que nadie pueda negarse».