Elecciones en Bolivia: Izquierda y derecha contra la subjetividad aymaquechua

La derecha va a ganar algunas posiciones, el progresismo capitalista también y otras van a ser ganadas por nuevos sectores donde se acentuarán las pugnas, acomodos y reacomodos en los cargos y sillones de la maraña estatal del poder que empuja a la individualización, al egoísmo, al consumo, a la acumulación y competencia de lobos hambrientos a los representantes que al ser separados de sus comunidades y formas de vida para integrar el ejército estatal del capital, obviamente tienden a despegarse de su gente y ser absorbidos por la máquina, que es justamente lo que esperan y preparan las empresas que destruyen la madre tierra.



Bolivia: Izquierda y derecha contra la subjetividad aymaquechua

Jaime Yovanovic (Profesor J)

Partimos de la base de que el gobierno progresista populista de Evo Morales cayó por un levantamiento popular que lo obligó a huir al extranjero generando un vacío de poder que fue aprovechado por los partidos de derecha para instalar rápidamente un gobierno provisional que consiguió ser resistido a duras penas por el titánico esfuerzo de Eva Copa presidenta del Senado.

 

La huida y la confusión en las filas del partido MAS con dirigentes escapando con maletas de dinero fuera del país, permitieron que las bases comunitarias pudieran hacer oír su voz por todos lados y ya  nunca más la burocracia consiguió recuperar las redes que había montado dividiendo organizaciones y creando estructuras fantasmas dependientes del aparato del estado. La ruptura de los látigos y riendas que ahorcaban a los movimientos permitió el avance de quienes venían organizándose por abajo desde antes y que tuvieron un año para tomar la iniciativa en especial en la defensa de la tierra, los bosques y las comunidades. Fue allí donde surge con gran potencia la subjetividad aymaquechua que subyace en todo el territorio sin apagarse como quería la burocracia masista y que se expresa en gran medida en el resurgimiento del liderazgo de Felipe Quiste, el Mallku, que además del ejemplo que estaba dando Eva Copa, entre ambos, sin mediar acuerdo ninguno, van quebrando la hegemonía aparatista y controladora de la burocracia sin levantar alternativa presidencial, es decir por dentro y por fuera de las filas del aparato partidario colonial pro-estatal, arrasando y ganando holgadamente las elecciones presidenciales.

 

Este domingo, es decir mañana son las elecciones subnacionales para gobernadores, parlamentarios y municipales donde la fuerza adquirida, aún difusa, podrá demostrar si se consolida o se debilita esta tendencia.

 

La derecha va a ganar algunas posiciones, el progresismo capitalista también y otras van a ser ganadas por nuevos sectores donde se acentuarán las pugnas, acomodos y reacomodos en los cargos y sillones de la maraña estatal del poder que empuja a la individualización, al egoísmo, al consumo, a la acumulación y competencia de lobos hambrientos a los representantes que al ser separados de sus comunidades y formas de vida para integrar el ejército estatal del capital, obviamente tienden a despegarse de su gente y ser absorbidos por la máquina, que es justamente lo que esperan y preparan las empresas que destruyen la madre tierra.

 

De modo que el resultado electoral no es algo constructivo, sino una forma de medir como vamos en la realidad obteniendo los cambios necesarios en las formas de vida de las cuales tendrán que salir las nuevas leyes. El proceso que debería continuar y profundizarse no es el de consolidar un aparato de estado, sino el cambio civilizatorio que se verifica cambiando los formas de vida individualista multiplicando los ayllus, recuperando el uso comunitario y natural de las tierras y aguas, transformando cada barrio de las ciudades en un ayllu y cambiando las formas del estado vertical hacia la horizontalidad de la federación de los ayllus con los barrios urbanos. Hay que poner fin a la obsesión occidentalista por acrecentar las relaciones capitalistas patriarcales aplastando la esencia del ser andino que es la subjetividad aymaquechua.