Arif Kasabian: “Con la Revolución de Rojava la gente volvió a su historia y a su cultura”
La Revolución de Rojava inspiró a los pueblos oprimidos, incluido el pueblo armenio, que a lo largo de su historia sufrió masacres a manos de los otomanos y continúa sufriendo la injusticia y persecución de los sucesivos gobiernos turcos.
Durante los años de la Revolución de Rojava, en el norte y el este de Siria, y bajo la Administración Autónoma (AANES), los pueblos pudieron expresar su cultura e identidad nacional.
A través de la determinación y voluntad, el pueblo armenio pudo fortalecer su organización en varios campos. El 24 de abril de 2019, durante el 109 aniversario del genocidio armenio, se anunció la formación de la Brigada Mártir Nubar Ozanian, integrada por milicianos armenios.
Con el establecimiento de esta unidad de autodefensa, el Consejo Social Armenio (CSA) también comenzó sus actividades, con el objetivo de rescatar la memoria histórica y reviviendo su cultura e identidad, que también fue reprimida por el régimen baazista.
Arf Kasabian, integrante del CSA, recordó que su familia emigró a la región de Raha, en el norte de Kurdistán (sudeste de Turquía) durante el genocidio armenio en 1915.
Sobre la masacre cometida por el Imperio Otomano, Kasabian relató: “Antes de 1915, mi familia solía vivir ahí, pero después la mayoría de sus miembros fueron deportados y exiliados”.
Durante el genocidio cometido por el régimen otomano, 1,5 millones de armenios fueron asesinados y desaparecieron casi 700.000 personas, de las que desconoce su paradero hasta el día de hoy.
Sobre las actividades del CSA, Arf Kasabian contó: “A través de este Consejo, buscamos nuestra historia, cultura e identidad, y estamos trabajando para protegerlas. Después de la masacre de 1915, el pueblo armenio se dispersó y se perdió, especialmente desde el punto de vista religioso y cultural”.
“Todo lo que los armenios sufrieron tuvo como objetivo destruir la historia del pueblo y obligarnos, a quienes vivimos en esta tierra, a olvidar su historia y cultura”, agregó.
Para Kasabian, a través de CSA “encontramos la oportunidad de volver a estudiar de cerca nuestra historia y cultura, y así conocerla. Como resultado de estas actividades y esfuerzos, transmitimos esta cultura, a su vez, a las generaciones futuras”.
Arf Kasabian explicó que con la Revolución de Rojava, “la gente encontró la oportunidad de volver a su historia y cultura, y a estudiar esta cultura. Con el establecimiento de la autoadministración democrática, los pueblos pudieron expresarse con facilidad y libertad”.
Desde el CSA, “seguimos fortaleciendo y consolidando nuestras relaciones diplomáticas, no solo a nivel de Siria, sino también en Europa y el resto del mundo, mientras trabajamos para descubrir la verdad de la masacre armenia y desenmascarar a los responsables de esto”, aseguró.
Kasabian reflexionó que “los pueblos de Siria todavía viven en un estado de miedo, pero no lo revelan explícitamente. Continúa sufriendo el miedo a los regímenes represivos impuestos por los estados, y ese estado de miedo continuó hasta el inicio de la Revolución de Rojava”.
“Cuando visitábamos a la gente en sus casas para contar el número de familias armenias, había muchas que tenían miedo de revelarlo. Tenemos sus nombres, y la razón es que en la época del Imperio Otomano registraron sus nombres armenios, pero algunos fueron sometidos a masacres por tener esos nombres, y todavía tienen miedo por este asunto”, finalizó la integrante del CSA.
FUENTE: Zana Deniz / ANHA / Edición: Kurdistán América Latina