La otra política, la experiencia zapatista y el aporte teórico-político del EZLN

Parte del libro Rehacer el mundo, de Anguiano, de la Universidad Autónoma de México



La otra política y la experiencia zapatista

La crisis del Estado mexicano y su régimen político autoritario no ha en-contrado una solución de recambio a pesar de recomposiciones recurren-tes y debates hueros sobre la pretendida transición democrática. La demo-cracia oligarquizada (con sus reglas de exclusión y autorreproducción) que más bien se ha puesto en práctica en los hechos, asegura una dominación de clase erosionada, que no logra suscitar el consenso social. Mantiene la crisis de representación y legitimidad de instituciones estatales invariable-mente frágiles y de regulaciones y reglas políticas a modo, que tras su largo ocaso no han podido sino transfigurar la república imaginaria preexisten-te en una república inacabada y oligarquizada, todavía ajena a la democra-cia, combinada con atisbos de una federación (atascada por el centralis-mo) que desde la Independencia no ha logrado cristalizar. Las elecciones nacionales de 2000 y 2006 mostraron no solo el fracaso de la alternancia política como medio de relegitimación y recomposición estatales, repre-sentaron también la quiebra de las ilusiones democráticas de la mayoría de los componentes de la sociedad, lo que no necesariamente genera apatía y en su lugar puede conducir a la revuelta. La crisis de las instituciones se agudizó con la degradación incontenible de la política estatal y la perver-sión de los actores políticos oficiales, esto es los partidos, la clase política ampliada que simboliza al régimen oligárquico aparentemente en recons-titución, que se aisla socialmente y resulta incapaz de cambiar.Las contradicciones y conflictos sociales se reproducen desde los espa-cios y territorios de la sociedad, desbordando o haciendo estallar los con-ductos y reglas impuestos por la pesadilla de la política estatal que los atiza. Desde abajo brotan y se tejen, así sea intuitivamente, respuestas colectivas Rehacer el mundo_UAM.indd 69Rehacer el mundo_UAM.indd 6906/11/20 12:2806/11/20 12:28

REHACER EL MUNDO70en forma de inconformidades, resistencias y rebeldías, que se realizan en otra frecuencia, aunque respondan a estrategias o consecuencias de esa política (explotación, despojo, opresión, criminalización, violencia) y generalmente choquen con sus actores institucionales. Las lógicas con las que los actores oprimidos de la sociedad se conducen en esos momentos de inconformi-dad y lucha son distintas a las oficiales, alimentan la autonomía, la autoor-ganización y autoactividad, por lo que se conducen por caminos diversos muchas veces inesperados y con desenlaces impredecibles. Fragmentarias, recurrentes, aisladas o enlazadas por solidaridades, van acumulando de cual-quier forma fuerzas y decantando experiencias colectivas. Confrontaciones reivindicativas y políticas (¿ciudadanas?) no dejan de sucederse e incluso combinarse abriendo un horizonte que rebasa la inmediatez y que puede incidir en procesos de politización, de afirmación de identidades particula-res y de participación más claramente política.La sociedad, en efecto, en no pocas de sus capas más oprimidas y apa-rentemente resignadas, ha vivido experiencias y situaciones que mani-fiestan su búsqueda por revertir la exclusión política o la política estatal predominante que las condenan al sometimiento. Intentos de explorar o encontrar opciones de participación política, para poner en práctica otra política desde abajo, desde pueblos y comunidades, desde los barrios y cen-tros de trabajo, esto es, por recuperar espacios públicos confiscados o aca-parados por el Estado y los partidos. En un país dominado desde siempre por el corporativismo y el clientelismo que subordina e integra a los secto-res organizados y a los más desvalidos a estructuras como el pri-Gobierno que anuló toda forma de autonomía, cuando todos los partidos que alega-ron cambiar reproducen esos esquemas de dominio y manipulación de la sociedad al margen de sus pretendidas identidades distintas, no resulta ex-traño que al rechazo de esa situación que se vuelve intolerable y sin sen-tido, se unan muchos núcleos y organismos de todo tipo y deriven hacia formas de autonomía que les posibiliten convivir ellos mismos, en colecti-vo, resistir, encontrar espacios y vías para solucionar sus necesidades de vida y no solo de existencia. Una política, entonces, que sea producto de —y acorde a— las necesidades y acciones de una sociedad muy plural y de sus ciudadanos concebidos como diferentes, originales (con múltiples identi-dades) y con plenos derechos no sujetos a dádivas de los de arriba.Se trata de un proceso muy largo de luchas y resistencias que se anuncia con la irrupción de los estudiantes y muchos sectores sociales en el ámbito confinado de la política precisamente en 1968, luego de re-composiciones y movilizaciones sociales tanto trabajadores, campesinos, Rehacer el mundo_UAM.indd 70Rehacer el mundo_UAM.indd 7006/11/20 12:2806/11/20 12:28

LA OTRA POLÍTICA Y LA EXPERIENCIA ZAPATISTA71jornaleros agrícolas, pequeños productores, desempleados, colonos como habitantes pobres de las ciudades contra consecuencias de la crisis capi-talista, igualmente mujeres, homosexuales y lesbianas, toda suerte de dis-criminados y oprimidos por el régimen autoritario y más tarde gente de todas las razones sociales que exigieron devenir ciudadanos en un país sin democracia. Muchas reivindicaciones económicas y sectoriales brotaron desde la década de 1970 en México, pero igualmente se realizaron muchos intentos de conquistar las libertades políticas y derechos sociales fundamentales con-fiscados por el régimen priista excluyente. Sindicatos, organizaciones socia-les, colectivos de todo tipo, medios independientes al principio restringidos a la prensa escrita fueron invadiendo el acotado y monopolizado espacio de la política mediante movilizaciones y luchas que construyeron autonomías y resistencias en ocasiones duraderas. Las transfiguraciones del Estado y la política estatal, el reconocimiento y conquista de derechos democráticos fueron en gran medida resultados paradójicos de aquellas movilizaciones políticas y sociales. Algunos actores colectivos e individuales acabaron por integrarse en la inacabada recomposición desde arriba del régimen político excluyente, asimilándose como actores o personajes de la clase política en-tonces ampliada y nutriendo instituciones estatales reformadas a medias. El Partido de la Revolución Democrática (prd) es su máxima condensación.Sin embargo, la lucha por la autonomía y por plenos derechos, contra la exclusión y el régimen opresivo y la explotación desmedida que los de arriba han garantizado durante decenios, como dije, no ha dejado de re-producirse mediante múltiples acciones reivindicativas (en el sindicato, la liga campesina, la unión de inquilinos, el barrio, la escuela o facultad, etc.) que concluyeron politizándose. A veces también con irrupciones ciudada-nas como la de 1988 en torno a la candidatura presidencial de Cuauhté-moc Cárdenas o las de los primeros años del tercer milenio por los ataques a Andrés Manuel López Obrador (desafuero y fraude electoral), cuando cientos de miles de ciudadanos en ciernes se movilizaron contra el abuso de poder y la exclusión. Lo mismo, desde otra perspectiva, con moviliza-ciones sociales generadas por la irrupción del Ejército Zapatista de Libera-ción Nacional (ezln) desde 1994 o estallidos como el que dio origen a la Alianza Popular de los Pueblos de Oaxaca (appo) apenas en 2006. La lar-ga lucha por libertades y derechos políticos y sociales en México ha sido siempre, en el fondo, un combate por la autonomía de los oprimidos fren-te al poder y sus representantes y hacedores, un combate subversivo por la democracia efectiva, que se muestra en forma notable en momentos polí-Rehacer el mundo_UAM.indd 71Rehacer el mundo_UAM.indd 7106/11/20 12:2806/11/20 12:28

REHACER EL MUNDO72ticos cargados de acontecimientos trascendentales, como los mencionados. Lo más importante, sin embargo, es que la repolitización que implican los esfuerzos de abajo, profesional, sectorial, socialmente, resulta de la autoac-tividad y autoorganización directa de todos los involucrados, que recurren de tiempo en tiempo a tradiciones ancestrales de resistencia y rebeldía que los distintos núcleos de oprimidos y oprimidas han imaginado y puesto en practica a través de los años, décadas, siglos, sin realmente importar la geo-grafía. Las diversas formas en que el capitalismo ejerce la explotación, el despojo y la opresión invariablemente han estimulado respuestas también muy diversas de la sociedad, de los de abajo, que confrontan y desordenan las regulaciones, normas y prácticas sociopolíticas reproducidas para asegu-rar su sometimiento y conformidad.Como ha quedado señalado, un ejemplo muy significativo en México ha sido el ezln desde la rebelión indígena del primero de enero de 1994, pues de entrada fue fundamental para la reorganización y relanzamiento de la lucha social y política en México, con la persistencia y continuidad de sus iniciativas nacionales e internacionales. Sobre todo, su brega por una política distinta a la estatal en crisis, de los de abajo, de los oprimidos, lo que los zapatistas llaman precisamente la otra política. A pesar de su carácter de organización política y militar, se lanza el ezln a recorrer todo el país promoviendo directamente lo que denomina la otra campaña, convocada a través de la Sexta Declaración de la Selva Lacandona de junio de 2005. Realiza, así, un ensayo de construcción en los hechos de otra política dis-tinta a la estatal, una política alternativa, desde abajo y a la izquierda, cla-ramente dirigida a posibilitar la recuperación y transformación del espa-cio público y combatir la devastación y la explotación capitalista. Aunque arrancó durante la larga campaña electoral por la sucesión presidencial de 2006, la otra campaña no se hace contra ella ni directamente contra la po-lítica de arriba, sino que las trasciende con otra lógica, bajo principios di-ferentes, esto es, autónomos y autogestivos, y sobre todo desde una pers-pectiva de largo plazo en busca de la construcción firme de una alternativa política y social anticapitalista, o sea de carácter emancipatorio.Su propuesta de una política muy otra, como dicen, no la hacen de la no-che a la mañana, sino que representa un largo proceso de aprendizaje que, sin duda, comienza cuando el núcleo original de militantes citadinos de lo que sería el ezln encuentra en la década de 1980 a los pueblos indios de Chiapas, cuestiona y se cuestiona sus concepciones, prácticas y formas de relación con las que se formaron y en sus interrelaciones recurrentes, lue-go cotidianas, con las comunidades, descubren y van reinventando en co-Rehacer el mundo_UAM.indd 72Rehacer el mundo_UAM.indd 7206/11/20 12:2806/11/20 12:28

LA OTRA POLÍTICA Y LA EXPERIENCIA ZAPATISTA73lectivo junto con y en ellas la manera de apreciar el mundo y de desempe-ñanse en él. Al reorganizarse desde la base y con metas renovadas, de forma soterrada, clandestina, los pueblos indios van creando prácticas y relaciones que politizan y sientan las bases de otra política.1 Con sus representantes y responsables locales y regionales para comunicarse, informarse, vigilar en condiciones adversas, es entonces cuando sienten la necesidad de la auto-nomía que se plantea abiertamente en diciembre de 1994 con la procla-mación de los Municipios Autónomos Rebeldes Zapatistas (Marez), luego de la ruptura del cerco militar. La comunidad se reorganiza democrática-mente como contrapunto de la organización vertical de los combatientes. Los Marez son un paso fundamental, las comunidades y pueblos empiezan a preparar las condiciones para su bienestar, su vida sin el gobierno insti-tucional (rechazo a los programas sociales), tomando sus propias decisiones colectivas, siempre en condiciones adversas. Luego de 2003, los muncipios rebeldes se convierten en la base de la autonomía, articulada por las Juntas de Buen Gobierno (jbg) y una economía de resistencia que representan un cambio cualitativo. Territorios, espacios, recuperados y libres, donde ponen en práctica y construyen día a día nuevas relaciones sociales igualitarias y renovadas maneras de vivir la política sin opresiones, acorde a las necesida-des de pueblos y comunidades.La propia insurrección zapatista del amanecer de 1994 trastoca los presupuestos y prácticas de las revueltas armadas repetidas sobre todo en la geografía nacional y latinoamericana. La irrupción de la sociedad mexi-cana e internacional en solidaridad con la causa de la original e inespe-rada revuelta de los pueblos originarios mayas impone igualmente reen-cuentros, necesidades de comunicación y entendimiento, de complicidad y apoyo, que van forjando nuevas formas de relación entre los actores co-lectivos e individuales, así como prácticas netamente políticas muchas ve-ces inéditas. Del fuego se pasa a la palabra y la palabra se convierte en arma fundamental de la resistencia, lo que, sin embargo, no resulta fácil, pues de entrada en el Diálogo de la Catedral de San Cristóbal se impone el reto de saber escuchar y comprender al otro, de aprender “a escuchar, a decir su palabra, a preguntar y a caminar sumando”.2 Diálogos y encuentros, re-uniones multitudinarias que brotan y se improvisan muy organizadamente como forma de respaldo de las negociaciones con el gobierno a las que se 1 Véase Gloria Muñoz Ramírez, ezln: 20 y 10, el fuego y la palabra, México, Rebeldía/La Jornada Ediciones, 2003, pp. 56-58.2Ibid., p. 9 8 .Rehacer el mundo_UAM.indd 73Rehacer el mundo_UAM.indd 7306/11/20 12:2806/11/20 12:28

REHACER EL MUNDO74ven empujados los zapatistas, pero más todavía, como formas de recono-cimiento e intercambio, con inéditas consultas movilizadoras de cara a la nación, de los pueblos indios rebeldes que así se vinculan y dialogan con distintas capas de una sociedad sorprendida, crítica, que no deja de hallar razones para la inconformidad y la revuelta.Las distintas Declaraciones de la Selva Lacandona del ezln testimonian la búsqueda por parte de los zapatistas de propuestas y caminos para exten-der y afianzar sus enlaces y entreveramientos con la sociedad. De ahí la pro-puesta de la Tercera Declaración, en enero de 1995, de llamar “a todas las fuerzas que, sin distinción de credo religioso, raza o ideología política, están en contra del sistema de partido de Estado” para construir un Movimien-to para la Liberación Nacional. Lo mismo la de la Cuarta Declaración, un año después, que llama a los ciudadanos sin partido, a los obreros, los tra-bajadores del campo y la ciudad, los indígenas, los colonos, los maestros y estudiantes, las mujeres, los jóvenes, artistas e intelectuales honestos, los re-ligiosos consecuentes, a todos a la incorporación al Frente Zapatista de Li-beración Nacional (fzln) en tanto “organización civil y pacífica, indepen-diente y democrática, mexicana y nacional, que lucha por la democracia, la libertad y la justicia en México […] Una fuerza política que no luche por la toma del poder político, sino por la democracia de que el que mande, man-de obedeciendo”. Siempre la búsqueda por organizar y articular un instru-mento colectivo para avanzar en nuevas formas y prácticas de la política desde la base, adelantando en la definición de los principios para la cons-trucción de un mundo nuevo y bueno, “un mundo donde quepan muchos mundos”. Estimulando, por lo demás, formas inéditas de ligazón con la so-ciedad que entra en movilización, que se organiza a sí misma (cuando no lo está) y se empeña en tareas previstas en forma creativa por los zapatistas, como el caso de la consulta por el reconocimiento pleno de los derechos de los pueblos indios y el fin de la guerra de exterminio, a la que se dedica la Quinta Declaración de la Selva Lacandona de julio de 1998. La otra campaña, planteada por la Sexta Declaración, como mencio-né, fue un momento privilegiado antes que nada por el recorrido por todo México en que se involucra directamente a buena parte de los comandan-tes y las comandantas del ezln, para concretar de este modo el alcance na-cional de la alternativa anticapitalista que avizora y por su persistencia du-rante más de dos años en movilizaciones y encuentros de la comandancia y el Subcomandante Marcos. Ya en 1996 los zapatistas habían hecho realidad el Congreso Nacional Indígena (cni) como “un espacio de encuentro sin dirigentes ni cúpulas”, que luego se convierte en la columna vertebral de Rehacer el mundo_UAM.indd 74Rehacer el mundo_UAM.indd 7406/11/20 12:2806/11/20 12:28

LA OTRA POLÍTICA Y LA EXPERIENCIA ZAPATISTA75un insólito y reforzado movimiento de pueblos originarios.3Esfuerzos todos con diversos resultados (puede hacerse una lista in-acabable), pero que muestran la continuidad de iniciativas que tratan de poner en práctica, construir con el consenso de muchos individuos y co-lectivos redes de resistencia capaces de forjar una alternativa política, or-ganizativa, economica y hasta cultural duradera ante la devastación capi-talista que amenaza de destrucción a la nación mexicana, al planeta todo. Una y otra vez se muestran los zapatistas dispuestos a impulsar y poner en práctica en todas partes, con todos, por todos y para todos, una nueva for-ma de hacer la política.El ezln aparece como el único actor político (político-militar toda-vía) que plantea en México la política en términos no estatales, es decir en términos de la política de la sociedad, de los de abajo y que la pien-sa en los olvidados conceptos de estrategia y de clase, por eso es el único proyecto de lucha efectiva contra la mundialización neoliberal y el orden conservador en crisis en nuestro país, y en buena parte del planeta. Por eso su trascendencia a nivel mundial, su influencia en las resistencias que brotan y se despliegan un poco por todas partes. Su consigna de construir “un mundo donde quepan muchos mundos”, se sostiene en su proyecto libertario, donde la resistencia, la crítica, la rebeldía son condiciones pa-ra la emancipación, es decir para lograr la libertad, la igualdad, la justicia y la democracia sustentadas en la autonomía (territorial, social, cultural, política) de los actores, en su autoorganización, en sus prácticas sociales y políticas propias (su autoactividad), en su autogestión y autogobierno.Al convocar, a través de la Sexta Declaración de la Selva Lacandona a todas las fuerzas políticas y sociales identificadas con la izquierda para im-pulsar la otra campaña en rechazo al orden capitalista neoliberal, como queda apuntado, desató un proceso que sin duda nutrió, fecundó la sensibiidad de casi toda la comandancia del ezln con la experiencia vital, y no solo polí-tica u organizativa, de recorrer todo México, encontrar pueblos, comuni-dades, colectivos, grupos e individuos (excluidos, proscritos y algunos in-cluso olvidados, ignorados, hasta en vías de extinción), conocer y descubrir territorios tan distintos, paisajes, atmósferas, climas, ambientes desconoci-dos, aunque tal vez imaginados, por los zapatistas. Proceso significativo que, si bien fue aleccionador para todos aquellos que encontraron, conocieron 3Ibid., p. 113 et passsim y las distintas Declaraciones de la Selva Lacandona, disponibles en: http://enlacezapatista.ezln.org.mx/ o en ezln, Seis Declaraciones de la Selva Lacandona y otros documentos, México, Ediciones Eón, 2016.Rehacer el mundo_UAM.indd 75Rehacer el mundo_UAM.indd 7506/11/20 12:2806/11/20 12:28

REHACER EL MUNDO76y convivieron con los dirigentes del ezln, seguramente ayudaron de igual forma a rehacer en estos su visión de la nación. Impulsaron así un proceso de recomposición y reorganización desde abajo que recobró o labró ma-yores y nuevos espacios públicos, donde se fue abriendo cauce otra forma de hacer política, una política diversa, incluyente, sostenida y edificada en la comunidad, en los pueblos, en lo colectivo. Esto es, la política que bien pue-de denominarse de resistencia o del oprimido, mediante la cual los actores buscan al otro, diferente, lo reconocen y se van reconociendo todos, ma-durando por medio de sus propias acciones y vivencias colectivas, con el encuentro y diálogo con los otros también de abajo, en el intercambio de experiencias y aspiraciones, de enojos y resistencias respecto a la opresión, la explotación y el desprecio de los de arriba. Una política de autoorgani-zación, de exploración y cimentación de caminos, de construcción de rela-ciones solidarias entre iguales que se reafirman en tanto tales, de resistencia y lucha. Una política de autoemancipación sostenida en los principios de li-bertad, democracia, justicia, igualdad y fraternidad.Asimismo, entre los aportes del ezln para la formulación y puesta en práctica de otra política acorde a los intereses y perspectivas del oprimido, destaca muy especialmente —como queda enunciado— la construcción de la autonomía en su sentido profundo, del autogobierno en el vasto te-rritorio ocupado por las comunidades rebeldes, a través primero de los municipios autónomos y luego con los Caracoles y las Juntas de Buen Gobierno.4 De la reorganización y autoorganización de las comunidades regidas colectivamente con formas de autogobierno local, esto es muni-cipales, se pasó a la coordinación e integración de gobiernos regionales. Todos los territorios zapatistas viven bajo principios y reglas democráti-cos, colectivos e igualitarios, ensayando formas antijerárquicas de autogo-bierno que permiten la autodeterminación de pueblos y comunidades. La política se recupera así para la comunidad y se asume como modo de vi-da, esto es, como la manera en que los oprimidos se involucran y deciden en colectivo sobre las cuestiones fundamentales que les afectan e interesan.La autoorganización de los pueblos en comunidades, en municipios autónomos, permitió nombrar entre todos y todas a sus autoridades, la 4 Véanse, por ejemplo, Gloria Muñoz Ramírez, “Los Caracoles: reconstruyendo la nación”, Rebel-día, núm. 23, septiembre de 2004; Pablo González Casanova, “Los Caracoles zapatistas: redes de resistencia y autonomía”, Memoria, Revista Mensual de Política y Cultura, núm. 177, noviembre de 2003 y Sergio Rodríguez Lascano, “Caracoles zapatistas: creación heróica”, Contrahistorias. La otra mirada de Clío, núm. 8, marzo-agosto de 2007.Rehacer el mundo_UAM.indd 76Rehacer el mundo_UAM.indd 7606/11/20 12:2806/11/20 12:28

LA OTRA POLÍTICA Y LA EXPERIENCIA ZAPATISTA77creación de comisiones de trabajo para atender las diversas necesidades y tareas, haciéndolo sobre la base de la votación universal y la revocabi-lidad del mandato. Las Juntas de Buen Gobierno integran representantes de cada uno de los municipios autónomos involucrados en la zona que comprende el Caracol al que pertenecen, electos y revocables de la misma manera, que garantizan la representación de pueblos, comunidades y su vinculación estrecha. “Aquí manda el pueblo y el gobierno obedece” sin-tetiza el principio central que trastoca la relación tradicional gobernantes-gobernados (en realidad dominantes-dominados), para anular jerarquías y supeditaciones y garantizar el gobierno de todos y todas. La revocabilidad se complementa además con la limitación de la duración del mandato que impone la rotación de los funcionarios, quienes tampoco reciben los sa-larios y prerrogativas característicos de la política estatal.5 Puede resultar curioso —dadas las diferencias de épocas y circunstancias—, pero existe una gran coincidencia entre la manera como se articula y funciona el au-togobierno zapatista y las características que destacó Karl Marx de la Co-muna de París de 1871, el primer gobierno de los oprimidos, de trabaja-dores que se liberaron al menos unas semanas en una ciudad, cuyo alcance empero es histórico.6 Las expresiones siempre originales de la lucha de los oprimidos reproducen en el fondo tendencias ancestrales que acaban por revelar un carácter universal.El autogobierno en las comunidades rebeldes de Chiapas se sostiene en la propiedad colectiva de la tierra (recuperada) y demás medios de produc-ción, lo que les ha permitido formas de producción, distribución y apro-piación colectiva de los frutos del trabajo. Esto, empero, no significa que los zapatistas pretendan desarrollar un sistema autárquico, completamente se-parado del resto del país y el mundo. Organizan más bien sus propias re-laciones con el mercado, incluso internacional. Y los intercambios no son solo de mercancías, sino que se conectan a los flujos inmateriales y cultura-les, desplegando en forma deliberada relaciones de solidaridad e intercam-bios sociales, políticos, comunicativos, siempre a partir de bases autónomas e 5 Los tres encuentros de los pueblos zapatistas con los pueblos del mundo realizados desde fines de 2006 en distintos Caracoles son fuente fundamental de información sobre la experiencia de au-togobierno de las comunidades rebeldes de Chiapas. Véase http://enlacezapatista.ezln.org.mx/ Se hace una buena presentación de las intervenciones de miembros de las Juntas de Buen Gobierno en el primer encuentro, en el citado núm. 8 de la revista Contrahistorias, de 2007.6 Vale la pena leer los distintos manifiestos que Marx escribió a nombre de la Asociación Interna-cional de los Trabajadores sobre la Comuna de París, publicados bajo el título general de La guerra civil en Francia. Disponible en: https://www.marxists.org/espanol/m-e/1870s/gcfran/guer.htm Rehacer el mundo_UAM.indd 77Rehacer el mundo_UAM.indd 7706/11/20 12:2806/11/20 12:28

REHACER EL MUNDO78igualitarias. ¿Nuevas relaciones sociales? ¿Qué tipo de relaciones? Difícil res-ponder en forma definitiva a estas preguntas, pero lo que está claro es que la autoorganización, autogestión y autogobierno que se ponen en práctica en las comunidades zapatistas implican relaciones igualitarias y de solidaridad alejadas de la lógica del intercambio mercantil y la subordinación jerárqui-ca. La democracia, la igualdad y la justicia que se van construyendo ahí sin duda son distintas de las prevalecientes en la mayoría del país. No está claro hacia dónde pueden desembocar, lo que sin duda dependerá del contex-to nacional y global, pero es un proceso inédito (territorial, social, cultural y político) que se hermana sin embargo con otras muchas experiencias de autoorganización y autogobierno de otras latitudes y épocas. Es un camino firme y sugerente de construcción de otra política distinta a la política de las minorías que han copado un Estado y un régimen político autoritarios y excluyentes, que se afanan por mantener a flote una suerte de democra-cia oligárquica al servicio del orden conservador y el capitalismo neoliberal.Es una situación de excepción la que se vive en Chiapas, evidente-mente provocada por la irrupción y el hacer (el saber) del ezln y los pue-blos indios zapatistas. Es un autogobierno levantado y defendido a con-tracorriente, principalmente luego del golpe que representó el rechazo, en 2001, por todos los poderes y actores estatales de los Acuerdos de San Andrés sobre cultura y derechos de los pueblos indios. Es un autogobier-no sometido a la persistente guerra de baja intensidad. Imposible tratar de repetir la experiencia en otras comunidades o regiones del país sin consi-derar condiciones y trayectorias específicas. Pero sí debe quedar claro que la política alternativa, así como la autogestión y autogobierno que se for-jan y ensayan en las comunidades zapatistas siguen caminos de resisten-cia ancestrales, pero que igualmente brotan y se renuevan constantemente por la intervención de núcleos muy diversos de los oprimidos. Otras con-diciones, otros núcleos oprimidos, otras experiencias y trayectorias de re-sistencia pueden suscitar nuevas formas de autoorganización, autonomía y autogobierno (local, regional, nacional) que proseguirán socavando el ca-pitalismo y su dominación neoliberal. Por múltiples y muy diversos cami-nos pueden rehabilitarse nuevos espacios en donde los pueblos y comu-nidades, donde la sociedad, los oprimidos y excluidos, experimenten otra forma de hacer política, acorde a sus intereses, que potencie sus participa-ciones colectivas e individuales, esto es la autoorganización, movilización autónoma y autogobierno. Es así como la política de los oprimidos, de los proscritos de la política estatal, la política muy otra, abajo y a la izquier-da, podrá avanzar en tanto estrategia de liberación, de autoemancipación.

 

El aporte teórico-político del ezln

Algunaspistas

Rompiendo inercias y resignaciones, en el mes de abril de 2015, los compañeros zapatistas nos llamaron la atención, nos advirtieron sobre lo que consideran la peor crisis que hayamos vivido en mucho tiempo, y la ven en la imagen de una tormenta. En su papel de vigía, el Subcoman-dante Insurgente Galeano,1 a nombre del Ejército Zapatista de Libera-ción Nacional (ezln), nos convoca a reflexionar sobre los cambios y con-tenidos de esa crisis que avista, de esa tormenta que provoca la hidra de mil cabezas que representa al capitalismo, y a la que resistimos.La palabra, el lenguaje, para los zapatistas, forma parte de la resistencia, de la rebeldía, y por eso organizan en San Cristóbal de las Casas, Chiapas, en la primavera de 2015, un seminario sobre El pensamiento crítico frente a la hidra capitalista, para buscar la confrontación de ideas, de miradas distintas, de tantas procedencias e historias tan disímiles, para provocar la discusión y el intercambio que permitan generar un pensamiento crítico. En la lógica de un conocimiento que necesita organizarse para ser colectivo, que po-sibilite pensar las experiencias y de esta forma producir ideas, teorías que puedan guiar nuestra práctica, nuestro quehacer y nuestro cómo hacer.Nos convocaron a reflexionar, a confrontar, a compartir, a construir el pensamiento desde una óptica crítica, rebelde, a interrogarnos no so-lo para entender los cambios que el propio capitalismo ha generado, co-nocer las nuevas y cambiantes formas que el sistema capitalista tiene para atacarnos, sino también para avanzar, para navegar la tormenta que viene y construir alternativas al desastre que acecha. La crisis económica sin precedentes, la pérdida de legitimidad de las instituciones y el nulo intento de recuperarla, la corrupción, la degrada-ción del dinero, la política y el poder, requieren que las descifremos con las armas del pensamiento crítico. Los compañeros zapatistas, a través del Subcomandante Insurgente Galeano, plantean reflexionar sobre cómo ha cambiado el capitalismo, en qué medida el Estado nacional ya es otro y cuáles sus funciones, cómo avanzan la mundialización, la guerra mundial y el caos que no son fallas del capitalismo, sino que este los genera y se ali-menta precisamente de ellos en un mundo sin fronteras, global. Cómo ha mutado la hidra capitalista, cómo domina ahora, y qué sigue, cómo po-demos acabar su pretendida inmortalidad. En fin, dicen los zapatistas, hay que conocer la genealogía del capital, la historia, no perderse entre si mirar el bosque o los árboles, mirar más bien la raíz, conocer para transformar una realidad en movimiento que el “pensamiento haragán”, acomodaticio, mercantilizado, no permite entender porque es incapaz de superar inercias. Organizar pues el conocimiento colectivo, el pensamiento crítico, la resis-tencia y la rebeldía que representan también el lenguaje, la palabra.Tres libros resultaron de esos debates, el primero de los cuales reúne precisamente las amplias y ricas contribuciones de los y las zapatistas que intervinieron: El pensamiento crítico frente a la hidra capitalista. Participación de la Comisión Sexta del ezln.2El pensamiento crítico, explican los compañeros zapatistas, no se da de por sí, es una lucha duradera, hay que perseguirlo con denuedo, re-presenta una lucha organizada; no hay otra manera de comprender la 2El pensamiento crítico frente a la hidra capitalista. Participación de la Comisión Sexta del ezln, Méxi-co, spi, 2015.Rehacer el mundo_UAM.indd 80Rehacer el mundo_UAM.indd 8006/11/20 12:2806/11/20 12:28

EL APORTE TEÓRICO-POLÍTICO DEL EZLN81realidad más que con el arma del pensamiento crítico, que necesitamos para transformarla. Comienza el libro con los textos del homenaje a los compañeros Galeano —asesinado en La Realidad por los paramilitares de la cioac-h— y don Luis Villoro, quien apoyó invariablemente a los zapatistas con su lucidez y su propio pensamiento crítico, y acaba con contribuciones de artistas plásticos, que también comparten su mirada rebelde.La importancia del libro tiene que ver con su contenido, por supues-to, se distingue empero por el método colectivo que utilizaron para cons-truirlo, con la forma de mirar de muchos, de todos. No es el pensamien-to de uno u otros, de quienes lo presentan a través de la palabra hablada, sino la manifestación de las comunidades, es un pensamiento colectivo trabajosamente organizado por los pueblos. Después de los libros de la Escuelita,3 que representan la primera versión amplia y sistematizada de la experiencia de las comunidades rebeldes y de sus ideas rectoras, ahora el libro, El pensamiento crítico frente a la hidra capitalista, va más allá y nos ofre-ce una auténtica reflexión teórica sobre su experiencia, una teorización sobre la construcción de la autonomía y de un modo de vida distinto, una práctica que es de por sí teoría.lamiradaNo es solo cómo se mira, sino también desde dónde se mira. El método zapatista parte de la organización, la acción y la reflexión colectivas. La cla-ve, el principio del zapatismo, es la organización, la lucha colectiva y orga-nizada. Todas sus movilizaciones son reflexionadas, organizadas, colectivas, por eso llevan tiempo. Para ellos es fundamental respetar todas las movili-zaciones, todas las rebeldías, comprenderlas en lo que son, pero igualmen-te sus valorizaciones, su análisis. Se trata por eso de un lento caminar, car-gado de interrogantes.Desafiar al sistema es lo que, según el Sup Galeano, identifica a los zapatistas: “No para mejorarlo, no para cambiarlo, no para maquillarlo, si-3 Es muy importante la elaboración colectiva, realmente comunitaria, con la que los zapatistas pudieron elaborar los cuatro libros que ofrecieron a sus invitados en lo que fue una verdadera apertura del territorio zapatista a solidarios de todo el mundo, quienes, en el verano e invierno de 2013, pudieron vivir la vida de las comunidades rebeldes y conocer su experiencia de cons-trucción de la autonomía. Los títulos son Gobieno autónomo I. Cuaderno de texto de primer grado del curso “La libertad según l@s zapatistas”, Gobierno autónomo II, Participación de las mujeres en el gobierno autónomo y Resistencia autónoma.Rehacer el mundo_UAM.indd 81Rehacer el mundo_UAM.indd 8106/11/20 12:2806/11/20 12:28

REHACER EL MUNDO82no para destruirlo”.4 La lucha contra el capitalismo no “tiene un plazo definido […] abarca generaciones completas”. La lucha, la resistencia, la construcción de alternativas son a largo plazo. Los estallidos pueden ser un grito y después apagarse, sin duda son importantes, pero asimilables por el poder. Se requiere ante todo la persistencia, la perseverancia de la rebeldía y la resistencia duraderas. Actuar, pensar en el largo plazo; desa-fiar, construir, mandarse solos lleva tiempo. Avistar la perspectiva, el hori-zonte, esto es lo que temen arriba.La metáfora del muro y la grieta es muy significativa. Galeano habla del muro de la historia, del muro del sistema, insinúa el muro que se le-vanta entre el arriba y el abajo, el muro de la desigualdad, en fin, el muro que nos aisla, que nos sitúa en el abandono y la soledad, que nos segrega a los de abajo. Un muro, o muchos muros, que se presentan como infran-queables, indestructibles, eternos. Y precisamente la resistencia persistente es lo único que revela la fragilidad del muro, su propia historia cicunstan-cial, la posibilidad de abrir una grieta, de ensancharla y no dejar que se vuelva a cerrar, lo que sucede si se cesa de golpear el muro. La resistencia y la rebeldía no terminan, y en el largo plazo se puede derribar en colec-tivo hasta el muro más pretendidamente sólido e infranqueable. Trabajar la grieta, persistir en el tiempo, no parar, no doblegarse, a riesgo de tener que comenzar de nuevo desde el principio. Con paciencia y decisión, la hidra de mil cabezas del capitalismo puede así ser vencida.El colectivo es para los zapatistas el método de búsqueda de alternati-vas. La esperanza abajo, nos dicen, es la lucha por la certeza de conseguir lo que se merece con la organización y la resistencia.algodeloQuehacambiado. economíapolíticaporel subcomandante insurgente moisésEl Sup Moisés trata de hacer una reseña de cómo vivían las comunida-des zapatistas antes de 1994 y cómo viven ahora, al confrontar la situa-ción de cómo viven los no zapatistas. Pero lo más importante, y es algo que Moisés no se cansa de repetir, es que la clave de los cambios está en lo colectivo y en la organización. Lo colectivo en cuanto comunidad que se construye a nivel del pueblo, de la región, del municipio autónomo o de la zona, donde se asientan los Caracoles, que son niveles de reagrupa-miento espacial y social que facilitan la toma de decisiones sobre las necesidades y acerca de la manera de satisfacerlas, combinando el trabajo individual de cada quien con los trabajos colectivos.Esto a todos los niveles: en la producción en diferentes formas, para em-pezar de la tierra recuperada y socializada, la Madre Tierra, pero igualmente respecto a la venta de productos, el abasto, el transporte, hasta del financia-miento a través de un original sistema de bancos zapatistas. Todo esto por supuesto requiere la administración, la autogestión, el autogobierno. Pero la organización y los modos de la economía zapatista son, primero que nada, una forma de resistir al capitalismo, de actuar por su cuenta y por lo mismo rechazar las limosnas del gobierno y de ciertas organizaciones no guberna-mentales (ong) que no hacen más que pervertir la situación de los pueblos al sacarlos de trabajar, de ocuparse en su propia subsistencia, al volverlos de-pendientes de los regalos, del clientelismo de los de arriba. Se resiste a los gobiernos, se resiste al capitalismo, con el trabajo colectivo organizado, en-frentando los problemas con imaginación, con creatividad, inventando solu-ciones en el camino. Pero lo más importante, para el Sup Moisés, es que de-ben prepararse para durar, para el largo plazo y por eso necesitan educar a las nuevas generaciones que tendrán que enfrentar ya nuevos problemas para asegurar la continuidad de la resistencia, de la lucha, del proyecto autónomo.“Arañar” apenas el capitalismo, es lo que al parecer hacen los zapatis-tas, pero construyendo en los hechos otra forma de vida, relaciones sociales muy distintas, no sometidas a la explotación sino basadas en la cooperación y la solidaridad, en la distribución y organización de los trabajos colecti-vos que además se requieren para alimentar al gobierno autónomo y to-das las áreas que este maneja para garantizar la vida: la salud, la educación, la agroecología, el transporte, etc. Ser autosuficientes, sobrevivir de la mejor manera y cada vez en mejores condiciones para los pueblos y comunida-des, saberse comunidad autónoma y decidir en colectivo qué hacer y cómo hacerlo, es el reto zapatista, es ese su experimento que someten a discusión.laluchacomomujereszapatistasLas comandantas Miriam y Rosalinda, la base de apoyo Lizbeth y la es-cucha Selena representan tres generaciones de mujeres rebeldes zapatistas, quienes nos ofrecen sus palabras y miradas. “Tres generaciones —como dice el Sup Galeano— de rebeldes zapatistas, no solo contra el sistema, también contra nosotros”.55Ibid., p. 127.Rehacer el mundo_UAM.indd 83Rehacer el mundo_UAM.indd 8306/11/20 12:2806/11/20 12:28

REHACER EL MUNDO84Las compañeras explican cómo vivían antes de 1994, cómo viven des-de entonces y cómo se fueron involucrando las mujeres en todos los traba-jos de la autonomía. Cómo les ha costado ganar y garantizar sus libertades y derechos, incluso ya en las comunidades zapatistas, que no se las regala-ron. Miriam trata más la situación de las antiguas fincas, del caciquismo con la triple explotación, la humillación, la discriminación, la marginación, el maltrato y la desigualdad; relata cómo fueron liberándose y haciendo sus comunidades aparte, propias. Las otras compañeras explican cómo no ha sido fácil ganarse el derecho a participar en condiciones de igualdad con los hombres, que no pocas veces se resistieron a ello. Ahora pueden decir que no solo lograron participar en toda suerte de trabajos, sin excepción al nivel de la economía, de la salud, de la educación, sino también en forma realmente paritaria con los hombres, en las propias instancias del gobier-no autónomo. Las mujeres intervienen, pues, en cualquier tipo de trabajo; consideran que la organización y el trabajo colectivo son fundamentales en la resistencia y la rebeldía. Y, lo más significativo, es que en la mayoría de los trabajos participan “puras jóvenas”, como explica Lizbeth, base de apoyo, quienes no sufrieron la experiencia de las fincas, sino que se han formado ya en la vida de las comunidades rebeldes zapatistas sin discriminaciones y en igualdad efectiva, si bien siempre alertas, en resistencia.Y aquí conviene retomar unos señalamientos del Sup Galeano:No bastaron la heroicidad ni la tenacidad de las mujeres zapatistas, nos explica, sino que hicieron falta las bases materiales. “Fue hasta que las mu-jeres se fueron desprendiendo de la dependencia económica de los varones, que se pasó de la teoría a la realidad. Fue hasta que surgieron sus coope-rativas, sus proyectos propios, hasta que se apropiaron de la economía, que despegaron […] Y […] eso fue posible hasta que ocurrieron al menos dos hechos fundamentales: el uno, el cambio en la propiedad de los medios de producción y el otro la toma y ejecución de sus propias decisiones, es de-cir, la política”.6 O sea, la participación en la economía socializada, con los mismos derechos que los hombres, y la intervención en la política, en par-ticular en el gobierno autónomo, en condiciones de verdadera igualdad.apuntesdelaresistenciaylarebeldíaEl Subcomandante Moisés explica que son ejército, que tienen armas que sin embargo decidieron no utilizar luego del cese al fuego impuesto por las solidarias movilizaciones de la sociedad civil en enero de 1994. Priorizaron desde entonces el diálogo y la negociación. Acudieron a otras formas de luchar y reafirmaron de entrada su autonomía, su decisión in-quebrantable de no recibir ayudas del gobierno y rechazar sus intentos de comprarlos. Fueron descubriendo y practicando en los hechos la resis-tencia y la rebeldía: “Para nosotros, dice el Sub Moisés, resistencia es po-nerse fuerte, duro, para dar respuesta a todo. [A] cualquiera de los ataques del enemigo, del sistema; y rebelde es ser bravos, bravas, para igual respon-der o […] para hacer las acciones que necesitamos hacer”.7Así, la rebeldía es una disposición a hacer, un estado de ánimo, y toda-vía más: una forma de ser. Mientras que la resistencia no solo es un rechazo a las dádivas del gobierno, sino la acción frente a las amenazas y provoca-ciones del enemigo. Resistir es empezar a vencer el miedo que el gobier-no trata de generar con sus operativos, provocaciones y campañas de pro-paganda. Pero la resistencia y la rebeldía tienen que organizarse, comienzan individualmente, múltiples, pero necesitan volverse colectivas, pues así se convierten en verdaderas armas de lucha que nos abren la mente y nos dan una forma de ver, de enfrentar las cosas.Estas resistencia y rebeldía tienen un fin: la vida, no la muerte; por eso la resistencia es plural, puede asumir muchas maneras, implicar varios trabajos, para resolver innumerables problemas de la vida. Y la resistencia, cuando se hace en colectivo, tiene que organizarse, requiere disciplina de todos y to-das. Enfrentar las provocaciones y ataques de los enemigos ligados al gobier-no requiere mucha disciplina, decisión, controlar a veces la rabia y el miedo colectivo para no caer en las provocaciones, en tanto han decidido no res-ponder con la violencia, que es lo que quiere el gobierno. La resistencia y la rebeldía implican mucho trabajo para poder desarrollar sus iniciativas de manera que se pueda construir el gobierno, la autonomía. No hay manua-les, precisa Moisés, tienen que experimentar, imaginar, organizar a todos los niveles los trabajos individuales y colectivos que conlleva la resistencia.Moisés insiste en que son un ejército, no utilizan más las armas, que las tienen, no las desechan. Pero lo que ponen en práctica es la desobe-diencia, desobediencia que tiene que ser organizada. No es que se re-nuncie a las armas, sino que hay que convertir en arma de lucha para la resistencia el “entendimiento político, ideológico, rebelde” que nos deja ver cómo resistir.87Ibid., p. 138.8Ibid., pp. 148-149.Rehacer el mundo_UAM.indd 85Rehacer el mundo_UAM.indd 8506/11/20 12:2806/11/20 12:28

REHACER EL MUNDO86Por eso es interminable la resistencia, implica resistir todo el tiempo al capitalismo, “torearlo”. Para eso se construye la autonomía, para chingar al capitalismo. Construimos nuestra vida, nuestras instituciones, las distintas instancias de gobierno, con asambleas, con democracia, con rendición de cuentas, con el pensamiento y la palabra de los pueblos. La producción, la justicia, la salud, la educación… son fines del autogobierno, de la autono-mía. Para gobernarse hay que organizarse, caminar con los siete principios igualitarios y antijerárquicos del autogobierno: Servir y no servirse; represen-tar y no suplantar; construir y no destruir; obedecer y no mandar; proponer y no imponer; convencer y no vencer; bajar y no subir.9Se realiza mucho trabajo político e ideológico, mucha explicación so-bre “cómo estamos viendo el capitalismo y mucha también de cómo esta-mos como organización”.10 La resistencia y rebeldía nos han dado la fuerza para saber cómo ejercer la libertad colectiva. Los y las zapatistas, los pue-blos zapatistas, tienen el derecho de decir su palabra pero también de de-cidir en colectivo lo que se hace. Explica el Sup Moisés: “nuestra resistencia y rebeldía que nos ha da-do la libertad para crear, inventar, imaginar [… para saber] cómo trabajar mejor nuestro gobernar para tener una mejor vida, y eso es lo que nos está ayudando de ir descubriendo […] cómo mejorar el gobernar o su trabajo de nuestros gobiernos autónomos”.11Para evitar regresiones, derrotas como la de Emiliano Zapata —que asesinado, la Revolución tuvo una salida contrarrevolucionaria— decidi-mos “entregar la herencia a los compañeros, o sea [a] la nueva generación y esto no son bienes materiales [la tierra, la vaca, dice el Subcomandante Moisés], sino la lucha, la organización ezln y la autonomía”. Con la resis-tencia y la rebeldía se están formando nuevas generaciones, a las y los jóve-nes de veinte años, a quienes se les enseña cómo se quiere gobernar, cómo la autonomía y autogobierno se reproducen gracias a la resistencia y la re-beldía. Resistir, construir vida, construir comunidad, eso se trata de expli-car. Traspasar, compartir la experiencia es lo que hace que nazca la Escue-lita, para lo que se invitó a mucha gente de todas partes.Pero el Subcomandante Moisés advierte que no hay que confiar en el gobierno autónomo ni en la organización. Hay que vigilar a los go-biernos, no se puede dejarlos solos, hace falta acompañarlos siempre. Hay 9Ibid., pp. 156 y ss.10Ibid., p. 157.11Ibid., p. 158.Rehacer el mundo_UAM.indd 86Rehacer el mundo_UAM.indd 8606/11/20 12:2806/11/20 12:28

EL APORTE TEÓRICO-POLÍTICO DEL EZLN87que “organizarnos para vigilarlos”, pues todo el mundo está aprendiendo y son tantas y tan diversas las tareas. Consultar a los pueblos, por regiones y comunidades, acudir a las asambleas, para mantener un seguimiento in-formativo, la rendición de cuentas. Se persigue, se vigila a las autoridades donde quiera que vayan, incluso en ocasiones se hace fuera de las comu-nidades zapatistas. La confianza debe construirse con la vigilancia colec-tiva. La política la aprueba el gobierno autónomo, pero siempre bajo vi-gilancia de los pueblos. Hay por eso un sistema articulado de instancias de gobierno que tienen su principio y fin en el pueblo.12Se practica una nueva democracia con la resistencia y rebeldía,13 pero hay que trabajarlas. Todo debe ser aprendido, formar una cultura muy otra, distinta, hay que inventarla en colectivo, imaginarla, crearla, organizarla. Hay que resolver todo con imaginación y con la práctica. La vida colecti-va zapatista en los pueblos “ya es una cultura de verdad”.14Es nuestra resistencia la que nos da seguridad, concluye Moisés, nos ayuda a vigilar y a cuidarnos. No se cansa de insistir en que nuestra resisten-cia y rebeldía son nuestra arma de lucha, que “lo primero es organizarse, si no hay organización no hay nada”.15Quéhacer, QuésigueOrganizarse. El Subcomandate Insurgente Moisés aborda también la cues-tión de las elecciones: “Como zapatistas que somos no llamamos a no votar ni tampoco a votar. Como zapatistas que somos lo que hacemos, cada que se puede, es decirle a la gente que se organice para resistir, para luchar, pa-ra tener lo que se necesita”.16 Organizarse autónomamente es la respuesta a los partidos que conforman una clase política que se reviste de distintos co-lores, pero que no son distintos y se la pasan peleando por el poder, por los cargos. “Pero ellos no son del pueblo”, explica Moisés, “son los mismos go-biernos que un día son diputados locales, otro son síndicos, otros son fun-cionarios de partidos, ahora ya son presidentes municipales y así se la pasan brincando de un cargo a otro, y también brincando de un color a otro. Son los mismos, los mismos apellidos, los tíos, los sobrinos, los parientes, los cu-ñados, los novios, los amantes, los amigos de los mismos cabrones y cabras 12Ibid., p. 266.13Ibid., p. 174.14Ibid., p. 345.15 Ibid., p. 180.16Ibid., p. 337.Rehacer el mundo_UAM.indd 87Rehacer el mundo_UAM.indd 8706/11/20 12:2806/11/20 12:28

REHACER EL MUNDO88de siempre”. La clase política, pues. Moisés señala que los zapatistas ya le sa-ben el modo a los partidos y cómo dividen a las comunidades y las afectan con sus supuestos apoyos, que promueven y provienen de la corrupción.17Nadie resuelve los problemas de las comunidades, de la gente, por más que lo prometan, solo los propios “colectivos organizados”. “Las soluciones las hace el pueblo, no los líderes, no los partidistas”.18El pueblo puede mandar, organizar un nuevo sistema para gobernar. Un gobierno que no se manda solo y al que el pueblo precisamente le dice cómo mandar y lo vigila, hace el seguimiento de cómo cumple el mandato de los pueblos. “Los pueblos se organizan en asambleas, donde empiezan a opinar y de ahí empiezan a salir las propuestas y las estudian las propuestas, sus ventajas y desventajas, y las analizan, cuál es la mejor. Y antes de decidir las llevan a todos los pueblos para su aprobación y vuelta a la asamblea para la toma de decisión según la mayoría de la decisión de los pueblos. Esa es ya la vida zapatista en los pueblos”. Moisés todavía subraya: “Ya es una cul-tura de verdad”.19Entonces en la política no se trata de votar o no votar, sino de orga-nizarse, de preparar y hacer la autonomía. Lo importante es resistir y, por eso, hay que descubrir y entender las multiples maneras en que el capita-lismo oprime, que no siempre lo hace igual y por eso no se puede “ha-cer lo mismo que se ha hecho antes” para enfrentarlo.20 Es la razón por la que los zapatistas organizan y llevan a cabo seminarios, comparticiones, debates: “Pensamos que tenemos que obligarnos a pensar, a analizar, a re-flexionar, a criticar, a buscar nuestro paso propio, nuestro modo propio, en nuestros lugares y en nuestros tiempos”.21Hace falta discutir si hace falta cambiar de gobierno o cambiar de sis-tema, pues por lo general solo se reforma. Moisés destaca que luego se desconoce que “se puede mandar sin ser gobierno”.22 Hay que organi-zarse, encontrarse, pensar en “unir nuestras organizaciones por un mundo donde los pueblos manden y el gobierno obedece”.Muchas veces se ha acusado a los zapatistas de estar en contra de las elecciones supuestamente por su opción por la lucha armada, pero se des-conoce en verdad toda la historia desde 1994 y las elecciones de ese año, 17Ibid., pp. 338-339.18Ibid., p. 342.19Ibid., pp. 344-345.20Ibid., p. 345.21Ibid., p. 346.22Ibid., p. 348.Rehacer el mundo_UAM.indd 88Rehacer el mundo_UAM.indd 8806/11/20 12:2806/11/20 12:28

EL APORTE TEÓRICO-POLÍTICO DEL EZLN89que sin duda manifiestan distintas posiciones, pero respetando invariable-mente las decisiones de cada quien, lo que señala la continuidad de criterios de fondo. Lo concluye el Sup Moisés: “En resumen: como dijimos antes, como decimos ahora: votes o no votes, organízate. Y pues nosotras, noso-tros, zapatistas, pensamos que hay que tener buen pensamiento para orga-nizarnos. O sea que se necesita la teoría, el pensamiento crítico”.23 “Con el pensamiento crítico lo analizamos sus modos del enemigo, de quien nos oprime, nos explota, nos reprime, nos desprecia, nos roba. Pero también con el pensamiento crítico vamos viendo cómo es nuestro camino, cómo son nuestros pasos”.24 Por eso los zapatistas no dejan de reflexionar, de pensar sus haceres, sus prácticas, sus experiencias de lucha y de vida, que son fuente inagotable de su teoría, su metateoría. La organización colectiva, sin duda, es para ellos la clave de la resistencia y más en vistas al futuro.mássemillerosEn fin, el Sup Galeano y el Sub Moisés no se cansan en insistir en la nece-sidad de multiplicar lo que denominan semilleros, espacios de reflexión y compartición entre muchas y muchos, “porque [de] ese estudio y análisis ahí vamos a sacar qué hacer, cómo hacer frente a la situación en que nos tiene el capitalismo”.25 No solo en México, sino en el planeta todo. “No basta con nuestro grito, no basta con nuestra bravura, sino que tenemos que organizarnos y luchar, trabajar, crear, inventar nuestra forma de luchar con resistencia y rebeldía”.26“Entonces necesitamos encontrarnos o reencontrarnos, ya nos ha di-vidido mucho el capitalismo de mil maneras y va a seguir si no hacemos nada”.27No deja de llamar la atención que de las profundidades de las mon-tañas del sureste mexicano y por parte de pueblos originarios vilipendia-dos, ignorados y hasta despreciados, emerja con tanta fuerza la necesidad de reflexionar, de compartir, de retomar y reactualizar un pensamiento crítico y rebelde concebido como imprescindible, como posibilidad de descifrar una realidad en extremo cambiante y condición para la resisten-cia y la lucha. Es el apremio por un pensamiento disruptivo, esclarecedor

y orientador que no puede ser sino colectivo, resultado de muy diver-sas experiencias de latitudes inacabables y sin fronteras. Un pensamiento, reflexiones y teorías trabajadas en la cotidianidad de la vida de pueblos, comunidades y colectivos, para resistir la tormenta, la hidra de mil cabe-zas del capitalismo y rehacer el mundo de manera muy otra, igualitaria y autogestionaria.