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La ministra del Trabajo, Verónica Navia, el 22 de marzo pasado, revocó la creación de la Federación de Trabajadores Petroleros de Oriente, con sede en Santa Cruz, y le devolvió el cetro sindical al MAS con el reconocimiento a la Federación de Trabajadores Petroleros de Bolivia, con sede en La Paz. 

Ni bien la ministra estampó su firma, los dirigentes de la revocada Federación cayeron en desgracia, junto a sus afiliados, los cinco poderosos sindicatos de YPFB, entre ellos los de Refinación y Transporte.

 

Desgracia significa pérdida del fuero sindical, de la declaratoria en comisión, pérdida del derecho a usar las sedes y movilidades que son propiedad de los sindicatos, pero además padecer las transferencias a regiones alejadas de sus familias y el riego de un despido por razones políticas. 

 

OLIGARCAS Y USURPADORES

Por el otro lado, José Domingo Vázquez Mogro, recuperó el título de Secretario General de la Federación oficialista. Vázquez es un leal servidor del partido de gobierno a cambio de prebendas como usar la sede de La Paz como domicilio propio, dispone de vagonetas entregadas por Evo Morales, y un sueldo de ejecutivo. 

 

Vázquez tiene el aval de Rolando Flaco Borda, de la COD cruceña, con quien organizan los recibimientos al Jefazo con abundante comida, cerveza y la siempre agradable compañía de la columna femenina del MAS. 

Forman parte de una oligarquía sindical que no escatima en gastos cuando se trata de cumplir el mandato de “vivir bien”, como el servicio de masajes, pagados con fondos sindicales por cinco mil bolivianos.

En Santa Cruz, la ministra Navia reconoció como cabeza del Sindicato Petrolero a un jubilado del sector quien, por lo tanto, ya no está afiliado a esa entidad laboral. Se trata de Oscar Gonzalo Vertiz Blanco, cuya renta mensual llega a los 65 mil bolivianos.

 

RECLAMO ANTE LA OIT

Marcel Ferrel, abogado de la Federación y los sindicatos petroleros de Santa Cruz, ha recurrido a todas las instancias judiciales, inclusive al Tribunal Supremo de Justicia, para reclamar el derecho constitucional a la libre organización y afiliación en sindicatos independientes de la manipulación del gobierno.

Un pronunciamiento de los trabajadores petroleros de base, con decenas de firmas, manifiesta que no reconocerán como Secretario General de su Sindicato a un jubilado impuesto por el partido de gobierno. Y ratifica a Ronald Medrano como su genuino representante.

 

El Dr. Ferrel, consciente de la subordinación también de la Justicia al gobierno, anunció que trasladará el reclamo a Lima-Perú, donde se encuentra la sede regional de la Organización Internacional del Trabajado, que tiene convenios con el Estado boliviano que son de complimiento obligatorio. 

 

LA PRIMAVERA SINDICAL

La huida de Evo Morales a México, el 10 de noviembre de 2019, abrió un corto periodo de libertad sindical. La oligarquía azul, montada durante 14 años en las organizaciones obreras y campesinas, al verse en el desamparo, también escapó en estampida. 

Ese momento fue aprovechado por los trabajadores de base para liberarse de los recaudadores en las oficinas y empresas públicas, de los capataces y espías laborales que impedían el debate y la crítica y que los obligaban a salir en marchas y proclamaciones. 

 

Fue entonces que nació la Federación de Trabajadores Petroleros del Oriente, con sede en Santa Cruz, representativa de más de 2500 obreros y empleados de YPFB y Petrobras-Bolivia. Su directiva fue elegida en unas elecciones que fueron organizadas por el Comité Electoral nombrado en Asamblea General. 

 

CON LA SOGA AL CUELLO 

Con el retorno al país del Evo Morales terminó esa primavera sindical. El Ministerio del Trabajo ha retomado su función de dominación y control político. Reconoce exclusivamente a directivas leales al MAS sin importar la opinión de la mayoría de los trabajadores de base.

El miedo a perder un empleo de calidad, en una empresa estatal o privada legalmente constituida, es la soga en el cuello de cualquier obrero y dirigente. Ese miedo ha facilitado el retorno de la oligarquía sindical azul a los sindicatos, federaciones y centrales.

La COB de Juan Carlos Huarachi que en el derrumbe temporal del régimen de Evo Morales también le había pedido que diera un paso al costado, hoy se deshace en mostrarse leal y más radical que nunca. 

Hoy lloramos por la COB de antes, la nacida en la Revolución del 52, que defendió la independencia de clase y de todos los gobiernos, la que luchó por los cambios sociales y se enfrentó a las dictaduras, la COB que hizo posible el retorno a la democracia en 1982.

 

LA DICTADURA LOS NECESITA

Posiblemente este sea el eslabón más débil pero indispensable para implantar un régimen dictatorial que pisotea todos los derechos individuales y colectivos consagrados en la Constitución Política del Estado 

En países donde se respeta la independencia sindical, las Centrales Obreras tienen un papel protagónico para defender salarios, empleos, seguridad social y todo que se debe defender o reclamar. 

Los gobiernos totalitarios, en cambio, sólo ven en los sindicatos una fuerza de choque para protegerse de la protesta popular. Usan la corrupción para comprar a los dirigentes y el miedo para neutralizar a las bases. 

La Justicia sin independencia, los sindicatos sin independencia, el Tribunal Electoral sin independencia, el parlamento sin 2/3, es el escenario ideal para que Evo Morales piense como Putin, en gobernar hasta el 2036 y más.