La Villana de Vallekas, un centro social autogestivo que espera a los zapatistas en Madrid

Creemos que su visita puede ser un impulso para los movimientos sociales aquí en España, pues nos encontramos en un raro impasse, ya que la pandemia ha limitado nuestras reuniones presenciales. Pensamos que nos hace falta fuerza para reinventar nuevas formas de lucha y resistencia y, que en eso, los zapatistas llevan mucho adelantado. Admiramos sus maneras de reinventarse y de echar a volar la imaginación para plasmarlo en acciones, por ejemplo, el construir la embarcación «La Montaña».



La Villana de Vallekas, un centro social autogestivo que espera a los zapatistas en Madrid

La Villana de Vallekas

Celebramos la alegría como una forma de resistencia, el sistema nos quiere desmovilizados y sumisos, por eso tenemos baile, taller de radio, jornadas colectivas de limpieza y reparaciones, apoyo mutuo, comidas para celebrar la convivencia y también para apoyar alguna causa puntual. Queremos provocar el encuentro con los, las, loas compas zapatistas en los temas que nos mueven: vivienda, alimentación, orgullo LGBTQ+.

Creemos que su visita puede ser un impulso para los movimientos sociales aquí en España, pues nos encontramos en un raro impasse, ya que la pandemia ha limitado nuestras reuniones presenciales. Pensamos que nos hace falta fuerza para reinventar nuevas formas de lucha y resistencia y, que en eso, los zapatistas llevan mucho adelantado. Admiramos sus maneras de reinventarse y de echar a volar la imaginación para plasmarlo en acciones, por ejemplo, el construir la embarcación «La Montaña».

Somos La Villana de Vallekas, estamos ubicadas en el distrito de Puente de Vallecas, en la zona sureste de la ciudad de Madrid, en uno de sus barrios más poblados (con 230 mil habitantes), un distrito de fuerte tradición obrera y de movimiento vecinal. Venimos de la Oficina de Derechos Sociales (ODS) que se formó en el Centro Social Seco, y desde hace ocho años, residimos en el barrio vallecano de Doña Carlota, que sufre carencia en equipamientos públicos y tiene vivienda precaria.

Lo que sí les decimos es que Vallekas, con ‘k’, es Puerto de Mar y fue bautizado así como una utopía del barrio en un verano con mucho calor, se inventó entonces la Batalla Naval que lleva 20 ediciones, a excepción del año pasado, la cual consiste en salir a mojarnos y realizar un recorrido por las calles que desemboca en una avenida donde se da la batalla a campo abierto, digamos. Así que sabemos mucho de mar y utopías.

La inspiración zapatista nos llega en diálogo con las diversas luchas que desarrollamos a lo largo de nuestra historia. Entendemos la propuesta del «mandar obedeciendo» como un elemento central en la organización y funcionamiento de nuestras asambleas de afectadas como: Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH), Yo Sí Sanidad, Orgullo Vallekano, y también en el ámbito urbano de nuestro barrio en la puesta en valor de la defensa del territorio al participar en la creación de espacios de encuentro y de convivencia vecinal: PVA Sputnik, fiestas Doña Karlota. Esperamos no aturullar tanto a los compas zapatistas con nuestras problemáticas urbanitas.

Las principales luchas que tenemos son vivienda, educación popular, con una escuelita y clases de español a personas migrantes, orgullo LGBTQ+, soberanía alimentaria (grupos de consumo, despensa solidaria), y como también nos cruzan otras luchas, practicamos el sindicalismo de barrio desde el que activamos el ecologismo a través de acciones con foco en la crisis climática, soberanía energética con el asesoramiento «La ventanilla energética», sanidad pública y universal, a través de acompañamiento a personas que no tienen atención sanitaria. Defendemos que ninguna persona es ilegal, por lo tanto luchamos contra la exclusión de las personas migrantes.

Somos muy activas en las manifestaciones por el derecho a la vivienda, el Orgullo Crítico, el 8 de marzo, los servicios públicos, los derechos para las personas migrantes y el movimiento antirracista. Todo esto cruza a las personas que hacemos La Villana, el cual también es un centro social abierto a la participación de otros colectivos a través del uso libre y coordinado de nuestro local.

Durante la pandemia, la alimentación ha sido un problema básico. La Despensa Solidaria juega un papel importante, ya que se ha podido asistir a unas 70 familias del barrio (sobre todo desalojadas) y a personas mayores que no pueden salir a hacer las compras, además, instalamos un comedor con comida caliente. Para abastecer la despensa compramos en huertas agroecológicas cerca de Madrid, en particular a productores que en los peores momentos nos donaron alimentos. Muchas familias del barrio tienen problemas de empleo y de vivienda, ya que aquí hubo muchos desahucios por no poder pagar el alquiler.

En total hay entre 30 y 50 personas fijas en el centro La Villana, siendo uno de los colectivos más activos de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH) que surgió hace ya muchos años y ahora mantiene tres edificios ocupados en nuestro barrio.

Formamos parte del tejido social y realizamos actividades diversas relacionadas con la consecución de derechos básicos. Nos organizamos de manera asamblearia y nuestra fuente de financiamiento es a través de socios que aportan cuotas, esto nos permite tener un local propio que mantenemos de manera colectiva.