Un espectro acecha al mundo: el de Palestina.

Samah Jabr ha publicado varios cientos de textos y artículos analíticos sobre la ocupación y la sociedad palestina, destacando en particular la imposibilidad de separar los niveles de comprensión psicológica y política. También recuerda que «la Nakba no es un hecho histórico pasado, sino un proceso que se viene dando desde hace más de setenta años».



Palestina: la resistencia como terapia

Entrevista a Samah Jabr, psiquiatra y psicoterapeuta palestino

Comunizar

Un espectro acecha al mundo: el de Palestina. Como cada vez que una fase de crisis aguda ha hecho reaparecer esta cuestión en el ámbito mediático, debemos estar atentos tanto a la singularidad del momento como a los largos procesos. En primer lugar, cuidado con considerar que habría existido algo así como una «situación normal», que se ha visto perturbada por «choques», «bombardeos», «cohetes», «una conflagración en toda la región”. Finalmente, trate de pensar en la Nakba, la “catástrofe” o el “desastre” de los palestinos, como el hecho de que “las cosas continúan como antes”.

 

Samah Jabr ha publicado varios cientos de textos y artículos analíticos sobre la ocupación y la sociedad palestina, destacando en particular la imposibilidad de separar los niveles de comprensión psicológica y política. También recuerda que «la Nakba no es un hecho histórico pasado, sino un proceso que se viene dando desde hace más de setenta años». Una parte importante del documental «Detrás de los frentes, resistencias y resiliencia en Palestina«, dirigido de Alexandra Dols, está dedicada a él.


 

Los palestinos están experimentando una nueva fase de intensificación en su lucha contra la ocupación israelí. ¿Puede recordarnos los desencadenantes de la situación actual y la secuencia en la que tiene lugar?

Siempre ha habido ataques a la población palestina de Jerusalén. De hecho, la fase actual corresponde a una intensificación, para la cual podemos distinguir tres desencadenantes:
Primero, los israelíes ocuparon la plaza frente a la Puerta de Damasco[1], impidiendo que los palestinos tengan una vida social y cultural en este espacio. Normalmente es un lugar muy animado, acogedor, donde hay tiendas y actividades culturales. La plaza parece una especie de anfiteatro con vistas a la puerta de Damasco. Siempre hay vendedores, músicos, bailes, gente que simplemente está sentada ahí para conversar. También es un lugar de enfrentamientos recurrentes con los israelíes, cuando deciden echar a los comerciantes y a la gente que está en la plaza. El año pasado, los israelíes también cambiaron el nombre de este lugar que llamamos Bab Al ‘Amoud en árabe (Puerta de la Columna). Lo renombraron en honor a dos soldados israelíes muertos en un enfrentamiento con palestinos.
Y luego también hubo otro episodio que es parte de una operación de limpieza étnica, cuando a través del tribunal israelí, las autoridades israelíes buscaron expulsar a los palestinos del barrio de Sheikh Jarrah, al este de Jerusalén. Es un patrón que se repite en la vida de los palestinos. Sheikh Jarrah es un distrito con una ubicación estratégica. Las personas que viven en este barrio son refugiados desde 1948[2]. Este proyecto de expulsión llega poco antes de la conmemoración de la Nakba, que provoca sentimientos traumáticos entre todos los palestinos. Ha habido muchas movilizaciones, mucha solidaridad con Sheikh Jarrah. Recientemente pasé por este barrio y estuve bloqueado durante dos horas a causa de los enfrentamientos. Hubo enfrentamientos muy violentos. El nivel de represión fue enorme. Vimos soldados golpeando a los manifestantes en la cabeza.
También hubo un tercer tipo de ataque contra personas que vinieron a rezar en la Mezquita Al Asqa, que es un lugar sagrado en el Islam. Hay más de mil millones de musulmanes para quienes este lugar es muy importante. En teoría, siete millones de palestinos musulmanes tienen derecho a ir allí, pero solo unos pocos miles lo hacen porque Israel está aumentando las restricciones en las fronteras y las prohibiciones para evitar que la mayoría de la gente acceda a él. Atacar a las personas que pudieron venir a pesar de todo, atacarlas durante la oración, la retirada, el ayuno, también representa un golpe muy fuerte a la cultura palestina y musulmana. Todo esto molestó a los palestinos, sobre todo a los de Jerusalen. Con el Covid, e incluso antes con los levantamientos árabes que terminaron mayoritariamente en guerras o golpes de estado, se pensaba que Palestina quedaba relegada a los archivos del mundo, pero los acontecimientos recientes han vuelto a centralizar la causa palestina.

¿Qué pasa con la Franja de Gaza?

Gaza es el lugar más dispuesto a capturar las tensiones que han tenido lugar en Jerusalén. Gaza ha estado sitiada durante años, marginada por el gobierno palestino oficial. Han habido guerras y repetidos ataques. Hay un vínculo muy fuerte del pueblo de Gaza con Jerusalén. El 30 de abril el presidente palestino Mahmoud Abbas decidió impedir las elecciones (las primeras elecciones nacionales en quince años en Cisjordania) con el pretexto de los enfrentamientos en Jerusalén. Pero sabemos que en verdad temía el resultado de las elecciones si hubieran tenido lugar en ese momento. Por lo tanto, todas las condiciones estaban listas para que hubiera una reacción en Gaza.
No debemos interpretar esta reacción solo a través de la referencia islámica de los grupos de resistencia. En los grupos de resistencia de Gaza se habla de un frente. Los más populares son Hamas y la Jihad Islámica, pero también hay grupos menos conocidos, cuya orientación política no incluye ninguna referencia al Islam -algunos son de inspiración marxista, otros son nacionalistas árabes-. Y cuando se tomó la decisión de desencadenar una respuesta, lo hizo un «frente común de las brigadas». En su declaración, se refieren no solo al ataque a la mezquita sino también a la limpieza étnica de Jerusalén Este. También hablan de los hechos de la Puerta de Damasco. Este frente incluye a personas del FPLP (Frente Popular para la Liberación de Palestina, marxista) y elementos adscritos a Fatah, pero que ya no son considerados miembros de Fatah. Es un frente más amplio que los movimientos islamistas.
Pero los medios quieren que parezca que es solo Hamas. Cuando hubo una respuesta verbal y política de los grupos de resistencia, Nethanyahu respondió: es solo Hamas lo que nos preocupa en Gaza. Claramente buscan reducir el conflicto a sus aspectos religiosos. Y claro, eso facilita la confusión, permite decir que solo se trata de luchar contra un movimiento islamista, etcétera.

Inicialmente, por lo tanto, se produjo esta expulsión de los residentes palestinos del barrio de Sheikh Jarrah, en Jerusalén Este, y el proyecto de demoler sus casas para construir viviendas para los colonos judíos. Esta situación es a menudo presentada por los israelíes como una simple disputa legal o una disputa inmobiliaria. Para los palestinos, es parte de una larga historia de despojos, que solo puede entenderse a través de los términos de la Nakba y el «derecho al retorno». ¿Podrías recordar el significado de estas nociones y explicar cómo intervienen en los hechos recientes?

Nakba es el término utilizado para describir los eventos que llevaron al anuncio de la independencia del Estado de Israel, actos criminales de despojo, expulsión, demolición y masacre, que resultaron en la expulsión de dos tercios del pueblo palestino. Algunos fueron expulsados ​​de las fronteras de Palestina y se convirtieron en refugiados, otros se quedaron en otros lugares de Palestina, lejos de sus aldeas, en campos de refugiados. Luego se aplicó la ley israelí de 1950 -la llamada ley de «ausentismo»-, que considera que todas estas personas «están ausentes». El gobierno israelí se da entonces el derecho a ocupar sus propiedades. Nadie puede venir a reclamar su tierra o su casa después.
Además, es cierto que los judíos, durante el período otomano o el mandato británico -por lo tanto antes de la Nakba- tenían propiedades en Palestina. Pero eran solo un pequeño porcentaje y fueron facilitados por el Mandato Británico. Además, también existía otro sistema de arrendamiento o uso exclusivo: es cuando alguien puede usar la tierra por un período determinado. Hay judíos que llegaron como refugiados a Palestina y que se aprovecharon de este régimen. Hoy en el mundo árabe, con el discurso de la normalización, circula la idea de que los judíos compraron Palestina, que no la ocuparon. Es como decir, por ejemplo, que si argelinos o tunecinos compran tierras en Francia, Argelia puede ocupar Francia más tarde. Es la misma lógica. En realidad, Palestina ha sido ocupada de manera planificada, por depuración étnica, por actos criminales perpetrados en particular por las milicias judías. Sé que es difícil de escuchar, pero son exactamente como los actos del Estado Islámico en Siria e Irak. Utilizaron el terror para hacer que la gente abandonara sus pueblos. Así fue como se vació y se reocupó Palestina. Luego, el derecho internacional y las Naciones Unidas, que reconocieron al Estado de Israel, también les dieron a los palestinos el derecho al retorno. Israel no ha respetado este derecho al retorno, ya que no acata la mayoría de las decisiones de las Naciones Unidas.

Ejerces como psiquiatra y psicoterapeuta en Cisjordania y Jerusalén Este. En tus discursos y publicaciones, a menudo has enfatizado la imposibilidad de separar los aspectos políticos y psiquiátricos en el caso de la sociedad palestina. ¿Cómo el trabajo que llevas realizando en campo durante años te permite entender los sucesos actuales?

Hay mucho que decir al respecto, pero hablaré de un aspecto particular para ilustrar: la respuesta de Gaza, por ejemplo. La gente ahora se involucra en la resistencia principalmente por razones psicológicas. Las consideraciones más importantes son psicológicas. Cuando hablamos de los palestinos involucrados en la resistencia, o estamos hablando de la resistencia popular, liderada por los jóvenes de Jerusalén, o de personas que resisten de una manera más formal como en Gaza, las consideraciones no son numéricas y no se hacen según algún tipo de cálculo, cálculo de vidas perdidas, cálculo de daños económicos, cálculos de posibles beneficios. No, las razones son psicológicas. Los palestinos son atacados en su dignidad y en sus profundas convicciones, en su creencias, no estoy hablando de religión institucional, sino de la creencia en su derecho a esta tierra. Por eso es difícil gestionar la resistencia del pueblo palestino. Porque si se hace un cálculo de riesgo, los israelíes no pueden esperar tal resistencia de ellos, porque la diferencia es enorme, Israel tiene un inmenso poder y recursos.
Hoy, Gaza se está convirtiendo en un espacio de guerra sin salida. Ciento sesenta aviones militares han sobrevolado la Franja de Gaza. Pueden demolerlo por completo, lo vimos en 2014. También está la diferencia en el número de muertes entre israelíes y palestinos: en 2014, los bombardeos israelíes mataron a más de dos mil personas, mientras que en el lado israelí hubo diez muertos.
Y a pesar de eso, este enfrentamiento mortal para los palestinos continúa, porque los aspectos psicológicos son muy importantes. La importancia de la justicia, de la dignidad humana. A través de la resistencia, los palestinos recuperan su capacidad de actuar. Se niegan a ser cosificados y deshumanizados, ejercen su subjetividad. Si no entendemos eso, los actos palestinos parecen una locura. Por eso la resistencia palestina sigue siendo incomprensible para muchas potencias, para muchas de las personas que toman decisiones a nivel internacional. Piensan que son actos suicidas, que los palestinos se están provocando el desastre a sí mismos, pero existen aspectos psicológicos decisivos. Y es quela resistencia, liderada por unos pocos individuos o grupos, también tiene el efecto de reconstruir la humanidad y la dignidad del pueblo palestino.

Este es un punto importante el que subrayas. A nivel internacional, en la mayoría de los discursos oficiales y en los medios de comunicación, la atención se centra principal, o incluso exclusivamente, en fases de crisis aguda como ésta. ¿A qué transformaciones a largo plazo corresponde la explosión actual? ¿Qué nos puedes decir sobre los diferentes niveles, incluido el silencioso, psicológico y mental, donde se desarrolla la guerra de baja intensidad?

En términos generales, cualquier colonización requiere matar a muchas personas colonizadas. Pero como no puede matarlos a todos, busca al menos que vivan como sombras, sin capacidad de actuar, sin voluntad, sobre todo sin identidad colectiva.
Los israelíes no tienen ningún problema si has renunciado a todo sentimiento colectivo, a todo deseo de expresarte. O es un asesinato del cuerpo, te matan, o es un asesinato de la conciencia, de la subjetividad. Esto es lo que sucede a largo plazo. Es a través de la intimidación que Israel maneja el control del pueblo palestino. Y cuando aparece una crisis como esta, es porque las personas superan el sentimiento del miedo, que se enfrentan a esta situación.
Los palestinos intimidados, aplastados y silenciados no preocupan mucho, pero si comienzan a afirmar su acción colectiva, su esperanza de liberación, a los israelíes les molesta mucho y exige ataques brutales de su parte. Por lo tanto, lo que ocurre a largo plazo es una intimidación total de los palestinos. Por ejemplo, cuando los palestinos empezaron a movilizarse, para ir a Sheikh Jarrah, a Al Aqsa, recibieron mensajes a través del mismo software que se utiliza para la prevención y restricciones relacionadas con Covid, mensajes de amenaza que decían: «Te han identificado cerca Al Aqsa, serás castigado».
Entonces hay una especie de dicotomía: o eres completamente obediente y sin subjetividad, o te arriesgas a la muerte física. Porque en su locura y en su ideología, los israelíes ven a los palestinos como bárbaros y terroristas, o como sumisos y deshumanizados. El primer punto, por tanto, es esta intimidación permanente, que mata la subjetividad de los palestinos.
El segundo punto, para nosotros los palestinos que siempre estamos comprometidos en la resistencia (no solo en tiempos de crisis) es la necesidad de salir de la posición de víctima.
A menudo, cuando se derrama mucha sangre palestina, hay protestas a nivel internacional. Es un momento un poco diferente en el enfrentamiento. Los palestinos expresan su capacidad de acción y logran influir en las decisiones israelíes. Mi llamamiento internacional es dejar de apoyar a los palestinos solo por su desgracia y como víctimas, sino mas bien por su tenacidad y como combatientes de la resistencia, por su deseo de mantener la dignidad humana y la capacidad de actuar. Es una llamada que sigo haciendo. Porque en muchos países los palestinos son vistos como terroristas o como víctimas, esta es otra división, típica de las percepciones internacionales dominantes. No queremos ser terroristas, queremos ser efectivos en nuestro deseo de encontrar la subjetividad y cambiar nuestra situación, de recuperar nuestra libertad individual y colectiva.
En cuanto a los efectos a largo plazo de la ocupación sobre los palestinos, los veo todo el tiempo, ya sea en mi vida diaria o en mi trabajo como psiquiatra. La ocupación tiene tremendas consecuencias traumáticas para los palestinos, lo que no coincide exactamente con la descripción de PTSD (Post-traumatic stress disorder) [Trastorno de estrés postraumático] de los libros de texto de la psicología occidental, porque, como he explicado a menudo, para los palestinos, las causas objetivas del trauma no han pasado, siguen presentes y están empeorando. Los palestinos son constantemente amenazados, reprimidos, explotados, encarcelados o masacrados por los israelíes. Desde este punto de vista, la Nakba no es un hecho histórico pasado, sino un proceso que se ha prolongado durante más de setenta años. Si se hiciera una comparación, este tipo de trauma es similar al de mujeres o niños víctimas de violación o violencia doméstica o conyugal, que se ven obligados a seguir viviendo con sus agresores.[3]
Hay un altísimo nivel de depresión y de ansiedad, así como un sufrimiento social generalizado en la realidad objetiva, que es la de la ocupación. La ansiedad, el duelo, la depresión pueden ser reacciones a eventos graves: pérdida de un ser querido, destrucción de su hogar, episodios violentos.
Trabajo con Médicos Sin Fronteras, entre otros, para ayudar específicamente a las víctimas de la violencia política. El mal creado por la ocupación no concierne solo a los individuos, sino a los vínculos y relaciones entre individuos. Si no hay resistencia, se genera una sociedad que interioriza el sentimiento de opresión, que desarrolla desconfianza entre sus miembros, que sufre de un bajo nivel de autoestima y autoconfianza. La gente compite para poder recibir tratamiento en los hospitales israelíes, porque hay más espacio. Estas también son condiciones creadas por la ocupación, que socavan la confianza colectiva. Algunos acaban aceptando el desamparo y siendo víctimas.
En mi opinión, la resistencia ayuda a corregir y reparar todos estos efectos. Devuelve una parte de la dignidad y la confianza en sí mismo, incluso cuando no logra alcanzar sus objetivos. Como dice un refrán árabe: «Lo principal para el ser hunano es avanzar en el camino, no llegar a la meta».
Entonces, volviendo a la cuestión del «cálculo», creo que obedece a una lógica económica, a una lógica empresarial, pero para encontrar la justicia y la dignidad, este tipo de cálculo no funciona. Hay otro tipo de cálculo, otra lógica, donde lo espiritual, lo simbólico, lo psicológico, cobran mucha importancia.

Tú mismo vives en Jerusalén Este. ¿Puedes contarnos cómo estás o cómo te has enfrentado personalmente a la ocupación?

Como todos los habitantes árabes de Jerusalén, soy un ciudadano de ninguna parte. Mis papeles oficiales no me dan acceso a ninguna ciudadanía. Es como obtener un permiso de residencia para un extranjero que vive en Francia. Eso ya es una privación importante, que conduce a una situación en la que uno se siente permanentemente amenazado.
Además, la mayoría de los habitantes de Jerusalén son muy pobres. Mucha gente no puede vivir en Jerusalén debido a la situación económica y la falta de espacio. Para los palestinos, seguir viviendo en Jerusalén es una lucha constante. Tomé una decisión complicada porque mientras vivía en Jerusalén, decidí no trabajar en instituciones israelíes. Así que trabajo en Cisjordania y económicamente es una elección difícil.
Y, por supuesto, al crecer en Jerusalén, pude observar los efectos de la ocupación, incluida la forma en que los hombres son humillados en las calles por la policía y los soldados israelíes, registrados de una manera que los ridiculiza y desviriliza. Me refiero específicamente a los hombres, porque veo que participan más en las interacciones diarias, en la fricción cotidiana con el ocupante. Pero, por supuesto, puede afectar a cualquier persona árabe en Jerusalén.
Finalmente, mi familia y yo terminamos comprando un departamento en Jerusalén. Empezamos el proceso en 2003 y hace solo tres meses que pudimos adquirirlo. Consumía el trabajo y los ahorros de mis dos padres y yo.
Por otro lado, junto a nuestro distrito de Shuaffat, hay una colonia llamada Ramat Shlomo, que durante los últimos años se ha expandido de manera increíble. Cuando vemos la velocidad de construcción de los asentamientos israelíes y la falta de viviendas para los palestinos, así como los obstáculos para acceder a ellos, resulta asombroso. Solo los palestinos que viven en Jerusalén son testigos de esto día a día y se enfrentan a todo tipo de limitaciones económicas, legales, administrativas -que son, por lo tanto, principalmente políticas- para el acceso a la propiedad.
Mi familia ha tenido la suerte de lograrlo, pero muy pocas personas lo consiguen. Y la próxima generación, mis sobrinos y sobrinas, por ejemplo, ya no tendrán los medios para vivir en Jerusalén. ¡Y tienes que saber que trabajo mucho! En psicología palestina, me llaman «el tiburón» (risas). Tengo varios trabajos a la vez, desde hace años, también para ahorrar dinero y tener autonomía financiera por todos estos motivos.
El asentamiento de Ramat Shlomo se construyó en el área de Shuaffat. La fase de construcción fue extremadamente rápida y esta colonia creció hasta el punto de absorber todo el vecindario. Desde que comenzó la ocupación en 1967, ¿qué han hecho los israelíes? Primero, han tomado el diez por ciento de la tierra en Cisjordania que limita con Jerusalén, que consideran «la capital eterna de Israel». En segundo lugar, se suponía que el área donde vivían los árabes permanecería conectada, geográficamente continua, pero los israelíes construyeron asentamientos que rompieron esta continuidad, lo que creó restricciones de movimiento adicionales para los árabes, que ya no pueden moverse alrededor de estos asentamientos. Por ejemplo, entre mi distrito de Shuaffat y Sheikh Jarrah, hay dos asentamientos: Ramat Shlomo y la Colline Française, esto es lo que enfurece a los palestinos de Jerusalén.

La ocupación provoca, entre otras cosas, una fragmentación del pueblo palestino entre palestinos de Cisjordania, habitantes de Gaza, de Jerusalén, palestinos del 48 -también llamados por los ocupantes «árabes de Israel»- o los palestinos de la diáspora. ¿En qué medida el levantamiento actual logra cuestionar esta división? Estoy pensando en particular en la participación de los palestinos del ’48 en las protestas, mientras que ellos suelen estar menos involucrados en el enfrentamiento con el ocupante.

Sí, es cierto, Israel ha planeado un sistema de fragmentación muy eficaz contra el pueblo palestino. Y en fases como esta, este sistema se socava y los palestinos se unen. Por eso vemos que Gaza ha intervenido para responder a los ataques contra los palestinos de Jerusalén, mientras que el poder oficial palestino no lo hizo, aunque según la geopolítica oficial, Jerusalén es parte de Cisjordania y debería estar protegida por la Autoridad Palestina. Pero lo más importante esta vez es la intervención de los palestinos del ’48. Creo que la presencia de algunos de ellos durante el ataque en la gran mezquita ayudó a movilizar a mucha gente. Pero también es porque tuvo lugar poco antes de la conmemoración de la Nakba, por eso toca viejas heridas para muchos palestinos del ’48. Este es un momento muy importante en su repolitización. Y sí, creo que Israel se ha asegurado durante mucho tiempo de neutralizarlos, de intimidarlos severamente para que no puedan intervenir eficazmente cuando hay enfrentamientos en Cisjordania o Gaza. Siempre hubo buenos sentimientos, pero no actos. Porque los actos fueron severamente castigados. Conozco a varios compañeros médicos, palestinos del ’48 o de Jerusalén, que trabajan en el sistema israelí y que actualmente están en riesgo de perder sus trabajos por haber expresado su opinión sobre lo que está pasando. Además, tengo pacientes que son de Jerusalén o palestinos del ’48, quienes efectivamente han perdido su trabajo por posiciones tomadas en Facebook o por haber participado en las protestas. Algunos de ellos expresaron sus posiciones o su activismo hace años. Ya no pueden trabajar para los israelíes, porque para eso se necesita un «certificado de buena conducta y buen comportamiento» emitido por la policía.
Hay jóvenes palestinos de Jerusalén que no pueden viajar ni conseguir trabajo, porque por una vez en su vida han expresado su activismo. Es otra forma de intimidar, reducir, entrenar, controlar comportamientos y atacar subjetividades, que es muy aplicada en la Palestina del ’48 y en Jerusalén Este. Tocar a las personas en su vida, amenazar su trabajo o su sustento. Además, en los enfrentamientos actuales hemos visto ataques monstruosos y crueles. En Tel Aviv, se vio a 80 judíos golpeando a un palestino en el suelo, que estaba tan exhausto que no pudo reaccionar ante las golpizas, y siguieron golpeándolo. Incluso sorprendió a algunos israelíes. Las autoridades israelíes intentaron hacerlo pasar por una pelea entre jóvenes. Claro que estos jóvenes israelíes se benefician de la impunidad total. Algunos de estos ataques tuvieron lugar frente a soldados y policías que no intervinieron. Existe mucha complicidad entre los colonos y los soldados. Al mismo tiempo, cuando Nethanyahu pide a sus soldados que calmen los acontecimientos, se apresura a agregar que no deben temer a las comisiones de investigación. ¡Todo está dicho! Este es el mensaje que llegó a los soldados. Bien se puede imaginar cómo lo interpretarán los colonos. Les dan total impunidad a estas personas para que expresen su crueldad y su salvajismo

¿El conflicto actual puede hacer posible que se vuelva a poner en la agenda la cuestión del derecho al retorno de los palestinos? De manera más general, ¿existen perspectivas legales para los palestinos?

Desde un punto de vista legal israelí, por supuesto que no. Porque al ocupar Palestina, Israel ha generado un arsenal de metodologías que sirven a la ocupación. El sistema legal israelí está diseñado para evitar que el sistema internacional se aplique a favor de los palestinos. Por ejemplo para evitar la aplicación de los acuerdos de Ginebra. Según estos acuerdos, Israel no tiene derecho a poblar un área ocupada, por lo que los asentamientos son ilegales según el derecho internacional. Pero el sistema legal israelí lo permite. Los acontecimientos actuales también vuelven a poner este aspecto de la causa palestina en el centro. Se han citado tres acontecimientos, Sheikh Jarrah, la Puerta de Damasco y el ataque a la mezquita de Al Aqsa. Pero estas son solo etapas, umbrales, grados de un proceso lento que tiene lugar todo el tiempo en Jerusalén. Hay constantes ataques a la cultura colectiva palestina. Por ejemplo, durante mucho tiempo los israelíes han promulgado leyes que impiden o limitan la reunificación familiar. Si eres palestino de Jerusalén y te casas con una mujer de Ramallah, no tienes derecho a quedarte a vivir con ella en Jerusalén. Si te vas a asentar en Ramallah y tus hijos nacen allí, no son considerados palestinos de Jerusalén, y no podrán venir a vivir a Jerusalén. Como dije antes, hay ataques permanentes, en todos los niveles, contra los palestinos en Jerusalén. La última secuencia es como un despertar, un llamado a los palestinos a levantar la cabeza, a encontrar su identidad, a repolitizarse, pero también un recordatorio internacional de lo que está sucediendo en Palestina. Estos hechos tuvieron lugar durante el mes de Ramadán, donde se podría haber asumido que los musulmanes estaban más atentos a lo que pueda suceder. Cuando hablamos de Sheikh Jarrah, o de lo que está sucediendo en la puerta de Damasco, es a la comunidad árabe y musulmana a quienes están dirigidos.
Entonces, en relación con tu pregunta, sí, el derecho al retorno es importante. Pero la cuestión no es sólo esa. Es muy importante, pero hay otras cosas más contemporáneas y agudas con las que estamos tratando de lidiar. Porque sabes, cuando lo pienso, los eventos de la Nakba antes del ’48 tuvieron lugar cuando no había Internet, no había tal acceso a la información. Ahora todo el mundo puede saber lo que sucede. El hecho de que Israel aproveche su impunidad para hacer lo que hizo en las décadas de 1930 y 1940 en Palestina, genera una imagen insoportable, tanto de la impunidad israelí como de la complicidad internacional. Dejamos que Israel lo haga incluso si podemos presenciar lo que está sucediendo en vivo. Pero también recuerdo que Instagram y Facebook han impedido la difusión de testimonios y campañas de «Salvemos a Sheikh Jarrah».

Has hablado de la conciencia árabe y musulmana, de la identidad árabe que está siendo atacada y debe despertarse. Pero ¿no crees que el llamado a la solidaridad internacional, en una fase como esta, debe ir más allá de la diferencia entre árabes y musulmanes (supuestamente más cercanos a la cuestión palestina por razones políticas, históricas o religiosas u otras) y otros pueblos o categorías identitarias? La gente en Francia, por ejemplo, podría preguntarse por qué se apela a la identidad árabe y musulmana, y no más en general a una revuelta humana u otras formas de solidaridad colectiva frente a lo que está sucediendo.

Hay varios niveles. No podemos negar el ataque a la identidad musulmana y árabe. No se puede fingir que no es una guerra étnica contra los palestinos. Pero también hay una grave violación de los derechos humanos, y todas las personas que han vivido la colonización saben exactamente de qué estoy hablando. Por supuesto que hay niveles de injusticia que van más allá de este aspecto, violación de los derechos humanos, pero no podemos esquivar esa voluntad de negación y el desprecio por parte de Israel hacia la identidad cultural del pueblo palestino que resulta en ser árabe-musulmán, pero que podría ser otra cosa.
Me gustaría señalar que es un momento de despertar porque ha existido un acercamiento de cuatro regímenes árabes con Israel: Marruecos, Bahréin, Emiratos Árabes Unidos y Sudán. El pretexto de los Emiratos es que, a través de los tratados de paz y acuerdos pasados, se puede normalizar la relación con Israel y apoyar a los palestinos, sin que haya contradicciones en ello. Este es el pretexto que invocan los dirigentes frente a sus pueblos. Pero los hechos exponen sus mentiras. Por eso insisto en el aspecto árabe-musulmán. Creo que cualquier colonización, para desarrollarse, necesita despreciar, aplastar, negar la identidad cultural de los colonizados. Eso es lo que hacen los israelíes con los palestinos. Y debe afectar no solo a los palestinos, sino también a quienes comparten esta identidad cultural con ellos. Claro que hay otro nivel de violación de los derechos humanos, injusticias y, por supuesto, todos están llamados a solidarizarse con los palestinos y aprovechar este momento para crear más politización contra este colonialismo, en el que los nativos son arrancados de su tierra para ubicar colonos en su lugar.

En Francia, como en otros países, muchas personas tienen dificultades para comprender la dimensión religiosa y simbólica del conflicto. Esto se usa a menudo para reducirlo a una guerra religiosa, sugerir una falsa simetría y poner a los dos lados espalda con espalda, cuando no se contenta con asociar a los palestinos con la imagen del terrorismo islamista. Sin reducir obviamente las causas de los diversos levantamientos palestinos a esta dimensión, ¿cuál es el significado simbólico y religioso de Jerusalén y los lugares santos en el conflicto?

Como dije antes, el aspecto ligado a la fe y al simbolismo es muy importante, pero no se trata solo de eso. Jerusalén, para muchos, también es el distrito, es el lugar de la vida. La Mezquita Al Aqsa, para muchos niños palestinos, es un lugar particular. Yo, por ejemplo, solía ir de picnic allí con mi abuela cuando era pequeño. Entonces para nosotros también es un hogar, una casa. Hay cosas que no se pueden reducir a la dimensión religiosa y simbólica. Es nuestra geografía, es donde crecimos, no debemos minimizar estas cosas. Mencioné la vida anterior cerca de la puerta de Damasco. Hay una canción que da una hermosa descripción, que evoca al vendedor de café y otros comerciantes emblemáticos: Bab Al-Amoud, por Maggie Youssef [4]. Ella muestra que la Puerta de Damasco no solo tiene un valor personal, individual, un apego por ciertas personas en particular. Contiene algo hermoso y sagrado para todos, está presente en nuestras canciones, en nuestros dichos, es parte de nuestras referencias, es un lugar que tiene algo arquetípico.
Todo es parte de la cultura individual y colectiva de los palestinos, y también de otros fuera de Palestina. Y para nosotros, los palestinos de Jerusalén, como sabemos de qué manera Israel expropió nuestra tierra e impidió que la mayoría acceda a nuestros lugares, existe este sentido de responsabilidad, el deber de asegurar el sentido histórico del lugar. Conozco mucha gente que no es creyente, o no practica, gente que toma drogas, que no va a la mezquita, pero que ha defendido a Al Aqsa. Participan en las manifestaciones, defienden a los religiosos que van a Al Aqsa, porque es parte de su identidad cultural. No es porque sean creyentes. También quiero decir que cuando hay muy pocas cosas tangibles y accesibles, como para los palestinos, cuando hay muchas privaciones, lo simbólico adquiere una dimensión muy importante. Por supuesto, los símbolos son importantes para todas las personas, pero son especialmente importantes cuando existe una privación significativa de derechos esenciales.

Se lanzaron cohetes desde Gaza, seguidos de bombardeos israelíes que dejaron decenas de muertos y varios cientos de heridos[5]. El enfrentamiento tiende a recodificarse en los términos de las últimas crisis, en particular la de 2014. Parecería que Nethanyahu y los líderes israelíes son más aptos para gestionar este esquema, en términos de comunicación internacional y política interna, que el de un levantamiento de los palestinos de Jerusalén. ¿Fue esta militarización estratégicamente relevante para los palestinos? ¿No hubo una operación para sofocar la dimensión popular del levantamiento, que quizás fue más perturbadora para Israel que un enfrentamiento con las fuerzas armadas de resistencia en Gaza?

Esto nos devuelve a la cuestión del cálculo. Les expliqué por qué no podemos aplicar un cálculo de riesgo, o un simple diagrama de “costo/beneficio”, porque hay razones psicológicas muy importantes. Pero la realidad es que, incluso si hacemos los cálculos, yo diría que los israelíes comenzaron a sentirse perturbados cuando lo que sucedió en Jerusalén adquirió magnitud internacional. En los medios estadounidenses por ejemplo, se habló muy poco sobre los eventos de la Puerta de Damasco y Sheikh Jarrah. Instagram y Facebook han impedido la difusión de testimonios. Cuando los palestinos protestaron desarmados, cuando fueron reprimidos durante las manifestaciones populares, cuando los soldados israelíes los golpearon en la cabeza en las calles de Jerusalén, no se hablaba de eso. Fue solo cuando los israelíes comienzan a sufrir daños y el aeropuerto de Tel Aviv se cierra, que el mundo presta atención. Las Naciones Unidas se mueven para fingir que están haciendo algo. Todos los líderes de repente se sienten obligados a hacer una declaración sobre los acontecimientos. Estamos acostumbrados a eso. Pienso que si no hubiera sido por la intervención de Gaza, los palestinos no hubieran podido rezar en Eid en la Gran Mezquita. Y el tribunal israelí no habría decidido posponer a Sheikh Jarrah, pues debían dar su conclusión el 10 de mayo. Entonces, si Israel puede contener bien a toda la resistencia popular, el mundo puede seguir actuando como si no viera nada y no oyera nada. Es cuando Israel comienza a sentir presión cuando llama la atención sobre lo que está sucediendo. Y, por supuesto, Israel puede usar las máquinas mediáticas, la misma propaganda para demonizar a la resistencia en Gaza. Lo ha hecho muchas veces, pero no se puede pasar por alto el hecho de que después de cada ataque a Gaza la resistencia se vuelve más fuerte, en tanto que el pretexto para varios ataques israelíes fue para eliminarla. Además, como dije, la resistencia de unos pocos individuos o algunos grupos palestinos restableció el sentimiento de un colectivo eficaz que tiene capacidad de actuar. Humaniza a los palestinos, a pesar de todo los discursos dispuestos a demonizar la resistencia tanto como sea posible.
Los palestinos no compartimos la visión internacional sobre la resistencia palestina. No podemos compartir esta opinión porque tenemos experiencia de primera mano, experiencia directa de la vida aquí. Y a pesar de todas las reservas que podamos tener sobre la política de los diferentes grupos y diferentes facciones en Palestina, creo que existe un consenso sobre la importancia de la resistencia, de todas las formas de resistencia, para el pueblo palestino. Porque, en última instancia, las Naciones Unidas, los regímenes árabes, los demócratas del mundo no pueden proteger al pueblo palestino. Solo la resistencia palestina, en sus diversas formas, puede ayudar a los palestinos y reconstruir su dignidad y humanidad.
Lo último que quiero decir sobre la resistencia: creo que están habilitadas todas las formas de resistencia. La resistencia para un pueblo ocupado es un derecho humano, incluso es un deber. Y cuándo y cómo elegir qué forma de resistencia o esa forma de resistencia es una pregunta que solo los palestinos deben responder. Depende de nosotros decidir qué forma privilegiar y cuándo podemos hacerlo.

Últimamente, hemos visto a varios países árabes normalizar sus relaciones con Israel o acercarse diplomáticamente. Mucho se ha dicho acerca de que la cuestión de Palestina ha perdido su centralidad. Con la ausencia de un fuerte apoyo estatal, en el mundo árabe o en otros lugares, y el descrédito de sus gobernantes, la lucha de los palestinos aparece cada vez más como un levantamiento popular, que no puede codificarse solo en términos de la identidad perteneciente (árabe o islámica), guerras internas entre facciones o rivalidades geopolíticas. ¿Puede esto constituir una ventaja paradójica, frente a la superioridad militar israelí?

Creo que este es tanto un punto de debilidad como de fuerza de los palestinos. Por un lado, el apoyo a la resistencia palestina tiene un aspecto difuso, extraoficial, que impide que se reduzca por cooptación, corrupción o intimidación. Siempre habrá una renovación, es la fuerza del carácter popular de la resistencia. Entonces es bueno que haya un aspecto popular, que no sea una resistencia financiada por los estados, por los Emiratos, por ejemplo, o por Arabia Saudita, y por lo tanto los regímenes no pueden neutralizar la resistencia por chantaje o intimidación. Siempre habrá nuevos jóvenes enfrentados a los israelíes, en los campos de refugiados, en la ciudad vieja de Jerusalén, por toda Palestina. Pero por otro lado, falta un liderazgo digno, capaz de expresar las expectativas del pueblo palestino, de desarrollar esta resistencia para lograr los objetivos palestinos.

Mencionas que hay falta de liderazgo. Al mismo tiempo, cuando miramos lo que ha sucedido en los últimos años, vemos que hubo levantamientos y revueltas en todas partes, especialmente antes de la crisis del Covid y en la mayoría de los casos observamos una crisis de liderazgo, una crisis de representación política. Hoy hay una represión sangrienta en varias ciudades de Colombia por ejemplo, que recuerda toda la secuencia de 2019, cuando hubo levantamientos en Hong Kong, Chile, Honduras, Argelia, Irak, el Líbano. También recuerda los levantamientos árabes de 2011. Más recientemente, también sucedieron los disturbios en Estados Unidos tras el asesinato de George Floyd. En todos los casos, hubo grandes levantamientos populares y difusos, por fuera de los partidos, de los grupos identitarios, la filiación política establecida o incluso la geopolítica. Hubo desconfianza en los liderazgos y tenemos la impresión de que eso es lo que está pasando en Palestina con el levantamiento en Jerusalén Este. También fue el caso con la marcha de regreso de 2018, que no fue enmarcada por un grupo o un partido. De repente, incluso si, por supuesto, la situación de los palestinos es muy específica, ¿estas similitudes entre modos de protesta que escapan a toda forma de liderazgo no pueden dar lugar a nuevas solidaridades, nuevas resonancias, nuevas perspectivas de luchas para los palestinos?

Sí, creo que hay un aspecto universal que se puede encontrar en la lucha palestina contra la ocupación. Esto puede inspirar a muchas personas en todo el mundo y, a la inversa, los palestinos pueden aprender mucho de las luchas de otros pueblos colonizados, ocupados o reprimidos, otros pueblos que se han sacrificado mucho por la justicia y contra la opresión. Creo que la situación contemporánea nos permite especialmente contar con estos levantamientos populares cuando no tenemos un liderazgo que exprese nuestras esperanzas. Mi crítica está dirigida principalmente al liderazgo oficial palestino. Estos no expresan las esperanzas y la voluntad del pueblo palestino y momentos como este permiten que surjan otras opciones políticas, otras posibilidades, otros políticos más capaces de representar al pueblo palestino. La ocupación está haciendo todo lo posible para evitar un proceso democrático en Palestina. Israel tuvo cuatro elecciones en menos de un año y medio, e impidió la primera elección que se iba a realizar en Palestina, después de quince años sin elecciones. Aquí está el enorme desequilibrio entre los dos.
Ya sea por la elección de un liderazgo o por las modalidades de resistencia, los palestinos deben poder decidir. Obviamente, estoy a favor de una discusión sobre los argumentos, de un debate sobre los medios de resistencia de los palestinos. Pero debe hacerse entre los palestinos, entre todos los palestinos en todos los fragmentos geográficos creados por la ocupación, y también fuera de Palestina. No les corresponde a los líderes de otras naciones ni a los líderes que no han sido elegidos democráticamente decidir por el pueblo palestino. La solidaridad internacional es realmente muy importante. Especialmente para aquellos que viven en países democráticos, sepan que ser solidarios puede ayudar a los palestinos. Al menos puede contribuir a la supervivencia de la causa palestina y, por lo tanto, preocupar a los israelíes, impedir que Israel disfrute de una ocupación tranquila. Además, la solidaridad internacional tiene un efecto terapéutico para el trauma colectivo de los palestinos. Expresa una validación de su humanidad, su subjetividad y su capacidad de actuar, un reconocimiento a su experiencia y sus sentimientos. También ayuda a los palestinos a salir del victimismo y a convertirse en agentes del cambio. Los palestinos somos parte del mundo, no vivimos solos. La solidaridad internacional contribuye a un activismo global y mutuo contra las diferentes formas de opresión.

Con lo que está sucediendo en este momento, ¿cuál sería el mejor escenario posible para usted? ¿Cómo imagina la liberación de Palestina?

Creo que este momento es una oportunidad para una repolitización, tanto para los palestinos como para los que apoyan a Palestina. Es un momento que espero avergüence a los regímenes oficiales en el mundo árabe pero también a nivel internacional, que son hipócritas y permiten que los niños de Gaza sigan perdiendo la vida para aliviar la mala conciencia europea por las masacres que se llevaron a cabo contra los judíos durante el período nazi. Espero que este cambio de conciencia haga que Israel rinda cuentas por los actos cometidos y cambie el statu quo, que permita a los palestinos convertirse en soberanos y más libres. Creo que esta es una oportunidad para que surja una renovación política en Palestina, porque Palestina no es estéril hasta el punto de aceptar el liderazgo actual. Si la comunidad internacional deja de intervenir negativamente en la agenda política del pueblo palestino, podrá generar personas que expresen mejor sus esperanzas de libertad y liberación.

Notas

[1] Una de las puertas de la ciudad vieja de Jerusalén, llamada Bab Al ‘Amoud en árabe (puerta de la columna)
[2] Fecha de proclamación del Estado de Israel, que fue acompañada de un gran número de expulsiones y masacres de palestinos, dejando a cientos de miles de palestinos refugiados. Este evento es llamado por los palestinos la «Nakba», que significa catástrofe o desastre.
[3] Véase también https://www.middleeasteye.net/opinion/what-palestinians-experience-goes-beyond-ptsd-label
[4] https://www.youtube.com/watch?v=-02fSTUb0Qs&list=RD-02fSTUb0Qs&start_radio=1&rv=-02fSTUb0Qs&t=40
[5] Casi doscientos muertos y más de mil heridos según el último informe del domingo 16 de mayo por la noche. Al menos cuarenta y dos personas murieron ese día por los ataques israelíes.

 


Entrevista realizada el 14 de mayo de 2021
Original en francés: lundimatin. Versión en castellano: Lucienne Bernard.