Declaración de la Junta de Buen Gobierno El Camino del Futuro

02.Abr.04    Análisis y Noticias

Denuncian la existencia de aserraderos clandestinos que tienen protección oficial

Zapatistas acusan a priístas de fomentar el tráfico de indocumentados en Ocosingo

Aumentan los patrullajes de aviones militares; los más intensos desde 2000, dicen

Francisco Gomez, Chis., 1º de abril. La junta de buen gobierno (JBG) El camino del futuro declaró hoy que campesinos priístas y de la Aric Independiente “desde hace dos meses han instalado retenes de revisión en las carreteras” en las proximidades de Ocosingo, con la finalidad de proteger el tráfico de indocumentados centroamericanos, si bien fingen que los controles son para combatirlo. “Ellos mismos forman la banda de polleros que transportan y guían indocumentados y los hacen pasar por sus propios retenes instalados para cobrar multa y ganar dinero”.

La JBG zapatista agrega que las personas que realizan los “controles” en Pataté Nuevo y otros puntos del camino aseguran contar con “permiso del presidente municipal oficial de Ocosingo”. Adicionalmente, “los soldados y la seguridad pública son pagados por los polleros para el paso libre, pero los únicos perjudicados son los buscadores de trabajo que van cruzando indocumentados”.

Las autoridades autónomas de la selva tzeltal denunciaron también un notable incremento de patrullajes militares por tierra y aire en la cañada de Patihuitz, y en particular sobre el caracol Resistencia hacia el nuevo amanecer (Te puy tas maliyel yas pas yach’il sacal quinal, en su lengua), con sede en la comunidad Francisco Gómez (La Garrucha). “Empezaron hace como 10 días, al mismo tiempo que salió en los periódicos y la televisión una campaña de mentiras contra nosotros los zapatistas”.

Los convoyes del Ejército federal transitan junto al caracol varias veces al día. “Hoy ya van cinco veces que pasan”, dice la JBG a La Jornada, poco después del mediodía.

“Los aviones empiezan como a las 10 de la mañana, dándonos vueltas”. Unos ocho miembros de la JBG, detrás de su mesa de trabajo llena de papeles se turnan la palabra para referir la serie de acontecimientos recientes que ocupan la atención de sus labores.

Cabe señalar que esta clase de movimientos militares no se habían registrado aquí desde enero de 2000, al iniciar el gobierno de Vicente Fox.

En este mundo del revés donde las versiones oficiales y oficiosas pretenden que la opinión pública crea que los patos les tiran a las escopetas, se ha propalado recientemente en los medios de comunicación la especie de que los zapatistas estarían “preparando grupos de policías preventivos para realizar revisiones en carreteras”. Según la junta, dichas versiones “son acciones preparadas y mentiras del mal gobierno para alarmar y confundir a los pueblos; nosotros, los zapatistas, no estamos haciendo ninguna acción en los caminos y carreteras dentro de este territorio rebelde”.

En un documento de la JBG, firmado por Julio Jiménez Hernández, Adolfo Méndez Pérez, Walter Gutiérrez Cruz y Pedro Sánchez Toledo, se afirma que “los priístas de Carmen Pataté Nuevo mantienen el retén, según ellos, para revisar los carros que transportan personas indocumentadas y les cobran grandes cantidades a los pobres campesinos que se van en busca de trabajo al extranjero. Por estos hechos lamentables, los zapatistas y la JBG rechazamos totalmente las acciones de los priístas apoyados por el mal gobierno”.

Aserraderos, narcos y otras mentiras fabricadas

Otros “aspectos” de la flamante campaña propagandística de origen oficial contra los zapatistas son los referidos al tráfico ilegal de madera, el narcotráfico y las maniobras gubernamentales para desalojar a las comunidades rebeldes de Montes Azules. Y también de la “caravana” de medio centenar de jeeps “de lujo” con pasajeros extranjeros que acaba de recorrer la selva Lacandona y Montes Azules, escoltada por vehículos de la policía. De todo esto habla hoy la junta zapatista.

“Es mentira eso de que los aserraderos son de nosotros. Bien saben que son de priístas que tienen permiso del gobierno para saquear los bosques de maderas preciosas y de pino”.

(Por cierto, y para muestra de cómo se fabrica “la verdad” del gobierno federal, viene a cuento recordar que en días pasados la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente anunció el cierre de un aserradero en Altamirano, llamado el Nantze. El vocero estatal de la Semarnat se llenó la boca para señalar que esto ocurrió “en territorio zapatista”. Al parecer la Profepa no revisó los antecedentes antes de realizar tan gallarda acción: dicho aserradero fue inaugurado por el exgobernador Alberto Albores Guillén y entregado a campesinos priístas).

“Claro que muchos de estos aserraderos están dentro de los municipios autónomos, pero es el gobierno que los protege y da los permisos. Hemos sacado citatorios para los taladores priístas y de la Aric. Se niegan a presentarse con nosotros. Y luego inventan que bloqueamos sus caminos. Sólo les decimos que no sigan acabándose el bosque. Que tenemos que ponernos de acuerdo para dar la solución. No quieren. Se sienten protegidos”, dice otro miembro de la JBG. “Y es cierto, sólo con apoyo oficial pueden sacar tráilers con madera hasta las calles de Ocosingo”.

Ilustra enseguida el caso de San Antonio Las Delicias Pamalá “y otros cuatro aserraderos” dentro del municipio autónomo Francisco Gómez, donde los árboles salen horizontales y tasajeados de día y de noche.

“También por Santa Lucía, en la cañada de las Tazas (municipio autónomo San Manuel) sacan maderas preciosas, caoba y cedro, en planchones colocados en los carros de priístas, y encima llevan a los pasajeros para disimular. Esas cosas sólo las hacen con protección de la seguridad pública y el gobierno de Ocosingo”.

Sobre ese otro tema favorito de la temporada, la presunta existencia de cultivos de drogas en territorios autónomos zapatistas, “la JBG prohíbe el paso de droga y su presencia en cualquiera de nuestras tierras y comunidades. No puede haber mentira más grande que esa de que apoyamos a los narcotraficantes. Desde antes de que formáramos los municipios autónomos ya nuestras comunidades habían prohibido todo eso, y eso es bien sabido en el mundo y por el gobierno. Que no se hagan tontos. Nomás están fabricando historias”.

La JBG, agregan, “está resolviendo muchos problemas de las comunidades, pero de eso el gobierno no está dispuesto a reconocer nada. No realizamos ningún tipo de acción militar, sino que buscamos alternativas de solución, y salen bien”.

Aventuras y desventuras en Montes Azules

Sobre las presiones gubernamentales para desalojar los pueblos de Montes Azules, la JBG admite que las campañas de televisión y prensa se refieren más al sur de la reserva de la biosfera, y no se habla de las poblaciones del municipio autónomo Ricardo Flores Magón, perteneciente a esta JBG.

Pero las autoridades gubernamentales están sembrando la discordia y preparando la expulsión de los zapatistas. La denominada “representante especial” de la Secretaría de la Reforma Agraria, Martha Cecilia Díaz Romo, “anda convenciendo a los priístas de Nueva Palestina, Cintalapa, Chamizal y San Antonio Escobar para que se metan a la tierras de los zapatistas en Montes Azules con la promesa de que se las van a legalizar”.

Así, desalojarían a las poblaciones de El Suspiro, Seis de Octubre y San Pedro, agrega la JBG. Esa funcionaria “entra caminando por Nueva Palestina hasta San Antonio Escobar, para convencer a los priístas”.

Por último, en relación con la caravana de jeeps deportivos tripulados por extranjeros que recorrió la selva la semana pasada e inquietó a las comunidades de todo el perímetro de Montes Azules, la JBG sólo se refiere al paso de los deportistas por San Jerónimo Tulijá y el puente de Tulijá.

“Llegaron a subir con sus jeeps de lujo a unos cerros, que son parcela de un priísta, pero no tenían permiso ni de los priístas ni de los zapatistas”. Por esa zona pasaron unos 30 vehículos, del medio centenar que conformaron el “safari”.

Guiados por una persona del Distrito Federal, dijeron proceder de 21 países y estar haciendo “competencias”.

“Los gringos de los jeeps no se ven tan pendejos, están preparados militarmente. Unos entraron por Chancalá, otros por el puente de Tulijá. Dijeron que practican turismo y tienen permiso del gobierno federal, del estatal, de unos senadores, los soldados y los judiciales.

“Subieron un cerro que hay allí, y por las piedras se dejaron venir. Chingones que están sus carros. Bien cerca del campamento militar de Tulijá, tomaban película. Los priístas los protegían con sus machetes”.