A pesar de la estrategia de terror y guerra sigue la Minga y el Paro Nacional en Colombia

Las comunidades deciden movilizarse para alzar la voz y la alegría, para mostrar las ganas de vivir y luchar en un país donde todos los días uno es una cifra más en la larga lista de este estado asesino. El pueblo se levanta para decir que nos dejen vivir, que no nos maten, que queremos vivir dignamente, bonito y sencillo y la respuesta del gobierno viene en armas de fuego, porque a él, le aterra el hecho de que la dignidad se tome las calles.




La estrategia de terror y guerra no nos va a arrebatar la alegría

Como Tejido de comunicación

rechazamos las acciones que atentan la vida, vengan de donde venga

Hoy como todos los días alzamos nuestra voz de rechazo en contra de los grupos armados (legales e ilegales) que por muchos años han desangrado el país, dejando como resultado muertos, desaparecidos, desplazados y un sin número de familias desconsoladas.

Este plan de muerte que se alimenta del terror y la guerra ha querido sembrar el miedo en las comunidades y se ha camuflado de muchas formas, una de ellas fue la ilusión de “una paz duradera”, una paz que se firmó entre los actores armados, para seguir matando al pueblo.

Nunca paro el asesinato a líderes y lideresas sociales, nuestros territorios siguieron siendo el tema de disputa porque a este gobierno le falta tierra y le sobra gente, entonces en respuesta a todo esto las comunidades nos hemos levantado un sinfín de veces para rechazar toda esta política de muerte y de despojo a la que este estado asesino ha respondido con bala, para de esa forma, garantizar una política de seguridad para los ricos de este país.

Otra de las amenazas para los pueblos, llega camuflada con la pandemia del covid 19, uno de los años más críticos para Colombia, ya que el gobierno de Iván Duque con su estrategia de cuarentena y aislamiento obligatorio y con el respaldo de los medios masivos de comunicación, crearon una cortina de humo con la que siguieron masacrando, desplazando y estigmatizando a las comunidades por medio de su ejército de muerte al que denominan fuerza pública y que han sido los responsables directos de los muertos y heridos de este pueblo al que matan a bala y de hambre.

En respuesta a todo esto las comunidades deciden movilizarse para alzar la voz y la alegría, para mostrar las ganas de vivir y luchar en un país donde todos los días uno es una cifra más en la larga lista de este estado asesino. El pueblo se levanta para decir que nos dejen vivir, que no nos maten, que queremos vivir dignamente, bonito y sencillo y la respuesta del gobierno viene en armas de fuego, porque a él, le aterra el hecho de que la dignidad se tome las calles.

Actualmente nos encontramos en un escenario de resistencia, que lleva un mes y pucho de tomarse dignamente las calles, en donde los miedos quedaron atrás porque como ya lo hemos dicho, no son nuestros.

Un mes donde la fuerza pública ha matado desde la legalidad que le concede el estado y donde (descaradamente y acolitado por los medios masivos de comunicación) surgen nuevamente grupos paramilitares (gente de bien) que atentan contra los que se movilizan desde la digna rabia.

Todos los días en este país del sagrado corazón hay muertos, heridos, desaparecidos, todos los días hay uno, hay una menos y en nombre de ellos seguimos movilizados porque nadie tiene el derecho de negociar su lucha.

El día de hoy nos tocan nuevamente, tocan la alegría y la palabra de un pueblo en un atentado, en una guerra que no nos pertenece, pero en la que siempre hemos sido los afectados directos. El día de hoy asesinan al compañero Juan David Guegue, autoridad del resguardo de Munchique los Tigres, a la señora Aleida Perafan, mujer de 54 años, dejan heridos a los compañeros: Floresmiro Trochez, comunero de Munchique los Tigres, al compañero Cesar Galarza, comunicador del Tejido de Comunicación ACIN, a la compañera Beatriz Cano, mujer comunicadora del Tejido de comunicación ACIN y a su hija, Ayelen Guetio Cano, de cinco años de edad.

El dolor y la rabia que nos embarga no se puede explicar, en este momento solo surgen preguntas como ¿cuándo va a terminar esta horrible noche? ¿Cuánta sangre se va a seguir derramando en el territorio mientras se defiende la vida y la palabra digna?

Por mucho tiempo hemos luchado bajo las consignas de resistencia que son himno y legado en nuestra comunidad y se ha derramado sangre desde la dignidad que nos ha echado a andar en este camino, porque miles nacerán, pero hoy atentan contra nuestras semillas (Ayelén), contra nuestros jóvenes (Daniela Soto, herida el pasado nueve (09) de mayo, junto a otros 11 compañeros guardias indígenas y de procesos juveniles de la organización, Sebastián Jacanamijoy, asesinado el pasado 28 de mayo, entre otros cientos de casos que se han dado en el país) esto es una guerra directamente contra el pueblo, siempre lo ha sido, hoy en día el estado quiere borrar la memoria, el arte y la palabra con la que caminamos nuestra lucha porque saben que la resistencia que se está dando es joven, digna y rebelde.

Desde este espacio de comunicación seguiremos siendo la voz, seguiremos contando los dolores y alegrías del pueblo, seguiremos en minga, ahora con más fuerza y dignidad porque la estrategia de terror y guerra no nos va a arrebatar la alegría.

Por ahora les contamos que Cesar Galarza, está estable, listo para seguir cantándole a la vida.

Nuestra compañera Beatriz Cano está en estado delicado, aferrándose a esta vida para cantar con fuerza las canciones de Galarza.

Su hija, también, Ayelén entro en cirugía, aún estamos pendientes de su evolución.

Por acá les estaremos contando de su estado, mientras tanto les pedimos fuerzas para ellas y para el territorio.

Desde el tejido de comunicación, abrazamos a cada una de las familias a las que hoy les arrebataron a sus seres queridos.

Fuerza para la familia de Juan David Guegue y Aleida Perafan.

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PRONUNCIAMIENTO FRENTE A LA SITUACIÓN DE DERECHOS HUMANOS 3 Y 4 DE JUNIO 2021

 

Las 22 autoridades ancestrales indígenas y los 7 Thu’thenas we’sx como representantes de los planes de vida y las comunidades originarias del norte del cauca, rechazamos y condenamos todo acto de violencia y en especial los funestos sucesos de los días 3 y 4 de junio en que grupos armados han atacado a la fuerza pública, generando la muerte y lesionando la integridad de miembros de nuestras comunidades, así como de agentes de la policía y el ejército, tal como lo resumen nuestros boletines de Derechos Humanos.

Como proceso organizativo de largo recorrido histórico manifestamos que nuestra convicción de PAZ y la búsqueda de la armonía han sido principios irrenunciables, por lo que siempre hemos rechazado estos actos de muerte en nuestros territorios, tras las constantes agresiones sufridas en nuestra comunidad a manos de los diferentes actores armados, de quienes lamentamos profundamente su situación pues en realidad son personas humildes del mismo pueblo, mientras los verdaderos autores intelectuales y sectores hegemónicos de poder mantienen la impunidad a sus anchas.

En este punto manifestamos nuestra preocupación frente a los señalamientos que circulan en redes sociales con opiniones hacia la minga, las comunidades movilizadas y demás expresiones del paro, que justifican muertes de lado y lado, denotando una degradación de los objetivos y propuestas del paro nacional en ejercicio legítimo de la protesta social. Por lo que condenamos la estigmatización y las acusaciones tendenciosas que irresponsablemente propician la continuidad de las afectaciones a los derechos humanos.

Desde nuestra cosmovisión y nuestra ley de origen demandamos el retorno al equilibrio y exigimos no se nos involucre más en una guerra ajena, pues las transformaciones sociales que soñamos requieren de dejar atrás, de una vez por todas los interminables ciclos de violencia que han caracterizado la historia de este país.

Exigimos a los medios de comunicación locales que no difundan información sin las investigaciones pertinentes y exigimos a los entes investigadores la aclaración de los hechos con objetividad y sin ningún sesgo político. Lamentamos profundamente lo sucedido a todos los afectamos, al tiempo que nos solidarizamos con los familiares de los compañeros que han trascendido al otro espacio; e imploramos por la pronta recuperación de los heridos que aun luchan por sus vidas.

“Cuenten con nosotros para la paz nunca para la guerra”