Nicaragua: La solidaridad no es un delito. Cabildear tampoco

LA SOLIDARIDAD NO ES UN DELITO, CABILDEAR TAMPOCO

Cuando luchábamos contra la dictadura somocista, una de las tareas más importantes -sin la cual tal vez no hubiéramos podido derrotarla, era la del trabajo de cabildeo, información internacional y organización de redes de solidaridad. Era esencial cabildear con los gobiernos para que entendieran los sufrimientos de que éramos víctimas los nicaragüenses por parte del dictador.

Y una de las más importantes era la de hablar con los congresistas norteamericanos, preferentemente los demócratas para que presionaran a su gobierno, y al gobierno de Somoza en la dirección de suspender estado de sitio, restituyeran libertades y pararan la represión. Se cabildeaba en la OEA, en las Naciones Unidas, ante los gobiernos y organizaciones.

Con la llegada de Carter a la presidencia de Estados Unidos, el cabildeo se intensificó para que hiciera realidad su discurso de defensa de los Derechos Humanos, aplastados en Nicaragua. Recordemos a Fernando Cardenal, y los sacerdotes que desde las montañas denunciaron los atropellos de aquella dictadura. Y esta tarea era particularmente dura porque para entonces Somoza era uno de los peones mas importantes de los Estados Unidos en la región. Solo se preocuparon cuando empezó a ser factor de inestabilidad. Al igual que ahora, porque hasta 2018 los Estados Unidos estaban muy cómodos y tenían las mejores relaciones con Ortega en los temas claves, migración y narcotráfico.

A finales de los años 70 llegamos a construir una red de solidaridad de gobiernos como el de Venezuela, Panamá, Costa Rica y Cuba que permitió al movimiento insurgente recibir fondos y hasta ayuda militar: Armas y municiones de todo calibre que fueron usados por el movimiento guerrillero anti somocista de aquel entonces.. Al final se consiguió que la OEA desconociera a Somoza por sus actos genocidas y que los gringos presionaran la renuncia de Somoza.

Eso era justo ayer, ¿por qué no es justo ahora?

Cuando las sociedades marchan bien, hay respeto a las libertades, las fuerzas políticas pueden disputarse libremente el poder, nadie anda cabildeando afuera. Y no es prohibido que las organizaciones de la sociedad civil, llámense sindicatos, movimientos sociales, ONGs. Reciban apoyo internacional, organicen plataformas de interrelación y reciban apoyo para sus tareas. Entre las organizaciones existe el principio de la solidaridad, que se aplica sin que te llamen por eso injerencista, vendepatria, o mata mama.

Entonces me pregunto: Si en Nicaragua no hay libertades de ningún tipo, y una mayoría nos sentimos oprimidos, pues no nos permiten marchar, ni reunirnos pacíficamente, ni siquiera bajo techo, si los periodistas son acosados, golpeados o encarcelados como ocurrió con Miguel y Lucia. Si hay violación flagrante de nuestros DDHH, si el gobierno es responsable de crímenes de Lesa Humanidad. Si nos oprime un poder ABSOLUTO, OMNÍMODO DE LA PAREJA PRESIDENCIAL que controla todo los poderes ¿Cuál es el delito de hacer cabildeos y gestiones internacionales para que apoyen la lucha del pueblo contra este dictador, sancionen al gobierno, y exijan que Nicaragua cumpla con tratados internacionales referidos a Democracia, Derechos Humanos y Justicia?

Todo el discurso que se está tejiendo para justificar el encarcelamiento de los precandidatos y otras figuras políticas se cae por su propio peso. Porque los delitos de los que se les acusa son creados en leyes que fueron diseñadas precisamente para impedir el derecho a la libre expresión, a la libre movilización, a la libertad de organización y a elecciones libres, justas y transparentes. Leyes a la medida de una dictadura.

No es delito protestar, ni organizarse ni cabildear internacionalmente contra un gobierno opresor. Lo que está haciendo el gobierno es una violación flagrante del derecho a la libertad de pensar DISTINTO. Los detenidos son presos políticos, presos de conciencia. Por ello no podemos menos que EXIGIR LA LIBERTAD DE CRISTIANA CHAMORO, VIOLETA GRANERA, ARTURO CRUZ, FELIX MARADIAGA, JUAN SEBASTIAN CHAMORRO, JOSE ADAN AGUERRI, así cómo la de los 120 presos políticos incluyendo a MARVIN VARGAS: Para todos ellos gritamos: ¡ LIBERTAD, LIBERTAD, LIBERTAD, LIBERTAD!