¿Qué es el marxismo ortodoxo?

Descarte a Lenin. Si el lector hace esto, aparece una prístina y desafiante comprensión de Marx.



¿Qué es el marxismo ortodoxo?

Richard Gunn

Comunizar

Mi título es una cita. “¿Qué es el marxismo ortodoxo?” es el título del ensayo con el cual comienza Historia y conciencia de clase de Georg Lukács de 1923. El ensayo expone es un marxismo muy alejado del materialismo dialéctico ortodoxo (DIAMAT) que proclamó la Unión Soviética.

Para la Unión Soviética, la comprensión de Marx y del marxismo descansaba en los escritos filosóficos de Friedrich Engels, el amigo y colaborador de Marx. Para el último Engels, el marxismo era lo que alguien no-marxista podría denominar como una “metafísica”. En el centro de esta metafísica estaba la idea de una dialéctica de la naturaleza y “leyes de la dialéctica” de las cuales Engels enumeraba tres. Existe, en primer lugar, la ley del “trueque de la cantidad en cualidad”. A continuación, la ley de la “penetración de los contrarios”. Y, finalmente, venía la “negación de la negación”.1 Aquí no exploro las ideas de Engels. Las menciono al pasar para ilustrar la diferencia entre el DIAMAT y la obra de Lukács.

El ensayo que Lukács denomina “¿Qué es el marxismo ortodoxo?” se ocupa de la práctica y su relación con la teoría. La dialéctica de la naturaleza de Engels es tratada con soberana indiferencia. Como era previsible, Historia y conciencia de clase fue castigado por el movimiento comunista. Como se esperaba de él, Lukács criticó su obra. El DIAMAT sobrevivió, por el momento. Pero el libro originó una tradición denominada a veces como “marxismo occidental”. La tradición sobrevivió a la Unión Soviética y plantea preguntas sobre el capitalismo en nuestros días.

Mi objetivo en este artículo es llamar la atención a la discusión de Lukács sobre teoría y práctica. Mientras que el DIAMAT está muerto, deberíamos celebrar el camino que inició Lukács en 1923.

Lejos de recurrir a la Dialéctica de la naturaleza de Engels, Lukács tomó como punto de partida los escritos tempranos de Marx. Aquí Marx afirma que “la teoría se hace fuerza material en cuanto que aferra a las masas”.2 Pero hay una complicación. “En ese mismo escrito citado” -dice Lukács-, Marx enfatizó en las condiciones para que la teoría y la práctica vayan juntas de una manera no problemática: “no basta con que la idea reclame la realidad; también la realidad tiene que tender al pensamiento”.3 El punto de Marx no es, pienso, que deba haber una feliz coincidencia entre los aspectos subjetivos y objetivos o teóricos y prácticos de la realidad. Es que todas y cada una de las dimensiones de la realidad humana deben articularse en las afirmaciones de la teoría. Es aquí, después de todo, donde se afirma un famoso dictum del joven Marx: “ser radical es tomar el problema por la raíz. Pero la raíz para el hombre es el hombre mismo”.4 Sea como sea, la complicación apenas indicada no evita que Lukács ubique la unidad entre teoría y práctica o, como la denomina Historia y conciencia de clase, “la relación dialéctica del sujeto y el objeto en el proceso histórico”, en el centro de la obra de Marx.5 El materialismo histórico, sea como sea que se entienda esta expresión, no se construye como una ciencia externamente aplicada a la historia. Se construye como el devenir de la conciencia de sí del proletariado. Las “leyes de la dialéctica” de Engels y la famosa, o notoria, metáfora de base-y-superestructura de Marx6 no desempeñan papel alguno en el pensamiento de Historia y conciencia de clase. “Lo que diferencia decisivamente al marxismo de la ciencia burguesa (nos dice Lukács) no es la tesis de un predominio de los motivos económicos en la explicación de la historia, sino el punto de vista de la totalidad”.7 Puesto que las categorías de teoría y práctica deben considerarse juntas, una comprensión de Marx basada en la práctica choca con la separación estricta del pensamiento respecto de las categorías económicas en la cual insiste el modelo de base-y-superestructura.

Hasta aquí, mi presentación de Historia y conciencia de clase es laudatoria. Puede afirmarse con entusiasmo que este “herético” texto de Lukács de 1923 inició la tradición a la cual, mucho más tarde, pertenece el “marxismo abierto”.8 Sin embargo, debemos plantear algunas reservas.

¿Cómo entiende Lukács la totalidad? Su rechazo de la noción de “motivos económicos en la explicación histórica” nos conduce a pensar a la sociedad como vinculada o entretejida de una manera interna. La teoría existe en y a través de la práctica –y viceversa. Para Marx, y para el pasaje de “¿Qué es el marxismo ortodoxo?” del que partimos, la conexión [relatedness] interna es (así lo considero) la idea clave. Para Lukács, la posición no es sencilla. Historia y conciencia de clase señala la noción de “totalidad”, pero sólo es discutida en el Lenin del autor de 1924. Y aquí, lo que dice no alcanza para representar las relaciones sociales de una manera entretejida.

En las páginas sobre la totalidad de su estudio de 1924, Lukács está preocupado por defender a Lenin de la acusación de pensar de una manera “atrasada” o “subdesarrollada”. Sin importar qué podamos pensar sobre esta acusación, la defensa de Lukács es interesante. Rusia, leemos, puede haber sido “un país campesino y atrasado”, pero Lenin tiene en mente “el desarrollo entero del capitalismo”.9 De aquí su aprobación de la concepción de que el proletariado (antes que el campesinado) era la clase dirigente. Formalmente, esta visión es compatible con una representación según la cual Lukács (y Lenin) invocan la totalidad para esquivar una visión parroquial de las relaciones de producción rusas, pero representa a las relaciones de producción de una manera meramente “básica” o economicista. No estoy acusando aquí a Lukács de economicismo. Pero si el punto de vista de la totalidad es separar al marxismo de un interés en los “motivos económicos”, no se explicita la ruptura. La ruptura, si existe, no ocurre aquí. ¿Estaba escribiendo aquí Lukács de una manera que hacía las paces con la ortodoxia del movimiento comunista? No tengo idea.

Mis comentarios sugieren otro problema aún más básico de los escritos de Lukács. Se trata de su adulación a Lenin. Si Historia y conciencia de clase apunta más allá de las tendencias más recientes en el marxismo, su leninismo lo ancla en un pasado no crítico y no reconstruido. El foco en la teoría y la praxis con el que comienza Historia y conciencia de clase espera el deus ex machina de la enseñanza leninista para arrojar luz sobre lo que significa la conciencia del proletariado. El marxismo abierto, tal como yo lo entiendo, deja de lado la noción elitista de un deus ex machina histórico. Lenin, debemos recordarlo, fue un defensor entusiasta del último Engels. La visión adoptada en este artículo permite que Historia y conciencia de clase hable por sí mismo.

En el movimiento comunista de su tiempo, Lukács fue muy criticado por su actitud desdeñosa respecto de las leyes dialécticas de Engels. Hoy es difícil recordar la pasión que generó una crítica a Engels. Al riesgo de tomar posición en un debate que devino inexistente, concluyo con un pasaje del que los exponentes del DIAMAT deberían arrepentirse. Dice así: “Esta limitación del método [dialéctico] a la realidad histórico-social es muy importante. Los equívocos dimanantes de la exposición engelsiana de la dialéctica se deben esencialmente a que Engels –siguiendo el mal ejemplo de Hegel [en su Encyclopaedia, volumen 2]- amplía el método dialéctico también al conocimiento de la naturaleza. Pero las determinaciones decisivas de la dialéctica –interacción de sujeto y objeto, unidad de teoría y práctica, transformación histórica del sustrato de las categorías como fundamento de su transformación en el pensamiento, etcétera- no se dan en el conocimiento de la naturaleza”.10

Mi advertencia al lector de Lukács es: descarte las retractaciones y cualificaciones que el autor se vio forzado a hacer. Descarte a Lenin. Si el lector hace esto, aparece una prístina y desafiante comprensión de Marx.

Junio de 2021. Comunizar. Traducción del inglés: Alberto Bonnet. 

Notas:

1 F. Engels: Dialéctica de la naturaleza. México: Grijalbo, 1961, p. 41.

2 K. Marx, citado en G. Lukács: Historia y conciencia de clase. México: Grijalbo, 1969, p. 2.

3 G. Lukács: ibidem.

4 K. Marx: “Contribución a la crítica de la filosofía del derecho de Hegel. Introducción”. En Escritos de juventud sobre el derecho. Textos 1837-1847. Barcelona: Anthropos, 2008, p. 103.

5 G. Lukács: idem, p. 4.

6 Véase especialmente K. Marx: Contribución a la crítica de la economía política. México. Siglo XXI, p. 4 y ss.

7 Lukács, G.: idem, p. 29.

8 Véase especialmente A. C. Dinerstein, A. García Vela, E. González y J. Holloway (eds.): Marxismo abierto. Una visión europea y latinoamericana, tomo III. Buenos Aires – Puebla: Herramienta – ICSyH-BUAP, 2021 (en prensa).

9 G. Lukács: “Lenin. Estudio sobre la coherencia de su pensamiento”. En Lenin – Marx. Buenos Aires: Gorla, p. 33.

10 G. Lukács: Historia y conciencia de clase. Ed. cit., p. 5, nota.