Chile. Primarias presidenciales: El pueblo propina nueva paliza a la partidocracia. 80% de abstención

Partido Comunista hace el ridículo y es derrotado por la wisky izquierda de los hijitos de papá.
Los partidos pinochetistas son derrotados por un ex demócrata cristiano.
Está visto que el estado chileno hace agua y no lo arreglan con una “nueva” constitución



Primarias presidenciales no atraen votantes, el pueblo sigue en estallido y se abstiene masivamente

 

Grandes derrotados fueron el Partido Comunista y los partidos de la derecha pinochetista. Boric de la izquierda universitaria es el favorito de las clases medias y Sichel ex demócrata cristiano que trabajó con Bachelet y con Piñera es escogido de las clases altas. No participaron las candidatas del Partido Socialista y de la Democracia Cristiana que esperan negociar para definir el juego de billar a tres bandas en representación de las capas medias acomodadas.

 

Así estamos asistiendo al relevo de la vieja partidocracia por la nueva, lo que significa que nada cambiará: seguirá la gran minería destruyendo las tierras, seguirán los chinos aumentando su control sobre la energía eléctrica, seguirán las forestales aniquilando los territorios, seguirán los mapuche sometidos por el estado chileno, seguirán los militares, en fin que hay muy poco que cambiar, salvo la cosmética.

 

Tres cuartas partes de los chilenos se han abstenido y con eso demuestran que el pueblo tiene la capacidad de utilizar la soberanía popular instalando la administración de los barrios entre vecinos mediante la autogestión y la democracia vecinal. Pero tendrá que superar las organizaciones de izquierda y de derecha, dejar atrás esa batalla binaria por los cargos del poder y sustituirlos por la democracia directa.

 

De un total de 14.855.000 electores votaron una quinta parte, alrededor de 3 millones de votos, en tanto cuatro quintas partes se ausentaron. La socialdemocracia del PS ya no regresa a la izquierda y deberá cerrar filas junto a la DC y el PPD en el centro para repartirse el parlamento  con el 1.700.000 la izquierda burocrática, 1.300.000, la derecha y lo que quederá para el centro, o sea, tres partes casi iguales que es lo que conviene a los empresarios que podrán seguir rapiñando mientras por progresistas le ponen buena cara al estado.