Efectos sociales de la pandemia: la clase media argentina se achica

Una introducción a la magnitud de lo que está pasando con esta Covid lo da el hecho que cerca de dos millones de argentinos dejaron de pertenecer a la clase media, lo que afirma un Informe del Banco Mundial que se ha hecho público.



Efectos sociales de la pandemia: la clase media argentina se achica

 

CLAE
Rebelión  
27/07/2021

Una introducción a la magnitud de lo que está pasando con esta Covid lo da el hecho que cerca de dos millones de argentinos dejaron de pertenecer a la clase media, lo que afirma un Informe del Banco Mundial que se ha hecho público. Según el mismo, en el 2019 estábamos por debajo de Uruguay, Chile y Panamá y a fines del 2020 también hemos sido superados por Costa Rica e igualados por Brasil.

Estas cifras señalan la culminación de un Informe más general de la última década según el cual la inflación fue del 1.500% y después de mucho tiempo, forman parte de la clase media menos de la mitad de los argentinos (45%). Mientras que los sectores más pobres, que históricamente se ubicaban entre un 15 y 20%, pasaron a tener más de un 40%. Este es el resultado de una Argentina que lleva 10 años de estancamiento.

Pero ésto no ha sido igual para todos. Todo lo contrario: creció el gigantesco abismo que históricamente ha existido entre los más pobres y los dueños de grandes fortunas en Argentina y en toda Latinoamérica.

El número de multimillonarios en la región (con patrimonio superior a los mil millones de dólares) subió más del 40% (de 76 a 107) y su riqueza se incrementó casi un 70% (de 284 a 480 mil millones). Estos datos surgen de comparar las cifras de marzo del 2020, con mayo de este año, según una estimación del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo, PNUD.

Los cinco multimillonarios más ricos de la Argentina, Marcos Galperin (Mercado Libre), Paolo Rocca (Techint), Gregorio Pérez Companc (Molinos), Alberto Roemmers (Roemmers) y Eduardo Eurnekian (Aeropuertos) suman, según la misma fuente, 15.700 millones de dólares, menos del 10% de la riqueza de Jeff Bezos, el hombre más rico del mundo.

Este fenómeno está extendido a toda la región. Tampoco en los sectores más empobrecidos hay una justicia en el reparto de dolores y limitaciones.

Según otro Informe de la Organización Internacional del Trabajo, la pérdida de ingresos y puestos de trabajo de las mujeres, durante la pandemia, ha sido mucho más importante que respecto al que padecieron los varones. Estos datos recientes hay que agregarlos a otro que viene de una tradición que se reconoce pero no se corrige: las mujeres perciben un salario que es un 20% inferior al de los varones.

Para tener una dimensión política y social de estos datos, en estos días tomaron estado público declaraciones del “hombre fuerte” de los gobiernos kirchneristas, el ex Ministro Planificación Federal, Julio de Vido, quien comenzó trabajando con Néstor Kirchner caundo éste aún era gobernador de la sureña provincia de Santa Cruz.

A este personaje durante años se le encomendó una tarea clave. Fue el responsable de la transferencia de recursos del sector estatal a los “amigos del poder”, que formaban parte del núcleo más concentrado del viejo o nuevo poder económico nacional.

Pasó un par de años preso y -abandonado por el cristinismo- se ha transformado en un fuerte crítico de este gobierno. En un reciente reportaje dijo algunas cosas que pueden dar cuenta de sus broncas pero también de situaciones que otros prefieren callar. «Hay un problema muy grave… Veo venir una suerte de implosión social, algo peor al que se vayan todos»

Bajante del rio Paraná: piden limitar consumo agua

Las autoridades comienzan a tomar nota de la grave situación que está produciendo la bajante del Río Paraná. Son tres las principales noticias al respecto. Se trata del pedido a las poblaciones de las siete provincias (Formosa,  Misiones, Chaco, Corrientes, Santa Fe, Entre Ríos y Buenos Aires) que bañan las aguas de ese río para que limiten el consumo diario de agua. Las previsiones para compensar los déficits energéticos que supone la baja del nivel de las aguas y la decisión de aportar un fondo especial de mil millones de pesos para ser destinados a esta emergencia y que estará a disposición de un Comité de Crisis que preside el Jefe de Gabinete.

La preocupación se va extendiendo y alcanza también a la problemática del transporte del 80% de las exportaciones agroindustriales que transitan por esa cuenca.

El gobierno le ha pedido a la población: “ahorrar agua en el consumo diario” y “almacenar agua de lluvia y utilizarla para regar” y “evitar la quema de pastizales” que -en esta época del año- suele utilizarse para ampliar las fronteras agropecuarias.

Hay dos formas de abordar este problema. Desde la coyuntura la evolución está sujeta a que se continúe o no la bajante, en ello pueden influir las circunstancias de algunas lluvias que podría ampliarse hacia el mes de diciembre y con ello mejorar la situación, como las producidas en estos días en Brasil.

Desde el punto de vista estratégico la cuestión es mucho más compleja y respecto a la cual no aparece un remedio a la vista. Esto es así porque ello está ligado a la deforestación que se continúa en la cuenca del Cerrado en Brasil y que ya han liquidado la forestación de centenares de miles de kilómetros cuadrados.

Esta política criminal la realizan todos nuestros países e incluso se ha incrementado desde el inicio de la pandemia. En el sur de Nuestra América, Brasil, Bolivia y Argentina, marchan a la cabeza de esta nefasta tendencia.

Juan Guahán. Analista político y dirigente social argentino, asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)