Unión de Resistencias Cali: “Nosotros vamos por Poder Popular, ya nos estamos leyendo como movimiento social”
Vida Digna
En el marco del Paro Nacional 28A en Colombia, cumplimos 100 días de un estallido social con diferentes protagonistas y dinámicas colectivas, entre ellas las Primeras Líneas. Durante la reciente Asamblea Nacional Popular -ANP- en Cali, hablamos con dos vocerías y dos integrantes de Primera Línea, hoy de la ´Unión de Resistencias Cali – Primera Línea Somos Todos y Todas -URC-´. Las voceras de Bocha Pacífica y Portada Resiste nos describieron la implosión de la desigual administración de capital del Valle del Cauca, y cómo lograron mostrar lo que el Gobierno Nacional ocultaba en la tercera ciudad más importante de Colombia: el abandono del Estado. Lecciones aprendidas y desafíos para los diversos Puntos de Resistencia, especialmente para Bogotá, territorio de brutal represión y falta de diálogo con la alcaldesa Claudia López.
Vida Digna: Presentémonos, ¿ustedes cómo definirían cada uno de sus puntos de resistencia?
Bocha Pacífica: Nuestro punto era familiar, salían niños, ancianos, salían las mascotas, estábamos ahí en el puente, se ponía la música, se hacían pinturas, se había alcanzado a pintar el piso con «Duque, Chao Duque» y «Cali Resiste» y «Bochalema Resiste». Era como de familiares y siempre había unos compañeros de primera línea ahí haciendo el bloqueo, nosotros bloqueábamos una salida que era para para entrar a Ciudad Balín, éramos el último punto de Cali. Nosotros cerrábamos la vía Panamericana, no permitíamos el ingreso a Cali.
Cuando nosotros estábamos en el bloqueo sobre la Vía Panamericana, nosotros teníamos las personas que hacían las barricadas, que estaban ahí pendientes; después estaba también la cocina, estábamos en frente a la Universidad Autónoma, ahí con el fogón; no teníamos como tal brigada médica, pero sí estaban los implementos médicos ahí al lado de la cocina; había un grupo de chat, entonces era «yo hago tanto de arroz», «yo hago tanto de no sé qué» y lo llevaban y lo complementaban en la olla, era 24 horas la gente que se quedaba ahí.
Portada Resiste: Pues creo que todos los puntos de resistencia tenían la misma dinámica, o tienen la misma dinámica al inicio: Después de una gran movilización, que fue lo que se promovió el 28A, la gente empieza a resistir detrás de trincheras porque son atacados. Yo todavía no sé cómo a alguien se le ocurre la idea de no devolverse la casa, de resistir 24/7, porque pues haciendo el análisis, realmente lo de las primeras líneas ya venía del 19, del Paro del 2019, y digamos que las barricadas también se han utilizado precisamente en la defensa del ataque a la movilización, pero lo que no sé cómo explicar, de manera más clara, es por qué no nos devolvimos para las casas y por qué seguimos habitando el espacio.
B.P.: Pero depende, porque eso sí depende de la especificidad del punto, la condición socioeconómica de los puntos. En los puntos que nosotras dos estamos son muy diferentes a los puntos por ejemplo del oriente o a los puntos de la ladera, que siempre han sido zonas marginalizadas y excluidas acá en Cali; son personas que no tenían casa, no tenían trabajo, no tenía nada en su vida, eran «los nadie» y pasaron a convivir, a tener más de tres comidas al día, a tener medicina, a sentirse alguien, ¿por qué se van a ir si ni siquiera tenían casa?. Entonces ellos preferían eso.
P.R.: Mi punto es al oeste, pero un oeste distinto al de ella porque, aunque quienes bloqueábamos éramos los pobres, si vos divides esto por territorios según el POT [Plan De Ordenamiento territorial], de esa Comuna 1 también hacen parte «gente de bien», pero obviamente no hubo ni una sola «gente de bien» en mi punto, y nunca la hubo, nunca jamás. Al contrario, con ellos tuvimos una guerra tipo Ciudad Balín con los de Lombocho, a nosotros nos dieron bala siempre ellos, hasta el último instante, ellos nunca estuvieron con nosotros. Era una lucha de clases, yo siempre se lo dije a ellos, mi vecino literalmente era estrato 6 y era el concejal, el Carvajal, el dueño de medio Valle del Cauca. Nosotros no estamos bloqueando a cualquier pelagato.
Por ejemplo, con el señor de los aguacates, él vende aguacate ahí a la vuelta y con eso ha sobrevivido toda la vida, pero él cerraba su puestico y se iba con nosotros a bloquear. Se arma así la situación de bloquear por atrincherarse para la defensa de la movilización y después de esta trinchera se empieza a dividir la gente en grupos, en lo que hay que hacer: las ollas de las mujeres, otros que gestionaban todo lo de la alimentación, el transporte, dinero para comprar, la misión médica, las donaciones. Entonces eran cuatro frentes en ese momento: primeras líneas, segundas líneas, la olla, y estaba la misión médica -que nosotros nos tomamos una cancha de un barrio-.
V.D.: Ustedes hablan de la relación con el territorio, profundicemos en eso. Hablemos de esta relación de ustedes con el barrio como tal, con las mamás, con los papás. Por ejemplo, con el señor de los aguacates que decía «voy a cerrar ahorita y me voy a ir a acompañarlos en la primera línea a ver cómo ayudo allá», porque ustedes son finalmente del barrio.
P.R.: Yo creo que esa dinámica se dio precisamente porque quienes participan, mayoritariamente, vienen de un contexto netamente territorial, y ahí hay que hablar de muchos agentes, es decir, chicos que de pronto estaban en una pandilla, en mi caso «la viven» y eso es que viven en la calle, las dinámicas de la calle, de barrios complicados: Pandillas, sicariato, robo, ¿sí? Esos son los chicos. Para ellos el territorio, mi cuadra, mi barrio, mi esquina, lo es todo. De ahí se alimenta un poco la cuestión sobre la resistencia en el territorio.
B.P.: Yo creo que la gran diferencia en este momento es que esos puntos de resistencia se hacen en los barrios y la gente que está en los puntos de resistencia es la misma gente del barrio, que es diferente cuando es la movilización, aquí pasó fue que cada uno fue haciendo su trinchera en su barrio.
Yo vivo en Bochalema y soy del punto de Bocha Pacífica, puedo estar ahí porque yo vivo ahí y porque las mamás, y porque toda la gente, toda la dinámica es de ahí mismo, que es distinto a cuando tú llegabas a un sitio de concentración y te ibas, eso no era tuyo, tú no sentías eso como tu territorio, esa es la gran diferencia. Nosotros en la Unión de Resistencias Cali -URC- somos 26 puntos de resistencia y esos son regados en toda la ciudad, y se consolidan por 2-3 barrios, depende.
Sobre lo que tú preguntas, frente a la comunidad, yo creo que hay dos momentos distintos en todos los barrios, independientemente las diferencias que tengamos socioeconómicas y demás cosas, al principio, como fue algo tan del barrio, pues es la misma gente. Entonces tú tenías el apoyo de la gente porque la misma gente de la comunidad era la que estaba. Diferente cuando tú llegas aquí, que «el punto de concentración es la Univalle» sabiendo que acá esta Ciudad Balín, que estamos en el sur, que son otros estratos, entonces la gente se va.
Entonces al principio, y por eso yo creo que surgió tanto y duramos tanto tiempo en las calles, 24-7, era porque nosotros mismos teníamos el apoyo de la comunidad, ¿qué pasa después? ya nosotros vamos perdiendo un poco fuerza, pero por la represión tan dura que tuvimos acá en Cali, entonces la gente se empieza asustar. En mi punto nosotros nos tuvimos que levantar de la Panamericana porque, el día que balearon acá a los compañeros de la Minga indígena, bajaron los vecinos de Ciudad Balín dándonos plomo y con un machete, y a tumbar las barricadas y amenazar a las compañeras de la olla. No fue que no tuviéramos un respaldo sino es que la represión fue muy dura que la gente se fue asustando.
V.D.: No es cosa de legitimidad sino ya de terror que le meten a las personas.
P.R.: Pues es que con respecto a lo del miedo yo siento que sí hay que hacer unas distinciones por puntos. En Bocha pasó algo distinto porque ellos tienen una población más comunitaria. Por eso te digo, mi punto y en otros puntos había una mezcla entre comunidad y estos chicos que viven, o «la viven» como dicen en Apocalipso, que están en la calle y que saben cómo es la calle ¿me entiendes? entonces no es tanto de que tenían miedo. Al contrario, con ellos tuvimos muchos conflictos precisamente porque quienes de comunidad somos estábamos preocupados por su vida, y ellos ya habían perdido hace rato el miedo, te lo digo, desde el 2019.
Entonces no es una cuestión de expresión de superhéroes sino como que ya están… Lo que yo veo… El sistema les hizo perder tanto el valor de la vida que se la creyeron, o sea que su vida no vale nada. Para levantarlos la represión aquí en Cali se volvió una mierda, eso se descontroló total. Los primeros puntos que levantan son los que afectan directamente a la economía: Panamericana, Portada vía Buenaventura y los compañeros de Meléndez, que los levantaron a sangre y fuego el 28 de mayo con fusil contraguerrilla, a Univalle Resistencia lo levantan paracos, la Policía literalmente dando bala y a machete.
Esas primeras líneas que ya habían perdido el valor de su vida, porque ya no es una cuestión de miedo, vuelvo y te digo, es una cuestión de que les hicieron creer que ellos no valen nada, que ellos son la escoria de este mundo, y ellos se lo decían así a la administración, «Nosotros somos nada pa ustedes entonces pues de malas, si nosotros somos basura pa’ ustedes pues de malas». Y ahí ¿vos cómo le contradecís eso?
Es que cuando llega este Paro [28A] la gente ya sabía que nos iban a dar fusil, que nos iban a hacer algo, o sea, ya sabíamos todo porque lo habíamos vivido en el 2019, ya lo sabíamos todo, entonces no había nada sorpresivo, la sorpresa fue para el Gobierno, por eso Ospina [Jorge Iván Ospina] dice «Ay, si, hablemos», porque quien trae los militares aquí fue Ospina, él hace el llamado a la militarización, él le pide auxilio a Iván Duque para recuperar Cali, él lo pide, él no es un santo, a él no le funcionó su toque de queda y la represión que hizo los tres primeros días, 28, 29 y 30 de abril que fueron durísimos. Él pensó que con esa represión todo el mundo se iba otra vez para la casa, pero no, eso fue lo que no previeron ellos y tampoco ninguna organización social: Esa gente no está formada políticamente, pero está indignada, y les hicieron creer que su vida no vale nada.
V.D.: Esa frase es muy dura. ¿Qué se siente eso, que le digan a uno que no vale nada y asumirlo?
P.R.: Ellos me lo decían así, me decían, «no, flaca, qué importa si nosotros somos la escoria pa esta gente», y yo peleaba con ellos, les decía «entonces usted se lo creyó, se lo tragó entero pues, entonces nos vamos a hacer matar porque sí, le vas a poner tu sangre ahí a ellos» y me decían «no, parce, precisamente esa es la guerra” … «Marica, la guerra es estar vivos pa demostrarles a ellos que nuestra vida también vale, que la tuya también vale guevón, esa es». El valor de la vida se perdió porque les hicieron creer a ellos eso.
Primera Línea 1: No es tanto que se perdió el valor de la vida, lo que pasa es que nunca han tenido una oportunidad de ser escuchados y los bloqueos hicieron que fueran alguien. Parce, y comían una vez al día, y ahí comían hasta 3, 4, 5 veces.
P.R.: Le daban refrigerio a media mañana, media tarde. Los primeros 15 días eso era pero qué cantidad de comida. Eso es otra cosa ¿Que cómo nos gestionábamos? ¿Que cómo nos financiábamos? yo no tenía mucho que hacer, a mí me llamaban para darme las cosas, yo no tenía que llamar a nadie y así a todo el mundo les pasó. Como te digo, como había diversidad de gentes, había gente que sabía la calle, entonces era la que coordinaba primeras líneas, seguridad y demás, y por ejemplo en mi caso yo colaboraba con la cuestión de logística. En ese momento empezó a llegar esta gente [administración local], el compañero me decía «compañera, llego Pedrito» y yo «Ajá, y qué quiere que haga», y me decía «Andá y hablá vos» y creo que a todo mundo le pasó lo mismo … “Vaya usted», «No, vaya usted que usted es la que sabe hablar», y así.
Cuando ya vimos que nos caían todos los días a visitarnos, y que querían hablar, hicimos una asamblea, que en ese momento fue como rápido y empezábamos a coordinar lo de las habladas. En ese momento teníamos el sartén por el mango, nosotros nunca buscamos a nadie, o sea yo no creo que ningún punto de resistencia fuera a buscar. Entonces surgen esas categorías de «vocero» o «representante» o » el comité político». En mi caso yo salía del comité político de mi punto.
Entonces ellos [administración local] nos quieren hacer negociaciones por punto. Nosotros siempre le dijimos «no» porque queremos en una mesa sentados con todos. No me preguntes por qué, pero nosotros queríamos saber cómo estaba la ciudad y como estaba el resto de la gente, teníamos esas ganas de «juepucha, cómo están viviendo aquí abajo, cómo estarán, quien será, como harán las cosas» y, por esa curiosidad de conocernos, dijimos siempre “no” a la negociación por puntos. Y cuando nos encontramos ellos también tenían la misma idea que nosotros, todos la teníamos, entonces alguien tomó la iniciativa, pero todos tenían eso de «¿qué será de la vida de los otros?».
P.L. 1.: ¿Y después sabes qué paso? hubo como una asamblea chiquitica, entonces yo les dije como «es que hay que hacer es como una avanzada, ¿quien la hace?»… Nadie. Y yo «Jueputa yo la hago porque eso hay que hacerlo» ¿El transporte?, pues la Arquidiócesis dijo que nos iba a apoyar, entonces bueno, que pongan el transporte. Y llamé al vocero e hicimos la avanzada, nos conocimos entre nosotros.
V.D.: Tratemos de pensar en otro contexto, en Bogotá. Han existido problemas de organización. Por ejemplo, ustedes ya lo dijeron, a las 11 de la noche ya es muy tarde para estar en la calle, pero sucede que la Primera Línea dice “es que nosotros qué le vamos a hacer caso a ustedes”, a las compañeras de Derechos Humanos, a las mujeres, “ustedes son las de la comida y punto».
P.L. 1.: Tranquilo papi, que por eso pasamos también… ¿Sabe qué hicieron las de la comida?: «¿Ah sí?, bueno, no salimos» …*Risas*
P.R.: Nosotros también hicimos lo mismo: «¿Ah, ustedes lo pueden todo? Ah, listo, entonces gestionen ustedes la comida, usted cocina y usted busca la plata».
Entonces nos unimos y así sentamos al gobierno a dialogar. Nos unimos como puntos de resistencia, pero antes de eso, nosotros como puntos de resistencia teníamos una organización, todo punto de resistencia tenía una organización, y en esa organización se reconoce la vida y la importancia de todos, de quien participa de distintas formas, porque todos teníamos que ocupar un lugar. Todo el mundo tenía que hacer algo y, como te digo, si la señora picaba todo el día cebolla, jamás se iba a meter cuando llegaba el ESMAD … Ninguna primera línea en mi punto y creo que en ninguno -bueno, de pronto algunos choques- lo irrespetó. Esa construcción, desde el nicho hacia afuera, es lo que nos permitió sentar a la gente a dialogar.
B.P.: Bueno, cuando empezamos a decir que nuestro eslogan era «URC primera línea somos todos y todas», empezamos a decir que las garantías a la protesta social no eran solamente a la Primera Línea. Si nos van a llegar, porque ya sabíamos que iban a empezar los hostigamientos, la persecución, eso iba a ser a todos, porque podían meter a la cárcel a los que ayudaron con la comida, a los que hicieron esto o aquello, o sea a todos porque todos somos parte de la resistencia. Nosotras hablamos de esa manera.
V.D.: Hay quienes seguimos pensando que la resistencia es el que esta adelante frenteando el tropel.
Primera Línea 2.: Ahora, tenemos un concepto amplio. Cuando empieza el debate del ´todos y todas somos primeras líneas´ es porque es real. Primera línea no solo implica el escudo sino el que esta atrás del escudo colaborando para mantener ese escudo en pie, y eso se entiende, y se entiende después de que la Primera Línea abre escenarios democráticos de participación y que el pueblo sale.
P.L. 2.: El consejo que yo daría a Bogotá, para que no pasen tantas situaciones que hemos pasado acá, es que tengan muy buena comunicación entre todos y también de que busquen las maneras de expresarse las Primeras Líneas. Algo que yo siempre he dicho es que los muchachos de Primera Línea a excepción de algunos que ya tenemos la capacidad de expresarnos, solo conocen el lenguaje de la violencia como expresión.
Entonces fortalezcan esas capacidades de expresarse y de dar sus ideas, que no todo es con la violencia y si no saben expresarse al menos que confíen en alguien que pueda escucharlos y pueda expresarlas, el vocero, el portavoz, que es una persona que escucha a los muchachos y entiende lo que sienten y lo lleva al espacio más amplio, la mesa de la URC. Suponemos que sucede lo mismo en todos los puntos… La idea es esa, que se comuniquen, que se unan entre ustedes, hemos tenido muchos problemas entre líneas en el mismo punto, porque «le llegó la información a este, de que este dijo tal cosa», y resulta que luego hablan y eran problemas por falta de comunicación.
Entonces la invitación es a eso, a que se comuniquen, a que se unan, a que participen de los espacios de asamblea porque lógicamente no reconocen el espacio de asamblea como el espacio de toma de decisiones y de proyección de hacia dónde van. Ellos, y yo en algún momento, piensan que el bloqueo es el fin y que las vías de hecho son el fin, y no, eso es un medio pa lograr algo que aquí ya se está empezando a ver, cosas positivas por los pelados y por las comunidades.
No nos vamos a quedar bloqueando hasta viejos, tenemos que ser capaces de tener la versatilidad de transformar esta protesta, y cuando toque pararse duro pues nos vamos a parar.
P.L. 1.: Entendemos que el bloqueo no es un fin sino es un medio y que en este momento hemos entendido que tenemos que hablar de educación, de salud, de cultura, de deporte, de seguridad alimentaria, de medio ambiente y que todo eso se enmarca en una discusión de un plan de desarrollo a nivel local. Sin embargo, nosotros no olvidamos nuestra disputa nacional, entonces, un sistema de salud, un sistema educativo, un sistema de trabajo que estamos peleando en términos de una reformas estructurales al sistema laboral, en términos de pensiones, cesantías, primas, vacaciones, reconocimiento de dominicales… Cosas que se perdieron en medio de un modelo económico, el neoliberalismo, y eso lo estamos entendiendo, pero es una construcción, y eso lo vemos ahora, sabemos que es una construcción, tenemos unas cosas que ganar en concreto en el corto, mediano y en el largo plazo.
Esto, más allá de nosotros, la Primera Línea, abre paso a los escenarios que han tenido cerrados de visualización y de diálogo, porque hoy entendimos que nos volvimos un referente nacional e internacional, el mundo volteó la mirada a Colombia a raíz de la Primera Línea, eso tienen que aprovecharlo los movimientos sociales que históricamente se han movido en el país, la minga indígena, las guardias campesinas, las guardias cimarronas, es decir, todo ese movimiento social que ha estado 20, 30, 40 años, que han sido escuchados pero no han sido atendidos. Una cosa es ser escuchado y otra cosa es resolver, porque hoy no se sientan con el Gobierno Nacional porque no hay confianza, dicen, «de qué me sirve a mí si me han incumplido», por ejemplo cuando nos dijo el CRIC «1500 acuerdos firmados de los cuales no nos han cumplido ninguno», entonces uno dice, no es firmar un acuerdo, es lograr una transformación social de país, y evidentemente eso se va haciendo poco a poco, porque esto es un movimiento espontáneo, aquí no es un partido político, no hay un político atrás, no hay una dirección o una organización estructurada. Evidentemente eso nos ha golpeado y nos hace falta.
B.P.: Cuando empezamos con todo esto, en este momento ya decimos… Nosotros vamos por Poder Popular, nosotros ya nos estamos leyendo como movimiento social. Llevamos muy poco, pero estamos hablando que somos movimiento social y vamos por Poder Popular, y vamos por todo. Por ejemplo, con el tema de la alimentación y de la salud, nosotros dimos respuesta a unas falencias que siempre ha tenido el Estado acá en Cali.
Entonces lo que constituye esto es que nosotros ahorita lo seguimos fortaleciendo, son unas cosas colectivas que han ganado mucho, porque nosotros ya nos estamos entendiendo, nos hemos organizado y, como lo que veníamos hablando antes, con la represión tan dura que hay acá en Cali, nosotros armamos un comité de derechos humanos y ese comité ha hecho toda esa cuestión de contactos internacionales. Hemos estado con un montón de actores. Internamente ya nos reconocemos como una unión de esas diferentes expresiones de resistencia y pues vamos a irle apuntando como a un movimiento social.
P.R.: Que este mensaje les llegue a los chicos: Vayan hasta el punto a conocer al parcero, conozcan quién está allá, quién es el que cocina, coman allá, muchos dormimos allá en esos puntos y así fuimos a acompañar a hacer veedurías de otras asambleas… Conozcan a los de Usme, esto es del territorio, que Usme y Suacha se junten y que sean tan fuertes que en algún momento podamos hacer alianzas de orden nacional. ¿Es durísimo? ¡Sí! Es una mamera, les van a ofrecer resto de bala, toda la que quieran… Como dijo el compañero P.L. 1. una vez «Al que no le han ofrecido cuchillo ni bala entonces no estaba en el punto de resistencia», pero hágalo, ese es el trabajo que hay que hacer.
B.P.: Nos sentamos con la alcaldía no fue a negociar sino a dialogar buscando las garantías a la protesta social y a la vida, ahí sacamos un decreto que se construyó de lado y lado. Ese decreto plantea unas rutas de protección, pero lo más importante es que sacamos un decreto donde nos reconocen como sujeto político. En ese decreto lo importante es ese reconocimiento como sujeto político. Y en ese momento todavía estaban muchos puntos en bloqueo. Y ahorita estamos discutiendo todo eso, por ejemplo, la posibilidad de reformar el plan de desarrollo de Cali y en eso estamos.
P.L. 2: Lo logramos porque estábamos muy parados y nos daban bala y ahí seguíamos parados.
B.P.: También ya hicimos la primera asamblea de la URC, la primera asamblea de la URC con todos los puntos y trabajamos en mesas para constituir comités, que no sea solamente la mesa de los voceros, son 11 mesas, tenemos de comunicación, DDHH, arte y cultura, deporte y recreación, guardias populares primeras líneas, salud, soberanía alimentaria y ambiental, pliego de exigencias unificado. Lo otro es que también las academias han estado con nosotros, todas las universidades de acá del suroccidente también están ahí con el acompañamiento.
Publicado originalmente en Vida Digna