Construir comunidad y practicar conflicto. Experiencias autonómicas en Milán, Italia

En el contexto de la gira Zapatista en tierras Europeas, nos centramos en las luchas de abajo que encontramos en Milán y alrededores. Una compañera nos presentó un recuento de experiencias en búsqueda de la autonomía en la zona, misma de la que ella es originaria, y discutimos a partir de estas experiencias.
La compañera presentó el proyecto de CANTIERE (cantiere.org) en Milán, un espacio cambiante, en construcción, andando desde 2001.



Construir comunidad y practicar conflicto. Experiencias autonómicas en Milán, Italia.

CAMINOS DE LA AUTONOMÍA BAJO LA TORMENTA

En esta sesión, en el contexto de la gira Zapatista en tierras Europeas, nos centramos en las luchas de abajo que encontramos en Milán y alrededores. Una compañera nos presentó un recuento de experiencias en búsqueda de la autonomía en la zona, misma de la que ella es originaria, y discutimos a partir de estas experiencias.

La compañera presentó el proyecto de CANTIERE (cantiere.org) en Milán, un espacio cambiante, en construcción, andando desde 2001. Este colectivo ha ocupado edificios, en este caso un burdel que tenía 20 años abandonado. El mismo colectivo tuvo un papel importante en las protestas contra el G8 en 2001 cuando Carlo Giuliani falleció por violencia policiaca. CANTIERE ha promovido distintas actividades culturales, con apertura, creatividad y diversos fines.

La organización posteriormente se expandió a ocupar otro sitio, dando vida al ´Espacio de Ayuda Mutua’, un experimento que tiene por objetivo darle espacio a distintos tipos de esfuerzos que no involucren dinero, abierto a cualquier persona o grupo que quiere hacer algo. En el proyecto se han instalado una oficina de bicicletas, un gimnasio, un mercado orgánico, la universidad popular (que era un centro para aprender italiano para los migrantes pero luego se convirtió en un centro de lenguas), y muchos esfuerzos más. Construir comunidad y practicar conflicto, resume la aproximación de dichos espacios.

Otro proyecto ocupa en la zona se llama MICENE, el cual lucha por la vivienda y en contra de los desalojos; sobre todo contra los desalojos a los pueblos Romaníes. En muchos de estos desalojos la policía ha tratado de dejar la casa inhabitable, y una práctica común es destruir los baños. Al mismo tiempo que desalojan hogares, hay un gran número de casas que están desocupadas, terratenientes y gobierno se coluden para subir los precios de la vivienda y aumentar sus ganancias.

Otra situación que también aqueja a Milán tiene que ver con las migraciones que cruzan por el mediterráneo, partiendo del norte de África (Libia). En estas migraciones, las poblaciones que tratan de llegar a Europa quedan comúnmente en situaciones de muy alta vulnerabilidad. En este contexto, un colectivo da apoyo marítimo a las frágiles balsas acosadas por las policías costeras para asegurar que sus tripulantes conserven la vida y salud y puedan llegar a Europa.

Durante tiempos de la pandemia distintos colectivos realizaron otras actividades de solidaridad. Por ejemplo, en un espacio recuperaron los alimentos que desechaban algunas empresas para facilitarselos a las familias. Posteriormente dicho espacio se convirtió en un banco de alimentos. También en este lugar se apoyó con acompañamiento emocional y psicológico a personas en situaciones difíciles vinculadas al aislamiento social.

También han tenido participación en otro tipo de acciones que se vinculan con problemáticas del territorio. Activistas de Milán llevaron la demanda de los pueblos Otomíes en Puebla con relación a su lucha por el agua a Danone filial de Bonafont en Milán. De este modo se realizó presión solidaria desde distintos espacios, evidenciando con una comunidad más amplia, los abusos de compañías transnacionales.

Distintos movimientos de la zona de Milán han luchado por la diversidad, los recursos naturales, los transfeminismos (Ni Una Menos) y más. Muchas de estas marchas se organizan de manera horizontal y sin un liderazgo claro. En Milán hay una gran diversidad de manifestaciones que retan de maneras creativas el colonialismo, la violencia, el patriarcado, el racismo y otros.

Lxs compañerxs de Unitierra respondieron con gusto e interés a la recapitulación de experiencias en Milán. Se mencionó que es muy destacable como en estas experiencias se intenta defender el territorio y la comunidad de distintas formas, con ayuda mutua, cuestionando el sentido común y tradiciones en que se han hecho los movimientos sociales. “Esta experiencia nos muestra cómo hacer política desde abajo.” Tienen una visión de la autonomía no solo en la palabra sino en la práctica. Se observa en las distintas experiencias la contracultura de la autonomía, que los lleva a hacerlos por sí mismos. A través de la descolonización se genera un puente con las realidades latinoamericanas. Estos ejercicios de diálogo nos ayudan a ir más allá de nuestra propia circunstancia para tejer alternativas que buscan soluciones más allá del Estado.

Se opinó que el Estado Italiano parece, tras la descripción de la compañera, tener tintes facistas, donde se violenta a distintas poblaciones de manera sistemática. Se relacionó con el contexto de Oaxaca, donde el tema de la gentrificación también es un problema, de modo que se desechan poblaciones a las orillas de la ciudad.

Se le hicieron algunas preguntas a la compañera Italiana que nos presentó las experiencias de Milán. Se le preguntó: ¿Cómo ves tú nuestra situación y luchas en Oaxaca?  a lo que contestó: Hay muchas posibilidades de construir puentes. La hidra tiene muchas cabezas y se deben combatir desde distintas partes. Muchos proyectos surgen como proyectos de contestación a circunstancias específicas de las regiones. También cree que ellxs pueden aprender muchos de nosotros. Piensa que aquí en Oaxaca y el sur de México hay una tradición autonómica de la que también ellos pueden aprender, sobre todo desde la construcción de la comunidad. Se ha explorado mucho en estas tierras las capacidades de sanar y de cuidado. Estos aspectos se pueden ver mucho más en Oaxaca.

Se le preguntó a la compañera Italiana: ¿Cómo han mantenido esos espacios por 20 años y cómo han logrado mantener esa colectividad? Ella contestó: Las asamblea ha sido la piedra angular en la organización de los colectivos. Se trata de mantener el máximo grado de horizontalidad. Sin embargo, sigue habiendo muchos conflictos. El feminismo ha iniciado procesos profundos de organización, transformando las relaciones de poder al interior de muchos movimientos. 

Retomando la discusión, se mencionó que el EZLN suena mucho en Italia, hay puntos de coincidencia, y algunas circunstancias que se asemejan. También hay una situación sensible de migraciones, en Italia por ejemplo con los migrantes de los Balcanes o el Mediterráneo, y en Oaxaca con distintos pueblos mixtecos y otros. Quizá en Oaxaca tenemos que aprender cómo es que al interior de los movimientos es posible evitar que se reproduzca la violencia del patriarcado y el Estado.

Trabajar la autogestión destapa la imaginación, hacerlo todo teniendo nada. Un espacio de aprendizaje para hacerlo todo, perdiéndole el miedo a hacer lo que sea. Una circunstancia siempre tendrá sus limitantes, pero nos impulsa a ser creativos. Una situación que sacó a algunas compañeras del letargo de la pandemia fue el sueño de tener un espacio propio para nuestros proyectos colectivos.

Es muy interesante la frase de “construir comunidad, y practicar conflicto”. Los muchos conflictos de la sociedad mexicana han dado luz a alternativas, permitiendo nuevos caminos. El conflicto es una posibilidad de construir cosas nuevas. Es importante el conflicto para transformar la realidad.

En 1988, decenas de miles de personas discutimos en la Ciudad de México, viendo que la ciudad no existe, pues hay tantas realidades al interior de un espacio geográfico. ¿Qué sería otra cosa que no sea la ciudad, el Estado, la Nación, la Patria? Pensando los elementos comunes de los dictadores, el común denominador ha sido la Patria. ¿Cuál es nuestra tarea ahora sabiendo esto?, ¿desmantelar el Estado?,

En el contexto de la gira zapatista, nos preguntamos lxs compañerxs de Unitierra: ¿Podemos enlazarnos y cómo podemos enlazarnos? No solo es para aprender y para escucharnos, sino para tejernos. Lxs zapatistas van a Europa, porque han creado un tejido de relaciones con distintos movimientos en los últimos 25 años. Incluso, en su momento, los zapatistas, en convivencia con distintos movimientos, sugirieron la Internacional de la Esperanza. Quizá no hay un momento histórico donde las luchas por la autonomía tenga tantos ejemplos vivos. ¿Qué hacemos ahora?