Los talibanes llegan a las afueras de Kabul, capital de Afganistán, y negocian la transición de poder

Los talibanes han llegado a las afueras de Kabul, donde el Gobierno afgano reconoció que se produjeron “disparos”, aunque los insurgentes aseguran que no entrarán en la capital por la fuerza y están negociando una transición de poder.
La situación es de pánico en la capital, con las autoridades afganas pidiendo a todos los funcionarios que abandonen sus puestos de trabajo y vayan a sus hogares, mientras cierran tiendas y bancos, con el tráfico paralizado por grandes atascos.



Los talibanes llegan a las afueras de Kabul y negocian la transición de poder

Los talibanes han llegado a las afueras de Kabul, donde el Gobierno afgano reconoció que se produjeron “disparos”, aunque los insurgentes aseguran que no entrarán en la capital por la fuerza y están negociando una transición de poder.

La situación es de pánico en la capital, con las autoridades afganas pidiendo a todos los funcionarios que abandonen sus puestos de trabajo y vayan a sus hogares, mientras cierran tiendas y bancos, con el tráfico paralizado por grandes atascos.

El Gobierno de Afganistán subrayó que Kabul está asegurada por sus fuerzas hasta que se produzca una entrega pacífica de la capital nacional, mientras los talibanes se encuentran posicionados en las puertas de la ciudad. En este momento “todas las fuerzas de seguridad están movilizadas y organizadas para la seguridad de Kabul”, dijo en un mensaje en vídeo el ministro del Interior afgano, Abdul Satar Mirzakwal, poco después de que se confirmara la presencia de los talibanes a las afueras de la capital.

De acuerdo con el ministro, Kabul “no será atacada, ya que se acordó que la seguridad y el poder político de la ciudad de Kabul se entregarán pacíficamente bajo una administración de transición”, reveló. “Los ciudadanos no deben preocuparse por la seguridad, la ciudad está segura. Todos los que intenten interrumpir la seguridad se enfrentarán a una acción contundente”, aseguró Mirzakwal.

 

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Ell ministro de Defensa, Bismillah Muhammadi, también en un mensaje de vídeo, indicó que Kabul está “segura y protegida” y que las tropas extranjeras están “listas para todo tipo de cooperación” con las afganas.

Todo esto al tiempo que el presidente del país, Ashraf Ghani, planteó la creación de líneas directas con el Ministerio de Defensa, Interior, y la Dirección Nacional de Seguridad, para recibir las “quejas” de los ciudadanos. “Quiero asegurar a todos los ciudadanos de Kabul sobre su seguridad”, dijo al tiempo que pidió la protección de la ciudad de violencia y saqueos.

El asedio

Los talibanes se han apostado al norte, oeste, y sur de los límites de Kabul, marcando el asedio en casi todo el perímetro de la ciudad y con casi todas las provincias vecinas bajo su control. “Los combatientes talibanes capturaron el distrito de Chahar Asyab y ya cruzaron hacia la ciudad de Kabul”, dijo un funcionario de seguridad del distrito de Chahar Asyab, bajo condición de anonimato. Este distrito está a solo 11 kilómetros al sur de la ciudad.

Wais Baqizoi, vecino del distrito de Chahar Asyab, aseguró que vio a los combatientes talibanes justo en las afueras al sur de la ciudad, a ambos lados de la carretera.

En el norte de Kabul, los talibanes ya invadieron varias áreas y están justo en la puerta norte de la capital afgana esperando la entrada a la ciudad.

“Los combatientes talibanes están formados a pocos kilómetros de Sara-e-Shamali Kotal, y están esperando entrar a la ciudad”, dijo Kayhan Toofan, residente del distrito 17, en el norte de Kabul.

Los talibanes piden “no luchar en Kabul”

Los talibanes, en un comunicado, han pedido a sus combatientes, tras tomar el control de casi la totalidad del país, “no luchar en Kabul” y que permanezcan “en las puertas” de la capital, sin tratar de entrar en la ciudad.

“Dado que la capital Kabul es una ciudad grande y densamente poblada, los muyahidines del Emirato Islámico (como se autodenominan los talibanes) no tienen la intención de entrar en la ciudad por la fuerza o combatir, sino más bien entrar en Kabul pacíficamente“, remarcaron los insurgentes.

Para ello, continuaron, “se están llevando a cabo negociaciones para garantizar que el proceso de transición se complete de manera segura, sin comprometer la vida, la propiedad y el honor de nadie, y sin comprometer la vida de los kabulíes”.

Mientras tanto, insistieron en que el control de la seguridad en Kabul sigue recayendo “en el otro bando“, y recordaron a la población que no tienen “intención de vengarse de nadie”, incluidos los que sirvieron en el Ejército, la Policía o en la Administración: “Están perdonados y a salvo, nadie será objeto de represalias“.

“Todos deben permanecer en su propio país, en su propio hogar, y no intentar salir del país”, sentenciaron.

Evacuación

El acecho de los talibanes había aumentado la presión para tratar de encontrar una salida de urgencia de parte de la población ante la probable caída de la ciudad, un temor que se cierne sobre funcionarios públicos, académicos, periodistas y, sobre todo, entre aquellos que han trabajado con alguno de los países que enviaron tropas a Afganistán para combatir a los insurgentes.

El Gobierno estadounidense dijo a principios de este mes que ya tramitaba unas 20.000 solicitudes de visado de afganos que ayudaron a sus soldados junto a sus familiares, al menos 50.000 personas más.

Este fin de semana se espera que lleguen a Kabul una mayoría de los 4.000 militares estadounidenses que el Pentágono ha decidido enviar a la capital afgana para la evacuación de la mayor parte del personal de la embajada de EEUU y de ciudadanos afganos.

Otros países como Canadá, Alemania, Reino Unido o España también han anunciado la próxima evacuación de parte del personal de sus embajadas y de otros ciudadanos afganos con sus familias que trabajaron codo con codo con ellos durante estas dos décadas.