Cómo la Inquisición dejó su huella en el ADN de los latinoamericanos

Habrá que estudiar las diferencias y similitudes con el estudio de Lombroso en cárceles para caracterizar morfológicamente a los delincuentes en la época que las prisiones europeas estaban llenas de obreros y campesinos.



Cómo la Inquisición dejó su huella en el ADN de los latinoamericanos

  • Alejandra Martins
  • BBC Mundo

En los libros de historia de miles de escuelas latinoamericanas, 1492 aparece por ser el año en que Cristóbal Colón llegó a territorio americano.

Pero también fue el año de otro evento que dejó un extenso legado en América Latina, según un nuevo estudio que analizó el ADN de miles de personas en la región.

En 1492 los Reyes Católicos de España expulsaron a todos los judíos, en el marco de una persecución brutal de décadas a ese grupo religioso, que fue forzado a convertirse al catolicismo.

El decreto de expulsión fue redactado por la autoridad máxima de la Inquisición, Tomás de Torquemada.

Estaba prohibido que los judíos que habían adoptado el catolicismo como religión, los llamados “conversos,” se embarcaran hacia las nuevas colonias en América.

Sin embargo, el nuevo estudio demuestra no solamente que muchos más conversos viajaron al continente de lo que se creía, sino que su huella genética está presente en muchos latinoamericanos.

“En la actualidad los latinoamericanos presentan una mayor afinidad con el perfil genético de judíos sefardíes que los españoles”, dijo a BBC Mundo el científico colombiano Juan Camilo Chacón Duque, experto en genética de poblaciones y autor principal del estudio publicado recientemente en la revista Nature Communications.

El investigador, cuyo ADN también fue analizado, encontró resultados sorprendentes sobre sus propios ancestros.

“Hubo una migración importante”

Los investigadores estudiaron los genomas de más de 6.500 personas que residen en áreas urbanas de cinco países de la región: Colombia, Chile, Brasil, México y Perú.

Y los compararon con los de 2.300 personas de otras partes del mundo.

El resultado fue sorprendente. El 23% de los latinoamericanos estudiados mostró más de un 5% de ancestría de judíos conversos.

“Cuando observamos exclusivamente a ese 23% de los participantes, en promedio la afinidad con la señal genética de conversos fue de 12%”, señaló Chacón Duque, quien realizó el estudio en el University College de Londres y es actualmente investigador del Museo de Historia Natural de la capital británica.

“Esto sugiere que hubo una migración importante de personas con ese perfil genético hacia América Latina”.

Diferencias entre poblaciones

“El 99,9% del genoma de todos los seres humanos es igual, pero ese 0,1% de variación representa tres millones de bases o letras en el código genético, o sea, una gran cantidad de información”.

Debido a que muchas poblaciones humanas estuvieron separadas durante grandes periodos durante la evolución de nuestra especie, tuvieron tiempo de acumular mutaciones en su ADN, explicó el científico.

“Entonces lo que hacemos en genética de poblaciones es tratar de establecer de donde provienen esos cambios en el código genético en las diferentes poblaciones humanas, para poder entender como se relacionan genéticamente entre ellas”.

“En este estudio utilizamos cientos de miles de esos cambios para definir de una manera muy detallada y precisa la afinidad de los perfiles genéticos de los latinoamericanos con diferentes poblaciones alrededor del mundo”.

Afinidad con sefardíes

El análisis de esas pequeñas variaciones permitió a Chacón Duque y a sus colegas establecer un vínculo genético entre los latinoamericanos actuales y los judíos conversos.

El investigador colombiano trabajó con colegas de todos los países estudiados, además de Argentina. Y usó sofisticados métodos computacionales desarrollados por Garrett Hellenthal, profesor del University College de Londres.

 

 

 

“La principal evidencia por la cual nosotros proponemos que esta señal genética muestra una migración muy extensa de conversos es el hecho de que más del 23% de los latinoamericanos estudiados tienen alta afinidad con pobladores de diferentes lugares en el Mediterráneo”, explicó Chacón Duque.

“Y la mayor afinidad es con una población que logramos muestrear en Turquía, que es una población que se identifica como judía sefardí y es descendiente de los judíos que fueron expulsados de España“.

“Esto estaría mostrando que muchos judíos conversos lograron viajar a América Latina en la época de la colonia y por lo tanto dejaron esa señal genética tan diseminada”.

Aporte antiguo

La herencia de los conversos coincide además con la llegada de los españoles.

“Esto lo podemos proponer porque con nuestros métodos estadísticos y con la gran cantidad de información genética que obtuvimos pudimos definir qué tan antigua fue esa contribución”.

 

 

 

“Sabemos además a nivel histórico que hubo muchas migraciones clandestinas de judíos conversos que probablemente querían seguir practicando su fe o evitar la persecución en su propio país”, agregó Chacón Duque.

Algunos documentos, como el diario de Luis de Carvajal, un judío converso que vivió en México, demuestran que la Inquisición extendió su brazo despiadado a América Latina. Carvajal y su familia fueron torturados y condenados a ser quemados vivos.

“Demasiado diversa”

Chacón Duque aclaró que si bien el 23% de los miles de latinoamericanos estudiados tiene afinidad con judíos conversos, no puede generalizarse ese porcentaje para toda América Latina.

“Yo personalmente como genetista y latinoamericano diría que es casi imposible hacer una generalización de este tipo con una muestra de cerca de 6.500 personas.”

Y la principal razón, según el investigador, es que las muestras fueron tomadas en centros urbanos y no reflejan la diversidad de las poblaciones en zonas periféricas, rurales o costeras.

La población latinoamericana es demasiado diversa en cuanto a estos procesos de mezcla y en cada región la historia puede ser muy diferente”.

“Por ejemplo, la costa pacífica colombiana tiene una alta ancestría africana y es muy poco probable que allí haya una herencia de judíos sefardíes”.

“Mi ancestría”

El estudio arrojó resultados sorprendentes sobre los ancestros del propio Chacón Duque.

El investigador trabajaba en un laboratorio en la Universidad de Antioquia cuando se tomaron las muestras de los participantes colombianos.

 
 

Al final resulta que yo también tengo ancestría sefardí

Juan Camilo Chacón Duque

“Yo cumplía todos los criterios, era colombiano, todos mis ancestros eran colombianos por generaciones”.

“Terminé participando y al final resulta que yo también tengo ancestría sefardí. Tengo alrededor de un 10, 15% de esta ancestría“.

Fosas nasales

El estudio publicado en la revista Nature Communications es parte de un proyecto más amplio de análisis genético denominado CANDELA, Consorcio Para el Análisis de la Diversidad de Latinoamérica.

El proyecto, liderado por el científico colombiano Andrés Ruiz Linares, busca caracterizar la diversidad de los latinoamericanos a nivel morfológico o de apariencia física.

Además del vínculo con los judíos conversos, Chacón Duque y sus colegas constataron diferencias en la forma de la nariz en latinoamericanos con ancestría de distintos grupos indígenas.

 

 

 

Los científicos tomaron muestras genéticas de poblaciones en el norte, centro y sur de Chile, y también en los Andes centrales, en Bolivia y Perú.

“En el centro de Chile hay una ancestría más que todo mapuche, que se sabe habitan zonas más bajas que las habitadas por indígenas en los Andes bolivianos y peruanos y en el norte de Chile”, señaló el investigador.

“Las personas que tienen una mayor ancestría del centro de los Andes, la región relacionada con los actuales aymaras y quechuas, tienen una nariz con una protrusión mayor, más perfilada y menos achatada, que la de los latinoamericanos con mayor ancestría mapuche”.

 
 

Las personas que tienen una mayor ancestría de la región relacionada con los actuales aymaras y quechuas tienen una nariz con una protrusión mayor

Juan Camilo Chacón Duque

La causa de esa diferencia no se conoce, pero hay una hipótesis.

“Estudios anteriores a nivel morfométrico hipotetizan que puede deberse a la adaptación a diferentes climas “.

“De alguna manera, tener una nariz con fosas nasales más estrechas, que es el caso de una nariz con una protrusión mayor en las poblaciones andinas, sería más favorable en las tierras altas porque les permitiría calentar y humedecer el aire inhalado con una mayor eficiencia que si tuvieran fosas nasales más amplias como las de quienes tenemos la nariz más achatada”.

“Lo que más me emociona”

El proyecto CANDELA es uno de los mayores análisis genéticos de latinoamericanos y seguramente producirá nuevos estudios y sorpresas.

“Lo que más me emociona es que el ADN pueda revelar nueva información acerca de eventos importantes, como la migración de conversos, que de otra forma podría haber permanecido oculta para siempre”, señaló Javier Mendoza Revilla, otro de los autores del estudio.

Tanto en el caso de los conversos como en el de la ancestría indígena, algo está claro, según el investigador.

“Mientras los registros escritos pueden ser destruidos o alterados, no se puede hacer lo mismo con el ADN”.

La historia de América Latina está escrita en sus genes.