Las dos dinámicas que buscó aniquilar el golpe militar en Chile
Por Jaime Yovanovic (Profesor J)
El golpe militar encabezado por los altos mandos de las fuerzas armadas y de orden del estado chileno del 11 de septiembre de 1973 tuvo como destino y objetivo militar por una parte deponer al gobierno de allende aniquilando los partidos, sindicatos e instituciones que lo apoyaban, y por la otra destruir las formas organizativas que se estaba dando el pueblo desde abajo, tales como los cordones industriales, los consejos comunales campesinos y las redes de los campamentos sin casa y de economía popular.
El gobierno de Allende y los partidos de la Unidad Popular, en especial el Partido Comunista, además de enfrentar los preparativos del golpe, destinaron considerables esfuerzos a perseguir y reprimir a las formas de organización que se estaba dando el pueblo con sus propias capacidades y despliegue de su protagonismo.
¿Qué era y por qué se daban esas organizaciones y dinámicas populares por abajo en todos los rincones de Chile y los territorios que ocupaba como el Wall Mapu?
Todo estado se forma con representantes de partidos políticos y dependen de las finanzas que le entregan las empresas, aún las empresas estatales, mixtas y cooperativas, que usan el instrumento estado en su beneficio para acceder a los territorios que interesan y para domesticar mediante la ley a los trabajadores.
En el caso chileno a pesar de las limitadas medidas positivas que instaló el gobierno popular, no pudo avanzar en la reforma agraria, reforma urbana o laboral, pues significaba tocar de lleno los intereses de las grandes empresas agrícolas, constructoras, de alimentos e industrias en general.
Eso significó que todo el programa de la Unidad Popular tuvo que reducirse prácticamente a un saludo a la bandera con medidas muy reducidas que la patronal no estaba dispuesta a ceder y si el gobierno avanzaba los patrones llamaban a paro de camiones, de comercio, etc.
Así las cosas, el pueblo (el mismo pueblo que hoy salió al estallido), reaccionó en aquella época con la misma indignación y se organizó por abajo por localidades, barrios y comunas desplegando su potencia en diversos frentes:
En el campo los campesinos mapuche no aceptaron las limitaciones que puso el propio gobierno que respetaba a los latifundistas y así comenzaron las corridas de cercos con masivas campañas de recuperación territorial articulando sus luchas en los consejos comunales campesinos que se fueron reproduciendo por abajo y extendiéndose por todo el país. Tristemente el gobierno, empujado por el Partido Comunista, lanzó al grupo móvil de carabineros contra los campesinos y así en vez de apoyarse en el pueblo que avanzaba, se distanciaron y los golpearon, debilitando así la base de sustentación de un gobierno que incorporó militares en el gabinete ministerial.
Lo mismo ocurrió con los miles y miles de pobladores sin casa que ocupaban terrenos no utilizados y desarrollaban la economía popular con los Almacenes Populares que se nutrían de alimentos traídos por los campesinos de los consejos y de las grandes empresas distribuidoras cuyos trabajadores participaban de los cordones industriales, los que eran perseguidos y reprimidos por el gobierno popular en diversas comunas del país por atreverse a usar sus propios medios para abrir paso a los cambios que el gobierno no podía realizar y que el pueblo para ello se apoyaba en la acción directa y la autogestión.
La vanguardia de la represión la realizaba el Partido Comunista pero la madurez política del MIR permitió sortear algunos conflictos con la UP como fue la situación del asesinato de Arnoldo Ríos por la Juventud Cmunista:
MIR : Declaración sobre la muerte de A. Ríos (Diciembre de 1970)
1. – En el día de ayer cuando un grupo de militantes del MIR defendía su propaganda política de Concepción se produjo un choque de jóvenes comunistas, resultando muerto por arma de fuego Arnoldo
Ríos y gravemente herido Estanislao Lynch, militante de nuestra organización.
2. – Durante meses hicimos todo tipo de intentos a todo nivel frente a la Unidad Popular, buscando la unidad de toda la izquierda; en todas partes para enfrentar en conjunto la sedición derechista y
democratacristiana.
Desgraciadamente por todo un período nuestros propósitos no encontraron eco en todas las fuerzas de la Unidad Popular y finalmente se llegó a los trágicos resu ltados que todos lamentamos. La muerte de un antiguo militante y compañero nuestro en un lamentable accidente ha permitido que todos entendieran
la necesidad de unir fuerzas en la izquierda frente al enemigo fundamental.
3. – Entendemos que la serie de acontecimientos que llevaron a la muerte del compañeros Ríos no representa la línea política del Partido Comunista ni de la Unidad Popular. También entendemos hoy
como siempre que el enfrentamiento entre la izquierda, sólo favorece a la derecha y al imperialismo que hoy busca crear las condiciones para una contraofensiva reaccionaria y sediciosa, lo que evidentemente
intentarán aprovechar el incidente para servir sus reaccionarios intereses.
4. – Sobre la base de lo anterior hemos buscado todo tipo de acuerdo que permitan superar esta situación. Como primer paso a un entendimiento que en el futuro evite este tipo de incidentes y que
permita la unidad de la izquierda para enfrentar al enemigo fundamental como forma de expresión del espíritu con que toda la izquierda ha enfrentado esta situación. Se ha logrado constituir una lista única en la Federación de Estudiantes de Concepción encabezada por el MIR e integrada por las fuerzas de la
Unidad Popular y el MUI, lo que termina con las causales que originaron este enfrentamiento.
Esta declaración caballerosa ante la ofensiva del PC no sirvió de mucho y los pacos rojos acosaban a las formas de organización autónoma en todas partes.
Quien sacó provecho de las tonterías y divisionismo de la burocracia fueron los militares que se lanzaron contra los marinos antigolpistas que fueron detenidos y torturados en pleno gobierno Allende que los acusó de sedición o motín justificando así la golpiza y los preparativos del golpe que se hicieron aún más notorios.
¿Quién dividía al pueblo? ¿Los burócratas que reprimían al pueblo? ¿O el pueblo que avanzaba y pedía a gritos la unidad como bien lo demostró el MIR?
Los militares simplemente sacaron provecho del divisionismo y arrasaron con ambos: con los que les ofrecían puestos en los ministerios y con los que enfrentaban al empresariado en campos y ciudades para avanzar los cambios desde abajo.
Los burócratas luego se aliaron a los golpistas de la democracia cristiana y ahora se están aliando con los universitarios ilustrados, los que dirigen las tecnologías, los que intentan hacer creer que el estallido fue para hacer una “nueva” constitución y no fue una demostración de que la potencia del pueblo no ha sido aniquilada sino que está latente y debe expresarse en la autoorganización en los barrios.
Boric no ofrece nada. Los militares están tranquilos mientras el empresariado lo esté. Boric no va a tocar al empresariado y menos el Partido Comunista que quiere instalar una dictadura militar de izquierda como las de Maduro en Venezuela y Ortega en Nicaragua.
Es estallido nos ha dicho que están las condiciones para avanzar por abajo consolidando la unidad del pueblo sin partidos políticos en cada barrio mediante la autogestión generalizada.