Latinoamérica nació corrupta
Latinoamérica nació corrupta, esto quiere decir que desde sus antecesores o en sus antecedentes, y en sus orígenes como república estuvo impregnada de corrupción. Desde la colonia hasta la actualidad, la corrupción transversaliza a toda la sociedad latinoamericana, con Estados y sociedades corruptas en cada una de los estamentos que la componen, desde los ricos hasta los pobres, desde lo privado hasta lo público, desde la academia hasta los obreros. Evidentemente, que los que han estado arriba han sido los más corruptos, en cantidad y calidad.
Según el informe del 2019 sobre corrupción en América Latina publicado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), esta práctica ilegal le cuesta US$220.000 millones anuales a la región, una cifra con la que los analistas aseguran ya se podría haber solucionado la pobreza extrema en Latinoamérica. Mientras algunos siguen culpando a los pobres de su pobreza, a los indios de su situación.[1]
Latinoamérica, antes y después de la “independencia de España y Portugal”, fue y siguió siendo corrupta, jamás hubo un corte o una ruptura con la corrupción, por el contrario, aumentó día tras día. Los Virreinatos estaban plagados de corrupción, que ni siquiera la iglesia se salvó de aquello, por ejemplo, los Jesuitas que cuando se hicieron cargo de las haciendas se enriquecieron y tomaron posesión de muchos bienes raíces, por lo que fueron expulsados. Si esto pasaba en quienes se decían los “intermediarios de dios”, ya podemos imaginar lo que hacían los otros poderosos.
Latinoamérica surgió desde la corrupción y continuó en ella en su proceso de conformación y estructuración, pero los cuenteros, que se dicen historiadores, hablan de “patriotas” e “independentistas” a aquellos que dizque lucharon por terminar con el yugo español. Los “patriotas” estaban hartos de tener que enviar las riquezas a España y querían quedarse con todo. Desde siempre los “independentistas” cometían actos de corrupción a la corona europea, con el propósito de quedarse con más trozos a los que les correspondía.
No fueron ningunos mártires que lucharon por traer libertad a América, tan solo buscaban la libertad para sus bolsillos corruptos, para poder explotar más y mejor a las poblaciones trabajadoras, que eran los indígenas y mestizos. Las llamadas “Capitulaciones de la Reina” les impedía ser más despiadados, pues los reyes fueron advertidos de que los ricos criollos estaban acabando con la mano de obra, ya que los hacían trabajar extenuadamente y a ese paso se iba a acabar con la mano de obra gratuita que eran los indígenas y la barata que eran los mestizos.
Simón Bolívar era hijo de uno de los hombres más ricos de Venezuela, dueño de grandes extensiones de tierras, y como todo hacendado quería enriquecerse más. Y Bolívar quería cortar con la corona, mas no cortar la situación del pueblo indígena que era el 80% de la población, es más, los despreciaba y decía que eran unos viles a igual que los españoles[2]. Y así todos los “patriotas” y “libertadores”, que eran miembros de las clases pudientes. Ellos no querían terminar con ningún yugo, solo hacer un corte administrativo para que el yugo se quede en sus manos y puedan ellos manejarlo libremente.
Los que querían realmente terminar con esta situación fueron los pueblos indígenas, comandados por Tupak Amaru, Micaela Bastidas, Tupak Katari, Bartolina Sisa, Fernando Daquilema, Eugenio Espejo. Y a ellos, los “patriotas” los mataron, y antes de que sigan avanzando en sus propios propósitos, ellos mismos decidieron cortar con la monarquía para controlar directamente la efervescencia de cambio que demandaban los verdaderamente subyugados por los criollos y la monarquía. Por cierto, Eugenio Espejo en varias de sus obras denunció la generalizada corrupción en la Audiencia de Quito en el siglo 18. [3]
La “independencia” para los ricos criollos, significó mayor dependencia para la inmensa mayoría de la población. Los “patriotas” les mantuvieron esclavos en las haciendas hasta la reforma agraria, esto es, hasta hace solo 50 años. Por alrededor de 150 años los “patriotas” les hacían trabajar casi sin ningún beneficio, mientras los “independentistas” seguían haciendo sus negocios corruptos, alzándose principalmente con las arcas del estado que era su principal botín. Les interesaba especialmente las aduanas, en donde las oligarquías hacían subfacturaciones, sobrefacturaciones, coimas, pérdidas y robo de mercaderías, declaraciones fraudulentas, etc.
Entonces, los corruptos monarcas, como lo fueron históricamente, no llegaron a Amerike[4] (América) y compraron sus tierras, sino que se las robaron y desde ahí no han parado de seguir robando hasta el día de hoy. Sin embargo, los historietistas de derecha e izquierda siguen enalteciendo a los “patriotas”, como que la tal “independencia” hubiera significado el fin de la corrupción, de la explotación, del saqueo de la naturaleza, etc.
Los corruptos que llegaron en la colonia han ido heredándose y transmitiéndose de generación en generación, convirtiéndose cada vez más ricos, y disputándose entre ellos los nuevos “recursos naturales” que se han ido descubriendo. Y dizque creando eufemísticamente fuentes de trabajo, para que el pueblo esclavizado ahora en forma salarial se entregue a trabajar para enriquecer a las grandes compañías nacionales y transnacionales. Pero, los cuenteros, de derecha e izquierda, dicen que ahora el trabajador es libre luego de la independencia de España, y en cada fecha nacional lanzan vítores a los “libertadores” para que los ingenuos se lo crean y así no luchen por una auténtica “independencia” o “emancipación”.
Los izquierdistas hablan de que hay que obtener una segunda independencia, cuando no ha habido ni la primera, y esto para ellos, significa tan solo una independencia de clase, pues no les interesa la cultural, epistémica, ontológica, axiológica, etc. Solo quieren llegar al Estado para implantar su estatismo marxista y hacerse nuevos ricos, como hemos visto en todos sus gobiernos, desde la URSS, pasando por la China, hasta llegar a Cuba y todo el mamotreto “revolucionario” en Venezuela, Nicaragua, Ecuador, Bolivia, Argentina, etc.
La izquierda también ha sido corrupta, y es que la corrupción está internalizada en todos los rincones de esta América Latina corrupta, es un mal endémico que atraviesa por todo lado. Pero como siempre todo empieza desde arriba hacia abajo, es decir, en las élites, en los que toman las decisiones diariamente, pues son los que tienen esa condición y potestad de tomar las grandes medidas en cada país. La empresa privada no está libre de la corrupción, es la corrupción en sí misma.
La historia de la banca es la historia de la corrupción, no olvidemos la cantidad de casos de corrupción en toda la historia de Latinoamérica. Las entidades bancarias pueden llegar a realizar fraude o estafa por diferentes medios ya sea en beneficio exclusivo de los directivos o en el de la entidad bancaria o financiera, para mejorar sus resultados o evitar quiebras o pérdidas. Una entidad bancaria, aprovechando el secreto bancario y las diferentes legislaciones nacionales constituye sociedades interpuestas, utiliza intermediarios -perros de paja- para crear cuentas en bancos nacionales y paraísos fiscales (Offshore & Compañía extraterritorial) para evadir impuestos y blanqueo de capitales.[5]
Son todos ellos los que han construido el continente que existe. La vergüenza de países que existen es obra de ellos. Si Latinoamérica es una ridiculez, son ellos los que lo han construido a su imagen y semejanza. O acaso los quieren culpabilizar a los indios que nunca han tomado una gran decisión en el destino de los países o querrán culpabilizar al diablo o a los extrarrestres, como lo han hecho algunos.
Obviamente, los Estados en su totalidad están corruptos, pero el problema del Estado no es solamente de los individuos como tal, sino que es sistémico o propio de su constitución. Querer limpiar el Estado es perder tiempo, recursos y expectativas. Más fácil es construir otro sistema que querer sanear el Estado corrupto. En una sociedad corrupta cualquier Estado será corrompido por los miembros de una sociedad parasita, sociedad que la han construido las élites. Entonces, el cambio es cultural y ontológico, y eso implica algo estructural, es decir, desnudar a todo el sistema en su conjunto, a la derecha e izquierda, a la democracia y al sistema de partidos políticos, a la forma de elecciones y a la estructura organizacional verticalista del estado y de toda la sociedad, etc.
Las izquierdas andan queriendo solo cortar las ramas, pero el tronco y las raíces quedan intactas, como consecuencia volverán a crecer nuevas ramas y no pasará nada. El movimiento indígena de América con sus falencias y debilidades, hasta ahora es lo más rescatable que tiene este continente, y por ahí hay que apuntalar para generar procesos colectivos y comunitarios, y no el de salvadores paternalistas y clientelares.
[3] http://www.historiaypresente.com/corrupcion-y-corruptores/
[4] https://www.alteridad.net/2021/09/08/el-nombre-america-viene-de-los-mayas-y-no-de-vespucio/
[5] https://es.wikipedia.org/wiki/Fraude_bancario#Fraudes_realizados_por_los_bancos
Filósofo Andino, Fundador del Movimiento al Buen Vivir Global, Director de la Escuela Superior Alteridad