¿Cómo nos defendemos y como defendemos la madre tierra?
Al parecer estamos divididos entre los que defienden por una parte la naturaleza y la vida, y por la otra los partidos e ideología que luchan por alcanzar los puestos de mando del estado o por destruirlo
Los primeros son bien intencionados y como no están ni ahí con la lucha por el poder no se hacen drama en que los partidos o grupo ideológicos dirijan las principales luchas ecologistas y ambientales como Modatima que al afiliarse sus principales dirigentes al Partido Igualdad se desprende una importante camada de activistas que constituyen el MAT Movimiento por el Agua y el Territorio dirigido por una alianza de partidos y grupos de la izquierda extraparlamentaria que también lucha por el poder del estado. Por su parte el Partido Comunista organizó Anamuri que se mueve en ese campo de la ecología y las semillas contra los transgénicos, sin contar con los numerosos colectivos ambientales dirigidos por grupos del Frente Amplio, de la ex Concertación y todos los demás, como Pulmón Verde de Quilpué que llevó su propia candidata a concejal o Acción Barrial de esa misma ciudad constituida por la juventud del Partido Comunista.
¿Qué hemos conseguido con los partidos a cargo de las luchas ecologistas y ambientales?
Hemos conseguido que la lucha ambiental tenga que decidirse según la voluntad y deseos de los órganos del poder, como sucedió con el caso de Dominga y con el Parque Pumpin en Valparaíso, casos donde años de lucha ambiental y con autoridades de poder de nuestro lado (se supone) fueron pisoteados por una simple decisión del poder judicial y en Valparaíso el alcalde Sharp se encuentra negociando con el magnate Ibáñez las “recomendaciones” de los jueces, que representan un poder inamovible por encima de los alcaldes, debido a que la Corte Suprema dio vuelta el proceso que había fallado la Corte de Apelaciones del puerto a favor de Sharp sometiéndolo finalmente a las necesidades del empresario que hoy día muerto de la risa se impone gracias a que la constitución vigente, la “nueva” constitución que viene y las leyes nos llenan de derechos pero no pueden tocar el poder, que es el que finalmente decide.
Así las promesas de los partidos de que cuando lleguen ellos al poder tendremos una defensa del ambiente y la vida no son más que trucos para que votemos por ellos o entremos a formar parte del ejército del pueblo y así ellos instalarse en el mando como lo hicieron en Venezuela y Nicaragua, dos procesos ricos en sus perspectivas de cambio que se estancaron y viraron a dictaduras que persiguen a los defensores del medio ambiente, como en Nicaragua el gobierno de izquierda tiene presos a los dirigentes del Movimiento Campesino que lucharon contra el fracasado proyecto chino del canal transoceánico, y el Venezuela que las autoridades persiguen y acusan a Lusbi Portillo defensor del ambiente y de las comunidades originarias, además que ha formado el Arco Minero del Orinoco pasando por encima de las comunidades que allí habitan y desplegando el más agresivo extractivismo al igual que Evo Morales y su partido Mas en Bolivia que ahora no saben como encarar la potencia de la Marcha Indígena contra el despojo y avasallamiento impulsado por el Mas.
Por otra parte las marchas y movilización de jóvenes europeos no pasan de un saludo a la bandera ni de una sonrisa generosa de las autoridades que los escuchan y reciben como gran premio a su “labor”.
Si no podemos defender la madre tierra y la vida con marchas, con los partidos y gobiernos, ¿cómo hacemos entonces?
Como hacen los mapuche protegiendo y cuidando la naturaleza en una íntima relación que convierte a los lof (comunidad de conjunto de familias que pueden llegar a ser varios cientos) en una unidad esencial de humanos, animales, agua, boques, plantas, montañas, aire, etc, de tal manera que la defensa de la naturaleza es la defensa de la vida y de ellos mismos.
Por eso no sirve que pequeños grupos de humanos “conscientes” y sensibles intenten proteger humedales, ríos, animales, plantas, aire, quebradas y bosques en medio de una dispersión humana de personas que deben correr y morir por un poco de dinero para obtener del mercado lo que necesitan para comer, vestirse y vivir. La lucha por alimentarse y vivir sumada al consumismo que estimula el sistema, nos aísla y convierte la defensa de la vida en una tarea de Quijotes, además claro, que es el terreno propicio para que los partidos recluten a muchos con la esperanza depositada en el futuro de que ya cambiaremos.
Los mapuche tienen sus comunidades, nosotros no tenemos eso y vivimos en medio de individualismo, del miedo y del odio, de allí que la primera tarea para defendernos es la de encontrarnos entre los vecinos y avanzar mediante amistad, afecto y acciones conjuntas hacia el acostumbramiento de que las cosas en conjunto salen mejor, pero esas acciones en común deben estar en comunicación con la naturaleza, por lo que recomendamos llenar el barrio de plantas, huertas, flores, pájaros, árboles, mariposas, casitas de animales, yerbas medicinales e iniciativas que permitan hacer una especie de nueva escuela barrial para los niños donde podamos practicar todas las artes y modos de cuidar y alimentarnos con la madre tierra-
Cuidamos nuestro yo y nuestro cuerpo debido a que reproducimos el individualismo de esta sociedad patriarcal, de allí que es necesario que ese Yo se expanda hacia el Nosotros comunitario que engloba también al resto del mundo natural.
No se compliquen, comiencen entre dos o tres personas de casa y del barrio, sean persistentes y hablen con los demás, no vendan pomadas, simplemente conversen de lo hermoso y rico que es tener el barrio lleno de flores y plantas.
Podemos apoyar con nuestros talleres gratuitos de huerta, comunidad de barrio y naturaleza los días martes a las 17h en el Parque Camino Cintura, los miércoles a las 16h en Laguna Verde, los jueves a las 16h en el Parque El Litre y puede informarse de otras posibilidades con el Profesor J en profesor_j@yahoo.com