Reforma a Ley de Salud refleja el desprecio a la medicina tradicional, denuncian parteras indígenas
Redacción Desinformémonos
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Ciudad de México | Desinformémonos. «El dictamen aprobado por unanimidad en la Cámara de Diputados y hoy turnado a la cámara de senadores refleja el desprecio a los conocimientos de la medicina tradicional y sus conocedores, quienes en su mayoría son mujeres indígenas», denunciaron parteras, académicas, organizaciones y colectivos indígenas frente a la reforma a la Ley General de Salud.
Señalaron que la pretensión de la reforma para regular, utilizar y aprovechar la medicina tradicional bajo estándares de origen y cosmovisión ajenos a las culturas de los pueblos indígenas «se suma al despojo histórico y colonial» de los territorios, sus saberes y tecnologías «a nombre del Estado Mexicano».
En un comunicado, las parteras y mujeres indígenas destacaron que el dictamen aprobado por la Cámara de Diputados viola los derechos colectivos y tratados internacionales que respaldan el derecho a la libre determinación de los pueblos, pues la reforma no fue consultada de manera previa, libre e informada como marca el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
Agregaron que las diferentes reformas tienen un carácter prohibitivo y de subordinación de la medicina tradicional, sus terapias y tecnologías al sistema hegemónico de salud y al manejo de los diferentes corporativos de la industria biomédica y sus institutos de educación.
«El conocimiento de la medicina tradicional indígena es ancestral y no “complementaria” o “alternativa”, posee una metodología amplia en tiempo y población» sin intereses de capital económico o simbólico», recordaron.
Enfatizaron que la reforma a la ley de salud es una muestra más del despojo y el extractivismo contra los pueblos, pues «del mismo modo en que las mineras extraen metales de territorios indígenas, las instituciones académicas o privadas extraen este conocimiento para tramitar patentes o para la simulación de originalidad de académicos que plagian ideas para obtener becas y cargos en las instituciones farmacéuticas o gubernamentales».
«Al Estado mexicano no le ha interesado promover la medicina tradicional pues sus elementos terapéuticos surgen del territorio que se habita y actualmente son los mismos territorios destruidos por megaproyectos», señalaron las mujeres indígenas este miércoles.
Por ello, exigieron la revisión, revocación y modificación de las leyes con base en el respeto a la autodeterminación de los pueblos, así como que se permita que un consejo de médicos y parteras tradicionales indígenas resuelvan, consulten y atiendan cualquier modificación o legislación competente a la medicina tradicional de los pueblos.
Finalmente, las organizaciones llamaron a reconocer y validar Medicina Tradicional Indígena Méxicana y Afromexicana como una medicina ancestral propia de los pueblos y patrimonio de la humanidad «que no puede ser avalada por la medicina occidental ortodoxa, ni mucho menos supeditada a los intereses económicos del capitalismo».
A continuación el comunicado completo:
Pronunciamiento de pueblos, organizaciones y sanadores indigenas ante la reforma de ley de salud.
Al pueblo de México
A los pueblos originarios, indigenas, afroindigenas y mestizos.
A los sanadores, parteras rezadores, medicos y medicas tradicionales de México.
A los distintos niveles de gobierno
El dictamen aprobado por unanimidad en la cámara de diputados y hoy turnado a la cámara de senadores refleja el desprecio a los conocimientos de la medicina tradicional y sus conocedores, quienes en su mayoría son mujeres e indígenas. La pretensión de “regular”, “Utilizar” y “aprovechar” la medicina tradicional bajo estándares de origen y cosmovisión ajenos a las culturas de los pueblos indígenas se suman al despojo histórico y colonial de nuestros territorios, saberes y tecnologías a nombre del Estado Mexicano, que por cierto muchas cuentas deben a los pueblos originarios de Chiapas y de México, antes y después de la traición cometida a los Acuerdos de San Andrés Sakamchem.
Sabemos que el desprecio a la medicina tradicional indígena es civilizatorio. Ocurre en todo el mundo y viene a la par de una crisis sanitaria global de despojo de la naturaleza, de producción de alimentos sobre-industrializados y de leyes de propiedad sobre plantas que usa la medicina tradicional indígena; así como de las patentes de fármacos indispensables con los que se lucra la salud de la población en general.
En diferentes foros de médicos y parteras tradicionales, investigadores y grupos de la sociedad nos hemos dado a la tarea de estudiar las implicaciones que lleva el dictamen de ley y concluimos el Rechazo Total porque:
- es un dictamen que en primer lugar viola los derechos colectivos y tratados internacionales que respaldan el derecho a la libre determinación de los pueblos indígenas, pues se trata de una reforma de ley que no ha sido consultada con los pueblos.
- En segundo orden vemos que las diferentes reformas tienen un carácter prohibitivo y de subordinación de la medicina tradicional, sus terapias y tecnologías al sistema hegemónico de salud y al manejo de los diferentes corporativos de la industria biomédica y sus institutos de educación.
Rechazamos la reforma de ley, ya que el racismo que gobierna en la modernidad de los funcionarios médicos, legisladores e investigadores oficiales les ciega para reconocer que el conocimiento de la medicina tradicional indígena es ancestral y no “complementaria” o “alternativa”, posee una metodología amplia en tiempo y población pues durante generaciones se ha usado e intercambiado creando una experiencia basta de manera transgeneracional sin intereses de capital económico o simbólico. Y en ese sentido la medicina tradicional indígena incluye elementos terapéuticos y tecnologías comunitarias que durante siglos se han experimentado para sanar plantas, animales y humanos. Rechazamos que esta efectividad terapéutica en cambio se intente expropiar de nuestros pueblos sin consultarles, para después venderse en el mercado mundial.
Denunciamos que al estado mexicano no le ha interesado promover la medicina tradicional pues sus elementos terapéuticos surgen del territorio que se habita y actualmente son los mismos territorios destruidos por megaproyectos. Los habitantes de esos territorios son a quienes el gobierno ha perseguido, desaparecido o asesinado por defenderlos. Hablantes de lenguas originarias tan diversas como medicinas hay. También son habitantes no sólo humanos viviendo en ecosistemas que las empresas públicas y privadas han intoxicado, enfermado o extinguido con sus concesiones mermando el repertorio terapéutico de la medicina tradicional indígena y permitiendo el saqueo de especies amenazadas. Del mismo modo en que las mineras extraen metales de territorios indígenas, las instituciones académicas o privadas extraen este conocimiento para tramitar patentes o para la simulación de originalidad de académicos que plagian ideas para obtener becas y cargos en las instituciones farmacéuticas o gubernamentales. Estos trabajos de investigación extractivista no consultan a los pueblos indígenas y omiten citar a los intelectuales indígenas que originalmente elaboraron esos conocimientos.
Frente a esta situación proponemos lo siguiente:
a) Reconocer a la medicina tradicional indígena empezando por respetar la vida toda, de los ecosistemas donde florecen estos saberes y la dignidad de quienes los conocen, intercambian y practican.
b) Reconocimiento y validación de la Medicina Tradicional Indígena Méxicana y Afromexicana como una medicina ancestral propia de los pueblos y patrimonio de la humanidad que no puede ser avalada por la medicina occidental ortodoxa, ni mucho menos supeditada a los intereses económicos del capitalismo.
c) Que las leyes sean revisadas, revocadas y modificadas por los legisladores respetando la autodeterminación de los hablantes de las distintas lenguas originarias en las que se expresa el derecho de los pueblos originarios y las formas de tomar decisiones a partir de los consejos de ancianos y de acuerdo a los sistemas tradicionales de salud de los mismos pueblos.
d) Reconocer no es certificar. Reconocer es respetar las formas de tratamiento, terapéutica, diagnostico, uso y aplicación de las medicinas conforme a los saberes y entenderes ancestrales en correspondencia con la estructura y organización de los sistemas de salud tradicionales entre parteras, rezadores, iloles, hueseros, pulsadores, quienes son poseedores de saberes respetables que no deben ser subordinados ni controlados por el modelo médico hegemónico y militarizado, ni por la academia con conflicto de intereses, como ha sucedido años atrás intentando certificar a las parteras incluyéndolas en un modelo que sigue significando violencia obstétrica y la desaparición de la misma partería en nuestras poblaciones.
e) Dar cabida a un Consejo de médicos y parteras tradicionales venidos de la población indígena para resolver y consultar y atender cualquier modificación o legislación competente a la medicina tradicional de los pueblos indígenas.
Respeto a los derechos de autonomía y libre determinacion de los pueblos y sus sistemas de Salud!!
No a la privatización de la vida, la naturaleza y los saberes ancestrales!
Respeto a la autonomía de las universidades indígenas como la UACO (Universidad Autonomía Comunal de Oaxaca)
Firmantes
Nichim Otanil
Centro de capacitación en culturas ancestrales de Chiapas
Colectividad de elaboración del manual de prevención y tratamiento del.covid con plantas de los altos de Chiapas
CRIMMS: Consejo Supremo Regional Indígena Maya Mam’ del Soconusco Chiapas
Tata Esteban Bravo Verdugo Gobernador indígena Mam’del Soconusco Chiapas
Colectivo Casa Gandhi
Colectivo Artemisas
Casa de partos tradicionales La paloma Azul, san cristobal de las casas
Parteras de Casa Materna del Hospital de las Culturas Chiapas.
Universidad de la Tierra – Oaxaca
UNiversidad Autonoma Comunal de Oaxaca
Pateras Diosas de la oxitocina ciudad de Oaxaca