Nicaragua: Daniel Ortega consuma el golpe electoral

«Ya se lo puedes decir al mundo, el régimen fracasó. Las calles están vacías», constató para EL MUNDO el padre católico Edwing Román, capellán en Masaya



Daniel Ortega consuma el golpe electoral

Por Daniel Lozano

El Mundo

https://www.elmundo.es/internacional/2021/11/07/618832fefdddffd58a8b45d7.html

 

Daniel Ortega y Rosario Murillo asumen su cuarto mandato consecutivo, más los 10 años del siglo pasado al frente de la revolución sandinista, tras protagonizar una farsa electoral propia de las peores dictaduras. Muerte, represión, torturas, censura y miedo han acompañado unas votaciones amañadas y sin rivales, que los nicaragüenses rechazaron este domingo de forma masiva: quedándose en sus casas dentro del país y protestando en el exilio.

Camino de los 30 años de un ejercicio despótico in crescendo, sólo superado por Fidel Castro en Cuba y por el dictador paraguayo Alfredo Stroessner, Ortega acudió a votar desde su búnker en El Carmen a un punto electoral diseñado para su protección, rodeado de escoltas y con la compañía de sus simpatizantes puestos allí. A su lado, como siempre, la vicepresidenta Murillo, que se convertirá por deseo propio en copresidenta, una figura desconocida en el ordenamiento nicaragüense.

«El voto no mata a nadie. Estas elecciones son gracias a dios una señal, un compromiso de los nicaragüenses de votar por la paz y no por la guerra y el terrorismo», sermoneó sin rubor el candidato al país. Tampoco hacía falta esperar al resultado final. En frente, los cinco falsos rivales asistían sin plena ni gloria a una jornada a sabiendas de que le será recompensado su trabajo.

El contraste se vivió en las calles del país, semidesiertas, un grito de libertad en pleno rostro del «orteguismo murillismo», como definen los intelectuales al régimen que ha sometido a Nicaragua. Pese al hostigamiento contra activistas y periodistas, la ausencia de medios internacionales y el veto a los observadores electorales, ciudadanos reflejaron la realidad a través de sus teléfonos móviles, los mismo que han recogido desde 2018 el terror impuesto por la dictadura.

La estrategia estaba clara: que no haya pruebas del fraude electoral y de la abstención, que se asomó masiva gracias a la jornada de «puertas cerradas» puesta en marcha por la oposición. «Ya se lo puedes decir al mundo, el régimen fracasó. Las calles están vacías», constató para EL MUNDO el padre católico Edwing Román, capellán en Masaya.

Precisamente contra la ciudad rebelde de Masaya se emplearon a fondo las fuerzas orteguistas, que detuvieron y persiguieron a activistas y periodistas, obligando incluso a varios de ellos a emprender la fuga por la frontera más cercana. Pese a la persecución, las imágenes de desolación se repitieron en Managua, León, Matagalpa, desde casi todos los puntos de Nicaragua en lo que parece un país «palmado», como dicen los nicas cuando no hay ambiente de nada.

«Es fundamental redoblar la presión internacional para exigir la liberación de los presos políticos y que se restablezca la democracia», adelantó José Miguel Vivanco, director para las Américas de Human Rights Watch (HRW), tras destacar las masivas deficiencias del proceso electoral.

«Estas elecciones no se pueden legitimar, el mundo las debe desconocer. Repudiamos este circo electoral. Que la foto de los asesinos aparezca en las boletas electoral lo dice todo», resumió para EL MUNDO Yadira Córdoba, miembro de las Madres de Abril, a la cabeza de la gran protesta que hoy protagoniza el exilio en San José de Costa Rica. Los paramilitares reventaron la cabeza de su Orlando durante las protestas de 2018. Sólo tenía 15 años.

«La policía recorre ahora las calles de nuestra Masaya, mi familia está toda metida en casa», añadió Azucena López, la madre de Erick Jiménez, uno entre las más de 300 víctimas mortales durante la represión salvaje del gobierno sandinista. «Tenemos mucha fe en el mundo, incluso Europa les ha sancionado. Pero necesitamos que haya más mano dura contra los represores», culminó.

158 PRESOS POLÍTICOS

En todas las movilizaciones estuvieron «presentes» los 158 presos políticos y, en especial, los siete precandidatos apresados por el régimen porque cualquiera de ellos hubiera derrotado sin mayor dificultad al caudillo, según todas las encuestas. El ex embajador Arturo Cruz, el activista Félix Maradiaga, el economista Juan Sebastián Chamorro, el periodista Miguel Mora, el dirigente campesino Medardo Mairena y el dirigente conservador Noel Vidaurre permanecen entre rejas, la mayoría en la siniestra cárcel de El Chipote. Cristiana Chamorro, la hija de la expresidenta Violeta Barrios, permanece bajo reclusión en su propio domicilio.

La llegada de 250 campesinos a la marcha en San José se recibió con alborozo, como si se tratara del Séptimo de Caballería. Se trata del grupo que ha levantado un nuevo hogar en Upala, muy cerca de la frontera. Al frente, la líder campesina Chica Ramírez, quien ya se levantó contra Ortega y la construcción del gigantesco canal que atravesaba las tierras campesinas.

El estudiante Bryan, de 19 años, lleva dos años con los campesinos. Huyó por los pelos de la represión y encontró en Upala una nueva vida desde 2019. «Sólo espero que podamos volver en algún momento. ¡Y que España no se olvide de nosotros!», culminó.