Kurhamutsperakua Juchari Ireta. Ir obedeciendo a la comunidad

La memoria es identidad. K’eri Ireta, la expresión con que otras comunidades conocen a Cherán, se volvió a repetir el viernes 15 de abril de 2011: Cherán K’eri, comunidad mayor o Cherán grande. Por ello, nuevamente reafirmamos la actitud de reivindicar la dignidad de nuestros abuelos, la del pueblo p’urhépecha. Asimismo, contamos los acontecimientos presentes en un procesode identificación y memoria del “nosotros”, desde un México que no está completo del todo, porque no contempla el derecho de los pueblos. En México, y en Michoacán en particular, existe una subordinación institucional universal y una negación histórica de los derechos de nuestros pueblos.



Kurhamutsperakua Juchari Ireta. Ir obedeciendo a la comunidad
Salvador Torres Tomas1

La memoria es identidad. K’eri Ireta,2
 la expresión con que otras 
comunidades conocen a Cherán, se volvió a repetir el viernes 
15 de abril de 2011: Cherán K’eri, comunidad mayor o Cherán grande. Por ello, nuevamente reafirmamos la actitud de reivindicar la dignidad de nuestros abuelos, la del pueblo p’urhépecha. 
Asimismo, contamos los acontecimientos presentes en un proceso 
de identificación y memoria del “nosotros”, desde un México que 
no está completo del todo, porque no contempla el derecho de 
los pueblos. En México, y en Michoacán en particular, existe una 
subordinación institucional universal y una negación histórica 
de los derechos de nuestros pueblos; del p’urhépecha, en nues1 Comunero p’urhépecha de Cherán, Michoacán, México, egresado de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo. Participó 
en el Congreso Nacional Indígena “Nunca más un México sin nosotros” y en la defensa de 
los bosques y la seguridad de la comunidad y la región en 2010 y 2011. Posteriormente participó en la Comisión de enlace (Comisión Política) para el nombramiento de la autoridad 
del Municipio Purhépecha de Cherán; también lo hizo en 2012 y 2019.
2 K’eri Ireta, frase del idioma p’urhépecha que significa: K’eri, “grande” o “mayor”; Ireta,
“pueblo” o “comunidad”.
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tro caso. Aun así, el pueblo p’urhépecha continúa resignificando 
la vida en el territorio, en su comunidad, con la madre tierra. Por 
ello, desde ahí reivindicamos toda la memoria de nuestros antepasados.
Juchari3 ireta, nuestro pueblo p’urhépecha tiene, como muchas 
otras comunidades, una memoria propia de resistencia. Hoy la reafirmamos con los acontecimientos recientes, diciendo que desde 
la conformación del pueblo p’urhépecha, pasando por la invasión 
europea a estas tierras, la resistencia se ha mantenido viva y podemos verla en el rostro de nuestros abuelos. En la época colonial 
se creó un discurso basado en un exclusivismo cultural y bajo la 
presunción de una superioridad civilizatoria, según el cual no resultábamos ser gente de razón y, por ello, se nos despojó de nuestras tierras. Sucedió lo mismo con el nacimiento de esta nación, 
cuando constitucionalmente se negó nuestra existencia, con el fin 
de exterminarnos. Creemos que hubo algunos momentos de tranquilidad debido, sobre todo, a la ubicación de nuestros territorios, 
y al aislamiento y al olvido. Pero los golpes fueron sistemáticos, 
con acciones y políticas de exterminio, asimilación y control, que 
sólo cambiaron de forma una y otra vez. Sin embargo, a pesar de 
todo, mantuvimos hasta la actualidad nuestra memoria e identidad con la tierra, en nuestro territorio y en otros aspectos. 
En cuanto al registro de la conformación del pueblo p’urhépecha, en La relación de Michoacán o Relación de las ceremonias y 
ritos y población y gobierno de los indios de la provincia de Michoacán, escrita por fray Jerónimo de Alcalá, se menciona que “entraron en consejo Hiripan, Tangaxoan y Hiquingare4
 […] y fueron a 
los pueblos […] Xenguaro, Cherani […] y se hizo un reino”. Leemos 
que la importancia de nuestra comunidad se inscribe desde aquellos tiempos, porque es parte de la historia de la conformación 
del pueblo p’urhépecha, ahora Michoacán. Con la llegada de los 
españoles, Cherán obtuvo el título virreinal de reconocimiento de 
propiedad de su territorio en el año 1533: “Reconocimiento y Titulación de sus Tierras a los Naturales de la Comunidad de San 
3 Juchari, palabra que significa “lo nuestro”.
4
 Personajes y gobernantes con los que se expande el pueblo p’urhépecha.
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Francisco Cherán”. Más tarde, en el siglo xviii, permaneció bajo 
el orden administrativo-eclesiástico de la jurisdicción de Sevina.5
Sólo por un breve tiempo se vivió al margen de la sujeción política y se decía que éste era un lugar de necios, tercos y salvajes. 
En el México independiente, el 20 de noviembre de 1861 Cherán 
obtuvo el estatus de municipio y, hasta ahora, se mantiene bajo 
esa organización formal de gobierno. Su relación con la estructura 
del Estado mexicano le provoca estar cada vez más sujeto a las 
instituciones que lo absorben, en perjuicio del derecho del pueblo 
p’urhépecha a la libertad y la justicia.
Cherán adquiere el estatus de municipio como la unidad básica 
de organización política con jurisdicción político-administrativa 
en un espacio geográfico, que es el territorio de la comunidad. Un 
solo espacio, dos realidades: la del municipio, sujeta a los dictámenes nacionales y las prioridades del Estado; y la de la identidad 
p’urhépecha en resistencia, de comunero en el territorio que lo 
nombra. Esta política de organización geográfica da prioridad a la 
relación con el gobierno, en los tiempos y ritmos que los intereses 
de éste dicten desde la capital. Y, a pesar de eso, Cherán, como 
municipio-comunidad, mantiene una identidad que proviene de 
sus orígenes.
A inicios del siglo xx, la comunidad lucha contra la explotación forestal que realizaban los extranjeros en la Meseta P’urhépecha, en la que ya habían tendido las vías de tren para facilitar la 
extracción de madera de los bosques de las comunidades. Cherán 
dio una lucha por la defensa de los bosques de su territorio, desmantelando las vías y realizando otras acciones que impidieran la 
agresión a los cerros y a la vida de la comunidad. Federico Hernández Tapia, quien encabezaba la organización para la defensa 
de los verdes bosques, fue asesinado. En la comunidad, este momento quedó registrado en el cambio de nombre de los lugares: el 
lugar donde estuvo la vía se conoce como “La Herradura” y aquel 
de donde se extrajo la piedra, como “T’sakapu Pitakatarhu”.6
 Otro 
personaje, Casimiro Leco López, participó en la Revolución mexi5
 Nombre de la comunidad antigua, vecina de Cherán.
6
 Nombre de un lugar o demarcación territorial que significa “donde retiraron piedra”.
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Formas de autogobierno comunitario
cana y, a su regreso, encontró una serie de injusticias en la región: 
pueblos incendiados, robo de maíz y alimentos, además del rapto 
de doncellas. Por estas circunstancias, la comunidad integró un 
comité de defensa y Casimiro Leco López lo fortaleció, derrotando a los grupos armados que realizaban estos actos. Hoy se recuerda a Casimiro con una pieza musical, el himno regional llamado 
“El triunfo de Leco”.
En los sesenta llegaron los partidos políticos que, si bien no 
sustituyeron a la organización de la comunidad, sí fueron debilitando algunas de sus formas, sobre todo, las relacionadas con el 
trabajo y los servicios. Además, sus prácticas iban en contra de 
los principios y las normas de relación que habíamos tenido con 
la tierra, los cerros y todo lo comunal. La relación con el partido 
político —primero con uno, luego con otro—, se ajustaba a las 
decisiones de la comunidad, que elegía a las autoridades a partir 
de un emblema y bajo formas ajenas que servían a la dinámica del 
Estado. En esta década se fue debilitando la Ronda Tradicional, 
que salía durante las noches y en los horarios o momentos en que 
las autoridades del Estado no estaban presentes, con el objetivo de 
mantener el orden y la seguridad. Su debilitamiento inició con la 
introducción de bebidas alcohólicas y, además, se la desacreditó 
por no ajustarse al esquema del municipio. Aun así, siguió sobreviviendo como forma organizativa de la comunidad, ya que era el 
deber de cada comunero servir en ella.
En los últimos días de diciembre de 1976 se produjeron varias 
muertes y decenas fueron encarcelados debido a las manipulaciones externas de un conflicto político al interior de la comunidad, 
lo que generó una violencia con lamentables resultados. Esta sitaución dio entrada a los militares a Cherán, ya que tanto el presidente 
municipal como el representante de Bienes Comunales estaban detenidos. Así fue como se impuso a un gobernante militar, a quien 
llamaban “el mayor”. El gobierno militar, que duró un año, posteriormente dio lugar a un gobierno civil-militar en el periodo establecido para todas las alcaldías. Esta situación terminó en 1981, 
cuando regresó la administración civil.
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En 1988, después de dos periodos y medio de gobierno civil, 
la comunidad compartía la idea de que se necesitaba un cambio 
en nuestro país que realizara su democratización y pusiera fin al 
partido de Estado. En este tenor, se organiza una impresionante 
movilización de toda la comunidad, incluyendo a toda la Meseta 
Purépecha. Cherán, en pleno movimiento, constituyó un gobierno popular, que se mantuvo durante un año sin presupuesto alguno. Luego, participó constitucionalmente en las elecciones de las 
alcaldías y dio inicio el gobierno del fdn, que luego se convertiría en el Partido de la Revolución Democrática (prd). En cuatro 
meses, Cherán abrió una discusión sobre el cambio y el tipo de 
gobierno que se debía construir; sin embargo, ésta se agotó, ya 
que la dirección del movimiento no prestó la atención ni el tiempo 
suficientes para lograr definir cómo debía ser y sólo buscó derrotar al pri. No obstante, se mantuvo la esperanza de un cambio, 
que no se dio ni se entendió en Michoacán. Por ello, Cherán sólo 
defendió su modo de organizarse en las elecciones de las autoridades locales, con un criterio propio de procedimiento desde sus 
usos y costumbres. A partir del movimiento del 88, la comunidad 
obligó al partido político prd a respetar el acuerdo, haciendo que 
la convocatoria interna del partido no aplicara para Cherán. Poco 
se había avanzado, pero por lo menos se ganó un respeto. Después 
de 10 años esta organización empezó a debilitarse, en gran medida 
por la situación que crearon los partidos y las dirigencias estatales, 
que cada vez tenían más espacio para promover su programa partidista, ignorando así la identidad de la comunidad.
La unidad y el consenso en la comunidad se fueron fracturando por la impertinente actitud de protagonismo, la ambición y el 
individualismo personal, que resquebrajaron el criterio político. 
En ese momento, muchas planillas y emblemas se enfrentaron en 
una sola contienda vacía y sorda, que sólo vino a desorganizar 
todo. Como dice el refrán: “a río revuelto, ganancia de pescadores”, donde los pescadores fueron quienes obtuvieron la votación 
mayoritaria en noviembre de 2007: el pri. Sin embargo, en los 
primeros meses de 2008 se vio que las personas del partido que 
había ganado y asumido la responsabilidad pública no eran “pes-
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Formas de autogobierno comunitario
cadores” capaces de conducir a los peces hacia la red; fueron tan 
ineficientes que provocaron una grave crisis política. La confianza 
que se tuvo en el pri se vino abajo con las prácticas de corrupción 
clientelar durante las campañas. Además, en el mes de abril de ese 
año, a tan sólo unos meses de haber asumido la responsabilidad 
por la seguridad municipal, el gobierno se vio involucrado en dos 
homicidios, en uno de los cuales asesinaron a un joven, cuyo cadáver fue dejado a orillas de la población un día después de haber 
sido detenido. La muerte de estas personas generó un fuerte reclamo de justicia. Más tarde, en el mes de mayo, secuestraron, torturaron y asesinaron a Leopoldo Juárez, quien fue encontrado el 10 
de ese mes, al tercer día de su desaparición, lo cual intensificó la 
demanda de justicia. Ante este último suceso, se anexó la demanda de desaparición de poderes en el municipio. La solicitud llegó 
al Congreso del Estado de Michoacán, pero quedó sin respuesta y 
sólo se integró una comisión especial para ver la situación legal de 
los homicidios y el último asesinato. 
El edificio de la presidencia municipal fue clausurado, en protesta por la falta de atención y de resultados. La sensación de injusticia e inseguridad de la población se extendía a todo el territorio de la comunidad. Eran comunes los robos en las casas, las 
calles, las tiendas o el cobro a negocios ylas extorsiones a ciudadanos; secuestros, amenazas e intimidación con armas de fuego, 
asesinatos y el incendio de los bosques como práctica de terror y 
amenaza para quienes se atrevieran defender los bienes comunales. La devastación y la destrucción de los cerros, el bosque y de 
todo el territorio era alarmante.
La autoridad municipal, que carecía de autoridad, sólo evadía 
su responsabilidad o decía que no le incumbían los problemas en 
bosques o cerros, que su competencia estaba en brindar servicios 
públicos a la población y no a toda la comunidad. La autoridad 
comunal realizaba pocas acciones para el cuidado de los bienes 
de la comunidad, principalmente de los bosques. Tradicionalmente, bajo ciertas condiciones, se permitía derribar árboles para 
uso doméstico, para la vivienda o para la reparación de la misma, 
que por derecho tenía cada nueva familia; pero, en esta época de 
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inseguridad, el permiso dejó de respetarse como tal y fue usado para extraer madera de forma irregular y para otros fines no 
acordados por la asamblea, lo que causó mayor desconfianza en 
medio del panorama de inseguridad y el incremento de la devastación del bosque en todo el territorio de la comunidad.
Los comuneros fueron valientes al emprender distintas acciones en defensa de los bosques, fueron valientes en un contexto 
de vacío de autoridad y de división de la comunidad en partidos 
políticos. Ésta se encontraba desorganizada; ni siquiera la demanda de justicia lograba la unidad necesaria. Y fue en este tiempo 
que la delincuencia organizada aprovechó para tener el control 
realizando varias actividades ilícitas. Circulaban armados por la 
comunidad. La destrucción de los bosques semejaba un escenario 
de guerra, de grandes llamaradas. Todos los caminos conducían a 
la cima de cerros o montañas. Desde otros lugares llegaban criminales protegidos por grupos armados para lograr el control del territorio del municipio y comunidad de Cherán. Así, a la autoridad 
comunal le era difícil organizar la defensa.
A esta situación de inseguridad y devastación de los bosques, 
se sumaban los incendios. Una y otra vez incendiaban el bosque 
como práctica de terror, para generar miedo y desarmar a la comunidad y a todos los que se sentían identificados con la tierra, 
los cerros y los bosques del territorio. La incertidumbre y la rabia 
se escuchaban en todos los comentarios; se decía que nos faltaba 
la actitud de comuneros que siempre había tenido el pueblo p’urhépecha, que debíamos retomar la memoria de K’eri Ireta, la gran 
comunidad de Cherán, y también se hablaba de la autoridad comunal, que se encontraba incompleta, y de la falta de organización 
en ese momento. Pero, sobre todo, se hablaba de los desaparecidos 
y los muertos.
Cada vez había más comuneros preocupados por la inseguridad y la falta de actitud e iniciativa para organizar la defensa de 
los bosques. En la comunidad se llevaron a cabo reuniones hasta 
llegar a una primera asamblea y, en una segunda convocatoria, se 
informó del estado de los bienes comunales y las finanzas. Asimismo, se discutió sobre la remoción parcial o total de la autoridad 
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Formas de autogobierno comunitario
comunal o la necesidad de fortalecerla, decidiéndose la primera 
opción. Una vez nombrada la nueva autoridad comunal el 27 de 
junio de 2010, ésta realizó acciones en defensa de los bosques durante tres meses, entre otras, zanjas y cortes en los caminos. El 
cuarto mes convocó a actividades de consulta en los barrios. A 
finales de octubre se realizó otra asamblea y se acordó ampliar la 
participación en la defensa de los bosques y, además, se hizo notar que la autoridad saliente aún no se había retirado por la recomendación de la Procuraduría Agraria de que se mantuviera esa 
figura de representación. La asamblea decía que no se continuara 
porque habría dos representaciones de autoridad comunal, por 
lo que se acordó no continuar duplicando funciones y se decidió 
nombrar a una comisión que buscara conciliar e integrar los esfuerzos para detener la devastación del bosque y la inseguridad en 
la comunidad. 
A la comisión se le encomendó acordar con las demás autoridades del municipio y exponer sus acciones, así como lograr 
posibles soluciones a la situación que vivía la comunidad. Acudieron 83 comuneros para participar en la búsqueda de acuerdos y 
acciones en la comunidad, con 11 compañeros se manifestaba la 
palabra de toda la comisión. En las pláticas estuvieron presentes 
la autoridad municipal y dos integrantes de la autoridad comunal saliente. También se hizo manifiesto que la comunidad de San 
Francisco Cherán era única y su representación también, por lo 
que se tenían que conjuntar acciones y acuerdos para realizar un 
trabajo que fuera llevando a una sola representación. Así, la voluntad de todos fue unificar esfuerzos para trabajar en conjunto por 
la comunidad-municipio. Asimismo, se tomó el acuerdo de realizar operativos para salvaguardar los bosques, pero estas acciones 
resultaron insuficientes ante la magnitud del problema. Sólo era 
una parte, los comuneros, la que actuaba, no se hacía en conjunto; 
además, la autoridad civil únicamente prestaba maquinaria y el 
acompañamiento de la seguridad municipal, pero solamente en 
horario de oficina. También se buscaba realizar acciones con las 
secretarías del Estado, pero de parte de estas dependencias nunca 
se tuvo respuesta. Por otro lado, en los mismos acuerdos conjun-
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tos se decidió iniciar el proceso de organización para el cambio de 
autoridad comunal, con el fin de que se emitiera una convocatoria 
en la primera quincena de diciembre de 2010, cantes de la fecha 
acostumbrada, pues la urgencia lo requería, había que organizar 
todo antes. Todos acordaron estas acciones de operativos, fechas y 
tiempos para la convocatoria del cambio de la autoridad comunal, 
ya que se buscaba tener la posibilidad de una mayor organización 
que respaldara a la nueva autoridad el siguiente año 2011. Pero, 
al llegar las fechas mencionadas para la convocatoria del cambio 
de autoridad, la autoridad comunal saliente abandona el acuerdo, 
con el pretexto de que su representación termina el 5 de mayo. 
A pesar de que ya se habían discutido los tiempos y las fechas 
y las razones para adelantar el cambio de autoridad a marzo, se 
resistieron.
En enero de 2011 se intensificaron los incendios y la destrucción del bosque y más de 200 camiones extraían madera diariamente al tiempo que incendiaban la vegetación restante. Parecía 
que buscaban derrotar moralmente a los comuneros, para que no 
tuvieran nada que defender. Sólo se observaban incendios, polvo 
y cenizas. En las noches se sentía inseguridad y miedo, las calles 
estaban semivacías y por ellas circulaban vehículos extraños, sin 
placas, con sujetos armados tipo militar, pero sin el rótulo de “Secretaría de la Defensa Nacional” en la camisola. La inseguridad y 
las agresiones se incrementaron en distintos puntos de la comunidad, sobre todo allí donde se realizan acciones de defensa comunal de los bosques. El 10 de febrero desaparecieron Jesús Hernández, Armando Jerónimo y Rafael García, el primero integrante 
de una comisión de la asamblea y, los dos últimos, integrantes de 
la autoridad comunal. El riesgo de muerte era real y el deber de 
comunero, de seguir realizando acciones de defensa ante el panorama de desconfianza y la incertidumbre de no saber hasta dónde llegaba el peligro, no lograba desatar la rabia. La organización 
resultaba insuficiente, unos se organizaban y otros se agotaban o 
abandonaban. No se llevaba a cabo una sola acción conjunta, sino 
varias, que se organizaban conforme la afinidad, la confianza o 
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Formas de autogobierno comunitario
el tiempo. No había unidad en las acciones y algunos proponían 
acciones fuertes, pero sin asumir ningún compromiso.
En los comentarios rra muy común escuchar sobre los peligros 
que corría la comunidad, sobre la inseguridad y la destrucción de 
los bosques. El miedo por el que pasaba la comunidad y la rabia 
que se sentía al observar los camiones transportando madera en 
caravanas —pasaban amenazantes con fusil en mano y lanzaban 
amenazas a quienes los observaran— lograron, no obstante, que 
la resistencia no cejara. La inseguridad se respiraba en el aire, el 
saqueo de madera y los incendios eran las actividades más visibles 
las24 horas del día. Los camiones madereros circulaban de 3 de la 
madrugada a 11 de la noche y los hombres que robaban la madera 
usaban drogas y armas para imponerse, por lo que era imposible 
no mirar el robo de madera y la injusticia que causaban en toda 
la comunidad. También provocaron el abandono de la milpa, de 
los cultivos de maíz, del pastoreo de ganado, de todo el trabajo del 
campo y otros usos y relación con el bosque que tienen los comuneros de Cherán se vieron afectados. 
Mientras tanto, al interior de la comunidad continuaban haciéndose esfuerzos de organización. El 8 de abril de 2011 se realizó una caminata a las orillas del pueblo, hacia un cerro, en un 
acto de conciencia por la naturaleza y la vida; ahí se recordó lo 
fundamental de la relación con la tierra, con la madre tierra, con 
la naturaleza de la cual dependen nuestras vidas. En las mismas 
fechas ocurrió el incendio de una vivienda en la que murieron 
incinerados dos niños. Si bien se hizo el llamado de emergencia, 
tocando las campanas desde la torre de la Capilla del Calvario, el 
auxilio llegó tarde, recordándonos la falta de solidaridad ante las 
emergencias y los peligros en la comunidad.
 Por identidad, el deber de cada comunero es hacer algo ante lo 
que acontece en la comunidad, pero muchos preferían solamente 
observar, debido a la desconfianza pasada que la descomposición y 
la división política en las planillas de los partidos políticos generaron en el municipio. Se seguía con incertidumbre la organización 
en varios espacios de la comunidad, únicamente con la actitud del 
comunero de defenderla como era su deber. La inseguridad nos 
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hizo ver y escuchar las injusticias y las agresiones contra nuestro 
pueblo, así como la destrucción de los bosques del territorio de la 
comunidad, por lo que no había tranquilidad en el campo ni en las 
calles. En varios espacios, la defensa desde los comuneros aún no 
tenía la fuerza necesaria para detener el ataque criminal. 
En la madrugada del 15 de abril de 2011, comuneros y comuneras realizaron un bloqueo para no permitir más el paso de camiones o detener a los taladores de árboles, protegidos por la delincuencia organizada, y parar el saqueo de madera de los bosques 
de la comunidad. Esa mañana todos fueron convocados; las mujeres, los señores, los abuelos y los jóvenes participaban resguardando, bloqueando y deteniendo a los malhechores. Se detuvo a cinco 
taladores que trasportaban madera. Más tarde, un grupo armado 
entró al lugar a bordo de tres camionetas, disparando contra los 
comuneros, pero un vehículo abandonado sirvió de barricada o 
defensa contra los proyectiles percutidos, resultando un herido en 
este ataque. Así, en total indefensión, los comuneros de la comunidad sólo encendieron varios cohetes pirotécnicos para ahuyentar a los agresores; uno detonó en la camioneta de los atacantes del 
grupo armado, lo que los detuvo y los hizo emprender la retirada 
del lugar. 
Ante el peligro de esa mañana, la comunidad de inmediato 
cerró las bocacalles; en cada esquina se obstaculizó la vialidad, 
bloqueando a cualquier vehículo extraño y realizando tareas de 
vigilancia que duraron toda la noche. La comunidad en emergencia fortaleció su organización, cuidando las entradas y las salidas 
con 200 núcleos de organización territorial en las esquinas de las 
calles, las fogatas,7
 núcleos de vigilancia, información y acuerdo 
en toda la comunidad.
Emergencia y audiencia
Desde la mañana del 15 de abril había cinco taladores de árboles 
detenidos y resguardados por la comunidad, para su entrega a la 
justicia del Estado. Sin embargo, pasaron los días sin que el go7
 Espacio de organización vecinal en torno al fuego.
400
Formas de autogobierno comunitario
bierno prestara atención al caso y sin que hiciera nada para recibir 
y juzgar a los detenidos. La falta de atención para brindar seguridad y castigo a los malhechores y su organización criminal, se 
hacía cómplice de la devastación de los bosques en una estrategia 
de terror, que buscaba que abandonáramos el territorio.
La comunidad esperaba la entrega de los detenidos a la justicia del Estado y que se les juzgara por los daños cometidos. Pero, 
mientras pasaban los días, en las asambleas de los barrios se empezaba a discutir sobre los peligros externos para los comuneros que 
tuvieran que salir o para los comerciantes que necesitaban dejar 
la comunidad con el fin de proveerse de productos. Por lo que se 
organizaron caravanas en las carreteras, esquemas de comunicación y horarios de entradas y salidas. No obstante, la estrategia de 
seguridad externa fue insuficiente y los días 18 y 19 de abril varios 
comuneros fueron levantados, golpeados y secuestrados, siendo 
encontrados después en Uruapan. Los comuneros de Cherán permanecieron en las instalaciones de la presidencia municipal de 
Uruapan y luego fueron presentados como si fueran rehenes, privados de la libertad sin motivo alguno, los tenían ahí detenidos y 
sólo fueron liberados hasta el momento en que Cherán entregó 
a los taladores de los montes que tenía resguardados. Sólo cinco 
taladores de los montes de entre cientos que cortaban los árboles 
y se llevaban la madera. 
El 23 de abril los taladores de los montes resguardados por la 
comunidad por más de una semana fueron por fin entregados al 
subsecretario de gobierno de Michoacán, al Ministerio Público, 
federal y de lo común y a la Comisión Estatal de Derechos Humanos de Uruapan. Después, se instalaron mesas para recibir denuncias por los daños a las personas y al ambiente, pero éstas no terminaron de levantarse, porque los agentes del Ministerio Público 
ya no se presentaron al día siguiente. El 25, por las noticias, todos 
supimos que los detenidos en Cherán por la devastación de los 
bosques y sus nexos con la delincuencia organizada habían sido 
liberados sin haber sido juzgados. El gobierno no mostró disposición para atender los problemas de inseguridad y la destrucción 
de los bosques en territorio p’urhépecha y fue responsable de de-
Ir obedeciendo a la comunidad
401
jar pasar el tiempo y de decidir, finalmente, liberar y no juzgar a 
los detenidos. Entonces, la situación de nuestra seguridad, justicia 
y reconstitución del territorio aún no lograba la atención de las 
autoridades de gobierno. Así, sólo nos recibían y nos daban audiencia para exponer las injusticias y la inseguridad vivida en este 
territorio de la Meseta Purépecha.
La comunidad vivía una emergencia desde el 15 de abril, fecha 
en que organizó una coordinación general por barrios, luego una 
Comisión de Honor y Justicia, una Ronda Tradicional y otras de 
finanzas, víveres, prensa, forestal, de limpieza e imagen y de jóvenes, que se acordaron como necesarias para la atención, el orden 
y la representación de la comunidad. La movilización continúa en 
la capital del estado y en la capital del país demandando justicia, 
seguridad y reconstitución del territorio. Mientras tanto, a Cherán 
llegaban intimidaciones y amenazas de incendio, se interrumpía 
la señal de los celulares por más de 28 días y helicópteros sobrevolaban todo el territorio. Había seguridad por tierra en la comunidad, pero por aire se veía la amenaza de helicópteros y avionetas.
Marchar por los cuatro rumbos
El 1o
 de junio se acordó en asamblea terminar la exposición en 
muchas audiencias ante el Gobierno del Estado de los acontecimientos que venía sufriendo la comunidad, decidiéndose que ya 
no se acudiría para que nos escucharan, sino para exigir resultados. Se elaboró un documento con la determinación y la exigencia de las demandas de seguridad, justicia y reconstitución del 
territorio. También se demandó el respeto al derecho propio de la 
comunidad, como parte del pueblo p’urhépecha y el rechazo a los 
partidos políticos. Cherán no podía seguir solamente en la línea 
de la audiencia y la exposición de la emergencia.
El 6 de junio nos movilizamos a la ciudad de Morelia en compañía de jóvenes, mayores y algunas organizaciones para demandar resultados por los derechos que el gobierno está obligado a 
garantizar. Nos movilizamos con la actitud de exigir resultados 
al gobierno del estado de Michoacán, al Congreso local y al Ins-
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Formas de autogobierno comunitario
tituto Electoral de Michoacán, con un documento que determinaba nuestra postura. Éste fue entregado directamente a las tres 
instancias mencionadas y, en el Congreso local de Michoacán, se 
expuso la determinación de la comunidad de que se requerían resultados y la rendición de cuentas que debería realizar el Congreso de Michoacán a las dependencias de gobierno. Se exigió que se 
respetara el acuerdo de nuestra asamblea de la no intervención de 
partidos políticos. En dos comisiones de diputados del Congreso nos contestaron que tuviéramos calma, que el Congreso estaba trabajando y que pronto habría candidaturas independientes. 
Como si las candidaturas independientes fueran la solución a las 
demandas y a la gravedad de la situación de nuestra comunidad, 
porque siendo como fueren de nombre estas candidaturas seguirían las mismas reglas del juego que nosotros no buscamos jugar, sino que reivindicamos el derecho del pueblo p’urhépecha a 
reconstituirnos como pueblo que somos, desde el corazón de la 
Meseta P’urhépecha. Asimismo, ante Consejo General del Instituto Electoral de Michoacán (iem) se manifestó que no había condiciones inmediatas ni próximas para el proceso electoral en varios 
años y que los partidos políticos debían respetar el acuerdo de la 
comunidad por sus mismas disposiciones que la regulan y además 
estaban obligados a no generar violencia por respeto al derecho a 
la libre determinación de los pueblos.
En las pláticas con el iem se buscaban dos acuerdos: uno, contener la violencia que se generaría con las campañas políticas para 
la elección de gobernador, diputados y presidentes municipales en 
Michoacán y, dos, el acuerdo por el que se respetaría el nombramiento de nuestras autoridades municipales que, históricamente 
y por derecho propio, teníamos como pueblo p’urhépecha. Primero se busca llegar a un acuerdo con los dirigentes de los partidos 
políticos, para hacer respetar la determinación de la comunidad y 
que se manejaran con la mayor madurez política posible a fin de 
no provocar inseguridad en Cherán, pero los dirigentes ignoraron 
y despreciaron la intención de platicar, y renunciaron a sentarse a 
dialogar porque no tenían tiempo. Estaban apresurados para renovar los espacios de poder y sus puestos de trabajo en Michoa-
Ir obedeciendo a la comunidad
403
cán. En segundo lugar, se pidió al Consejo General del Instituto 
Electoral de Michoacán que fuera respetado el derecho a decidir 
y elegir el nombramiento de las autoridades municipales por derecho histórico y propio de la comunidad p’urhépecha de Cherán 
y el 26 de agosto se pidió al Instituto que respetara y acompañara 
el ejercicio de este derecho. Ya anteriormente se había expuesto 
que la democracia no es exclusiva de los partidos políticos y que 
en ningún momento el artículo 41 de la Constitución habla de 
“exclusividad”: los partidos no son dueños de la vida pública y el 
pueblo p’urhépecha no tiene por qué sujetarse a los mercaderes de 
la política.
Los partidos políticos no representan a los pueblos indígenas.
El Consejo General del iem emitió un acuerdo el día 9 de septiembre, en el que dice: “el Instituto electoral de Michoacán carece 
de atribuciones para resolver sobre la celebración de elecciones 
bajo el principio de los usos y costumbres en los términos que 
solicita la Comunidad Indígena de Cherán”, misma que nos fue 
notificada el día 11 de septiembre. El día 15 del mismo mes se 
interpuso un juicio para la protección de los derechos políticos 
electorales del ciudadano (sup-jdc_9167/2011), en el que se realiza una entrevista de exposición y narración directa con los magistrados de la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial 
de la Federación sobre cómo debía ser el gobierno, atendiendo a 
nuestra cultura, cómo era su procedimiento desde el tiempo precolonial y cómo se ha dado su continuidad hasta el presente. Se 
explica la práctica de los “usos y costumbres”, es decir, de nuestro 
sistema normativo y de la organización de nuestro gobierno. Otro 
elemento a nuestro favor fue la recomendación de alto comisionado de la onu en México.
En plena campaña electoral en Michoacán, la prensa y los medios de comunicación se enfocaron cada vez más en las candidaturas, en encuestas de opinión y, como si fuera juego de apuestas, las porras llenaron las primeras planas de los periódicos. Es 
tiempo de alabar y mandar mensajes de legalidad y fortaleza de 
las instituciones, el sistema de partidos se jacta de su programa 
de gobierno en la búsqueda del ejercicio del poder público y de 
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Formas de autogobierno comunitario
la representatividad en el Congreso, desacreditando los sistemas 
normativos, de usos y costumbres. Los partidos y las organizaciones políticas coreaban “legalidad” en contra de otra forma de 
elegir el gobierno, llamándoles “gobiernos de facto”, diciendo que 
los gobiernos por “usos y costumbres” no eran de ley, no eran legales. La comunidad, ante ese egocentrismo, decía que quizá no la 
reconocían en las leyes locales, pero sus usos y costumbres eran el 
derecho mismo, el derecho a la libre determinación como pueblo. 
Una mayor determinación estaba en puerta, la comunidad estaba por definir el gobierno del municipio, ya que hasta el momento solamente contábamos con la organización del gobierno 
de emergencia que, desde nuestra cultura, tenía la función de dar 
servicio a la comunidad. Además de que ya habían pasado dos 
semanas sin que la sesión del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación deliberara y dictara una sentencia; el tiempo 
transcurría sin que supiéramos de la determinación de los magistrados y esto causaba confusión. Se hacían comentarios sobre la 
situación, se pensaba ejercer el gobierno sin intervención gubernamental ni presupuesto alguno; esperar y nombrar a la autoridad 
a partir de la sentencia que se esperaba favorable y, en el último 
de los casos, hacer un acuerdo político que nadie aceptaría y generaría mayor inseguridad en la comunidad. Pero, a todo esto, la 
madurez de los mayores guardaba tranquilidad y confianza en las 
determinaciones de la comunidad. 
El 2 de noviembre, la Sala Superior del Tribunal Electoral 
del Poder Judicial de la Federación dictó sentencia favorable 
a la comunidad-municipio, determinando que los integrantes 
de la comunidad indígena de Cherán tienen derecho a solicitar 
la elección de sus autoridades; siguiendo para ello sus normas, 
procedimientos y prácticas tradicionales, con pleno respeto a los 
derechos humanos, reconociendo el derecho a nombrar o elegir 
autoridades por “usos y costumbres”. Por lo que, en Michoacán, 
el iem haría la consulta para ver si la mayoría acordaba elegir a 
sus autoridades por esta vía. El día 18 de noviembre se verifica el 
resultado positivo de la consulta, que había optado por nombrar 
a las autoridades municipales bajo la forma de Consejo Mayor de 
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Gobierno. La sentencia también ordena al Congreso del Estado 
de Michoacán recibir el resultado de la consulta para realizar el 
decreto que haga que se cumpla y garantice este derecho, y deja 
sin efectos los acuerdos de la autoridad electoral conforme a los 
partidos políticos.
La consulta, vigilada y validada por el Consejo General del 
Instituto Electoral de Michoacán, se hizo de manera directa a 
los miembros de la comunidad de Cherán, a todos los mayores 
de 18 años, aunque no fueron consultados los mayores de 13 y 
menores de 18 años que en la comunidad sí participan en las 
actividades sociales, de trabajo, así como en los acuerdos. Ese 
día, los jóvenes apoyaron con la recepción de los visitantes y en 
la vigilancia en las entradas y salidas de la comunidad.
El día 29 de diciembre de 2011, la comunidad, en asamblea de 
los cuatro barrios, nombra al Consejo Mayor de Gobierno del municipio y, al día siguiente, el Congreso del Estado de Michoacán lo 
decreta como consejo municipal (decreto núm. 443) y se apresura 
a emitir el siguiente para celebrar elecciones con el fin de elegir 
autoridades municipales por el sistema de usos y costumbres, que 
tuvo lugar el día 22 de enero de 2012 y terminó con la toma de 
posesión del cargo el 5 de febrero, con la asistencia de un representante del Alto Comisionado de la Organización de la Naciones 
Unidas en México y varios diputados locales de Michoacán.
El resultado para la comunidad fue poder decidir y gozar de 
tranquilidad, luego de muchas noches de desvelo y de días, meses 
y hasta un año de emergencia para los comuneros y comuneras, 
niños, niñas y abuelos. Todo el pueblo, de una y otra forma, estuvo al pendiente de nuestra seguridad. Nuestra identidad como 
comunidad, la identificación de un nosotros, de una unidad comunal que nos convoca a mirar la memoria de nuestro pueblo, 
la visión de nuestros abuelos y el presente, nos permitió actuar y 
defendernos.
 Nuevamente, en el mes de marzo de ese año, la comunidad en 
asamblea determinó nombrar en los barrios una comisión política 
de diálogo para exponer y acordar la no realización del proceso 
federal electoral del 1° de julio de ese año, 2012, con los titulares 
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Formas de autogobierno comunitario
del Instituto Federal Electoral de la Delegación Michoacán, ya que 
fue un acuerdo de la comunidad. Además, se decidió esto por la 
situación de inseguridad en la región. En el diálogo con el ife se 
nos insistía que teníamos derecho a participar, por lo que nuestra 
respuesta fue que en el próximo proceso electoral no ejerceríamos 
el derecho y que sería en otro momento que buscaríamos ejercer 
la representación con la reivindicación de nuestros derechos. Por 
lo que, días después, la Junta de Distrito de Zacapu, Michoacán, 
acordó no realizar el proceso electoral en Cherán y nos lo comunicó el delegado estatal del Instituto Federal Electoral.
Para nuestra comunidad, estos días implicaban una mayor actitud de comunero, así como de afirmación y diálogo constante en 
la asamblea, que es la institución que nos ha permitido caminar 
los acuerdos y los consensos, en la que todos participan o pueden participar: mujeres y hombres, jóvenes y adolescentes. Ya en 
un momento en que la comunidad exigía el derecho a nombrar a 
las autoridades municipales nos preguntaron cómo se realizaba 
una asamblea general si nuestra comunidad tenía mas de 14 000 
habitantes. Se contestó que la asamblea general se realizaba simultáneamente en los cuatro barrios (Jarhukutini, Ketsïkua, Karakua 
y P’arhikutini), en el mismo horario y con los mismos puntos a 
tratar, para que cada quien en su demarcación de domicilio participara en el interés de toda la comunidad. Es por ello que la asamblea es esencial para la toma de decisiones y acuerdos, para una 
mayor democracia.
Para la comunidad, sus asambleas son parte de la vida y la base 
de los acuerdos del pueblo p’urhépecha, indispensables para su 
reafirmación, con una educación propia que respete la vida y los 
saberes, además de que fortalezca el derecho del pueblo, que vigorice el idioma p’urhépecha, su cultura y su propio sistema normativo, que viva sin ninguna forma de asimilación ni de imposición de programas externos que nos insultan al considerarnos 
objetos de asistencialismo y de caridad hipócrita.
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Referencias
Monumentos literarios del Michoacán prehispánico, México, Ediciones 
Palenque, 2001.
Expediente sup-jdc-9167/2011 del Tribunal Electoral del Poder Judicial 
de la Federación.
Acuerdo No.cg-38/2011 del Consejo General del Instituto Electoral de 
Michoacán