Redes para saltar fronteras: buscar migrantes extranjeros desaparecidos en México

La ReReFaMi está conformada por madres, tías, primas y esposas de jóvenes hondureños, nicaragüenses, salvadoreños y peruanos que desaparecieron en México durante su proceso migratorio hacia Estados Unidos, entre ellos, Oscar Antonio López Enamorado. Ana Enamorado, su mamá y referente internacional en la búsqueda de personas migrantes desaparecidas en México, empezó a tejer esta red.



Redes para saltar fronteras: buscar migrantes extranjeros desaparecidos en México                                                                                                                                                                                                          

Sandra Odeth Gerardo Pérez / GIASF - CIESAS

                                                                             

“¿Me escuchan?”, “No puedo encender la cámara, hay mala señal”, “Se va a cortar en 5 minutos”, “Es que hasta allá no hay señal, ella no se puede conectar”, “Está esperando que le den acceso”, “¿De dónde se silencia?”. Así son los primeros minutos de cada reunión virtual que sostienen, entre ellas o con autoridades mexicanas, las mujeres buscadoras que integran la Red Regional de Familias Migrantes (ReReFaMi). [1] 

La ReReFaMi está conformada por madres, tías, primas y esposas de jóvenes hondureños, nicaragüenses, salvadoreños y peruanos que desaparecieron en México durante su proceso migratorio hacia Estados Unidos, entre ellos, Oscar Antonio López Enamorado. Ana Enamorado, su mamá y referente internacional en la búsqueda de personas migrantes desaparecidas en México, empezó a tejer esta red. Sin embargo, solo ella y la señora Silvia de la Cruz, mujer peruana que busca a su hijo Jeancarlo Román de la Cruz, radican en México. El resto de las integrantes de esta organización tienen que hacer la búsqueda a varios miles de kilómetros lejos del territorio desde donde por última vez se comunicaron sus seres queridos. 

Para esa búsqueda a distancia, las comunicaciones a través de las plataformas virtuales se han vuelto una herramienta fundamental. Son las familiares mismas quienes garantizan, en la medida de lo posible, las condiciones materiales para las comunicaciones: saldo, internet, celular, audífonos (si la reunión es en horas laborales). Quienes no estaban familiarizadas con estas herramientas, han tenido que aprender del uso de medios electrónicos y de la web, a la par que aprenden a desenredar los nudos burocráticos de la búsqueda de una persona desaparecida en México.

Así, a finales del año pasado, la ReReFaMi sostuvo reuniones con autoridades de la Comisión Nacional de Búsqueda (CNB), de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) y de la Fiscalía General de la República (FGR), en su Unidad de Investigación de Delitos contra Personas Migrantes (UIDPM). Antes de estos encuentros, la mayoría de las integrantes no conocía el estado de su investigación, ni si ya contaban con asesor jurídico o ministerio público encargado de su caso, y mucho menos les habían conocido o habían recibido un informe. 

Si bien, esas reuniones fueron un paso importante —como reconocían ellas mismas—, también quedan muchas tareas pendientes. Comenzando por la obligación que tienen las mismas dependencias del Estado mexicano de garantizar las condiciones para que estas reuniones se desarrollen. En la única reunión que lograron sostener con la FGR-UIDPM, la ReReFaMi supo que esta dependencia no cuenta con una plataforma virtual pagada que permita conexiones de más de 40 minutos. La Red subsanó ese primer obstáculo, sin embargo, el segundo no pudo sortearse: “No quisieron tomar algunas declaraciones y abrir carpetas de investigación, porque dicen que no hay delito. ¿Cómo van a saber si no investigan?”, señaló una integrante de sus integrantes.

Ante estas omisiones y agravios cometidos en México, y frente a la escasa comunicación entre consulados de los países de origen y la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), las familias de esta Red, como muchas otras tantas en Centroamérica o centroamericanas radicadas en España, exigen se garantice el derecho a ser parte activa de la búsqueda jurídica y en terreno. Invocan el derecho a visados para la búsqueda, mandatados por la Ley General de Víctimas, la Ley General de Desaparición Forzada y por Particulares y el Protocolo Homologado de Búsqueda. De igual manera, solicitan los “apoyos” que como víctimas les corresponden, contenidos en los Lineamientos para el otorgamiento de Recursos de Ayuda, Asistencia y Reparación Integral (RAARI) [2]. Sin dejar de reconocer los avances que mediante las redes virtuales se pueden tener, esta red reclama la importancia de buscar con el propio cuerpo a quien les falta. 

Para las últimas semanas de febrero está planeada la Primera Brigada Internacional de Búsqueda que se llevará a cabo en Sonora y Baja *California [3]. Al menos cuatro integrantes de la ReReFaMi están tramitando frente a las autoridades los documentos necesarios para participar de la búsqueda. Estar “en terreno” se vuelve crucial, porque, como señala una buscadora centroamericana: “Nadie va a buscar como una busca… solo te quedas un poco tranquila si sabes que lo buscaste tú”; pero el camino para llegar al territorio mexicano es muy largo. A los kilómetros de distancia que existen entre ellas y el lugar donde desaparecieron sus hijos, hay que sumar los kilómetros de tinta burocrática que se requiere para acreditar, en algunos casos, su estatus de víctimas frente a la FGR y posteriormente su derecho y el de cualquier persona, extranjera o nacional, a ser parte de la búsqueda de sus seres queridos en cualquiera de sus dimensiones, incluyendo la búsqueda en campo. 

Las redes virtuales son una herramienta fundamental para la búsqueda de personas migrantes desaparecidas, pero son las redes tejidas con el corazón y el cuerpo de quien busca, las que podrán encontrar. Estas redes se tejen con puntadas que nacen en diferentes partes del mundo, pero tienen el claro objetivo de cobijar todo el suelo mexicano para encontrarles a todos. 

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*La autora es doctorante en Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS) y estudiante asociada al Grupo de Investigaciones en Antropología Social y Forense (GIASF). Colabora y acompaña a familiares centroamericanos en busca de sus seres queridos desaparecidos en México. 

Publicado originalmente en A dónde van los desaparecidos