Por qué vale la pena cuidar el zapatismo
¿Cuáles son los cambios que podemos ver a partir del levantamiento? La primera es que dentro de las comunidades zapatistas no existe la desnutrición, y porque las y los jóvenes que han crecido en estos territorios han tenido oportunidad de decidir.
CIUDAD DE MÉXICO.- Frente a la entrevista realizada en este espacio a la historiadora Adela Cedillo, diversas personas simpatizantes del EZLN se pusieron en contacto con Pie de Página para manifestar su temor a que sean atacadas en estos tiempos en los que se han incrementado las agresiones a sus territorios. Estudiantes, académicas y académicos, personas de a pie. Una de ellas es Mayvelin Flores, académica y universitaria, simpatizante del EZ y participante en actividades de apoyo.
Desde dónde vemos el zapatismo
–¿Cómo te vinculaste al zapatismo?
“Yo actualmente soy profesora en la Facultad de Economía en la UNAM, y he participado desde hace muchos años –y de forma más puntual desde el 2004–, en diferentes organizaciones y colectivos que son apoyo a las iniciativas del Ejército Zapatista de Liberación Nacional, y en trabajos con las bases de apoyo.
Actualmente estoy en una organización que es la Red Universitaria Anticapitalista, que surge del Congreso Nacional Indígena, el cual surgió para buscar una candidatura independiente en las elecciones pasadas. La mayoría somos académicos –hay gente de la UNAM, de la UAM, y también hay estudiantes– aunque hay gente que no tiene esa figura, pero coinciden en las iniciativas que nosotros estamos impulsando para apoyar, por un lado, la cuestión de los trabajos que lanza el CNI, y por otro apoyar la autonomía de las comunidades zapatistas.
Los ataques a las comunidades no se han detenido desde los años noventa [del siglo pasado, cuando se dio el levantamiento zapatista]. Hay una continuidad. Pero algo cambió desde el 2019, cuando se anunció la creación de 11 nuevos Caracoles.
Vemos que lejos de la narrativa de los medios de comunicación de paga, el EZLN no está en una situación de decadencia; o de que estén mermando sus bases o la participación de las comunidades indígenas. El hecho de que puedan anunciar este crecimiento no solo del territorio sino del número de bases de apoyo zapatistas, que son toda la parte civil que sostiene la parte organizativa.
Sin embargo, a partir de este anuncio, hemos notado que los ataques se han incrementado. En particular en la región, donde hemos visto esto en particular, es una de las comunidades que se llama Nuevo San Gregorio, que pertenece a unos de los nuevos caracoles, y que oficialmente sería el municipio de Huixtán. Huixtán ese es el nombre del municipio oficial; pero el nombre de las juntas de buen gobierno es “Nuevo Amanecer en Resistencia y Rebeldía por la Vida y la Humanidad” del Caracol número 10 de la zona patria nueva. Es en esta región donde se han registrado nuevos ataques, y bueno, estos ataques tienen que ver con mermar la base de la organización: que es y que durante muchos años ha sido la recuperación de tierras que estaban en unas cuantas manos, de grandes latifundistas, pero sobre todo de finqueros.
Lo que están haciendo estos grupos [de agresores], en particular en Nuevo San Gregorio, es cercar estas bases para cercar el territorio que el EZ ya recuperó, entre los años –sobre todo– de 1994 y 1995.
Lo que nos preocupa además es el contexto de ingobernabilidad general que hay en la región.
Los compañeros zapatistas tienen sus propios mecanismos y que no tienen que ver con un asunto de corte militar, ni mucho menos, le apuestan al diálogo. Ellos tienen los centros que han instalado para dirimir las diferencias que hay tanto al interior de las comunidades zapatistas como con gente que no necesariamente son zapatistas pero comparten el territorio, y a veces la gente que no es zapatista recurre a esos centros. Y en este caso hubo un tiempo en el que el diálogo se intentó, se buscó hablar con este grupo [que cercan San Gregorio] que son unas aproximadamente 40 personas.
No es que sean campesinos indígenas que requieran un pedazo de tierra. Los reportes que tenemos es que son gentes que tienen grandes extensiones de tierra en otros lugares y que quieren despojar a las bases zapatistas de 150 hectáreas. Incluso las juntas de buen gobierno hicieron la propuesta de repartir la tierra. Pero la respuesta de este grupo fue un no rotundo, y ahora esta comunidad se encuentra en una situación muy preocupante.
En San Gregorio, los compañeros base y las compañeras están viviendo básicamente en media hectárea. Todo lo que tiene que ver con su trabajo está afuera, no pueden salir de este pequeño espacio a donde han sido cercados. Desde el mes de diciembre viven así.
Al momento se han realizado dos caravanas de organizaciones que son simpatizantes con el EZ, para dar cuenta de la situación. La última se realizó en el mes de enero.
Ellos tienen varios registros en video, de los testimonios directos como de las compañeras bases de apoyo, así como de niñas y niños. Viven con miedo, ya hay consecuencias de tipo psicosocial. Y este ataque a las bases no es nuevo, sin embargo sí se ha incrementado.
Por qué se recrudeció la violencia
–¿Por qué ahora, a qué lo atribuyen?
–Una vez que anuncian la creación de nuevos caracoles; esto dio a conocer [públicamente] un crecimiento del zapatismo que no tenían desde 2003.
Ahora, nos preocupa, porque a la par hay campañas mediáticas de medios que hemos visto que dicen que el EZ es una creación desde el poder. Hay unas narrativas que dicen que [Carlos] Salinas [de Gortari, quien fuera presidente en el periodo 1988-1994] lo creó como una organización para golpetear el propio movimiento indígena. A estas narrativas desde los grandes medios, vemos desde el 2018, cuando entra en el 2018 [López Obrador] vemos narrativas que dicen que el EZ no obedece a las narrativas del campesinado en Chiapas.
Esto nos preocupa porque además de estas narrativas ahora se crea [otra] que nos dice que el EZLN es contrario a los principios de la democracia y del ideario de la izquierda en México. Esto es preocupante porque hemos visto desde 2018 el incremento no solo de ataques a las bases zapatistas, sino a otras comunidades que pertenecen al CNI.
En el caso más extremo está el asesinato del compañero Samir Flores, y que hasta la fecha aunque hay distintas líneas de investigaicón, la narrativa que tenemos desde el poder y desde los grandes medios, pues es que su asesinato habría sido un tema de ajuste de cuentas. Esto nos parece sumamente preocupante porque si no coincidimos con el proyecto que se está impulsando desde la presidencia, automáticamente los calificativos que se hacen es que se comparte una agenda con la derecha.
Incluso otras comunidades que pertenecen al CNI viven bajo el asedio del gobierno que pertenece a la derecha. Nos parece grave que desde hace varios años haya un silencio sobre estas agresiones.
En los últimos años hubo varios secuestros. Finalmente lograron la liberación de estas cuatro personas. Fueron 4 compañeros bases de apoyo, secuestrados y fue la propia organización, los zapatistas a partir de la juntas del buen gobierno, que logró la liberación.
Sobre esto no vemos ningún interés en términos de la prensa, de dar cuenta de este tipo de agresiones. Que ocurren en varias regiones donde tiene presencia el EZ.
Estado de sitio y hambre
«Está el de San Gregorio, pero como este hay distintos focos de alerta, no solo aquí sino en otras regiones. Donde las comunidades están enfrentando no solo a grupos del crimen organizado, sino que también están teniendo conflictos con grupos armados.»
–¿Qué tipo de grupos son estos?
–Están surgiendo otros de corte tipo guardias blancas (vinculados a grupos de poder locales). Pero también estamos viendo la reeorganización de los grupos de corte paramilitar. Este tipo de grupos que en su forma actual son como guardias blancas. Estos en muchos casos son los mismos que en los años 90 comandaban con un corte paramilitar.
–¿Guardias blancas o grupos paramilitares?
–La definición de las guardias blancas es que son organizadas por grupos de poder político fácticos. ¿Quiénes serían estos grupos de poder político fácticos?, son el crimen organizado. Desde la llegada del actual gobernador les han abierto las puertas. No significa que no hubiera antes, pero era una presencia que se acotaba.
Los enfrentamientos que están buscando estos grupos respecto a las bases de apoyo zapatistas, tiene que ver con mermar la base productiva que sostiene la organización. Vemos no solo la intención de despojar los territorios sino destruir la parte de su sustento, ha habido varias quemas… han buscado justamente mermar el sustento
El pasado como un arma
Por todo esto, la académica expresa su preocupación por las discusiones que recientemente han llegado a los medios de comunicación sobre el presunto origen del EZLN.
Por eso, nos preocupan estas narrativas que se construyen desde la lógica del poder, porque apuntan a señalamientos que tienen que ver con el orden de acontecimientos que ocurrieron antes de 1994. Estos señalamientos lo que pretenden es sembrar la duda, siguiendo esta línea que se ha seguido desde 2018: una deslegitimidad [contra el EZ].
Que hable la realidad
A mí por ejemplo me gustaría señalar los avances que han tenido las comunidades zapatistas, respecto a las que no son zapatistas. Sí hay una diferencia bien importante. Y uno no la puede notar si uno no se ha parado ahí por más de 10 años.
En 1994 la mayoría de las comunidades en Chiapas no solo estaban en una situación de olvido de los proyectos de Estado, sino también estamos hablando de que vivían en condiciones de hambruna, miseria y pobreza extrema.
¿Cuáles son los cambios que podemos ver a partir del levantamiento? La primera es que dentro de las comunidades zapatistas no existe la desnutrición, un problema que es muy recurrente desafortunadamente todavía en las comunidades. Indígenas a nivel nacional y en particular en el estado de Chiapas.
Según el último reporte del Coneval, Chiapas es el tercer estado de mayor pobreza. Mas en las comunidades zapatistas tienen resueltas sus necesidades básicas más inmediatas: alimentación, vivienda, vestido y educación.
Cosas que si nosotros comparamos con otras comunidades, en estas otras comunidades no existen.
Es cierto que la solidaridad ayudó mucho o acortó mucho en términos de que las comunidades tuvieran –por un lado– acceso a la educación o acceso a la salud. Actualmente ya no escuchamos mucho sobre esta solidaridad… Y esto se interpreta como un alejamiento de las personas daban esta solidaridad. Pero debemos decir que si esta solidaridad ya no es necesaria; porque las comunidades ya pueden gestionar su propio acceso a la educación.
En salud, ellos [los zapatistas] ya gestionan el acceso a la salud en términos de primer nivel; incluso en la salud dental, lo que incluso en las urbes es un problema. También cuentan con un hospital donde pueden hacer cirugías menores.
Decir que todo esto lo gestionan las propias comunidades indígenas sin una intervención de aparatos del Estado, no es menor. Por eso creemos que los ataques que están viviendo se centran justamente en mermar las bases que tienen todos estos esfuerzos comunicativos.
Actualmente hay generaciones de jóvenes que ya nacieron totalmente dentro de la lucha de la resistencia. Son generaciones que han crecido en territorios controlados por los zapatistas… y estos jóvenes representan un contraste con el resto de los jóvenes del estado de Chiapas…
Lxs jóvenes
Parte de los cambios que ha generado el levantamiento y la organización es ese: y que las y los jóvenes ahora tienen opciones. Algo que no existía antes y que no existe en otras comunidades. Tienen la opción de casarse o no casarse. Tienen opción de decidir si quieren tener hijos o no tenerlos. Por otro lado pueden decir cuántos quieren tener. Algo que antes del levantamiento no existía.
Otro cambio que me parece se habla poco, es que evidentemente en México existe un machismo cultural y social muy pronunciado. Creo que actualmente estamos viviendo un estado de alerta respecto de los feminicidios, pero también con el tema de las desapariciones. Y un gran número de desapariciones son mujeres y relacionados con el tema de la trata.
En las comunidades zapatistas, podemos decir, porque ellas nos han contado, cómo han cambiado sus condiciones de vida siendo mujeres. Nos dicen que este no ha sido un cambio fácil, que ha llevado muchos años, pero ahora nos pueden decir que en territorio zapatista no existen los feminicidios.
Por el otro, la participación de las compañeras mujeres en la organización es más extendido. Tenemos conocimiento no solo por la literatura que se ha extendido en la organización, sino por el acompañamiento. Pudimos ver a la comandanta Ramona, una figura que fue muy importante para las mujeres de las comunidades [fue ella quien impulsó la Ley Revolucionaria de la Mujer].
Además de esto las propias compañeras nos han contado que tienen mecanismos para atender estas situaciones de violencia que se pudieran presentar al interior de los matrimonios, y este mecanismo involucra las juntas de buen gobierno.
Esto para que nadie tenga que enfrentarse a esta situación de este tipo, además sola.
Hay una supervisión o cuidado constante para garantizar que no se dé un episodio de violencia. Hay que decir que estos mecanismos son preventivos, a diferencia de las leyes que tenemos a nivel nacional, que son más sobre castigar.
Además me gustaría cerrar esta parte diciendo que en la última reunión de mujeres, ellas organizaron un espacio para que todas pudiéramos escuchar nuestras experiencias y denuncias. Durante dos días ininterrumpidos, toda mujer que participó en ese encuentro, tuvo la oportunidad de compartir… la verdad fue muy duro escuchar que la mayoría de las agresiones son perpetradas por familiares, o de primera línea.
Fueron las compañeras zapatistas y fue la organización es decir el EZLN que abrió el espacio a la discusión de estos temas, y me puedo atrever a decir que a partir de que se abrió este espacio fue una oportunidad de diálogo que no habíamos tenido las mujeres a nivel nacional en méxico. Y que ahí la oportunidad no fue solo de intercambiar con mujeres del país sino de otros países y a partir de este intercambio se comienza a levantar la voz. Las compañeras zapatistas nos hicieron un llamado.
Ya ni siquiera a tener una igualdad de derechos, entonces me parece que el impacto que ha tenido el EZLN como organización y quienes fueron las bases de apoyo han tenido impactos muy profundos.
Lydiette Carrión Soy periodista. Si no lo fuera,me gustaría recorrer bosques reales e imaginarios. Me interesan las historias que cambian a quien las vive y a quien las lee. Autora de “La fosa de agua” (debate 2018).