La guerra de Ucrania, como toda guerra, es la continuación de la política

Todo estado es aparato de poder que se erige por encima de las naciones e intenta representarlas y así entre sus representantes enviados por los estados nace la Organización de las Naciones Unidas, que en rigor no puede llamarse así puesto que todas las naciones del mundo viven oprimidas por los estados que en algunos casos para sumar el apoyo de una nación o pueblo contra otros dicen que gobierna la etnia tal o cual. Pero como la organización de todos los aparatos del poder no podía llamarse Estado Unidos optaron por ese nombre que es un oxímoron o sea que contiene una contradicción en sí mismo como decir la luminosidad de la noche.



La guerra de Ucrania, como toda guerra,  es la continuación de la política

Por Jaime Yovanovic (Profesor J)

 

Todo estado es aparato de poder que se erige por encima de las naciones e intenta representarlas y así entre sus representantes enviados por los estados nace la Organización de las Naciones Unidas, que en rigor no puede llamarse así puesto que todas las naciones del mundo viven oprimidas por los estados que en algunos casos para sumar el apoyo de una nación o pueblo contra otros dicen que gobierna la etnia tal o cual. Pero como la organización de todos los aparatos del poder no podía llamarse Estado Unidos optaron por ese nombre que es un oxímoron o sea que contiene una contradicción en sí mismo como decir la luminosidad de la noche.

 

El estado ruso tiene la misma conducta del estado chileno que invadió el territorio del Wallmapu o los territorios del norte en que los aparatos de estado de Bolivia y Perú se habían instalado encima de los pueblos. Los rotos fueron enviados a morir y matar a los rotos de las otras naciones.

 

Unos dicen que Rusia tiene razón puesto que Ucrania le pertenece, pero olvidan que Ucrania fue ocupada por el zarismo del estado ruso, igual como Palestina fue ocupada por el estado de Israel con el pretexto que esas tierras eran suyas debido a que ya se las habían arrebatado a los árabes siglos atrás por el éxodo de las tribus que escapaban de Egipto y que Moisés decía que era por mandato divino, lo que resulta en un estado teocrático como el de los ayatolas del estado Persa, hoy llamada Irán. La Biblia muestra como el estado de Israel o el pre estado anunciado por el predominio de una tribu que constituyó la burocracia dirigente basada en los guardianes del arca y los redactores de las primeras leyes patriarcales que no las entregó ningún dios en el Monte Sinaí, atacaban y destruían los pueblos y ciudades que encontraban a su paso, o sea que se trataba de una horda sanguinaria que cortaba cabezas por orden del señor patriarca sentado en un trono, con lo que no se diferencian en nada de la horda del Gengis Kan a la cabeza de las tropas de Mongolia, que dicho sea de paso hoy día el pueblo mongol es ocupado brutalmente por el estado chino, exactamente como Alemania ocupó Polonia, Checoslovaquia, Francia y tantos otros.

 

Como todas esas guerras son políticas se hace difícil escoger quien es el bueno y quien es el malo, igual que en las elecciones políticas internas de un país donde antes se podía escoger a la izquierda que era menos mala y “hablaba” en nombre del pueblo, pero hoy la izquierda se ha concentrado y unificado detrás de la socialdemocracia compartiendo el poder con la derecha, y los más avanzados como los sandinistas de Nicaragua y los chavistas en Venezuela, avanzaron todavía más por temor a perder el poder que no querían compartir salvo con grandes empresarios se transformaron en dictaduras igual que la de Franco y Pinochet.

 

Si la política es infame, la guerra lo es más como instrumento esencial de defensa del poder o de expansión, lo que hace a los militares de cualquier estado los más políticos de todos, muestran la verdadera cara de la política: el fusil.

 

De allí que la pugna eterna entre izquierda y derecha por el control de los aparatos del poder en cada estado se transforma también en pugnas ideológicas entre los estados, y así los izquierdistas defienden a Rusia en tanto los socialdemócratas defienden al estado de Ucrania. Los izquierdistas aprovechan de culpar a Estados Unidos de todos los males y así nos tienen profundizando los perfiles del antagonismo necesario para quienes compiten en la carrera hacia los cargos del poder en su propio estado.

 

Los pueblos no están ni ahí con las guerras, las odian al igual que odian la política y por eso aquí más de la mitad del electorado ya no vota y los de arriba van a imponer el voto obligatorio.

 

El análisis de las guerras sólo interesa a los políticos, pues a nosotros nos interesan los pueblos y el despliegue de su potencia para substituir el poder del estado por la democracia cotidiana en las formas de vivir, no aquella “democracia” que elige representantes que después se dan vuelta la chaqueta ni aquella “democracia” de la dictadura de la mayoría sobre las minorías, sino aquella que decide por consenso y no para un representante que nos represente allá arriba, pues es aquí abajo donde las papas queman, es aquí que hay que decidir, es decir gobernar. Gobernarnos entre nosotros mismos, el autogobierno de barrios, comunas y regiones. Esa es la democracia directa, que no anda emborrachando la perdiz, sino que va directo al grano y se coordina horizontalmente con otras experiencias.

 

Contra la guerra y el poder, democracia directa, autogobierno y autogestión generalizada. No como un programa contra otro, sino como avanzar progresivamente en la construcción de nuevas formas de vivir en comunidad y aprender a administrar los barrios entre vecinos comenzando entre algunos que vayan mostrando como es la propuesta y creciendo con el ejemplo de nuevas relaciones de cooperación y apoyo mutuo, sin interferir en lo que hacen los partidos y las iglesias, las ONGs, los municipios y el estado.

 

Veamos la historia del pueblo ucraniano, muy incompleta, pero hay que sumarle la adhesión multitudinaria de la población y especialmente los campesinos a las tesis de la autonomía oponiéndose abiertamente a aceptar la propuesta centralista de Lenin de subordinar los consejos locales al Sovie supremo, lo que quiere decir a un nuevo aparato de estado.

 

La historia de Ucrania narra cronológicamente los acontecimientos históricos en las tierras de la actual Ucrania, el pueblo ucraniano y ֶֶotras nacionalidades, desde la prehistoria hasta el presente.

Ucrania fue uno de los primeros centros dónde se establecieron las civilizaciones y apareció el planeamiento urbanístico, es parte del área donde comenzó la domesticación del caballo, la invención de la rueda y el trabajo con metales. Diferentes oleadas de migración indoeuropea a Europa y más tarde en dirección opuesta formaron la base y características de la población ucraniana. La colonización griega de la costa del mar Negro influenció el territorio de Ucrania en el marco de la civilización griega como su frontera norte.

La gran migración de pueblos en el siglo v a.C. continuó y terminó formando diversas tribus eslavas. Estas tribus eslavas convergieron formando así el estado medieval de la Rus de Kiev en el año 882, en en la llanura de Europa del Este. Tras la invasión de la Rus de Kiev por parte de la Horda de Oro, el Estado se desintegró y fragmento en diversos feudos como el reino Ruteno. Las tierras occidentales de la Rus, en adelante Rutenia para referirse a Ucrania, fueron reunificadas por el Gran Ducado de Lituania, que, buscando aliados en la lucha contra los moscovitas (actuales rusos) y los «ostsiedlung» (alemanes bálticos), se unificó dinásticamente con el Reino de Polonia, tras esto Rutenia formaría parte de la Mancomuniad lituano-polaca.

Ante la necesidad de protección de Rutenia de las incursiones tártaras en el sur, se formó un bastión militar ruteno, los cosacos, que combatieron y mantuvieron a raya las tropas tártaras de la Mancomunidad lituana-polaca. Los rutenos, en adelante ucranianos, bajo ocupación lituano-polaca tenían el deseo de establecer su propio estado independiente, razón por la cual muchos cosacos huían a la región de Ucrania Libre, una región que no estaba controlada por ningún Estado. Ahí se estableció el Sich de Zaporizha, una isla fortificada formadas por militares cosacos. En 1648, Bogdán Jmelnitskyi con el apoyo de la población ucraniana y los cosacos se revelaron ante Polonia reclamando el reconocimiento de un Estado independiente. Exitosa la rebelión ucraniana liderada por Jmelnitskyi, se estableció el Hetmanato cosaco con el Sich de Zaporizha como su centro administrativo. El Hetmanato cosaco fue gobernado de tal manera que puede considerarse como una de las primeras democracias en Europa, siendo elegido el Hetman (la mayor fuerza del estado) por elección popular y no por descendencia dinástica como la mayoría de estados en Europa en aquella época.

Durante un corto período de tiempo la nación ucraniana disfrutó de autonomía pero el Hetmanato se encontraba en una situación entre tres espadas y la pared; los tártaros de Crimea, desde el sur; los polacos, desde el oeste y los moscovitas, desde el este. Ante la incapacidad de defenderse ante 3 potencias, el Hetmanato se vio obligado a firmar un tratado de vasallaje con el zaráto moscovita. El Hetmanato fue perdiendo gradualmente su autonomía hasta que los moscovitas, en adelante rusos, anexaron completamente su territorio en 1764 y Ucrania pasaría a ser ocupada y dividida entre Polonia y Rusia.

La cultura ucraniana fue desarrollándose paralelamente y de forma diferente en las zonas ocupadas por el imperio ruso y el reino polaco, mas tarde imperio austriaco. Diferencias que pueden apreciarse incluso hasta el día de hoy. La región occidental de Ucrania mantuvo un carácter nacionalista, mientras el corazón de Ucrania y el este fueron severamente rusificados; se prohibió el idioma ucraniano en muchas ocasiones y esferas (véase actos contra el idioma ucraniano), se forzó la migración de población rusa a ciudades ucranianas para convertirlas en ruso-hablantes, se deportó población ucraniana a Siberia (lo que aun así daría lugar al surgimiento de colonias ucranianas como Ucrania Verde o Ucrania Gris), además de discriminación y denotación de estatus hacia la población ucraniano-hablante.

Pese a la rusificación y los intentos de asimilación de la población ucraniana, la República Popular Ucraniana declaró su independencia de Rusia en 1917 y la Republica Popular Ucraniana Occidental declaró su independencia de Austria y Polonia en 1918; dando inicio la guerra de independencia de Ucrania, en el transcurso de esta, las dos Ucranias se unificaron en el acta de Zluky. A pesar de ello, igual que en el pasado, Ucrania se encontraba entre dos espadas y la pared; la República Polaca y el movimiento bolchevique. Teniendo que ceder la región oc       S de Ucrania.

Entre 1921 y 1929, la Unión soviética instauró políticas para ganar la confianza de la población escéptica hacia el comunismo de sus estados miembro, en el caso de Ucrania llamándose este período ucranización, pero tras la llamada Gran ruptura declarada por Stalin todo cambió. Se intensificó la rusificación de Ucrania prohibiéndose el idioma ucraniano en las escuelas,12​ la destrucción de monumentos y documentos históricos, se produjo la muerte de entre 4 y 12 millones de ucranianos durante la hambruna del Holodomor de 1932-1933.

Tras 70 años de rusificación e intentos de independencia (véase Ucrania de los Cárpatos o el UPA), Ucrania renació una vez más como una república independiente el 24 de agosto de 1991. Desde entonces sigue luchando por su independencia y por una democracia libre, como en la Revolución naranja o en el Euromaidán.

Tomado de Wikipedia

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