Un somero acercamiento al zapatismo

Este movimiento ha sacudido las certezas acostumbradas en torno a la democracia, y ha mostrado las nuevas formas de hacer política para la construcción cotidiana de un mundo donde quepan muchos mundos. Aunque se le ha querido circunscribir a lo regional, ha roto todos los cercos en los que se le ha pretendido encerrar; y esto lo ha logrado con acciones y pensamientos que han tenido fuertes repercusiones a nivel nacional y planetario.



Un somero acercamiento al zapatismo

 


Por Carlos Alonso Reynoso y Jorge Alonso Sánchez
 

 

Carlos Alonso Reynoso y yo, Jorge Alonso Sánchez, desde Guadalajara, Jalisco, México, escribimos uno de los libros de la colección Al Faro Zapatista.[1] Le pusimos por título Un somero acercamiento al zapatismo. Reconocemos que fue un atrevimiento tratar de dar una breve visión de lo que ha sido el rico y complejo devenir del zapatismo en estas casi tres décadas. Este movimiento ha sacudido las certezas acostumbradas en torno a la democracia, y ha mostrado las nuevas formas de hacer política para la construcción cotidiana de un mundo donde quepan muchos mundos. Aunque se le ha querido circunscribir a lo regional, ha roto todos los cercos en los que se le ha pretendido encerrar; y esto lo ha logrado con acciones y pensamientos que han tenido fuertes repercusiones a nivel nacional y planetario. Detectamos que la defensa de la vida ha sido un hilo conductor. Incursionamos en la construcción de su autonomía, en el impulso de la democracia desde abajo, en el relevante papel de las mujeres, en el dinamismo de un original pensamiento crítico anticapitalista, en la coadyuvancia para la organización de un Congreso Nacional Indígena y en la puesta en práctica del Consejo Indígena de Gobierno.

El zapatismo ha tenido la capacidad de asombrar sin descanso, de despertarnos y sacudirnos para que nos organicemos y luchemos entrelazados. Sus palabras son luminosas y sus silencios estruendosos. Desde el principio el zapatismo planteó que, junto al trabajar con la tierra, al derecho a la alimentación, a la salud y a la educación; a la construcción de la democracia y la paz, deberían garantizarse la independencia y la libertad de los de abajo. Ha enfatizado que su lucha es por esa libertad. Ha propuesto el método de caminar preguntando. Ha demostrado que su lucha no es por el poder estatal. Privilegia el diálogo y auténticas consultas, tanto a sus comunidades como a la sociedad civil de abajo. Ha combinado la paz con la dignidad. Si al principio se refirió a la democracia en sentido general, pronto defendió la democracia popular directa. Desde su aparición pública ha destacado el papel de las resistencias. Ha luchado contra el neoliberalismo. Ha auspiciado la globalización de la rebeldía, la crítica a los diversos poderes, el llamado a no claudicar y a participar en la reconstrucción desde abajo del México nuevo y del mundo otro. Ha buscado una auténtica autonomía con ahínco. El zapatismo ha llegado a convencerse de que hay que decir “no” al gobierno, a la clase política, a los partidos, a las elecciones oficiales, al Congreso, a la Suprema Corte, a los grandes explotadores, y a los paramilitares. Del “no” al neoliberalismo transitó a la claridad de oponerse al capitalismo y al patriarcado. Sus dichos y acciones buscan vivir en libertad autogobernándose. Con las normas del mandar obedeciendo al pueblo ha conseguido profundizar su autonomía por medio de Municipios Autónomos y de Juntas de Buen Gobierno.

Después de la revisión de su proceso, teniendo en cuenta las diversas etapas por las que ha ido pasando, es posible constatar que el zapatismo nunca se instala, sino que desata intensas búsquedas. Ensaya la creación de relaciones sociales no individuales,  sino solidarias y de cooperación. Por supuesto que es muy consciente de que todo esto no es nada idílico, que no se da sin equivocaciones, contradicciones ni obstáculos. El zapatismo tiene como preocupación constante la profunda liberación de las mujeres. Insiste en la importancia de la organización popular. Realiza cambios, impulsa frentes o campañas novedosas, deja de lado lo que ya no funciona, teniendo siempre en cuenta la defensa de la vida. No se convierte el zapatismo en institución, sino en movimiento generador que no se erige en algo dado sino se cuestiona constantemente. Así se van haciendo los cambios y correcciones pertinentes. Al comportarse de diferente forma en la generación de nuevas relaciones sociales, ha ido poniendo en cuestión al capitalismo y al Estado en la vida diaria, pues ambos términos no son cosas sino complejos nudos de relaciones.

Para los zapatistas justicia, democracia, rebeldía, memoria, respeto, dignidad, libertad y vida no van en desarticulación, sino en un entramado muy anudado. Aunque la guerra contra el zapatismo no cesa, sino que se hace más profunda y agresiva, su respuesta no ha sido preparar soldados, sino promotores de salud y educación. Ha puesto las bases para una autonomía desde abajo que también engloba muchos aspectos. Muy pronto abandonó el vanguardismo revolucionario por la  estricta práctica del mandar obedeciendo. El zapatismo es enfáticamente lúdico y festivo. Es una revolución que sabe bailar. Desde sus inicios el zapatismo ha mostrado un talante internacionalista con nuevos aires  y originales impulsos.  Ha realizado varios ensayos para propiciar la confluencia de los de abajo. Finalmente, ha llegado a la convicción de que por medio de la compartición de dolores, problemas y experiencias es posible que se entretejan las luchas en las diversas localidades, regiones, naciones, en el mundo entero, propiciando una pedagogía de que la fuente de los despojos y agravios se encuentra en el sistema capitalista, por lo que hay que irlo enfrentando en todos sus niveles y, de manera especial, en forma mundial.

El zapatismo ha sido una fuente de inspiración, de construcción de alternativas, sin una homogenización, y respetando las diferentes formas y modalidades surgidas en la plural y rica diversidad. No se ha propuesto una unidad vertical, sino una respetuosa articulación entrelazada horizontalmente, promoviendo que se vayan tejiendo las múltiples diferencias autónomas. El zapatismo inspira y aprende; sabe escuchar; con constancia renueva búsquedas y ofrece aportes. Conviene abrir la mente y el corazón ante sus interpelantes, sabias y vitales lecciones que siempre propician nuevas preguntas y búsquedas.

1 de enero de 2022

Guadalajara, México

 

Ficha: Alonso Reynoso, Carlos y Jorge Alonso Sánchez. 2021. Un somero acercamiento al zapatismo. Buenos Aires y San Cristóbal de Las Casas, CLACSO, Cooperativa Editorial Retos, Cátedra Jorge Alonso, Universidad de Guadalajara. Libro 2 de la “Colección Al Faro Zapatista. Homenaje”. Descarga libre: https://www.clacso.org.ar/libreria-latinoamericana-cm/libro_detalle_resultado.php?id_libro=2711&campo=cm&texto=180

 

[1] Ver http://alfarozapatista.jkopkutik.org/