“El pueblo mapuche es la Palestina de Sudamérica; hay mucha persecución política”, afirma Moira Millán
Por Paula Huenchumil
10 Abr 2022
Moira Millan es una referente en el pueblo mapuche. En 1992, junto con su hermano Mauro Millán, fundaron la Organización Mapuche-Tehuelche 11 de Octubre, donde trabajaron por evitar desalojos y la recuperación de los territorios indígenas. Diez años después, formó parte de las protestas contra la minería en la Patagonia. A su vez, en la provincia del Chubut, fundó el Movimiento Lucha por Trabajo (MLT). Y lideró una caminata por la Argentina que dio origen a la primera Marcha de Mujeres Originarias por el Buen Vivir en 2015. También organizó el Primer Parlamento de Mujeres Indígenas, según relata su biografía en el libro de su autoría El tren del olvido (Editorial Planeta, 2019).
Es reconocida como weichafe (guerrera) por su pueblo y fundadora del Movimiento de Mujeres Indígenas para el Buen Vivir, organización que ha levantado el concepto el “terricidio” entendido como “el exterminio sistemático de toda forma de vida tangible y espiritual”.
En esta entrevista habla sobre la situación del pueblo mapuche en Argentina y la polémica que se levantó por el uso del concepto ‘Wallmapu’ por parte de la ministra del Interior Izkia Siches. Wallmapu, en términos generales, corresponde al nombre del territorio ancestral mapuche, se entiende como Gulumapu, al oeste de la cordillera de los andes (Chile) y Puelmapu, al este de la cordillera de los andes (Argentina); juntos conforman el Wallmapu. (Leer ¿Qué es el Wallmapu? Voces mapuche lo explican).
- Un grupo de parlamentarios argentinos indicaron que el uso del término ‘Wallmapu’, afectaría la soberanía trasandina, ¿qué opina de esta polémica?
Esto deja reflejado el racismo y la ignorancia de ciertos funcionarios argentinos que interpelan este concepto porque desconocen la historia del territorio que han invadido y que han ocupado. Me parece que el gobierno actual de Chile lo que hace es recoger una agenda que ha sido emplazada con sangre, con muertos, con grandes luchas y donde el pueblo mapuche del otro lado de la cordillera, lo que es Gulumapu, ha logrado emplazar la agenda política-social, los derechos del pueblo mapuche, el reconocimiento a la preexistencia y que el nombre de la Wallmapu, que es el nombre de nuestro territorio ancestral, sea reconocido en la dimensión cosmográfica que tiene.
Es muy interesante también si nos remitimos a lo que ha sido la consolidación de los dos Estados invasores sobre nuestra Wallmapu. La política del Estado chileno, en cierto sentido, ha sido más integracionista, eso ha permitido que puedan subsistir algunas estructuras de nuestro pueblo mucho más fuertes que en Puelmapu, donde ha habido una política por parte del Estado argentino, genocida. En Argentina, el eurocentrismo y el racismo que ha constituido la fundación de este Estado invasor con la Conquista del Desierto (1878- 1885) fue determinada por un intento de eliminación absoluta de nuestro pueblo en nuestro territorio. Eso, lamentablemente, se ha incrustado en los sucesivos gobiernos hasta la fecha, y no tenemos políticos argentinos de avanzada que puedan reconocer algo que es innegable y categórico, que es la presencia milenaria de la nación mapuche en esta parte del territorio.
Por eso decir Wallmapu, les provoca urticaria y malestar. Por ejemplo, al político Pichetto, que es un senador facista que ha perdido toda las elecciones como gobernador y llega como senador producto de múltiples alianzas dentro de las facciones más de ultraderecha de la Patagonia, este hombre que salta a interpelar, está siendo absolutamente cuestionado por sus prácticas parlamentarias porque tiene discursos de odio permanentemente.
- ¿Cuál es la situación actual del pueblo mapuche en Argentina?
Hay una situación de mucha persecución política. También hay que entender la complejidad geopolítica del Puelmapu porque los yacimientos petrolíferos y grandes riquezas que se sustraen del territorio mapuche para el sostenimiento de la estructura económica de Argentina son nodales, son fundamentales, es decir, si el Pueblo Mapuche en Puelmapu busca independizarse del Estado argentino, caerían en bancarrota, porque vive en gran parte del territorio mapuche.
En ese sentido, es muy particular las condiciones de la lucha mapuche en Puelmapu con relación con Gulumapu, acá se juegan millones de dólares, hay mucho juego para el capital extractivista, por lo tanto, la preocupación por el conflicto adquiere ribetes transnacionales y multilaterales acá en Argentina.
Por eso lamentablemente en Puelmapu vivimos un nivel de asedio político-militar terrible. Hace muy pocos meses, en noviembre se asesinó a un lamngen en una recuperación territorial, la judicialización continúa, se criminaliza al pueblo mapuche en sus demandas, la invasión de grandes poderes económicos del mundo están sucediendo en Puelmapu con una impunidad absoluta por parte del Estado. Por ejemplo, el lof Callunao está defendiendo el rio Chubut contra la corona qatarí que ha comprado nacientes de varios ríos y lagunas que están encumbradas en la cima de Los Andes y que supuestamente no se pueden vender, entonces el pueblo mapuche es quien está poniendo el cuerpo, resistiendo y poniendo la vida por la defensa del territorio.
Siempre digo que el pueblo mapuche es la Palestina de Sudamérica y eso se ve mucho en Puelmapu, la forma en que se está planteando y planificando la avanzada sionista sobre el territorio tiene caractetisticas muy similares a lo que hace el Estado de Israel contra el pueblo palestino. Acá tenemos soldados sionistas dispersos fingiendo que vinen a hacer turismo de alto riesgo, pero en realdiad los tenemos en lugares estratégicos donde hay pu lof mapuche, comunidades mapuche resistiendo, es realemnte preocupante y alarmente lo que está pasando acá.
- ¿Qué comprende Puelmapu geográficamente?
Puelmapu tiene una extensión vastísima porque va desde el sur de Mendoza, centro sur de la Provincia de Buenos Aires hasta la Provincia de Santa Cruz, de la cordillera hacia el Atlántico. Estamos hablando de una superficie enorme, de millones de hectáreas, que son vistas con ambición desde las corporaciones extractivistas porque son zonas ricas en petróleo, minerales, la salida por el atlántico, el principal puerto de Argentina para la exportación de minerales está en Puelmapu.
Son miles de hectáreas, por eso se puede entender un Benetton con un millón de hectáreas, y también el tema de los latifundios que no son como en Chile que son más chiquitos, acá son millones de hectáreas concentradas en una familia o en un empresario, esos latifundios hacen que las comunidades mapuche queden estratégicamente dispersas y conseguir que se articulen, se movilicen, coordinen, de la manera en la que se hace en Gulumapu, es mucho más difícil porque acá las distancias son enormes.
- Usted es la fundadora del Movimiento de Mujeres Indígenas para el Buen Vivir, ¿cuál es el trabajo de su organización?
Estoy en la lucha de mi pueblo y también reconozco la colonialidad que nos habita a los pueblos indígenas, el patriarcado, todo ese bagaje colonial que trajo el winka se ha enquistado también en las prácticas y en la organización interna como pueblo, entonces tenemos situaciones no solo de violencia institucional, sino además violencia de género que se manifiesta al interior de la comunidad con violencias domésticas, violencias patriarcales de todo tipo, y también desde lo institucional el Estado nos violenta a nosotras.
Entonces el Movimiento de Mujeres Indígenas lo que busca es romper con las divisiones, construir consenso, son 36 naciones indígenas dispersas en un territorio muy vasto y aquí en Argentina no ha habido un movimiento de articulación verdadera entre los pueblos porque básicamente los machos patriarcales se pelean entre ellos. Sin embargo, cuando las mujeres indígenas empezamos a tratar de construir un espacio de consenso y de coordinación política lo hemos logrado a través de este movimiento donde estamos organizadas centenares de mujeres.
Ahora, en breve, vamos a hacer el tercer parlamento del Movimiento de Mujeres Indígenas por el Buen Vivir, se esperan más de 300 hermanas que participen y estamos emplazando agendas muy importantes, como la del terricidio, que se está buscando que sea considerado un crimen de lesa humanidad, la lucha contra la el ‘Chineo’, que es la terrible violación grupal hacia las niñas indígenas en el norte, se está planteando la fundación de una pluriversidad indígena, bachilleratos plurinacionales con perspectiva de género y enfoque indígena.
También estamos trabajando por el libre tránsito de la medicina, hay una campaña que se llama “la cordillera no es frontera” para que el lawen pase un lado a otro sin impedimentos, que sea agenda del Senac los acuerdos multilaterales sobre todo por aquellos pueblos que estamos atrapados por las fronteras impuestas. En 2019 se ocupó por once días el ministerio del Interior. El año pasado por ejemplo hicimos la caminata de 1.900 kilómetros por la agenda del terricidio. Lo maravilloso es que lo estamos haciendo con unidad, poniendo el cuerpo, haciendo acciones.
- El concepto del “terricido” lo levantaron como movimiento ¿en qué consiste?
El terricidio es como la síntesis de todas las formas de asesinar la vida que tiene el sistema, por ejemplo, a veces se habla solo del ecocidio, pero también se está cometiendo epistemicidio, se agrede, se ataca la espiritualidad de los pueblos indígenas, los lugares sagrados que tenemos los pueblos originarios y nadie habla de eso. Decimos terricidio, porque no solo se mata el ecosistema tangible, sino además los ecosistema perceptibles, mata el modo de entender la vida de los pueblos indígenas, mata a los pueblos indígenas.
Entonces, terricidio es genocidio, feminicidio, epistemicidio, ecocidio, transvesticidio porque también creemos que la diversidad de género no es un fenómeno social- cultural, es una respuesta telúrica a un patriarcado que va asesinando a la diversidad, la cual no solamente habita en las plantas o en los animales, también en la humanidad. Les humanes también son parte de esa diversidad, esas fuerzas que se manifiestan en la naturaleza, también se manifiestan en los cuerpos de la humanidad y merecen el derecho a la vida.
- La investigación del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) de Buenos Aires, reveló la coordinación represiva entre Chile y Argentina contra comunidades mapuche, ¿qué piensa de ello?
De hecho fuimos consultados para ese informe, pudimos aportar datos y por supuesto, corroboramos que es así, que hay una articulación y coordinación política y de la inteligencia chilena y argentina contra el Pueblo Mapuche, es una información sólida y categórica.
- ¿Cómo se manifiesta esa coordinación represiva?
Yo como mujer mapuche siempre, absolutamente siempre cuando voy a Gulumapu, tengo problemas en las aduanas, en los aeropuertos o con carabineros, hay algún intento de detención o después de muchas llamadas y presión, me dejan continuar el camino. No solamente a mi, hay cantidad de pu lamngen, hermanos y hermanas mapuche que han sido detenidas, demoradas o maltratadas.
- Respecto a los actuales gobiernos, ¿cree que pueden existir cambios en Chile o Argentina respecto a políticas con el pueblo mapuche?
No. La verdad que no. Yo creo que lo que hacen estas repúblicas coloniales es intentar reciclarse frente a los procesos emancipatorios y de lucha de los pueblos, como ha sido la revuelta en Chile, creo que lamentablemente la revuelta termina teniendo como una dirección bastante domesticada, la constituyente viene a ser como la premiación hacia esa revuelta.
Considero que como pueblo mapuche a ambos lados de la cordillera tiene el gran desafío de ir tratando de construir unidad, nos cuesta bastante, porque somos muy diversos. El pueblo mapuche siempre ha sido así, se ha autodeterminado según los lof, nos cuesta consensuar una agenda común que pudiera cobrar mayor visibilidad y tal vez mayor presión política para avanzar un poquito en nuestros derechos.
Me parece que debemos seguir de cerca las políticas multilaterales que va a tomar el Estado chileno con relación con el conflicto mapuche, estar atentos y tratar de reaccionar a tiempo para evitar políticas que sigan reprimiendo aún más los derechos de nuestro pueblo. Aquí el Estado represor, racista, se encuentra no solamente con el frente de la lucha mapuche, también nos estamos articulando con sectores populares argentinos que empiezan a darse cuenta de la importancia de este caminar con nosotros hacia el buen vivir como derecho.
Fuente: Interferencia