Carta abierta al ex ministro de cultura de Cuba

Abel Prieto, antiguo ministro de cultura de Cuba, atacó en las redes sociales la iniciativa Solidaridad11J, una declaración impulsada por activistas de izquierdas en Cuba ante las terribles sentencias carcelarias aplicadas a raíz de las protestas en la isla el 11 de julio de 2021. Esta nota se ha escrito en respuesta a su ataque.



Carta abierta a Abel Prieto sobre @Solidaridad11J

 

¿Se puede ser de izquierda y justificar la violencia policial?

Nota: Abel Prieto, antiguo ministro de cultura de Cuba, atacó en las redes sociales la iniciativa Solidaridad11J, una declaración impulsada por activistas de izquierdas en Cuba ante las terribles sentencias carcelarias aplicadas a raíz de las protestas en la isla el 11 de julio de 2021. Esta nota se ha escrito en respuesta a su ataque.

Carta abierta de una persona cuyo nombre no significa nada

Soy una de las personas firmantes del llamado de Solidaridad11J. Esta declaración socialista exige «una Ley de Amnistía para las personas injustamente condenadas, como paso necesario que abra las puertas a un socialismo realmente democrático y de iguales.» También señala como un factor importante en la crisis de la isla las «hostiles sanciones estadounidenses, en el marco de una política de agresión y bloqueo que cumple ya 60 años». Se desmarca explícitamente de la derecha relacionada con EEUU.

Por todo esto, la derecha cubana pro Miami se ha enfadado sobremanera, llenando las redes sociales de odio visceral hacia el llamado y sus firmantes.

Así que fue desagradable ver su reacción, en la que pone en cuestión que seamos de izquierdas.  Nos acusa de habernos puesto «al lado del Imperio» (supongo que se refiere al imperialismo estadounidense; hay otras potencias imperialistas, como usted seguramente sabrá).

Lo peor fue su afirmación de que «Junto a nombres que no significan nada, han reunido algunas firmas de figuras valiosas del pensamiento de la emancipación.»

Confieso que tuve que preguntar a amistades en Cuba quién era usted. Descubro que fue ministro en el gobierno cubano, ministro de cultura, nada menos.

Y usted por supuesto no me conoce a mi; después de todo, tengo uno de aquellos «nombres que no significan nada», en su lamentable frase.

Pinceladas de un nadie

La verdad es que somos centenares de personas firmantes las que no tenemos nombres famosos. Pero incluso sin fama, cada una tiene su historia. Para darle una idea, comento algunas cosas de la mía.

Nací en Finlandia, con madre migrante. Crecí en Londres, con padre migrante. Hace casi 30 años –ya como migrante en serie– vine a vivir en Barcelona, Catalunya, ciudad que se ha convertido en mi casa.

En 1978, siendo estudiante en Gran Bretaña, participé en la primera manifestación de mi vida, una protesta unitaria contra el fascismo y el racismo.

En 1982, me opuse a la guerra de Thatcher en las Malvinas (sin defender a la junta militar argentina).

En 1984, inspirado en la gran huelga minera de ese año en GB, empecé a militar en la izquierda marxista y revolucionaria; continúo esta militancia hasta hoy.

En 1985, intentaron despedirme por mi actividad sindical (tras una huelga que había molestado al jefe).

En 1991 ayudé a crear el grupo en mi municipio del movimiento contra la guerra de Bush (padre) en Irak (aun con mis críticas hacia Saddam Hussein).

En 2000, ya en Barcelona, me sumé al movimiento anticapitalista y en 2001, al movimiento antiguerra, contra el ataque de la OTAN a Afganistán y luego la invasión de Irak. Junto con muchas más personas, organizamos una manifestación de más de un millón de personas en Barcelona el 15 de febrero de 2003, en el marco de una masiva protesta mundial. Durante los siguientes años, me dediqué al movimiento antiguerra y a la solidaridad con las resistencias ante el imperialismo, en Irak, Palestina, el Líbano… (insisto, aun teniendo importantes diferencias políticas con las direcciones de los movimientos en cuestión).

Desde 2010, soy activista del movimiento unitario contra el fascismo y el racismo en Catalunya. 

Y sigo siendo marxista revolucionario e internacionalista. 

Llevo toda mi vida adulta en la lucha para “construir un mundo alternativo al reino del dinero y la barbarie”, y firmar el llamado de la izquierda cubana forma parte de esta lucha. Por eso, sus comentarios me insultan.

Todos los nadies somos alguien

He comentado algunas cosas acerca de mí, pero todas las personas que firman este llamado tienen su propia historia, sus propias luchas. Usted también las insulta.

Evidentemente, a la mayoría de las personas firmantes no las conozco, pero entre las personas que sí, veo a muchas y muchos activistas “sin nombre” que impulsan las protestas y las huelgas en muchos países del mundo. Personas que han sufrido despido, o expulsión de la universidad, por su actividad política o sindical. Personas que llevan años, incluso décadas, combatiendo el imperialismo. Personas del nuevo y magnífico movimiento contra el cambio climático, que intentan parar la destrucción de la vida provocada por el capitalismo en sus diferentes formas. Personas que sufren la represión policial y a veces condenas judiciales.

La lucha socialista real no es obra de ministros, ni mucho menos de la policía y los jueces. La lucha por el socialismo depende de las luchas desde abajo, de personas como éstas, las de cuyos nombres no significan nada. (En sus respectivos libros magníficos sobre la revolución rusa, creo que tanto John Reed como León Trotsky explican como en octubre de 1917 los líderes mencheviques, muchos de ellos intelectuales, se indignaron a ver como trabajadores y soldados “sin nombre” los remplazaron en el soviet. Es una muestra de lo que significa una revolución socialista de verdad.)

Si EEUU siguiese el ejemplo de Putin (ojalá no pase) y lanzase un ataque militar abierto contra Cuba, son estas personas las que impulsarían las protestas. Ya son personas como estas las que rechazan la invasión rusa de Ucrania, y también rechazan el belicismo de la OTAN. Son personas como éstas las que rechazan la agresión a la cultura que implica anular conciertos de Tchaikovsky o eliminar cursos sobre Dostoievsky. (Sin olvidar el ataque a la cultura que representa el neozarismo-estalinismo de Putin.)

En fin. Seremos personas más o menos leídas, pero sabemos en qué lado estamos. 

Tribunos de los oprimidos

Lenin escribió hace 120 años, en ¿Qué Hacer?, que “el ideal del socialdemócrata [es decir, marxista, socialista]… debe ser… el tribuno popular, que sabe reaccionar ante toda manifestación de arbitrariedad de opresión, dondequiera que se produzca y cualquiera que sea el sector o la clase social a la que afecte”.

Del resto de firmantes, no sé, pero en mi caso, mi firma al llamado de Solidaridad11J es totalmente coherente con esta afirmación de Lenin. 

Usted dice «¿Se puede ser de izquierda y sumarse a la campaña mediática contra Cuba?»

Putin no es izquierda (de hecho, financia una parte importante del fascismo europeo). La dirección de China no es izquierda (el PCCh incluye en su liderazgo a un número ingente de multimillonarios). Enviar policías antidisturbios y grupos de matones con bastones para atacar a gente pobre que protesta contra su situación no es izquierda. 

¿Criticar las sentencias judiciales es atacar a Cuba? ¿Para usted, las personas condenadas no son Cuba, pero la policía y los jueces, sí? Muy revelador.

¿Qué es lo que le molesta del llamado realmente? ¿Puede desmentir alguna de sus afirmaciones? O ¿lo que le molesta es que diga verdades que a usted le parece necesario esconder?

Lo que usted se debería preguntar es «¿Se puede ser de izquierda y justificar la violencia policial?»

Las personas que hemos participado en protestas populares –no oficiales y a veces espontáneas—, las que hemos sufrido la brutalidad policial y las condenas injustas… no podemos justificar la violencia policial o judicial en Cuba. 

Criticar los abusos de derechos humanos en Cuba no significa olvidar que muchos abusos, a veces peores, también se producen en otros sitios. Y aun con nuestras críticas al gobierno cubano, somos perfectamente capaces de seguir rechazando las intromisiones  imperialistas en la isla.

Pero políticamente,  las personas de izquierdas que firmamos nos identificamos con las personas reprimidas, con la gente  trabajadora de los barrios populares, no con las fuerzas represivas del Estado.

Las opciones no se limitan a escoger entre justificar la violencia de la policía estadounidense y justificar la violencia de la policía cubana.

Sí queremos un «mundo alternativo al reino del dinero y la barbarie». Buscamos un mundo sin las barbaridades de Putin o de la OTAN. Y sin injusticias y represión.

Lecturas y rectificación

Creo que ya le han recomendado que lea. Aun siendo usted un ex Ministro de Cultura, me atrevo a sumarme a esta propuesta.

De política, quizás Lenin, John Reed y Trotsky. 

Pero aún más, busca «Las preguntas de un obrero que lee», de Brecht:

«¿Quién construyó Tebas,
la de las Siete Puertas?
En los libros figuran
sólo los nombres de reyes.
¿Acaso arrastraron ellos
bloques de piedra?…»

Y sobre todo, por supuesto, el estimado Galeano:

«Los nadies: los hijos de nadie, los dueños de nada.
Los nadies: los ningunos, los ninguneados, corriendo la
Liebre, muriendo la vida, jodidos, rejodidos:
Que no son, aunque sean….»

Le pido que lea, que reflexione, que retire sus insultos, y que se disculpe. No ante los y las activistas internacionales; no hace falta, los portavoces del establishment en nuestros propios países nos han dicho cosas peores.

No, debe disculparse ante las personas de los barrios pobres de su país, ante la juventud afrodescendiente, ante las personas LGTBI+, ante las personas que se quedaban sin bienes esenciales, porque no tenían divisas, mientras el gobierno invertía en hoteles de lujo…

Si el socialismo y el antiimperialismo significan algo, es estar al lado de la gente trabajadora y oprimida, tanto en Cuba como internacionalmente.

Las personas que firmamos el llamado —tengamos o no nombres «importantes»– somos firmes en este principio. ¿Y usted?

David Karvala (uno de muchos nombres que no significan nada)
Barcelona 17 de abril de 2022

Postdata

Aprovecho la situación inédita de estar escribiendo a un (ex) Ministro de Cultura de Cuba para pedirle un favor. Espero que, más allá de las diferencias entre nosotros, compartamos el deseo de cerrar el paso a la derecha, y aún más a la extrema derecha. Por eso, le pido que utilice su influencia para acabar con la vergonzosa concesión por parte de la Universidad de Oriente, Cuba, de un Doctorado Honoris Causa  a Manuel Fraga Iribarne; un reconocimiento a ese antiguo dirigente franquista que dicha universidad sigue celebrando. Sería un detalle para las familias de las 140.000 personas desaparecidas bajo ese régimen que se corrigiera este insulto a la democracia y a la memoria histórica.

David Karvala es militante de Marx21. Activista contra el fascismo y el racismo.