Chile ¿Vuelven los pingüinos?: Lucha estudiantil secundaria y sujeto de los cambios

 

 

Como un torrente despegó la lucha estudiantil de los pingüinos el año 2006 con ocupación de escuelas y que fue vendida por el partido comunista que negoció en las mesas que rindieron al movimiento debido a su afán de ganar espacio institucional para incorporarse al bloque de gobierno, en tanto surgía la Aces que agrupaba corrientes anarquistas, libertarias y autónomos por una parte y militantes de grupos clandestinos como las corrientes en que se ha dividido el Frente Patriótico Manuel Rodríguez, el Gap, las divisiones que siguieron a la ruptura del Mir y otros grupos rebeldes como los provenientes del desbande de Kamina Libre que había sucedido al Movimiento Juvenil Lautaro, hijo rebelde de lo que quedaba del Mapu tras su integración a la socialdemocracia del partido socialista.

 

Terminada la dictadura militar y comenzando el gobierno de la partidocracia en 1990 es justamente cuando nace y comienza a desarrollarse la juventud que tomará las escuelas del país 16 años más tarde. Fueron 16 años de mentiras y de esperanzas rotas que vivieron sus padres, familiares, amigos y vecinos. No fue una protesta, aunque los dirigentes que fueron a las mesas y entregaron la oreja tirando la toalla así lo quisieron, sino que fue una rebelión donde esa juventud paralizó el funcionamiento nacional de la escolarización con un millón de pingüinos ocupando los recintos escolares durante más de un mes, durmiendo allí, formando brigadas de vigilancia, cocinando, comiendo todos juntos en un ejercicio de autonomía, autogestión y autogobierno en una convivencia que despertó la simpatía de la población, un 80% según encuestas apoyaba a los estudiantes. Una nueva forma de vivir en comunidad despuntaba como ejemplo y modelo a seguir en los barrios. Las madres y apoderados disfrutaban al ver el buen sentido de sus hijos al realizar las actividades comunes de la ida cotidiana, la solidaridad y el apoyo se extendían por los barrios e incluso hubo llamados a formar comités de apoyo en las poblaciones. La oportunidad era única para que el protagonismo social se expresara buscando modos de realizar actividades pedagógicas por barrio y de constituir comités barriales de educación coordinando aportes y experiencias de profesores, estudiantes y apoderados de las escuelas del barrio para una nueva educación nacida desde la autonomía de los vecinos y familiares.

La lucha continuaría 5 años después en el terreno de la educación superior con la revolución universitaria de 2011 donde los partidos que dirigen las organizaciones estudiantiles mayoritariamente se inclinan a la integración sistémica mediante el acceso a sillones parlamentarios de sus principales dirigentes que posteriormente pasarían por encima del estallido para hacerse cargo de la presidencia de la república.

Los estudiantes secundarios fueron el estopín del estallido con sus dinámicas del “Evade” saltando por encima de los torniquetes del metro sin pagar el pasaje. Ellos no se dejaron seducir por el camino de la integración al sistema como hicieron los antiguos líderes de la juventud de clase media ilustrada que hoy gobierna el país, que más bien son lo opuesto al estallido social como demuestra la militarización del Wallmapu por parte de Boric y compañía.

13 años después de la revolución pingüina que cortó la escolarización y movió un millón de jóvenes que practicaban autogestión en común, la realidad es otra. Si bien los secundarios del 2006 y los universitarios del 2011 fueron derrotado por el sistema y por los ansiosos de integrarlo, hoy día vemos en el diagnóstico inicial de las actuales movilizaciones secundarias un programa bastante reducido, diríamos meramente reivindicativo, primando en los petitorios el mejoramiento de la infraestructura escolar, fondos y similares. Sin embargo, a pesar del reducido petitorio, nada comparado con las reivindicaciones de los movimientos anteriores, las acciones son fuertes, como la quema de buses.

 

Produce la impresión de que se trata más de practicar y mostrar formas de lucha, lo que ante el gobierno socialdemócrata y mentiroso que tenemos, eso sólo traerá nuevas traiciones y decepciones. Todo indica que se trata de reivindicaciones justas y necesarias, como el deterioro en que está el Instituto Nacional, por lo tanto eso no se puede negar, pero quemar buses no guarda mucho sentido, por lo que ahí hay algo para reflexionar:

 

La acción violenta tiene el objetivo de destacar las contradicciones, sus causas, los culpables, los que son capaces de realizar esos actos, por lo tanto serían justificados y una forma de atraer a otras personas a hacer lo mismo, reclutarlos y enseñarles ideología de lucha para sacar a los culpables del poder y que la solución estaría en manos de ellos, los que queman los buses, que si acceden al poder se acabarán las injusticias, olvidando que los actuales dirigentes de muchos municipios, partidos y del gobierno estaban anteriormente en medio de las movilizaciones portando banderas rojas y rojinegras y discutían y se oponían -suponemos- a la quema de buses mientras predicaban que estaban por acabar las injusticias y por eso postularon a los asientos parlamentarios y luego del ejecutivo.

 

La gente les creyó y por eso están donde están, pero ya no más con esa “voluntad de justicia”, sino con “voluntad de poder”, por eso los que queman buses hoy y que luchan contra el actual gobierno penetrando las filas secundarias para disputar el poder, están en lo mismo, son iguales que los progres ilustrados del gobierno. Por ejemplo el partido comunista hoy en el gobierno es igual que el Frente Patriótico Manuel Rodríguez que es clandestino y opositor, además recluta jóvenes secundarios en los barrios y en las escuelas disputando la clientela con el PC, todos ellos apoyan firmemente las dictaduras de izquierda de Venezuela y Nicaragua. Las diferencias están en que el PC entra al aparato estatal siguiendo los mecanismos establecidos por el poder y el Frente, junto a las docenas de grupos rebeldes que le acompañan, quiere armar el ejército revolucionario que derrote al ejército chileno o atraiga a los oficiales a su lado ofreciendo cargos y empresas.

El partido comunista, el socialista y el frente amplio apoyados por el resto de la Concertación hoy día tratan a los secundarios desde la atalaya del poder y podrán ganarle el quien vive a los quemadores de buses. La disputa entre esas dos fraccione políticas que disputan el poder contra la derecha si se resuelve será a costa de nuevas frustraciones y mayor dependencia al estado y a la escolarización.

El tema está en cuál es el sujeto de los cambios, que no es el partido, pues su objetivo es el poder del estado, sino el conjunto o comunidad de los vecinos del barrio, por eso la pugna con los secundarios es infinita en tanto se enfrente mediante partidos y formas de lucha.

Si la sujeto de los cambios es la familia y los vecinos del barrio en comunidad, perdemos el tiempo viendo pelear grupos entre secundarios en tanto que la tarea es asumir la educación de los hijos entre los familiares y los vecinos aprendiendo a desescolarizarnos sin injerencia del estado, pues sea quien sea que ocupe los cargos del poder tendrá que escolarizar para concientizar-evangelizar. Tendremos que descubrir e inventar entre nosotros mismos como aseguramos la reproducción cultural de la comunidad del barrio y para eso sirven las experiencias de otros lugares que estamos publicando en el grupo face “Pedagogía en-del barrio” https://web.facebook.com/groups/pedagogiabarrio