México, Oaxaca: embate de mineras

“Desde que destruyeron las viviendas y las cosechas, hay mujeres, niños y ancianos que se resguardan con lo poco que quedó en la comunidad; no hay condiciones de seguridad para labrar la tierra y cuidar los animales. Es claro que quieren que nos vayamos de aquí para dar paso a los proyectos mineros, a la venta de lotes para viviendas, para que puedan explotar el agua y el bosque. Pero aquí seguiremos, defendiendo nuestra madre tierra”, dicen los comuneros y comuneras de El Rebollero, Los Arquitos y Río Minas, de San Pablo Cuatro Venados, Oaxaca.



Los de abajo

En Oaxaca, embate de mineras

Gloria Muñoz Ramírez
La Jornada
 
“Desde que destruyeron las viviendas y las cosechas, hay mujeres, niños y ancianos que se resguardan con lo poco que quedó en la comunidad; no hay condiciones de seguridad para labrar la tierra y cuidar los animales. Es claro que quieren que nos vayamos de aquí para dar paso a los proyectos mineros, a la venta de lotes para viviendas, para que puedan explotar el agua y el bosque. Pero aquí seguiremos, defendiendo nuestra madre tierra”, dicen los comuneros y comuneras de El Rebollero, Los Arquitos y Río Minas, de San Pablo Cuatro Venados, Oaxaca.

En este párrafo, el pueblo zapoteca describe la violencia y el terror en el que sobrevive ese otro México que se niega, pero que ahí está, y todos los días vive bajo fuego.

La violencia se recrudeció el pasado 28 de mayo, tras el ataque a balazos de más de 100 personas armadas que irrumpieron en la comunidad destruyéndolo todo. La embestida fue denunciada, pero, como siempre, nada pasó y nadie impidió el regreso de los maleantes el 15 de junio, día en el que varios vehículos, con gente armada a bordo, se dirigieron hacia el paraje La Mesa y desde ahí realizaron detonaciones por casi una hora.

Es esta la realidad paralela en la que cientos de comunidades indígenas defienden su territorio de las diversas amenazas que se ciernen sobre ellos. El fondo del problema es sembrar el terror para que abandonen el territorio y se instalen con total libertad las empresas mineras. Es claro que la comunidad zapoteca les estorba y por eso empezaron a agredirla desde hace dos años. El 31 de mayo de 2019 fue la primera vez que un grupo de personas con armas de grueso calibre tomaron por asalto El Rebollero, Los Arquitos y Río Minas, comunidades ubicadas a tan sólo 45 minutos de la ciudad de Oaxaca.

A empresarios y políticos, denuncian, les interesa el bosque y el agua que nace de nuestras montañas, pero el meollo está en por lo menos tres concesiones mineras para explotar oro y plata, que se otorgaron sin su consentimiento.

Por lo pronto, toca atender su llamado a la solidaridad para cubrir sus necesidades básicas, pues ellos han decidido resistir. Para donativos e información, aquí: https://wp.me/p8qHTQ-24e

desinformemonos.org