La científica que creció a los pies de la cordillera de los Andes, donde desarrolló un amor por la naturaleza y la vida salvaje, así como por la cultura y las artes, conversó con Qué Pasa sobre su participación en el programa, y sus largos años de observación a los grandes simios, en el que recorrió más de 3.000 km en las selvas del Congo para su investigación de campo observando la vida social de los monos bonobos salvajes, que, junto con los chimpancés, son nuestros parientes vivos más cercanos.
La exploradora-científica, la primera sudamericana en seguir a los grandes simios en libertad en África ha documentado cómo los bonobos juegan libremente en la naturaleza y ha ampliado esta investigación para estudiar cómo juegan los simios humanos, y cómo el juego está en la raíz de la creatividad, la vinculación social y el desarrollo saludable, hallazgos que tienen relevancia en la educación, la innovación, las evaluaciones de riesgos complejos y la libertad.
Reconocida por su comunicación pública e integración de conocimientos, actualmente también se desempeña como asesora para el Gobierno Chileno, trabajando en estrategias a largo plazo en ciencia, tecnología, innovación y conocimiento (Consejo CTCI).
-¿Qué significó ser parte de este podcast?
Me encantó conversar con Tim Ferris, fue mucho más relajado y entretenido de lo que imaginaba. Es un gran entrevistador, porque es genuinamente curioso, está muy preparado, investiga muy bien a las personas. Me sorprendió la dirección que tomó la entrevista, porque él estaba siendo un nerd genuino, fue una experiencia muy interesante.
-Durante el podcast, conversaron sobre su tesis sobre los bonobos en el juego, que definió como “comodín adaptativo” ¿de dónde surge esta hipótesis?
El estudio que hice fue entender cómo los bonobos juegan, su vida social y en particular el juego y su función. Entonces, surgió de las observaciones y de las preguntas que habían ahí, y en el fondo es porque comodín, que en inglés es joker, pero que en inglés tiene un doble juego, que es el bufón, entonces tenía que ver primero con que observaba que el juego tenía una cierta condición cambiante, cambiaba de forma, de intensidad, era muy maleable.
Lo segundo, tiene una base de humor muy grande, y el humor nace del juego, entonces se está refiriendo a eso, eso en cuanto a la observación, para qué sirve el juego, su función como conducta, comodín, es como construir una carta extra que la puedes usar cuando el momento la requiere y cuando cambia de forma, tú no sabes qué forma va a tomar.
El juego permite que los animales tengan conductas más flexibles y es el antecesor a la creatividad y a la innovación, por lo tanto, sirve, pero nunca sabes exactamente qué forma va a tomar, cuánto va a servir, esa es la idea.
-En cuanto a su observación en terreno de los bonobos, al igual que en el podcast, siempre le preguntan el por qué es una especie muy sexual. ¿Por qué cree que llama siempre la atención esa definición?
Siempre cuando me preguntan sobre los bonobos, se pregunta por su vida sexual y yo siempre parto por explicar dos cosas.
Una es la razón más macro, y es porque es históricamente muy interesante para los seres humanos en general ver características en otros animales que hemos pensado que son solamente nuestras y eso tiene que ver con el uso de la tecnología, cierto tipo de inteligencia y creo que las conductas sexuales también caen dentro de esa categoría. Antes mucha gente pensaba que los seres humanos eran la única especie que tenía sexo no reproductivo, pero al empezar a ver evidencia de que los bonobos también tienen sexo no reproductivo, llama mucho la atención.
Lo segundo, es que la mayoría de las observaciones que hace la gente de bonobos es normalmente en animales en cautiverio y no en su entorno natural, y en cautiverio tienen mucho más sexo que en la naturaleza. La razón es porque en cautiverio están más estresados, es como estar encerrados, la sociabilidad natural de ellos es que se juntan y se separan en pequeños grupos en cautiverio. El sexo es complejo, pero tiene mucho que ver con mecanismos de reducción de conflicto y estrés: cuando están estresados hay más sexo. Entonces si la gente va al zoológico, es lo que ve de ellos, es lo que se reporta y es lo que sale en las noticias.
-En cuanto a su carrera profesional y la observación en terreno, ¿por qué elige los bonobos?
Por tres razones. La fundamental es la curiosidad. Me motiva mucho lo que decían los exploradores antiguos de cuando hay un mapa y hay un espacio vacío en el mapa y uno lo mira y dice ¡oh ese mapa no está dibujado, tiene que haber algo ahí!, entonces en cierto sentido, en lo bonobos había ese espacio no dibujado, un esbozo que llamaba a preguntas que a mí me interesaban mucho.
Lo segundo, es que estudiar su conducta en la naturaleza, que obviamente es en el Congo, en el corazón de África, involucraba una serie de desafíos personales, físicos, de todo tipo que no eran menores, que eran importantes, y a pesar de las dificultades fue muy gratificante aprender a tomar riesgos, de evaluarlos.
Si eres una mujer chilena, creo que los desafíos en la naturaleza siempre te hacen crecer, aunque estés llorando y sufriendo en muchos momentos.
Por último, las características del animal mismo, eran y son increíblemente interesantes dado cosas como que son muy pacíficos (no son ángeles, siempre digo eso, en nuestra cabeza nos gusta hacer como los chimpancés son los malos y los bonobos los buenos), pero siempre es más complejo, y eso es una lección increíble de aprender al mirar una sociedad y no imponerle una teoría y una realidad, y las cosas que sabemos de ellos, que son pacíficos pero que por supuesto como todas las sociedades tienen conflictos, cómo hacen para no matarse entre ellos, esta característica tan interesante que tienen las hembras que son empoderadas y los machos son magníficos y todo lo que es ser un bonobo que te abre tantas preguntas.
-¿Volverá al Congo a ver los bonobos o tiene otros planes?
Me gustaría volver, sí, feliz volvería, no sé cuándo ni cómo. En este momento, no va a ser ni este año ni el próximo, porque bueno, muchas cosas cambiaron con la pandemia y estuve en Chile y estoy trabajando en varios temas en el país.
En este minuto no tengo planeado ir a un terreno de bonobos pero si he estado haciendo terreno en Chile, porque estoy trabajando en conservación, que ha sido un interés muy antiguo en mí. He vuelto a eso y también me he interesado mucho en la cordillera y la precordillera de los Andes y la interacción entre la diversidad biológica y la cultura en estas zonas, que para los chilenos es fundamental.
-¿Cuál es la invitación para que las personas escuchen el capítulo donde fuiste invitada a Tim Ferris Show?
El podcast tiene muchos otros invitados interesantes, también está otra chilena, Giuliana Furci, perteneciente a la Fundación Fungi, y es curiosos que ambas chilenas seamos del área de la naturaleza.
Por el momento que vivimos, los invitaría a escucharlo con la comprensión de la complejidad social. Por ejemplo, no recuerdo si fue así de claro, pero Tim preguntaba sobre la conducta y el hecho que somos monos y por supuesto, ahí hablábamos de que tenemos nuestro cerebro social que viene de nuestra herencia de ser primates. Y somos muy “barreros”: formamos coaliciones, somos manipuladores y manipulables y lo vemos ampliamente en la política y redes sociales, pero la complejidad que hemos añadido es que no solamente somos monos sino que también somos hormigas, en relación a que somos sociedades grandes.
En Chile vamos a ser 20 millones, en el mundo 9 billones y nos parecemos de muchas maneras a los insectos sociales. Tenemos muchas interacciones fundamentales en nuestra sociedad que nunca van a ser en persona. Tú haces una transacción online, un pago, eso es relativamente nuevo en nuestra historia, entonces esta especie de contradicción en la sociedad moderna, donde tenemos esta mentalidad de grupo chico, pero también existimos en sociedades gigantescas, es a lo que me refiero cuando digo que somos simios y al mismo tiempo hormigas. Es una tensión fundamental en el núcleo de lo que es ser humano hoy, y que nunca desaparecerá. Debemos aprender, comprender y aprender a vivir con esa complejidad.
Entenderlo así te ayuda a entender por qué las instituciones son importantes y son parte del organismo que ordena y organiza el ser social, de ser insectos sociales, porque somos una sociedad tan grande que no puedes simplemente lidiar con los mismos mecanismos con los que se lidiaban cuando era un grupo de 200 personas, teniendo eso en mente, esta complejidad vital, pueden escuchar el podcast con eso en mente y sacar conclusiones.
-¿Cuál es su mensaje para las nuevas generaciones que están interesada en el área de las ciencias y la observación en terreno como lo que ha hecho usted o Jane Godall, por ejemplo?
Que vayan a terreno, que el terreno está en el patio trasero de cada uno, o sea el terreno no está solamente en el corazón de África, que salgan ahora inmediatamente (risas), dejen de estar adentro. Además, en particular en Chile, tenemos una riqueza gigantesca en naturaleza y pueden empezar ahora mismo, por ejemplo, está la Red de Observación de Aves en Chile, y hay otros grupos que estudian anfibios, aves, insectos, mamíferos.
Yo los invitaría que se metan y que vayan con su grupo local a terreno y empiecen a mirar y a aprender los nombres y a aprender sobre la conducta y cómo varía la presencia de ciertos animales y plantas y hongos durante el año, cómo interactúan entre sí. Creo que el entrenamiento en terreno es un entrenamiento que te llena profundamente porque primero uno no acaba nunca de aprender, es una fuente inagotable de curiosidad y de aprendizaje. Segundo, tiene una recompensa espiritual y estética, la naturaleza es terrible y es bella, y tercero, muy importante, es un entrenamiento de realidad.
A la naturaleza y a la ciencia le da lo mismo lo que uno piensa, lo que uno siente y eso es muy bueno en una época muy narcisista, es muy bueno estar en un sistema que es mucho más grande que tú y donde tienes que ser humilde y aprender de él y no le puedes imponer tu teoría o ideología, la naturaleza es, entonces ese entrenamiento de realidad es sano, es difícil a rato, pero está disponible para todos.