Rio Resiste III: Memoria en movimiento

La esclavitud no sólo asesinó millones de africanos, sino que enriqueció a un puñado de esclavistas y a otros puñado de terratenientes, que siguen teniendo el poder económico y político. La esclavitud está en los orígenes del capitalismo, de la acumulación originaria de capital, y no puede desligarse de ese proceso. Difundir la idea de que la esclavitud fue obra de personas malvadas que actuaban a de forma individual, como algunos quieren creer, esconde que el capitalismo llegó al mundo sobre la sangre de los pueblos.



Rio Resiste III: Memoria en movimiento

Raúl Zibechi

 

 

Un sábado de junio a las nueve de la mañana, la plaza Largo da Prainha alberga casi 200 personas agrupadas en torno a varios guías del Instituto Pretos Novos, que podría traducirse como “negros nuevos”, en referencia a los esclavos recién llegados a la ciudad que desembarcaban en un muelle muy cercano. Antiguamente había una pequeña playa al pie del Morro de la Concepción en la zona central de Rio.

Un varón bajo y fornido de nombre Ignacio, agrupa en torno suyo a más de 30 personas, la mayoría estudiantes secundarios y universitarios de origen afro. Comienza a explicar que estamos junto a la iglesia de San Francisco construida en 1696. Lentamente el grupo va trepando por callejuelas morro arriba, entre casas coloniales bien conservadas y calles prolijamente empedradas.

La Piedra de la Sal es la primera parada. La enorme piedra –donde los barcos descargaban sal-, está tallada formando una escalera de ascenso al morro. Ignacio explica que esa zona fue bautizada como Pequeña África, ya estaba densamente poblada por negros, había un quilombo urbano y muchos terreiros donde los esclavos practicaban candomblé.

La religión candomblé de origen africano, es la mas practicada entre la población negra de Brasil, que se despliega en los templos abiertos o terreiros, de los cuales existen decenas de miles en Brasil, donde acuden millones de fieles. En la zona de la Piedra de Sal surgieron las primeras sambas de Rio, música y danza que forman parte de la identidad nacional.

El circuito continúa dentro del Morro durante casi dos horas, pasando por los muelles donde desembarcaban los esclavos (Cai de Valongo), que fue rellenado por las obas urbanas a comienzos del siglo XX. Pero a comienzos del siglo XXI, los muelles fueron excavados y expuestos como patrimonio de la Humanidad.

Un lugar que resulta interesante, por su actualidad, es el espacio conocido como Revuelta de las Vacunas. En 1904 el Estado decidió aplicar la vacuna obligatoria contra la viruela, sin mediar debate público. La revuelta fue protagonizada por la población negra que levantó barricadas, pero la represión fue brutal y se saldó con 30 muertos, 110 heridos y casi 500 fueron deportados al lejano estado de Acre, en la región amazónica.

La recorrida finaliza en el Cementerio de los Pretos Novos, que fue descubierto en 1996. Estaba destinado al entierro de los esclavos que al llegar a Rio y antes de ser vendidos, entre 1772 y 1830, cuando se prohíbe el tráfico de esclavos que en adelante continuará de forma clandestina.

El Circuito Herencia Africana fue creado por Instituto Pretos Novos en 2016, para fortalecer la educación sobre la historia negra entre educadores y estudiantes. El historiador Julio César Medeiros da Silva Pereira destaca que descubrimientos como el cementerio y el redescubrimiento de los muelles de Valongo en 2010, sorprendieron al país. Con ellos comenzaron una serie de investigaciones sobre la historia de millones de esclavos “cuyos brazos fueron usados en todo tipo de trabajos y cuyas espaldas soportaron el peso de la producción cafetera a comienzos del siglo XIX”1.

Varios grupos de investigadores, en general afrodescendientes, comenzaron a trabajar juntos para explicar y divulgar los aspectos menos conocidos de la esclavitud. El cementerio de los Pretos Novos reveló, en opinión de Medeiros, “el carácter cruel de la esclavitud brasileña”.

En efecto, cuando se llega al Instituto pueden observarse los huesos amontonados encontrados en el cementerio, lo que representa “la prueba material e irrefutable sobre la barbarie ocurrida en el período más intenso del tráfico de cautivos africanos”, como señala uno de los folletos.

La historia oficial siempre intentó ocultar o suavizar la barbarie de la esclavitud. Por lo tanto, en adelante “no hay forma de admitir una visión romantizada sobre la esclavitud”. Medeiros sostiene que el cementerio “es la pieza central de este debate, ya que permanece como un memorial de un pasado antes olvidado”. De hecho, se trata del mayor cementerio negro del continente.

El Instituto realiza cursos de historia de África, de la esclavitud y de Brasil. Además realiza decenas de talleres que han venido creciendo: en los últimos diez años más de 400 talleres con casi 20 mil participantes. Según el guía Ignacio, cada año son más de diez mil los que realizan el Circuito de la Herencia Africana. Actividades que forman una onda expansiva de la cultura y la memoria negra que llega a todos los rincones.

Mientras las personas más jóvenes asisten en un silencio casi religioso a las explicaciones del guía Ignacio, habría que agregar dos hechos que pueden contribuir a completar este relato.

El primero se relaciona con las fechas. El descubrimiento del cementerio sucede en los mismos años en que se creó el CEASM (Centro de Estudios y Acciones Solidarias de la Maré); el muelle de Valongo fue abierto en el mismo período en que se crea Ocupa Alemão. En rigor, fines de la década de 1990 y comienzos de la de 2010, respectivamente.

Las fechas no son nunca casuales: la hipótesis es que desde la década de 1990 ya había un nutrido grupo de estudiantes por el esfuerzo de las comunidades negras en superar su situación. Su papel fue decisivo tanto en la construcción de una memoria de nuevo tipo como en el fortalecimiento del movimiento negro.

A la hora de difundir sus hallazgos, el Instituto Pretos Novos señala: “Los primeros análisis de las últimas investigaciones arqueológicas apuntan que el cuerpo encontrado en el sitio arqueológico pertenecía a una joven africana capturada y secuestrada para ser comercializada en el mercado de esclavos de Río de Janeiro, pero no resistió los malos tratos”.

El análisis de los esqueletos, permitió concluir que los esclavistas provocaron la rotura y destrucción deliberada de los huesos de la víctima, lo que en su conjunto permite “revelar las condiciones de salud y el estrés físico al que fue sometida esta joven africana en su corta vida”.

Es evidente que el cementerio nos habla de algo más que de la historia de la esclavitud. Negros y negras son la inmensa mayoría de los más de 50 mil asesinados y de los 62 mil desaparecidos que hubo en 2020, así como de los miles y miles de atacados por las fuerzas policiales. El Anuario Brasileño de Seguridad Pública dice que la población negra es la principal víctima de homicidio en el país, con un 76% del total de crímenes, la mayoría de ellos entre los 18 y los 24 años de edad.

¿Qué sentirán esos jóvenes y jóvenas cuando observan los huesos quebrados de sus antepasados en un cementerio clandestino? Es evidente que la esclavitud no ha terminado, que se continúa en una terrible segregación espacial, social y económica.

La segunda cuestión es que la esclavitud no sólo asesinó millones de africanos, sino que enriqueció a un puñado de esclavistas y a otros puñado de terratenientes, que siguen teniendo el poder económico y político. La esclavitud está en los orígenes del capitalismo, de la acumulación originaria de capital, y no puede desligarse de ese proceso. Difundir la idea de que la esclavitud fue obra de personas malvadas que actuaban a de forma individual, como algunos quieren creer, esconde que el capitalismo llegó al mundo sobre la sangre de los pueblos.

La situación en la que viven millones de descendientes de aquellos esclavos, está directamente relacionada con la continuidad de un modelo de acumulación que se mantiene, igualmente, condenándolos a la muerte. El extractivismo es la actualización de aquel modelo de monocultivos de algodón o café, donde la mano de obra esclava producía riquezas bajo el látigo de los opresores.

Por eso la reconstrucción de la historia por las memorias de abajo, memorias en movimiento, no sólo mueve el lugar hegemónico que ocupaba la historia estatal, siempre estadocéntrica, sino que contribuye a la autoestima de los pueblos negros. Un paso ineludible para la construcción de movimientos emancipatorios que, a su vez, continúan moviendo la memoria y la vida.

1 En https://pretosnovos.com.br/museu-memorial/cemiterio-dos-pretos-novos/