La trascendental elección del PKK en el norte de Siria – 2/4
Renuncia de responsabilidad: Los puntos de vista y opiniones expresados en este artículo son los de sus autores y no reflejan necesariamente la posición de Rojava Azadi.
FUENTE: International Crisis Group
FECHA: 04/05/2017
Traducido por Rojava Azadi
Ir a Parte 1: Resumen Ejecutivo
1. Introducción
En un aparente acuerdo negociado entre el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (Partiya Karkerên Kurdistanê, PKK) e Irán en 2011, Siria, preocupada por luchar contra un desafío insurgente bien armado, se retiró parcialmente de las áreas pobladas por los kurdos en julio de 2012. Esto permitió al PKK enviar a sus combatientes desde su bastión de Qandil en el norte de Irak, al norte de Siria, mejorando así su posición estratégica mientras sufrían grandes pérdidas en la lucha contra el ejército turco dentro de Turquía. Con la apertura de un segundo frente, era capaz de aplicar nueva presión militar y política sobre Ankara por medio de sus socios en Siria, el Partido de la Unión Democrática (Partiya Yekîtiya Demokrat, PYD) y su ala militar, las Unidades de Protección Popular (Yekîneyên Parastina Gel, YPG), mientras perseguía una vieja ambición de conectar los tres cantones no contiguos de mayoría kurda de Jazeera, Kobani y Afrin. En 2013, cuando el PKK y Turquía acordaron un alto el fuego y comenzaron las conversaciones políticas, YPG-PYD estableció una «autoadministración democrática» allí, llamándola Rojava («Kurdistán Occidental»)[1]
El surgimiento del Estado Islámico en Irak y Siria (ISIS) en ciudades a lo largo del valle del Éufrates, inmediatamente adyacente y en un caso dividiendo las áreas kurdas, y el esfuerzo de una nueva coalición encabezada por Estados Unidos para derrotar al ISIS dieron al YPG-PYD la posibilidad de extender su alcance territorial al este y oeste del río y crear una entidad contigua. En la primera mitad de 2015, las YPG habían conectado los distritos de Jazeera y Kobani a través de las áreas habitadas por árabes, incluida la ciudad fronteriza de Tel Abyad. Beneficiándose del apoyo aéreo de los EE.UU., se desplazaron luego hacia el oeste y, finalmente a través del Éufrates, hacia las áreas donde estaba instalado el ISIS. En agosto de 2016, las banderas de las YPG ondeaban a lo largo de la mayor parte de la frontera norte de Siria con Turquía, a excepción de un tramo de casi 100 km que permanecía bajo el control rebelde sirio anti-régimen o del ISIS [2].
El impacto de la aventura del PKK en Siria ha superado sus expectativas. El éxito militar ha ejercido más presión sobre Turquía y permitido al YPG-PYD construir su esquema de autonomía. En marzo de 2016 anunció una «Federación Democrática del Norte de Siria» que incorporaba comunidades locales -kurdos, árabes y minorías más pequeñas- en una gran franja contigua de partes de los distritos de Hasaka, Raqqa y Aleppo, así como Afrin, que el grupo controlaba, pero no pudo unir a su territorio restante[3]. Los números del grupo también aumentaron. A medida que avanzaba en las áreas árabes, comenzó a reclutar a hombres locales a los que colocó bajo el paraguas de un grupo llamado Fuerzas Democráticas Sirias (SDF), que había establecido y comandaba desde octubre de 2015[4].
En este punto, las preguntas sobre las prioridades, los objetivos y la estructura del PKK, que se habían mantenido en bajo tono desde su fundación, resurgieron. ¿Debería seguir centrándose en Turquía? ¿O debería permitir a sus afiliados sirios establecer sus propias prioridades de forma autónoma y forjar allí una solución principalmente siria a la cuestión kurda?
«… cuanto más actúe el YPG-PYD como un resultado del PKK y su estrategia, más provocará a los jugadores regionales y generará intentos de estrangular su autoadministración.»
Este informe, el cuarto de Crisis Group sobre los kurdos del norte de Siria, sostiene que los comandantes entrenados por el PKK enfocados en Turquía han inclinado a las YPG menos hacia una solución siria a la cuestión kurda en Siria y más a la lucha del PKK contra el estado turco. Esto hace al autogobierno del YPG-PYD en el norte de Siria, bajo cualquier nombre que se le dé, más precario y dependiente del PKK. Los movimientos militares ordenados por el PKK alejan al YPG-PYD de la sociedad kurda que quiere gobernar, militarizando a la juventud y antagonizando a la clase media educada y los grupos no kurdos que controla. Esto reduce sus perspectivas de una mayor legitimidad. Además, cuanto más actúe el YPG-PYD como vástago del PKK y su estrategia, más provocará a los actores regionales y generará intentos de estrangular su autoadministración.
2. Dentro de la aventura del PKK en Siria
A. Prioridades en competencia
El conflicto en Siria ha revivido un viejo dilema del PKK. Establecido como un partido de izquierda clandestino en 1978, el PKK vio a Turquía, el país con mayor población kurda y su lugar de nacimiento, como el escenario principal para llevar a cabo su agenda a través de la lucha militar[5]. Su objetivo no era la autonomía kurda, sino la reforma social inspirada en el marxismo para la cual hacía un llamamiento a participar tanto a kurdos como a no kurdos. En 2003, posiblemente en respuesta a la invasión de Irak por los EE.UU. y la ascendencia de los kurdos iraquíes, anunció que estaba cambiando sus objetivos de una lucha militar contra Turquía a la autodeterminación kurda en los cuatro principales países con poblaciones kurdas. Para este fin creó ramas en cada uno de estos vecinos[6].
Este cambio produjo dos objetivos complementarios. Las sucursales afines al PKK fuera de Turquía comenzaron a sentar las bases del autogobierno kurdo local, inspirado en las teorías de la «autoadministración democrática» introducidas por Abdullah Öcalan, el fundador del PKK. Esto permitió que el grupo operara en toda la región, utilizando su presencia en cada comunidad kurda como un recurso para su insurgencia principal en Turquía. Las sucursales regionales no eran autónomas. La toma de decisiones y los nombramientos para el liderazgo de la filial permanecieron en manos del PKK a través de un nuevo órgano, el Unión de Comunidades de Kurdistán (Koma Civakên Kurdistan, KCK), cuyo consejo ejecutivo (su máximo órgano de decisión) estaba integrado únicamente por cuadros militares entrenados por el PKK y servía como punta de lanza de las actividades del partido en Turquía, Siria, Irán e Iraq[7].
Esta tensión estratégica inherente ha persistido en el debate interno del PKK desde 2003 y salió a la superficie tras el levantamiento sirio de 2011 y el estallido de la guerra civil. El movimiento aprovechó la polarización regional entre los partidarios y enemigos del régimen sirio y renovó las tensiones entre Ankara y Damasco para dinamizar a sus afiliados sirios hacia una nueva estrategia en sintonía con la evolución de la situación.
Aunque no hay pruebas contundentes de un acuerdo, al menos tres eventos sugieren que el PKK se realineó con el régimen sirio y sus patrocinadores externos, sobre todo Irán, contra Turquía. En septiembre de 2011, la rama iraní del PKK, el Partido para una Vida Libre en Kurdistán (Partiya Jiyana Azad a Kurdistanê, PJAK), implementó un alto el fuego unilateral después de años de batalla que en gran parte se mantiene vigente a excepción de ocasionales escaramuzas[8]. En julio de 2012, las fuerzas de seguridad del régimen se retiraron unilateralmente de las zonas kurdas, lo que permitió a los combatientes de las YPG tomar posiciones y puestos fronterizos. Y a mediados de 2013, el consejo ejecutivo del KCK experimentó una importante reorganización que favoreció a quienes postulaban la lucha político-militar en Turquía como una condición previa para resolver el problema kurdo en los países vecinos[9]. Sin embargo, las rápidas ganancias territoriales de YPG-PYD y la proclamación del autogobierno en Rojava reavivaron el debate interno. Un mando superior del PKK y miembro fundador del PYD que opera en Siria declaraba:
Ideológicamente, todos nos referimos a Öcalan, pero las prioridades del PYD difieren de las del PKK: el PYD busca implementar las ideas de Öcalan en Siria. Esto requiere que evitemos chocar con Turquía. Podemos organizar una manifestación en solidaridad con los kurdos de Diyarbakır, pero no queremos ser parte de la lucha[10].
Cemil Bayik, el copresidente del KCK, defiende una visión diferente:
Es un error no mencionar a Turquía cuando hablamos de Siria, Irán e Irak. Turquía está detrás de la crisis en esos dos países. Si no puedes solucionar el problema kurdo en Turquía en primer lugar, tampoco puedes resolverlo allí.[11]
Desde su creación, el proyecto en Rojava del YPG-PYD ha tenido un matiz étnico, que contrastaba pero coexistía con la visión dominante dentro del PKK. Esa visión respaldaba los experimentos locales de autogobierno, siempre y cuando reforzaran el objetivo general de combatir a Turquía, no si se convertían en proyectos de autonomía kurda en toda regla que pudieran allanar el camino hacia la categoría de estado en el modelo de estado-nación. El enfoque ideológico del PKK no era étnico, al menos de nombre. Proponía una alternativa a la democracia occidental, haciendo un llamamiento a los kurdos y no kurdos para gobernarse localmente en torno a los principios compartidos de igualdad de género y conciencia ecológica. Cemil Bayik explicaba:
La idea del estado nación no es útil para resolver la crisis actual [en Oriente Medio]. Debemos concentrarnos en los derechos básicos. Una de las razones principales del conflicto en la región es que cuando un grupo étnico derrota a otro grupo étnico, trata de gobernarlo[12].
Un líder del PYD en Siria ofrecía una opinión contraria:
Aquéllos que piensan que una sociedad puede existir sin un estado pueden seguir soñando. Tenemos que lidiar con la realidad del sistema internacional, que consiste en estados con fronteras. Debemos enfocarnos en lograr que los kurdos sean reconocidos como un componente integral de la sociedad siria cuyos derechos están protegidos. No importa si lo hacemos a través de cantones o una región federal o lo que sea. No veo al Kurdistán iraquí como un ejemplo positivo, pero … no deberíamos perseguir la utopía[13].
Estos puntos de vista opuestos no reflejan rígidas líneas de falla ni facciones en competencia dentro del PKK, cuya jerarquía militar mantiene centralizada la toma de decisiones y evita el fraccionamiento y la división[14]. Sin embargo, los desarrollos externos han afectado los debates internos, potenciando o debilitando las diferentes perspectivas y reorganizando las prioridades sin precipitar la pérdida de la unidad. Por ejemplo, debido a que pasaron sus años formativos luchando contra Turquía en la década de 1990, la mayoría de los cuadros superiores del PYD y las YPG, independientemente de su ciudadanía, han considerado a Turquía como el escenario principal para implementar el proyecto ideológico, posiblemente como una condición previa para el éxito en el resto de las comunidades kurdas. Pero debido a que la guerra siria ha permitido que el YPG-PYD crezca, incluso mediante la promoción de comandantes jóvenes, ha surgido una tendencia que parece priorizar la autodeterminación kurda en Siria sobre la lucha contra Turquía, una tendencia que los líderes del PKK orientados a Turquía han intentado reprimir mediante el nombramiento de cuadros superiores de confianza que siguen la línea centrada en Turquía.
Mientras que las dos visiones podían coexistir e incluso se reforzaban mutuamente al principio -mientras el YPG-PYD trabajaba para construir Rojava, el PKK usó el progreso del YPG-PYD para presionar a Turquía-, desarrollos más recientes presentan a los líderes del PKK una elección que pronto podrían tener que hacer: devolver el poder a las ramas sirias del partido y permitirles volver a enfocarse en el autogobierno kurdo en Siria, o continuar usando a Siria como un trampolín para la guerra de guerrillas contra Turquía.
B. El papel crítico de los cuadros entrenados por el PKK en el norte de Siria
El PKK y sus afiliados sirios están vinculados por la historia de la creación de éstos últimos y el perfil de los cuadros militares que comparten. Después de tres décadas de guerra de guerrillas, el PKK tenía una gran fuerza de combatientes procedentes de las cuatro partes del ámbito kurdo: Turquía, Irán, Irak y Siria. Recibieron entrenamiento básico en los campos militares del PKK y academias ideológicas en Qandil, la base del movimiento desde la década de 1990, y pasaron sus años formativos luchando contra Turquía[15]. Un miembro fundador sirio de la primera célula del PKK relataba:
Durante los primeros años …, en la década de 1980, el PKK contaba solo con 54 ciudadanos sirios entre sus 256 miembros. En ese momento, éramos poco más que un círculo de intelectuales con simpatías marxistas. En la década de 1990, cuando comenzó la guerra con Turquía, el PKK pasó de ser un movimiento de élite a ser una organización guerrillera. En ese momento, muchos sirios se unieron, especialmente después de que Öcalan fuera capturado [en 1998]. Muchos eran muy jóvenes y no habían terminado sus estudios. Recibieron entrenamiento militar e ideológico y fueron enviados a luchar contra el ejército turco[16].
En 2003, el PKK estableció organizaciones con objetivos civiles en Siria, como el PYD, Union Star (Yekiti Star) por los derechos de las mujeres y Revolutionary Youth (Ciwanen Soresger), grupos ideológicamente inspirados por el Öcalan encarcelado[17]. Si bien estos tenían miembros o incluso líderes nominales con poco o ningún vínculo con Qandil, sólo los combatientes entrenados en el PKK tenían poder de decisión. Esto permitió al PKK crear una base de simpatizantes sirios y reclutar combatientes para su lucha en Turquía[18]. Un fundador del PKK relataba así la creación de sus sucursales en Siria:
Cuando se estableció el PYD, no podíamos elegir entre quedarnos con el PKK en Qandil o unirnos al PYD en Siria. Algunos de nosotros éramos sirios, otros no. Como combatientes del PKK, estábamos unidos en una nación [kurda] [watan]; nuestra designación como ciudadanos sirios, turcos, iraníes o iraquíes era impuesta externamente[19].
A pesar de la declaración de estas entidades regionales de estar vinculadas al PKK sólo desde el punto de vista ideológico, no organizativo, aquéllos con responsabilidades militares e institucionales clave solían ser combatientes del PKK en Turquía[20]. Las sucursales regionales pueden haber tenido su propia identidad y líderes, un nombre distinto y miembros que no recibieron capacitación en Qandil, y pueden haber disfrutado de cierta autonomía en la toma de decisiones en el reclutamiento, el establecimiento de oficinas locales, el trato con las autoridades locales y la coordinación de operaciones militares y actividades militantes. Sin embargo, la toma de decisiones estratégicas sigue siendo dominio exclusivo de los combatientes educados en las instituciones basadas en Qandil. Por ejemplo, en 2010, Aldar Khalil, un funcionario del PYD que había sido comandante del PKK en Qandil, tenía mayor poder de decisión que Salih Muslim, el copresidente del PYD, que era simpatizante de Öcalan local procedente de una familia pro-PKK pero que no había recibido entrenamiento militar en Qandil[21].
Los combatientes de las YPG que llegaron a Siria en julio de 2012 eran ciudadanos sirios que se habían unido y habían sido entrenados por el PKK en Qandil en la década de 1990 y habían luchado en Turquía durante el apogeo de la guerra. Durante la década de 2000, muchos operaban en la clandestinidad o bajo guisa civil en el norte de Siria. Los comandantes sirios del PKK ocuparon puestos de liderazgo en las YPG, el PYD, el Consejo Popular del Kurdistán Occidental (PCWK) y el Movimiento por una Sociedad Democrática (Tevgera Civaka Demokratîk, TEV DEM), grupos paraguas del PYD establecidos en 2012. Los límites entre estas organizaciones inspiradas en Öcalan resultan borrosos; los comandantes continuamente intercambian mensajes en y entre ellos[22].
La expansión territorial hacia áreas no kurdas indujo al YPG-PYD en marzo de 2016 a convertir la autoadministración de Rojava en una región federal del norte de Siria para acomodar a una población étnica y religiosamente diversa. Si bien esta nueva administración cooptó por figuras locales, los cuadros militares del PKK vestidos de civil tomaron posiciones clave, incluso en el comité presidencial[23].
C. La domesticación del PKK en Siria
La experiencia de Siria obligó al PKK a alimentar a una nueva generación de simpatizantes de Öcalan que no tenían otra conexión previa con el PKK. Al mismo tiempo, fortaleció el control del PKK en sus ramas sirias. Debido a que los cuadros sirio kurdos entrenados por el PKK que llegaron en 2012 eran relativamente extraños a una comunidad local con sus propios partidos políticos, tuvieron que trabajar duro para ganar aceptación y contener la disidencia[24].
Cuando Öcalan formó el PKK a finales de la década de 1970, los partidos bien establecidos dominaron la escena política kurdo-siria. Establecidos en la década de 1950, estaban liderados por una alianza de terratenientes kurdos (aghas) y profesionales urbanos que monopolizaban el movimiento mediando entre la clase media urbana kurda y el régimen, mientras que éste último los utilizaba para contener las aspiraciones políticas kurdas[25]. El marxismo de Öcalan resonó especialmente entre los estudiantes kurdos de ciudades pequeñas que disputaban el dominio de las élites urbanas y terratenientes, pero carecían de la fuerza para desafiarlo de manera efectiva. El PKK fue particularmente exitoso en el reclutamiento de esta clase inferior, y no creó órganos políticos, enviando a los jóvenes directamente a Qandil para su entrenamiento[26].
Esto se mantuvo sin cambios incluso después de que el PKK estableciera el PYD y organizaciones afines en 2003. Trabajando clandestinamente en un ambiente de seguridad altamente restrictivo, el nuevo partido no pudo movilizar apoyo más allá del círculo de familias que habían sido simpatizantes del PKK, desafiar a los partidos establecidos entre las clases profesionales urbanas o canalizar el creciente descontento de la generación más joven con los líderes tradicionales[27]. Esto significaba que cuando el levantamiento sirio de 2011 se extendió a las áreas kurdas, el PYD era simplemente un partido urbano más del Kurdistán cuya ideología radical y objetivos militares apenas resonaban. Un miembro fundador del PKK observó:
Al comienzo del levantamiento, había muchas organizaciones juveniles [en el norte de Siria], a muchas de las cuales no les gustaba el PKK. No sabíamos cómo manejar toda esa energía juvenil. No podíamos decirles: «Venid a luchar contra Turquía con nosotros». No tenían ningún interés en Turquía[28].
Operando de nuevo en el contexto sirio, el PKK tuvo que adaptarse pragmáticamente frente a las estrictas reglas del partido. Los cuadros entrenados por el PKK negaron cualquier vínculo organizativo directo con el PKK, declarando que veían el reconocimiento de los derechos kurdos en Siria como su objetivo principal. Un ex miembro del PKK explicaba:
Cuando llegaron los cuadros militares [entrenados por el PKK], el gran problema al que se enfrentaron fue manejar la calle. Había mucha gente viniendo de la montaña [Qandil]. Estábamos bajo presión: la calle intentaba obtener los derechos kurdos, y los otros partidos kurdos nos acusaban de operar … con una agenda centrada en Turquía. Así que decidimos establecer una autoadministración y promoverla como base para el futuro reconocimiento de los derechos kurdos[29].
Los cuadros entrenados por el PKK también se dieron cuenta de que el gobierno militar, justificado como protección, no neutralizaría la disidencia, debilitaría a las elites locales tradicionales y promovería otras nuevas para dirigir las instituciones locales. El PKK tenía suficientes comandantes militares para imponer seguridad, pero no suficientes cuadros con los conocimientos para administrar el área de autogobierno. Las diferencias políticas con los partidos kurdos preexistentes impedían el reclutamiento de profesionales de clase media. Por lo tanto, el YPG-PYD tuvo que reclutar lugareños no afiliados al PKK y promoverlos como élite alternativa. Algunos eran simpatizantes de Öcalan, pero otros eran notables que habían estado afiliados a otros partidos kurdos y veían en el experimento de autogobierno una oportunidad sin precedentes para el ascenso social[30]. Del mismo modo, algunos líderes árabes y minoritarios que antes habían sido privados de sus derechos se unieron a la autoadministración para competir más efectivamente con el liderazgo establecido en sus propias comunidades[31].
«Las élites recientemente empoderadas obtuvieron acceso a los privilegios y pudieron acumular riqueza rápidamente, lo que enfureció a la clase media establecida.»
La falta de administradores experimentados ha socavado la capacidad del PYD para establecer instituciones de gobierno efectivas y ganar legitimidad. La administración fue torpe, emitiendo regulaciones sobre el servicio militar obligatorio y la reforma curricular que suscitaba el antagonismo entre la gente[32]. Las élites recientemente empoderadas obtuvieron acceso a los privilegios y pudieron acumular riqueza rápidamente, lo que enfureció a la clase media establecida[33].
En el aspecto militar, la velocidad de las conquistas territoriales de las YPG obligó a comenzar a reclutar a la población local kurda para controlar estas áreas[34]. Estableció centros de entrenamiento locales y academias militares que formaban nuevos reclutas kurdo-sirios como comandantes[35]. Se relajó el estricto criterio de reclutamiento del PKK y se ofreció una versión diluida de los principios políticos derivados de las ideas de Öcalan. Al enfrentar la creciente escasez de mano de obra y extender su alcance militar a áreas mixtas y predominantemente árabes, las YPG también tuvieron que comenzar una campaña masiva de reclutamiento entre los no kurdos, colocándolos bajo el paraguas de las SDF. En febrero de 2017, un funcionario del PYD relató los preparativos para la campaña de Raqqa:
Para el asalto a Raqqa, comenzamos a reclutar combatientes [árabes], proporcionando seis meses de entrenamiento militar a unos, tres a otros y sólo un mes a otros. También tratamos de inculcar una perspectiva política general de las ideas de Öcalan. Cuando el conflicto termine, los que quieren convertirse en cuadros pueden iniciar el plan de estudios completo en nuestras academias ideológicas[36].
Así, surgieron dos nuevos grupos en el norte de Siria: simpatizantes del PKK sin antecedentes militantes, y reclutas de las YPG y SDF que son anti-ISIS en lugar de pro-PKK. Sin embargo, los cuadros entrenados por el PKK se mantuvieron al mando, estableciendo reglas de arriba hacia abajo que impedían que los comandantes locales y los combatientes siguieran una opción siria en lugar de la enfocada en Turquía, incluida la consolidación de la administración civil[37].
D. Gobernar en la sombra
La toma de decisiones de YPG-PYD es reservada, limitada a unos pocos cuadros entrenados por el PKK nombrados por el KCK y reuniones a puertas cerradas. Ellos deciden el presupuesto de la administración, el nombramiento de los comandantes de primera línea y regionales, la distribución de suministros militares y la coordinación con el ejército de los EE.UU[38]. Los tecnócratas, en su mayoría simpatizantes de Öcalan sin antecedentes militantes en el PKK, dirigen nominalmente las instituciones formales del área de autogobierno. Los cuadros entrenados por el PKK en puestos de menor rango tienen el poder real[39]. El PKK ha tejido una red de cuadros entrenados por el PKK que se han infiltrado en instituciones formales y funcionado como una cadena de comando en la sombra. Así, el jefe de la comisión de energía de Jazeera supervisa el refinado del petróleo del campo Rumeilan en combustible diésel y gasolina, pero un cuadro formado por el PKK decide la distribución, los precios y la recaudación de ingresos[40]. La policía de seguridad del YPG-PYD (Asayesh) firma muchas decisiones administrativas[41]. Un abogado de la subcomisión judicial del distrito de Jazeera dijo que no podía emitir una orden de arresto «sin consultar antes con el Asayesh, mientras que ellos pueden detener a alguien sin una orden judicial«[42].
Los cuadros entrenados por el PKK emiten órdenes a través de la red de comandantes regionales. Las asignaciones dependen de la importancia estratégica de una ubicación. Las YPG colocan a sus comandantes mayores y experimentados en el frente del ISIS y los comandantes más jóvenes, que se unieron al PKK a fines de la década de 1990, en el interior kurdo. Los últimos, muchos sin título universitario, a diferencia de la «generación ideológica» del PKK, han encontrado en la guerra una forma de ascender entre los rangos. Nombran a comandantes de escuadrones y pelotones, coordinan con otros comandantes regionales y redistribuyen suministros militares en las áreas bajo su responsabilidad[43]. Los comandantes de escuadrones y pelotones, que en su mayoría se unieron a las YPG después de su creación en 2012 y fueron entrenados en sus academias militares e ideológicas, a menudo se colocan en puestos administrativos más que estratégicos u otros puestos de toma de decisiones. Tienen pocas posibilidades de avanzar, ya que las academias ideológicas que ofrecen perspectivas de ascenso requieren un compromiso a largo plazo con la lucha del PKK, directamente bajo el control del PKK en Qandil.
Con la batalla contra el ISIS, el PKK enfrenta una necesidad apremiante de comandantes experimentados. Poco dispuestos a empoderar a los comandantes regionales o comandantes de escuadrones o pelotones capacitados localmente, ha comenzado a enviar un número cada vez mayor de sus cuadros basados en Qandil al norte de Siria, incluidos los kurdos de Turquía e Irán. Esto le permite aplicar un estricto comando y control, así como la unidad ideológica, pero no para ganar legitimidad local[44].
Notas:
s Group, Hasaka, 13 de noviembre 2015.
YPJ); la Academia Martyr Khabat (Akademiya Shahid Khabat), que tiene seis grados y entrena reclutas en asuntos militares e ideológicos; y una Academia Especial (Akademiya Khaas), un programa de 45 días para especializaciones militares. Entrevista de Crisis Group con Nasrin Abdallah, comandante de las YPJ, Qamishli, 15 de noviembre 2015. La policía de seguridad de YPG-PYD (Asayesh) tiene academias en al menos cinco ubicaciones, ofreciendo capacitación de cinco meses para aspirantes a oficiales. Entrevista de Crisis Group con Jwan Ibrahim, comandante general de Asayesh, Qamishli, 16 de noviembre 2015.