Perú: Las Rondas Campesinas

Las Rondas Campesinas, según la ley de rondas 27908, no secuestran porque están en todo su derecho de retener a personas que entran al territorio comunal actuando de manera sospechosa, sin pedir permiso a las autoridades ni a los pobladores en general.



Ronderos

 

Los últimos días un equipo del programa de noticias Cuarto Poder de
América Televisión dice haber sido secuestrados por las rondas cam-
pesinas de la comunidad La Palma, distrito de Chadín en la provincia
de Chota, Cajamarca al ir a esta comunidad para hacer un reportaje.
Fueron para interrogar a los comuneros sobre la visita de la cuñada del presidente Castillo, a la que se acusa de corrupción.

Ella habría ofrecido obras de
saneamiento en la región de
Cajamarca pese a no ser fun-
cionaria pública. Según los
periodistas, ellos fueron secuestrados
por la ronda campesina, se les robó su
equipo y se les obligó a leer un comu-
nicado a favor del presidente Castillo
y su familia. Este hecho ha tenido gran
revuelo en los medios de comunica-
ción oficiales y no cabe duda de que
se está realizando una campaña or-
ganizada y orquestada para despres-
tigiar a las rondas, crear una opinión
pública desfavorable para una vez
más intentar arrancarles la autoridad
legal, ganada a pie de lucha, y a la vez
darle legitimidad a la recién aproba-
da ley CAD (Comités de Autodefensa),
que fomenta el paramilitarismo en las
comunidades del país.
Las Rondas Campesinas, según la
ley de rondas 27908, no secuestran
porque están en todo su derecho de
retener a personas que entran al te-
rritorio comunal actuando de manera
sospechosa, sin pedir permiso a las
autoridades ni a los pobladores en ge-
neral.
Melanio Rodríguez, presidente de
las rondas campesinas de La Palma,
declara en una entrevista en la emi-
sora local Radio Agricultura, que los
periodistas han entrado a la comuni-
dad sin carné ni chaleco de prensa.
No han querido identificarse. Algu-
nas señoras llamaron a las rondas y
los comuneros han interrogado a los
periodistas preguntando por qué es-
taban persiguiendo y acosando a mu-
jeres y niños para que declaren. Las
rondas, como es debido, hicieron un
acta de retención y llamaron al sub-
prefecto del distrito para que tenga
conocimiento. También las rondas
llamaron al alcalde, y recién entonces
se supo que los periodistas eran de la
prensa limeña. Según el presidente
rondero la cámara de los periodistas
no ha sido retenida, sino que dice en
el acta que ellos voluntariamente la
han dejado. Ningún medio de comu-
nicación nacional (y por ende limeño)
ha intentado hacerles una entrevista
a los ronderos de la Palma para escu-
char su versión de lo ocurrido. Pero
el equipo de periodistas que claman
haber sido secuestrados por las ron-
das sí se han paseado por todos los
canales de televisión nacional como
héroes que se han salvado de las bru-
tales rondas. En el programa (dizque
de análisis político) Entre Fuegos, el
conductor Jaime Chincha, Fernando
Rospigliosi, presentado como analis-
ta político pero en realidad fujimoris-
ta y ex ministro del interior de Toledo
y Rubén Vargas, exministro del inte-
rior de Sagasti, enfrentan entre tres
al presidente Santos Saavedra de la
CUNARC (Central Única Nacional de
Rondas Campesinas), que a pesar de
ser constantemente interrumpido e
interrogado de la manera más irres-
petuosa, responde con toda paciencia
que las rondas no secuestran. En las
normas legales de las rondas está que
pueden juzgar entre miembros o ter-
ceros dentro de sus territorios.
-Ustedes no tienen derecho a im-
pedir el libre tránsito de nadie, ¿o sí?
¿O sea un peruano tiene que pedir
permiso a una ronda para transitar
por esa zona?
-Yo para entrar a su casa tengo que
pedir permiso.
-No estaban en la casa de nadie, es-
taban en la carretera.
-La carretera no está en el aire
pues, está dentro de un caserío, den-
tro de un territorio.
- ¿Eso es propiedad privada?
-Es propiedad pública, colectiva,
de todos.
-Cuando le hablo me gustaría que
me mire. Me siento distante. Conecte-
mos. Yo cuando voy por las carreteras
del Perú estoy en mi país. ¿Por qué
tengo que pedir permiso a las rondas?
Siento como si se hablara de otro país.
Con admirable calma el presidente
de la CUNARC pregunta si los provin-
cianos cuando llegan a Lima también
están en su país. Luego explica que
cuando alguien llega a una comuni-
dad para hacer un trabajo, como por
ejemplo un reportaje, debe acercarse
con respeto a las personas y contar
por qué ha venido. Pero para el con-
ductor de este programa
sólo hay un país,
una libertad y un derecho.
Por eso le parece de lo más
natural irrumpir a una comu-
nidad como un hacendado, dueño
del lugar. En este programa hay dos
ex ministros del interior que parecen
desconocer completamente la cultu-
ra indígena campesina de los andes,
cómo es la convivencia en las comu-
nidades y qué implica la justicia espe-
cial indígena.
En el Noticiero Marañón, canal
local donde sí le dejan hablar al pre-
sidente de la CUNARC, Saavedra
describe la cacería de brujas de las
rondas campesinas que se está reali-
zando en la prensa limeña.
“Los titulares del periódico Perú
21, por ejemplo, hablan de “las ron-
das de Castillo”. Las rondas no somos
de ningún presidente, ni de ninguna
autoridad. Debe ser investigado el

 

5hecho que los periodistas dicen que
les obligaron a emitir un comunicado
de desagravio al presidente. Las pala-
bras que utilizan no parecen ser for-
muladas de los comuneros. ¿Es cierto,
o lo llevaron ya elaborado? Desde la
misma central de rondas se está in-
vestigando la intervención y lo que
pasó. Se hará esto coordinando con
una comitiva de ronderos que irá al
lugar. La libertad de expresión existe,
pero no la libertad de difamación. A
las rondas muchas veces nos difaman.
Las rondas no están manipuladas por
el gobierno. Podemos tener puntos
de coincidencia política, social, cultu-
ral, económica o de propuesta, pero
ningún gobierno de turno puede ma-
nipular a las rondas para beneficios
políticos o venganzas. El estatuto lo
prohíbe”.
El 15 de junio el congreso aca-
ba de aprobar la ley 31494,
que implica la creación de
Comités de Autodefensa,
grupos
a r m a d o s
p a ra m i l i -
tares. Esta
ley dice que
el estado le
dará armas a
la población
civil en las co-
m u n i d a d e s
con el motivo
de combatir la
delincuencia
en los lugares
donde el estado
n o
llega. Los comités de autodefensa
van a ser subordinados al gobierno, a
la policía y al ejército. Esta ley se ha
aprobado sin debate, sin información
y sin participación de los pueblos in-
dígenas. Cuando primero se propuso
el año pasado por el congreso ante-
rior, fue observada y dejada de lado
por la crítica que recibió del ministe-
rio de defensa, el ministerio del inte-
rior y de la mayoría de las organiza-
ciones indígenas y comunales por lo
peligrosa que es esta norma al vul-
nerar la autonomía de los pueblos in-
dígenas. Jaime Borda, presidente de la
Red Muqui (colectivo de instituciones
que asesora a poblaciones en zonas
de conflictos mineros), dice en una
entrevista del 22 de junio que en un
país como el Perú, con una crisis polí-
Comité de Autodefensa, creado como un primer impulso del paramilitaris-
mo neofascista. Las rondas campesinas son la verdadera alternativa
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LUCHA INDÍGENA n Nº 185 n JULIO 20226
tica constante, con zonas de explo-
tación minera en estado de emer-
gencia y territorios en la Amazonía
donde las comunidades awajún
y wampís son permanentemente
atacados por madereros ilegales y
el narcotráfico, esta ley podría ser
fatal. En la Amazonía significaría en
la práctica legalizar a los grupos de
madereros ilegales.
Cabe añadir que en zonas de
conflictos mineros, donde en varias
ocasiones las empresas han contra-
tado a los policías, ya nos podemos
imaginar lo que pueden implicar
“comités de autodefensa” con armas
que responden a esa misma policía.
El presidente de la CUNARC
concluye en el Noticiero Marañón:
“De esta ley la prensa no ha dicho
nada. Muditos. Nosotros, las ron-
das, hemos sido los primeros en sa-
lir a denunciar, a rechazar la crea-
ción de grupos armados al interior
de nuestras comunidades. Pero sin
embargo con la intención de per-
judicar la imagen de las rondas sa-
lieron algunos periodistas a decir
que las rondas campesinas se van
a implementar con armamentos.
Por favor, una cosa son comités de
autodefensa subordinados a los go-
biernos y otra cosa son las rondas
campesinas autónomas, democrá-
ticas, justicieras y fiscalizadoras”.
Las rondas campesinas del país
verdaderamente son una expresión
de profunda democracia y autono-
mía indígena, que forma parte de
la organización ancestral del ayllu.
Son fundamentales en las luchas
por la defensa de los territorios
indígenas contra empresas extrac-
tivistas, como se ha visto en Caja-
marca, en Junín y en muchos otros
lugares. Por eso constituyen una
amenaza para las empresas que or-
denan a la prensa y a la televisión.
Si en el Perú hay semillas de espe-
ranza, esa esperanza es el pueblo
organizándose a pesar del estado
putrefacto y colonial. Entre esas
semillas de esperanza brillan como
estrellas, como granos de maíz las
rondas campesinas y el gobierno
autónomo de los wampís.