El código Tawa para la construcción del Buen Vivir

Este modelo o sistema Mancomunitario es la base para lo que hoy se llama Buen Vivir, como el horizonte que guía a la construcción/reconstrucción de un sistema comunitario, basado en la experiencia milenaria y en la creación colectiva. A esto con los aportes de la ciencia actual y de lo positivo producido por occidente.



El código Tawa para la construcción del Buen Vivir

 
Por Atawallpa Oviedo Freire*
Servindi
29 de julio, 2022.-
 

Este modelo o sistema Mancomunitario  es la base para lo que hoy se llama Buen Vivir, como el horizonte que guía a la construcción/reconstrucción de un sistema comunitario, basado en la experiencia milenaria y en la creación colectiva. A esto con los aportes de la ciencia actual y de lo positivo producido por occidente.

Los pueblos andinos establecieron su sentido vital y su comprensión de la realidad, definiéndola en un código o en un principio, al que le denominaron Tawa. Palabra que viene de una antigua lengua, de donde provienen los idiomas puquina, quechua, aymara.

Tawa en castellano literalmente es tetra o cuatro, y que tiene relación a la tetralidad de la vida. Habitamos en un mundo tetradimensional de base pero hay otras dimensiones, como también lo anotan los físicos cuánticos y hablan de 11 dimensiones; algo que los chamanes ya lo decían desde hace mucho tiempo. En este sentido, la tetralidad es el punto de quiebre entre lo intra dimensional y lo supra dimensional a este mundo.

De otra parte, este mundo funciona con 4 elementos, 4 estaciones, 4 direcciones, los 4 cuerpos (corporal, mental, emocional, espiritual), las 4 grandes masas (sol, luna, tierra, océano), las 4 lunas (llena, menguante, nueva, creciente), etc.

Por su parte, los científicos modernos hablan de que el código del ADN está compuesto de cuatro moléculas, llamadas bases: adenina (A), citosina (C), guanina (G) y timina (T).  Anotan que el 99% de nuestro cuerpo está compuesto de 4 componentes fundamentales: hidrógeno, oxígeno, carbono y calcio.

El cerebro experimenta cuatro estados de conciencia: vigilia, sueño, sueño sin sueño y lucidez. Cuatro estados de conciencia ampliada: Alfa, Beta, Delta y Teta. El cuerpo físico está conformado de cuatro niveles: células, tejidos, órganos, criatura. En el cosmos hay cuatro fuerzas fundamentales: el electromagnetismo, la energía nuclear débil, la energía nuclear fuerte y la gravedad, etc.

Todo esto establece lo que nosotros hemos llamado “tetrasofía” y que esto significa Tawanaku en lengua milenaria, y que en puquina y en quechua se dice Tiawanaku y en aymara como Tiwanaku.

El lugar o espacio de Tawanaku que está ubicado en el antiquísimo Kollasuyo (actual Bolivia), fue un centro de alta formación o una universidad, al que llegaban aprendices de distintos lugares del continente y del mundo para formarse en diversos conocimientos.

Cronistas, como Martín de Murúa, hacen referencia a que la duración de la formación en distintos centros de estudios que había en los Andes duraban 4 años. Todo se diseñaba siguiendo el método tetraléctico.

Los vestigios que se van encontrando demuestran cada vez más de las grandes migraciones que hubo en la región y entre todos los continentes desde hace cientos de años atrás. En el mismo Tawanaku, se puede ver en el templete subterráneo varias cabezas clavas de personajes provenientes de distintas latitudes del planeta.

Esta tetrasofía se sintetiza en lo que se conoce actualmente como la cruz andina o tawapaka en idioma milenario. Hoy es más conocida como chakana, pero su nombre original o antiguo es tawapaka; la que representa a la filosofía andina, esto es, a la ontología y epistemología de aquellos pueblos que habitaron en este lugar de la pachamama.

Este principio de la tawapaka o código tetrasófico se masificó con la creación del Tawantinsuyo. Los Incas fueron los gestores de la idea de formar una nación Tawa.

Este principio de la tawapaka o código tetrasófico se masificó con la creación del Tawantinsuyo. Los Incas fueron los gestores de la idea de formar una nación Tawa. Hasta antes de esto, Tawa era un principio de vida (Tawapaka) y un centro espiritual o conciencial (Tawanaku). Luego, los Inkas decidieron construir una nación tomando como base al código Tawa y lo llamaron Tawantinsuyu, que quiere decir “Unión de las 4 Regiones”.

Posteriormente los Incas decidieron expandirse y construir una gran nación. Encomendaron a Mama Wako y a su hijo Manko Kapak con su compañera Mama Okllo encabezar la construcción de esa gran nación, como hacen referencia los cronistas Santacruz Pachakutik, Guaman Poma y Juan de Betanzos.

Para ello, tenían que encontrar en primer lugar el Qosqo o el centro de energía del ombligo de la pachamama andina, para que allí sea el núcleo desde el cual emane una poderosa nación.

El lago Titicaca era el centro matriz o primer centro de energía y debían ir encontrando los demás ñawis o ruedas de energía que forman o constituyen el cuerpo andino. Luego supieron que Cajamarca era el tercer centro. Quito el cuarto centro. Bogotá el quinto. Caracas el sexto. Y el séptimo centro de energía en las Antillas caribeñas. Lastimosamente, solo lograron llegar hasta Quito, pues la invasión monárquica se lo impidió.

Los Inkas eran una especie de dinastía o un grupo de familias muy preparadas, que tenían un alto conocimiento. Se formaron en Tawanaku y en otros centros de estudios de la Isla del Sol (Yachay Wasi) y en la isla de la Luna (Aklla Wasi). Manejaban varias ciencias por lo que eran muy respetados y valorados.

Siguiendo el código Tawa diseñaron un sistema de vida de tipo comunitario tetrádico. Siguiendo las condiciones o características de tetralidad, que permitan generar un modelo equilibrado para todos los seres que hacen la vida.

Es decir, el recrear la oposición complementaria entre distintos pueblos dentro de un territorio delimitado. O provocar intencionadamente la cuatripartición de un territorio con la misión o propósito de encontrar el equilibrio o armonía entre ellos.

Esto es, establecer los 4 suyus o regiones para generar una interrelación complementaria entre todos ellos. Principio modular para lograr la simetría y simbiosis entre distintas formas de vida, posiciones frente a la existencia, visiones sobre la realidad, creencias sobre lo sagrado, etc.

Algo sin parangón en la historia humana, ningún pueblo en el mundo hizo esto. Convirtiéndose en el diseño social más importante y profundo en todo el mundo y en todas las épocas. Bajando el cielo a la tierra, dicho de otra manera.

Hasta antes de la existencia del Tawantinsuyo, en los Andes habían luchas continuas entre distintos pueblos, ya sea por más territorios o por cualquier otra situación de poder o de ambición personal o grupal.

Los Inkas pensaron que configurando un sistema de vida a través de la búsqueda del equilibrio entre opuestos se lograría una disminución de la confrontación y una mejor organización y sentido de vida entre todos sus miembros o pueblos.

Buscando el equilibrio o el punto intermedio (taypi) entre concepciones y formas de vida diferentes se podía lograr una vida que sea más sabia y productiva para todos.

Se dieron cuenta, que eliminar o dominar al enemigo u opuesto es una forma social que afecta a toda la vida humana y que atenta contra la vida en su conjunto. Buscando el equilibrio o el punto intermedio (taypi) entre concepciones y formas de vida diferentes se podía lograr una vida que sea más sabia y productiva para todos.

Dicho de otra forma, es más fácil un mundo de convivencia que respeta a lo diferente, que pretender acabar con lo opuesto. Lo cual genera más bien, más confrontaciones y problemas.

Esto es lo que tampoco ha entendido occidente y viene intentando acabar con todo lo que concibe como contrario, lo cual es imposible. Esto lo practica desde su ciencia positiva depredadora, hasta su sistema social de vida basado en la dominación del otro o de la alteridad.

Los Inkas siguiendo esta concepción tetrasófica, dividieron al territorio del Qosqo (Cusco) en 4 partes: Chinchaysuyo – Kollasuyo – Antisuyo – Contisuyo. Para luego, paulatinamente irse ampliando desde el centro o taypi del Cusco hacia las 4 direcciones de la América del Sur, incorporando a una serie de comunidades, pueblos y naciones.

Expansión (más no conquista), en cuanto hacían un proceso de convencimiento de las ventajas de integrarse a este sistema Tawa, a través de alianzas de distinto tipo, y en última instancia por guerras, mas como resistencia del otro que por ataque de los Inkas.

Esto lo reseñan varios cronistas españoles, para que no se piense que es nuestra conjetura. Nosotros hemos leído todas las obras de Pedro Cieza de León y de Martín de Murúa, que son los principales cronistas de los Andes, para que realicemos tajantemente estas afirmaciones. Por tanto, siendo falsa la teoría interesada de ciertos criollos de que hubo conquista y que lo hicieron mediante la guerra como instrumento principal.

Como de igual manera es desatinado hablar de “imperio” Inka. No se puede comparar con Europa, lo que pasaba en América o Abya Yala. El sistema de comunidad y de propiedad colectiva jamás desapareció en los Andes, que son los pilares de un sistema comunitario. Y por el contrario, la propiedad privada es la piedra angular de un sistema monárquico y esclavista.

Por ende, tampoco se puede hablar de que los Inkas fueron monarcas o reyes o una nobleza. Los Inkas eran un grupo de 12 familias, que inicialmente fueron algo así como una dinastía (solo para que se entienda). Y que luego, cuando formaron el Tawantinsuyo, se constituyeron en una especie de aristocracia, que dirigía y organizaba a todo el territorio cohesionado y a toda su población.

Que hayan sido una especie de aristocracia, no significa que se hayan constituido en una monarquía, pues, configuraron al Tawantinsuyo como una confederación de naciones organizadas en base a la división territorial en 4 partes. Cada una de las cuales con plenos poderes, y derechos propios de cada uno de sus miembros o partes.

En un sistema confederado cada federación o parte constituyente tenía autonomía regional y local. Algo parecido a lo que es actualmente los EE. UU., como unión de estados confederados (esto, solo para que se entienda y no para comparar y peor equiparar al modelo estadounidense).

Cuando los Inkas se configuraron en una especie de linaje, adquirieron una serie de conocimientos de distinta índole. Entre ellos el manejo de la energía, viéndolo como algo sutil y especial, en la comprensión que la diferencia entre los seres humanos, está dada por el nivel de energía que le constituye a cada uno. Lo que determina el nivel de conciencia de un individuo y de un grupo.

En esta consideración o conocimiento, decidieron no mezclar la energía de su grupo con la de otros, a menos que también sean de alta frecuencia o vibración. Por ello solo se casaban o se unían entre sus miembros componentes para no introducir energías pesadas de otras familias.

Tenían un alto aprecio a la conformación y manejo de las energías, que solo los que eran descendientes de ellos, por ambos lados, eran considerados Inkas. Pensaban que así guardaban la pureza de una energía ligera y de una sangre pulida al intercambiarla solo entre sus allegados de parentesco energético. Y de esta manera, se conserve la energía en una forma fina y refinada, todo lo cual se traduce en una alta vibración o alta conciencia que determina otro nivel o categoría de humanidad. Todo esto ahora se sabe a través de los Queros, que son un pueblo que conservó por 500 años estos saberes y este manejo de las energías.

Solo cuando los Inkas tuvieron que organizar el inmenso territorio del Tawantinsuyo, que alcanzó más de 3 millones de km2 y una población de más 40 millones de personas, se convirtieron en una especie de aristocracia o grupo superior. Pero, muy diferente a las aristocracias europeas, pues los Incas velaban por toda la población y no solo por sus intereses particulares.

Los cronistas nombrados anteriormente resaltan cómo distribuían las riquezas para que a nadie le falte nada. Los Inkas eran organizadores y administradores del gran Tawantinsuyo, antes que monarcas o aristócratas a quienes el pueblo les debía servidumbre y obediencia, como era el estilo europeo. Estaban al servicio del pueblo, antes que el pueblo al servicio de los Inkas.

Se parecían más a los Lamas tibetanos que a los poderosos grupos europeos que tenían el control de sus naciones. Los Lamas eran un grupo particular de personas que dirigían el Tíbet, tanto en lo político y lo espiritual. La diferencia, es que los Inkas eran un grupo de 12 familias que dirigían política y espiritualmente el Tawantinsuyo.

Lo que acabamos de señalar nos determina 3 modelos diferentes de gobierno, de organización territorial, y de control o cuidado grupal. Si bien pudieran haber ciertas semejanzas, en el fondo y en última instancia son diferentes, por tanto es absurdo comenzar a impostar y superponer uno sobre otro.

Los Inkas siempre estaban en la cabeza, pero todo lo demás estaba redistribuido entre todas las comunidades y la población en general. Es decir, cada comunidad estaba dirigida por una pareja o un matrimonio, la que se turnaba alternativamente cada año. Entre varias comunidades se formaba una federación de comunidades, a la que se denominaba Ayllu. Y la cual estaba dirigida por un consejo con representantes de cada comunidad y de los Inkas.

A su vez, de la unión de Ayllus se formaba una nueva federación, dando lugar a la formación denominada Marka. La misma que también estaba conformada por un consejo con representantes de cada Ayllu y 1 de los Inkas.

Luego la federación de Markas formaban una gran federación denominada Suyu, también constituida por un consejo de representantes de cada Marka y 1 de los Inkas. Y finalmente el consejo superior con los representantes de cada Suyu o región. De los 4 Suyus o regiones, el Consejo General o Mayor tenía equitativamente representantes de cada Suyu. 4 representantes de cada Suyu, dando un total de 16 miembros del consejo superior de gobierno.

Y siempre dirigía este Gran Consejo el Sapa Inka, es decir, el máximo de los Incas, el cual era elegido solo entre los Inkas. El Inka no era un autócrata o dictador, sino que para tomar una decisión consultaba al Gran Consejo, al Jefe Espiritual, a sus asesores, especialmente a los Watakuk, que eran los que leían las señales de la naturaleza. Y luego de tomar en cuenta a todas estas personas, se tomaba la decisión final.

El Sapa Inka funcionaba más como un consensuador entre distintas posiciones, y como un “portavoz” de las decisiones tomadas por el Gran Consejo de Gobierno. Tenía el voto dirimente en caso de ser necesario, esto es, si el Consejo tenía 16 miembros, el Inka como número 17 podía tomar posición por un bando para poder llegar a una conclusión sobre un tema decisorio.

De esta manera, lograron articular un nivel de organización y de funcionamiento casi perfecto. Un sistema en red como el de las actuales computadoras, haciendo que todo funcione como una inmensa telaraña, que forma un solo cuerpo y que distribuye o alimenta equitativamente a todo su ser, para lograr un gran funcionamiento de toda la red de relaciones.

Se podría criticar que los Inkas tenían la última voz, pero ellos fueron los que crearon este sistema y tenían que cuidarlo para que no se distorsione o desvié con ambiciones de ciertos individuos.

Además, entre los mismos Inkas no cualquiera accedía al nivel de Sapa Inka o Gran Inka. De esta manera, aseguraban que el más capacitado sea el Sapa Inka, es decir, el más preparado y con mayor nivel de energía fina y de alta conciencia para que dirija todo el Tawantinsuyo.

Solo desde del Inka Pachakutek hubo ciertas distorsiones al sistema y se generaron situaciones que comenzaron a afectar al Tawantinuyo, y que luego sería aprovechado por los invasores monárquicos. La ambición de Pachakutek y especialmente de su hijo Tupak Yupanqui, llevó a principalizar la guerra antes que otros medios disuasivos. Produciéndose aquí un resquebrajamiento y una cierta descomposición del sistema, y que a la larga les saldría en contra cuando los invasores monárquicos se aprovecharon de ello para darles el golpe final y desbaratar a la cabeza, con ello al resto del cuerpo del Tawantinsuyo.

En todo caso, lograron un sistema muy profundo y productivo de vida que fue admirado por los propios invasores coloniales. Los mismos que viendo que era tan eficaz y generador de muchos bienes y riquezas, no lo desarmaron sino que lo resguardaron. Y solo en la República, los liberales lo empezaron a desmantelar en su idea de construir los Estados-nación y a los ciudadanos, por ende, la desarticulación del milenario sistema comunitario.

La supuesta independencia de España resultó peor para el sistema Inka y para los pueblos milenarios. Y mucho peor en la época desarrollista y progresista, en que casi han dado el golpe final.

Los libros de Cieza de León fueron traducidos al inglés y al italiano despertando la curiosidad de los europeos. En particular de autores como Tomás Moro y su novela Utopía, o la Ciudad del Sol de Tommasso Campanella y la Oceana de James Harrington. De donde se nutrirían a los que se les conoce como los socialistas utópicos, quienes buscaron emular un sistema parecido para Europa.

Y de estos libros, como de los socialistas utópicos, se inspiraron otros intelectuales, entre ellos Marx con su teoría del comunismo primitivo y del comunismo científico. Aunque, a la final no lo entendieron muy bien, pero más que todo no supieron cómo crear las condiciones para salir del feudalismo y del capitalismo e implantar este modelo Inka en Europa.

Lo importante es que este modelo sigue siendo un ejemplo y un referente para el mundo. Y en el caso de los pueblos andinos, es algo a retomar y reconstruir actualmente. No sería tan complicado con las comunidades que todavía sobreviven, habiendo todavía en ciertas regiones los Ayllus y las Markas.

El problema mayor es la izquierda marxista, que sería la que más se opondría a una restitución del Tawantinsuyo. Están tan colonizados y eurocentrados, que se convierten en una traba que en aliados. De hecho, las experiencias de los gobiernos progresistas en América Latina ha sido un golpe duro al sistema comunitario de los pueblos indígenas.

En su absurdo dogma de proletizar a los indígenas para generar la clase obrera como la supuesta más avanzada que debe construir el socialismo y luego comunismo, se han dedicado a destrozar el sistema comunitario de miles de años de existencia al considerarlo un modelo atrasado.

Cuando el propio Marx poco años antes de morir se dio cuenta que no era necesario desarrollar el capitalismo, ni pasar por el socialismo para construir el comunismo, sino, el de fortalecer y ampliar el sistema milenario de comunas existentes en todo el mundo, para construir otro mundo. Y esto, sigue vigente ahora y eso es lo que toca hacer.

En este sentido, reimplantar el sistema comunitario en los estados nacionales, no cabría. Hay que hacerlo afuera de las repúblicas, como algo paralelo y disputarlo en el territorio. A través de reorganizar y repotenciar a las comunidades y retomando el gobierno de los ayllus, markas y suyus, por fuera de las instituciones nacionales existentes actualmente. Haciendo que las Repúblicas caigan por sí solas, es decir, por inoperantes e ineficaces.

Por tanto, no se trata de hacer caer al sistema, como pretende la izquierda, sino que éste sea minimizado y rechazado paulatinamente por la población. Y al contrario, con el sistema y forma de gobierno del Tawantinsuyo, el que cada vez se vaya consolidando y se amplíe en todo el territorio.

Sistema éste que tampoco sería otro Estado, como dicen algunos. El Estado como tal es otro sistema institucional, con otro tipo de categorías y concepciones, por ende, no cabe hablar de Estado Inka o Estado del Tawantinsuyo, ni antes y peor ahora.

El modelo Inka es un sistema Mancomunitario con otras instituciones totalmente diferente al Estado como tal. Y lo correcto es llamarlo sistema mancomunitario o confederativo.

El Estado es un modelo verticalista y centralizado. Y el modelo Inka es descentralizado y complementario entre lo vertical y lo horizontal. Funciona en la conjunción y correspondencia entre lo horizontal que constituye el pueblo organizado en comunidades o ayllus, y la verticalidad de la organización y de la dirección en Markas y Suyos. Generando una sinergia entre arriba y abajo, entre adentro y afuera.

Este modelo es la base para lo que hoy se llama Buen Vivir, como el horizonte que guía a la construcción/reconstrucción de un sistema comunitario, basado en la experiencia milenaria y en la creación colectiva. A esto con los aportes de la ciencia actual y de lo positivo producido por occidente.

El Buen Vivir pretende recoger esta vivencia milenaria para no ir a nuevas aventuras ni caer en nuevas modas, sino en seguir tejiendo en base a lo que los ancestros diseñaron por miles de años.

Intenta darle un salto a un nivel más profundo, principalmente para mantener a la especie humana sobre la Tierra, ante el peligro inminente de su desaparición al ritmo del cambio climático que vamos.

El Sumak Kawsay en el caso de los Andes busca su restitución primigenia, y desde ahí elevarlo con todo lo vivido y aprendido en estos últimos 5 siglos. Esto es lo que también se llama el Pachakutik o el vuelco total a todo lo instituido o establecido por el colonialismo. En eso nos encontramos actualmente.


*Atawallpa Oviedo Freire es filósofo-médico andino (watakuk), coordinador de la escuela wirakocha, autor de doce libros y conferencista-tallerista mundial.